Es
con cierta repugnancia ya y con enfado y hastío que vuelvo a escribir una
aclaración sobre los hechos que vienen presentándose desde el comienzo de este
año sobre David Martínez y los asuntos que le rodean, publicados en la página
de la Pía Unión de Monseñor de Rojas, que parecen no tener fin.
Primero:
Acerca
del audio que le envié al Padre José Vicente Ramón de Sede de la Sabiduría en
calidad privada tratando el tema de la discusión que tuve con David y que el
Padre envió casi inmediatamente a quien corresponde en la Pía Unión, quiero
aclarar:
Ese
audio es PARTE de una discusión y de un conflicto que se siguió por más
tiempo y siempre en privado, como debe ser y que fue solucionado; NO ES UN
TODO sobre el que haya que centrarse, así que los que lo utilizan para
determinar una postura, diciendo que o miento yo o miente el Padre, se
equivocan. Ni miente el Padre, ni miento yo. El Padre quedó en la parte que él recibió. Y tanto el Padre José
Vicente, como la Pía Unión hicieron mal, uno, el Padre José Vicente, quebrando
la confianza de su Obispo ante tal indiscreción y las reglas de privacidad
básicas en las relaciones humanas y los otros en publicándolo para tratar de justificar
su juicio temerario sobre la situación. Eso les pasa por meterse en lo que no
les importa, y lo quieren arreglar culpando a otros de sus imprudencias. Háganse
cargo de sus errores como yo me hago cargo de los míos.
Yo
no excomulgué a David Martínez, y los remito al punto primero del escrito anterior.
Están contra David Martínez por la absurda acusación de que
quiere arruinar el Cónclave convocado por Mons. Rojas en enero pasado. Si un
Cónclave depende de la voluntad de un seglar, qué poco firme es ese asunto.
Tengamos todos caridad, los unos por los otros, David Martínez se equivocó muchas veces, pero está tratando de enmendar y recen por él y
recemos los unos por los otros siempre para no caer.
Y
si hay polémicas o discusiones hay que tratarlas con caridad y dignidad. La
Verdad es tan digna que merece que sea tratada dignamente.
Por
favor, a todos los del mundo de internet, tengamos caridad cristiana de una vez
por todas.
Deploro
absolutamente la actitud del Padre José Vicente, no la puedo aceptar. No hay
que ser indiscretos. Estuvo muy mal que una cosa privada del Obispo, la
comparta con quien no corresponde. Desgraciadamente así es el mundo de
internet, como lo dije en el anterior escrito, y lo único que crea es
desconfianza. Así no se puede confiar en nadie…Qué desgracia tan grande!
También
deploro la actitud de la Pía Unión, pues si creen que hacen bien con esa forma
de obrar, se equivocan, lo único que causan es rechazo.
Segundo:
Otros
temas incluidos en la publicación de la Pía Unión no voy a contestar, porque es
darle más comidita al chismoso, al que vive navegando en internet en busca de
escándalos. Algunos los contestará David, no porque estemos de acuerdo, sino
porque él es calumniado y tiene derecho a réplica, así que no se molesten por lo
que él conteste, siempre con caridad cristiana, que otros exigen, pero no
tienen y que espero haya aprendido.
Tercero:
Para
que no duden de que los escritos son míos, publicaré éste en nuestro blog.
Cuarto:
Un
punto del escrito del Sr.Pbro. que no me queda claro y me confunde es el que
dice que Mons. Rojas no convocó a un Cónclave ni lo hará. Creo que la
publicación de enero pasado manifiesta lo contrario, es más, es muy detallada
con respecto a dicho Cónclave.
Pues
esperaremos a la invitación formal cuando sea el tiempo. Y viendo cómo se está
manejando la situación, me replanteo muchas cosas con respecto a ese Cónclave
convocado en enero.
Repito
mi postura del punto 5 del escrito anterior. No estoy dispuesto a ir a un
Cónclave directamente sin conocer antes a los convocados, ni conocer su doctrina.
Con
más razón voy a seguir esa regla, pues según el Padre José Vicente, son un
número considerable. Después de 62 años de Sedevacante, no se puede hacer eso y
más sin conocimiento previo alguno de los miembros.
Voy
a esperar la convocatoria que, seguramente, se realizará en el verano cuando se
pueda viajar, como lo afirman en el escrito del mes de enero, después veré qué
decisión personal tomo.
Los
que están convocando al Cónclave son al final los mismos que lo están
desprestigiando con tanta manipulación inútil sobre el asunto, ¡qué falta de prudencia en todo esto!
Si
van a convocar al Cónclave en unos meses, basta de publicar cosas y esperemos a
que llegue el tiempo. Ahora no hay que sembrar división. Se burlan de nosotros
los enemigos. Usemos el tiempo que Dios nos da para santificarnos y salvarnos.
Quinto:
Este
sí es un tema más delicado y que dirijo directamente a Mons. Rojas, acerca de
su publicación refiriéndose a Monseñor Moisés Carmona y Rivera como “el
mestizo de Moisés Carmona Rivera, uno de los más indignos…”
Quiero
que sepa, Monseñor, que me ofende con esa afirmación, más que con el contenido
de su escrito. Monseñor Moisés Carmona y Rivera es el Padre de mi Sacerdocio en
1991. Ofende también una causa nobilísima que es la custodia de la Fe Católica
en tiempos terribles, ofende también a un Continente que lo admira y le
agradece su entrega, junto con otros en la lucha contra el modernismo y la
exposición del sedevacantismo. Monseñor Carmona es guerrero de la primera hora
en la Causa del Sedevacantismo en el mundo, más allá de sus yerros. En esas
fechas, Ud. todavía no había nacido; además, antes de morir, ya estaba tratando
de organizar las cosas para una elección Papal, pero Dios tenía otros planes
para él y para su Iglesia.
No
entiendo por qué escribe así, con qué necesidad hace tal afirmación llena de amargura,
porque en el contexto, esa frase tiene una connotación totalmente despectiva,
peyorativa y racista.
Ahora
me pregunto cómo se referirá Ud. a Mons. Thuc, que es vietnamita, de color
amarillo y que no goza del “privilegio” de la raza blanca y que en realidad,
él, es el origen de todos nuestros
males. Por qué digo esto, porque cuando declaró la Sede Vacante, debería, él,
haber comenzado el proceso de su ocupación legítima, pues tenía toda la
autoridad para hacerlo; si así hubiera sido, no estaríamos sufriendo hoy las
consecuencias, pero bueno, así fueron las cosas y nos toca seguir adelante.
Y
si de yerros hablamos, Ud. es un fruto de uno de esos yerros de Mons. Thuc.
pues su primera ordenación sacerdotal y consagración episcopal fue con los
obispos palmarianos, como Ud. mismo lo cuenta en su historia.
Si
subimos, en vez de bajar, enumere las “indignidades” que cometió Mons. Thuc en
sus ordenaciones y consagraciones… ¿Por qué escribo esto? No por mal contra
Mons. Thuc, al que considero un instrumento de Dios, sino porque Ud. lo venera
aún con sus errores y desprestigia a Mons. Carmona por los suyos.
Es
una lástima, Monseñor, esta situación, porque todo lo que está sucediendo, no
deja de sembrar división en vez de unión; aleja en vez de acercar.
Esto
se lo escribo acá, porque lo incluyo en todo lo que vienen diciendo sus
representantes que considero que obran en nombre suyo, es decir, que Ud. está
de acuerdo con lo que ellos transmiten.
ACÁ
TERMINO ESTE ESCRITO, QUE, DE MI PARTE, ES EL ÚLTIMO. ACÁ PONGO UN PUNTO FINAL
A ESTA DISCUSIÓN Y DIGAN LO QUE DIGAN, ESCRIBAN LO QUE ESCRIBAN, YO NO VOY A
RESPONDER MÁS. Y PORQUE CALLE, NO VOY A OTORGAR, NO ES PORQUE TENGAN RAZÓN LOS
QUE CRITICAN, SINO PORQUE QUIERO BUSCAR MI SALVACIÓN, QUE CIERTAMENTE NO ESTÁ
EN EL MUNDO DE INTERNET.
No
tiene caso discutir más, no suma nada bueno, es más, resta. Es escandaloso y
burlesco para la causa de la Iglesia.
Apelo
a la buena voluntad de todos, y propongo a todos los fieles conclavistas del
mundo, en esta Santa Cuaresma que acaba de empezar, una cruzada de Rosarios
diarios por la intención de la elección del Papa, por la unidad de la Iglesia y
por la humildad y santificación de todos los católicos.
También
les propongo que se llamen a silencio durante 40 días y se tomen de reflexión,
oración y penitencia que es lo que falta. Si así lo hubiéramos hecho, Dios ya
nos habría escuchado.
Y
suponiendo la fe católica en los que leen esto, recomiendo que meditemos todos
los días el Himno de la Caridad de San Pablo en su epístola a los Corintios I
Cor. Cap. 13, vers. 1-13 que se rezó el domingo de Quincuagésima.
Que María Santísima no cubra con su manto maternal.
Que Dios nos bendiga a todos, nos muestre su rostro y tenga piedad de nosotros. Que vuelva hacia nosotros su mirada y nos conceda su paz.
Mons. Juan José Squetino
Schattenhofer
Guadalajara,
Jalisco, México 21de febrero del 2021