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miércoles, 31 de julio de 2013

LA SUBORDINACIÓN DEL PAPA AL DERECHO DIVINO



Dr. Homero Johas


-D. S. 3112 - 3116 -

Carta Circular sobre Los Decretos del Concilio Vaticano I.

Introducción

     Este documento a seguir, del Episcopado alemán, contra Bismarck, aprobado doctrinariamente por Pio IX (Mirabilis illa constantia: D. S. 3117), expresa "el legitimo sentido de las definiciones del Concilio Vaticano", muestra como el poder papal "viene de Dios" y no del hombre; tiene por fin la unidad de la fe y de régimen monárquico divino, dos cosas negadas por el Vaticano II. El Concilio Vaticano I enseña la doctrina Católica contra los herejes jansenistas, febronianos y galicanos. Y el Vaticano II sigue a los herejes.

      El Sucesor de Pedro es Pastor y Cabeza universal de la Iglesia, mas no tiene un poder absoluto: es subordinado al Derecho divino. Él no tiene poder para cambiar la Constitución divina de la Iglesia. Donde es inepto; algunos defensores del papa herético quieren hacer una analo­gía entre el Sucesor de Pedro, en el orden de los bienes espirituales, y los gobernantes civiles en el orden de bienes materiales. Estos pueden cambiar la Constitución de la República, por la voluntad del pueblo; pero no el papa católico subordinado a la doctrina y ley inmutable, procedentes de la autoridad divina.

     El Vaticano II quiere subordinar la autoridad divina a una ar­bitraria disposición humana. Si los fieles poseen "responsabilidad propia" no es para ser libres e independientes de la autoridad divina; mas para obedecer a través del ministro de Dios, a la Cabeza única de la Iglesia y tener "responsabilidad propia" cuando esta persona humana contradice a la autoridad divina en la fe universal y en las leyes morales universales. Donde la infalibilidad papal coincide con la de la Cabeza única de la Iglesia, cuando el papa es fiel a ella, subordinado al Magisterio universal de la Iglesia, las Sagradas Escrituras, a la Tradición. No cuando es subversivo, siguiendo al "juico propio" y "voluntad propia" contra Dios (Tito III, 10-11). La fidelidad a la autoridad divina, a la unidad en la fe universal divina y católica, es cosa que debe ser común a los clérigos y a los legos. El papa con su primado de jurisdicción, realiza en la Iglesia la unidad de jurisdicción, no es libre en cuanto a la unidad de Fe, común a todos, fundamento firme y único de la Iglesia (D. S. 1500). Él es fundamento secundario en relación a Cristo. Seguimos a él: "nisi deprehendatur a fide devius" (Paulo IV).

            Él no pierde su libre arbitrio siendo papa. Y el acto de fe es libre y el pecado contra la fe también.




     Por esos Decretos fue concedida al papa una facultad para reivindicar para si, en cada diócesis, los derechos episcopales, substituyendo el poder territorial episcopal por el poder papal.

     La jurisdicción episcopal fue absuelta por el papal.

     No, como hasta ahora, ejerce el papa determinados derechos reservados para si, pero ahora está en sus manos la plenitud de los poderes episcopales.

     Le fue dado el poder de ocupar el lugar de cualquier obispo, y, en la práctica, si él lo quiere, de ocupar el lugar del obispo en cuanto al gobierno de las cosas civiles.

     Los obispos ya no son sino instrumentos de él, oficiales sin responsabilidad propia. Se tornan los obispos, en cuanto al gobierno de las cosas civiles, oficiales de un príncipe extraño e independiente, y de un tal príncipe que, por su infalibilidad, es absoluto, más que cualquier otro monarca absoluto del mundo.


Respuesta del Episcopado

     Todas esas tesis carecen de fundamento; contradicen ellas a las palabras y al sentido de los Decretos del Concilio Vaticano I, decla­rado por el papa, por el episcopado y por los representantes de las ciencias católicas.

     Siguiendo esos Decretos:

     El poder eclesiástico de jurisdicción papal es un poder supremo, ordinario e inmediato; el supremo poder de gobernar le es comunicado en San Pedro, por Cristo Jesús. Hijo de Dios.

     Para que fuese conservada la unidad de Fe, de disciplina y de régimen de la Iglesia. Se extiende a toda la Iglesia y por tanto a cada una de las diócesis y a todos los fieles.

     No es ella una facultad constituida solo de algunos derechos reservados.

     No constituyen estas cosas una nueva doctrina, sino una siempre reconocida verdad de la Fe católica, contra los errores de los galicanos, jansenistas y febronianos. El Concilio Vaticano las renovó y confirmó.

     Siguiendo esta doctrina de la Iglesia Católica el papa es el obispo romano; no es de cualquier otra ciudad o diócesis, Colonia o Bratislava.

     Entretanto, en cuanto obispo Romano, simultáneamente, es el papa, esto es: Pastor y Cabeza de toda Iglesia; Cabeza de todos los obis­pos y de todos los fieles.

     Su poder no existe solo en ciertos casos excepcionales; sino que es válido y obliga en todo tiempo y lugar.

     Constituido con ese encargo, debe vigilar a los obispos, que de modo íntegro, cumplan las obligaciones de su función y, donde el obispo es impedido o donde otra necesidad lo requiera, le compete el derecho y el deber de Sumo Pontífice, no en cuanto es obispo de la diócesis de la cual se trata, sino en cuanto papa, de disponer en la misma cuanto a todas las cosas que se refirieran a su administración.

     De ninguna manera los decretos del Concilio Vaticano ofrecen fundamento a la sentencia, según la cual, por el, se tornó el papa en un príncipe absoluto y absolutísimo por su infalibilidad, mas que cualquier monarca absoluto del mundo.

            Primeramente: es esencialmente diverso el dominio del poder eclesiástico del Pontífice y el principado de un monarca civil. Ni, de ningún modo, es negado por los católicos, a él el poder pleno y supremo de dominio de algún territorio, en cuanto las cosas civiles.

     Mas, ni en cuanto a las cosas eclesiásticas puede el papa ser lla­mado monarca absoluto, pues está subordinado al Derecho divino y ligado a las cosas que Cristo dispuso para su Iglesia.

     No puede cambiar la Constitución de la Iglesia, dada por su Fundador divino, como un legislador civil puede cambiar la Constitución de la república.

     En todas sus cosas esenciales, se funda la Constitución de la Iglesia en la ordenación divina; donde es inmune a toda arbitra­ria disposición humana.

     Por fuerza de la misma institución divina en la cual se funda la fortaleza del Sumo Pontífice existe también el episcopado.

     Por fuerza de la disposición procedente del mismo Dios, tiene él derechos y deberes, los cuales, para ser cambiados, no existe ni derecho ni poder dado al Sumo Pontífice.

     Los Decretos del Vaticano son entendidos de modo enteramente erróneo, atribuyéndose a él que: "la jurisdicción episcopal fue absorbida por la papal"; que el papa, "por si, ocupa el lugar de cualquier obispo"; que los obispos permanecen solo como "instrumentos del papa, sin propia responsabilidad".

     En cuanto a esta proposición, de modo específico, es necesario que la rechacemos de modo acérrimo.

     Pues la Iglesia Católica no es una sociedad en la cual sea recibido el axioma inmoral y despótico según el cual es enunciado que: por el mandato del Superior, en cualquier caso, es retirada la responsabilidad propia.

   Finalmente la opinión según la cual "por fuerza de su infalibilidad" el papa es "un príncipe absolutísimo", supone un concepto enteramente erróneo del dogma de la infalibilidad papal.

     Como el Concilio Vaticano enunció, por nítidas y expresas palabras, y como es patente por si mismo, por la naturaleza de las co­sas, esa infalibilidad se restringe a la propiedad del supremo Magisterio papal, el cual coincide con el ámbito del Magisterio infalible de la propia Iglesia y está ligado a la doctrina contenida en la Sagrada Escritura, en la Tradición y en las definiciones ya proferidas por el Magisterio eclesiástico.

     En cuanto las cosas del gobierno del papa, por esa infali­bilidad, enteramente nada fue cambiado.


Comentarios

     Por esa doctrina aprobada por Pio IX se deduce que:

     El papa está subordinado al Derecho divino; no tienen poder para cambiarlo. Los fieles tienen responsabilidad propia para rechazar un “papa” desviado de la fe. La infalibilidad papal está subordinada al Magisterio universal ya proferido y debe coincidir con el de la Iglesia, con la fe universal de la Sede de Pedro.
Traducción:
R.P. Manuel Martínez Hernández.

viernes, 26 de julio de 2013

EL ANTICRISTO SE REVELARA A SI MISMO. LA SUPRESION DEL SACRIFICIO PERPETUO (4)

Mons. Jose F. Urbina Aznar.


EL CAPITULO XII DEL APOCALIPSIS. 
EL CONCLAVE DE ASÍS 

     Se puede pensar que el Sacrificio Perpetuo una vez que el Anticristo lo elimine, así quedara hasta la Parusia, pero no es así. La supresión del Sacrificio Perpetuo, es solo una SEÑAL del fin y Daniel dice claramente que "el santuario sera reivindicado". No hay pierde, no hay interpretación de lo que esta claramente expresado: son sucesos para el fin de los tiempos (Cap. 8).
     Reivindicar es reintegrar en su derecho. Por eso es tan importante el año de 1994, porque el sacrificio fue reinvindicado. La versión de Nacar-Colunga dice "restaurado". Me parece que es mas propio en este caso "reivindicar". Reivindicar es también "reclamar una cosa que esta en manos de uno, que pertenece a otro".
     La Iglesia apostata del Vaticano, usurpando una autoridad que no tenia, suprimió el Sacrificio Perpetuo. Era esencial que un papa, restaurara el Sacrificio en el pleno uso de su autoridad. Debía restaurarse el Sacrificio canonicamente en favor del resto fiel dejando así completamente fuera de la herejía y la apostasía. Este es un aspecto totalmente desconocido del Conclave de Asís. Los electores no solamente eligieron un Papa sino que restauraron canonicamente el Sacrificio. Sin embargo, este acontecimiento esta registrado en el Apocalipsis Cap. XII en los términos mas dramáticos y desesperanzadores de esta lucha escatológica.
     Pero hay que aclarar muy bien, lo que creo que ha quedado claro: así como para el resto fiel el Sacrificio fue reivindicado o restaurado, para la masa apostata del Concilio Vaticano II, no, sino que estos seguirán con su opereta litúrgica, probablemente hasta la Parusia, probable y lógicamente empeorada, porque conocemos la clase de gente que tiene la sartén por el mango.
     La profecía de Daniel calculada en semanas, entonces, termina en la fecha del Conclave de Asís de 1994. San Juan dice, sin embargo, que ese papa elegido, "fue arrancado a Dios y a su trono". Lógicamente esta hablando del trono papal o trono de Pedro (Cap. XII).
     La Iglesia del resto fiel, favorecida con una gracia tan grande, cual es: conservar el Sacrificio de Jesucristo a favor de los hombres, que es el acto litúrgico mas provechoso de valor infinito, despreciado en la forma mas brutal por TODOS los pastores y a espaldas de su pueblo fiel. ¿Cual es la justificación de estos hombres que un día se enfrentaran al rostro airado de la paloma? , ¿que van a decir? ¿Que fueron las circunstancias, la inexperiencia o la propia estupidez? Porque el Apocalipsis no deja duda sobre lo que enfrentaran. "El hijo fue arrebatado a Dios".
     El papa fugaz de Asís, no necesitaba permanecer en el Solio Pontificio mucho tiempo. Necesitaba ser valido, como lo fue. Que si no se conservo, es porque lo dejaron solo. Se armo una endemoniada pelotera -que hasta hoy subsiste- en descalificaciones, de calumnias, de insultos, de insinuaciones, de ofensas, a veces con lenguaje tomado de la cloaca que sale de las bocas de quienes durante la Misa valida, pronuncian las palabras consacratorias y en el Sacramento de la Confesión, la formula que absuelve.
     No se ha analizado ni meditado lo suficiente el texto del Cap. XII del Apocalipsis, o se ha interpretado ser otra cosa, pero el correcto significado nos presenta una escena desgarradora. La mujer -la Iglesia-, sufre dolores intensos para parir a su hijo, y una vez parido, ese hijo es arrancado de los brazos de su padre y estrellado contra el suelo. El texto dice que fue arrebatado. Eso es violento, muy violento, porque se trata de un recién nacido.
     Quienes estuvimos en Asís, y seguimos atentamente el curso de los acontecimientos, vimos como la mano de María santísima sigue con atención el desarrollo. En Fatima, en el aniversario del milagro del sol, y en el lugar llamado Valihnos, que es lugar en el que la Señora se aparece cuando la Masonería perseguía a los videntes, se hace el JURAMENTO DE VALIHNOS, que compromete a los seis asistentes de llegar a la elección del papa, que sucede nueve meses después en Asís, declarada 30 años antes "ciudad hermana de Belén". En la cima de un pequeño cerro, en medio de un jardín de olivos, hay una antigua capilla medieval que se disputa ser el lugar en el que nació San Francisco. En ese lugar se reunieron los doce electores, que tenían estas características: 
     * Un representante por lo menos de los cinco continentes;
     * Todas las ciencias eclesiásticas en grado doctoral;
     * Todas las ordenes de la Iglesia: Obispos, sacerdotes, diáconos, terceras ordenes de San Francisco y de santo Domingo;
     * Clero regular y secular;
     * Clero Occidental y Oriental;
     * Laicos
     
     ¿Quien hubiese podido reunir a estos en solo doce personas sino el Señor, para cumplir exactamente la profecía bíblica de doce estrellas como dice el Apocalipsis XII? "Dios mismo no puede ser causa de UNA ACCIÓN QUE SEA MAS SANTA Y MAS GRANDE que la celebración de la Misa" declara el Concilio de Trento. Los electores de Asís arrancaron de las manos de los enemigos de la Cruz el Sacrificio? y como lo recibió el pueblo fiel y sus pastores?. ¿No es importante la profecía de Daniel considerada en semanas?, ¿no llega hasta allá la indiferencia y la tibieza condenada por el Apocalipsis como una vomitada?.
     No puedo pasar en silencio la extrema estupidez que me dijo cierto lidercillo para menospreciar los hechos de Asís: Que los electores lo hicieron coincidir todo.
     ¿Se puede exculpar a algunos pastores?, tal vez, Dios es el que va a juzgar. Solo quiero añadir que nuestro Señor la noche que instituyo el sacerdocio NO DIJO que estén unidos, sino algo mas intimo. El dijo: "QUE SEAN UNO". El sacerdote o el obispo que no quiere la unidad con su vecino, es culpable de CISMA, aunque no supiera nada del Conclave de Asís, lo cual es un doble asunto.

LOS 1290 DÍAS DE DANIEL, CALCULADOS EN MESES
     Así como los 1290 días del profeta Daniel calculados en semanas nos dan exactamente los días del Conclave de Asís en el que se elige a un papa fugaz "arrebatado a Dios y a su trono" papal por la traición de los pastores y del "resto fiel" y por su abandono y por su condena, de las que nadie sale bien librado, esos 1290 días del Profeta, calculados en meses, nos lleva a otro hecho histórico de la Iglesia: la salida de Benedicto XVI del Vaticano, por su abandono al cargo papal traidor y perfectamente planeado con mucha antelación. Esto seria increíble si no fuera la Palabra de Dios escrita hace 2500 años.
     La salida de Benedicto XVI, ya estaba profetizada, sin embargo, por el santo Pontífice Pío X, cuyo cadáver se conserva incorrupto en el Vaticano.
     El tuvo una revelación que han registrado no pocos autores. Por ejemplo, JOSÉ CORRAL en su libro EL FIN DEL MUNDO ESTA MUY CERCANO, escribe en la pag. 295: "En otra ocasión, dando este mismo santo pontífice una audiencia, fue arrebatado en éxtasis y, al recobrarse exclamo: "Lo que he visto es espantoso. ¿Seré yo?, ¿Sera mi sucesor?. Lo cierto que el papa dejara Roma y, para salir del Vaticano, deberá pasar sobre los cadáveres de sus sacerdotes". Pues esto es exactamente lo que sucedió el día que Benedicto abandono aparentemente en forma inesperada su puesto. No digo su puesto papal, porque el no era un verdadero sucesor de San Pedro, sino una de las cabezas de la Bestia. Indudablemente. El fue "consagrado" "obispo" en 1977 cuando el Sacramento era ya invalido, asi es que ni obispo era.
     ¿A que clase de cadáveres se refería San Pío X?. Benedicto dejaba atrás cadáveres espirituales. Una iglesia colapsada, sin Sacrificio, sin Sacramentos, una herejía galopante y una apostasía en el horizonte a punto de llegar. Los que conocían esta Profecía interpretaron que aquello era un bombardeo. Tal ves hubiese sido menos grave pasar sobre cadáveres físicos que pasar sobre muertos espirituales. En La Salette se dijo que los sacerdotes se habían convertido en "cloacas de impureza" o de herejías, que es lo mismo. Sin embargo, ¿se cumplirá la profecía del santo Papa fisicamente y el Vaticano sera destruido? Así es la profecía. La destrucción de la "puttana", de la gran ramera, esta anunciada en el Apocalipsis.
     Para entender la coincidencia de la profecía de Daniel calculada EN MESES, debo comenzar hablando de las cinco bestias de Daniel y del Apocalipsis, estrechamente relacionadas y ligadas entre si. Para esto, voy a trascribir en buena parte lo que escribí sobre el mensaje de la santísima Virgen que dio a Melania y Máximo en la montaña de La Salette en 1846, con aclaraciones y añadiduras para mayor entendimiento.

jueves, 25 de julio de 2013

QUIEN ES EL SEÑOR J. RATZINGER

 Dr. Homero Johas

     Quien lee las doctrinas abajo del Sr. J. Ratzinger, si no está pervertido, luego verá en él el impostor, disfrazado de "papa" de una "nueva iglesia católica".
    En su libro "Principios de Teología Católica", publicado en 1982, Mons. Oliver Oravec cogió los textos blasfemos del apóstata y los publicó en "Catholics forever" (Connecticut; 06468; P. O. Box 283, U. S. A). Los reproducimos con comentarios.

     I – La inversión entre la fe y las herejías
    "La interpretación del Cristianismo, la católica y la protestante, ambas, cada una en su camino propio, son verdaderas en su momento histórico. La verdad se torna en una función del tempo. La fidelidad a la verdad de antes consiste, precisamente, en abandonarla y en asimilarla dentro de la verdad de hoy" (16).
    He aquí la evolución de la verdad conforme a los tiempos, igualando los "caminos propios" de la fe católica y el de las herejías. Se niega la verdadera fe universal, transcendente a los tiempos, común a clérigos y legos. He aquí el abandono del Catolicismo como si fuese "verdad de antes", del pasado, mudable por la de hoy, del presente actual. La fidelidad a la fe seria el abandono de la fe universal. La luz se volvió tinieblas y las tinieblas se volvieron luz (Is. V. 20).

2 - El progreso para el mal
    "Verdad es el que sirve para el progreso; esto es, todo lo que sirve para la lógica de la Historia (17)".
    Se Mudo el concepto de verdad; ella quedó subordinada al movimiento ciego; no se distingue el "progreso" para el bien y para el mal; para la fe o para la herejía; para el Dios verdadero o para los ídolos. Se mudo la Lógica racional, con sus principios ontológicos universales verdaderos. Ella quedó subordinada a los actos materiales concretos, positivos, de la Historia. Será el Positivismo ateo, sin diferenciar a Dios y los opuestos a Dios; los santos y los paganos; los fieles y los herejes. Es el "progreso" invertido, contra la verdad, contra a Lógica racional, contra Dios.

3. La apostaría en relación a la fe católica
    "El Bautismo forma una liga entre fe cristiana y las religiones de las naciones, que, como religiones cósmicas, buscan a Dios en los elementos del mundo. Aunque a la distancia, actualmente, estamos en esa pista" (29).
    He ahí el camino "actual" de la "nueva iglesia", con su "papa" no católico. Quiere la unión, quiere ligar la "fe cristiana" y las religiones paganas y heréticas, "religiones cósmicas" que no buscan el Dios en la verdad, en la razón y en la Revelación exterior cristiana, sino en los "elementos del mundo", en el "cosmos" material. Es la "fe" de los materialistas ateos, evolucionistas, relativistas, de los ateos Darwin y Einstein, de la "nueva religión católica", ecuménica, "falsa" (Pio XI), de la "religión cósmica", materialista. 


4- Papa apóstata, papa nulo
     "Nosotros mismos nos tornamos inciertos sobre  nuestra fe cristiana" (42).
    Quien duda de la verdad de la fe católica, fundada en la autoridad divina de Cristo, "es hereje" (Canon 1325, 2). Más aun, quien es apóstata y se adhiere a las doctrinas de los luteranos, de los materialistas ateos, de los agnósticos, positivistas, politeístas paganos. He aquí la naturaleza del "papa" de la "nueva iglesia" ecuménica, liberal, agnóstica. He aquí la "nulidad" de su Iglesia Católica (Paulo IV). "Quien no cree, ya está juzgado" (Jo. III, 18). Quien cambia el Evangelio es anatema (Gal. I, 8-9).


5- La falsa iglesia ecuménica
     "La Eucaristía es la Iglesia" (53).
    La Eucaristía no es la única verdad de la fe católica, sin la Divinidad de Cristo, de la Ss. Trinidad, el único Dios Verdadero, el primado de la Sede de Pedro. Ella no tiene el sentido ecuménico, de acción del pueblo en memoria de Cristo, meramente hombre. La Iglesia no tiene verdad libre, individual, evolutiva. No tiene fraternidad pagana, agnóstica, naturalista. Quien muda el sentido perpetuo de la verdad católica, no pertenece a la Iglesia Católica (D. S. 3020; 3802).


6 - El pecado es igual a la virtud
     "Mucha falsa ansiedad sobre el pecado fue creada por una Teología Moral atrasada. Muchas veces fue nutrida y animada por consejeros espirituales. Hoy ella castiga el pueblo indisciplinado a mirar el Cristianismo del pasado, con una especie de cansancio que, constantemente, conserva el hombre en oposición a si mismo, en vez de librarlo para una cooperación abierta, sin ansiedad,  del hombre de buena voluntad" (56).
    Cambió la noción de pecado. No es mas la del Cristianismo del pasado. El mundo esta cansado de las prohibiciones de los pecados. El pecado coloca al hombre en oposición a su libre arbitrio. El Cristianismo de la "nueva iglesia" se aparta de la noción católica de pecado. Ahora él es libre, como lo quiso Lutero. El hombre abierto coopera libremente, sin leyes imperativas de Dios. Cambió la fe.


7 - Nueva moral, sin los límites de Dios 
     "Moralidad e inmoralidad parecen esclavizar al hombre para tornarlo vacío y sin alegría" (78).
    He aquí al ateo apartado de los límites morales de los mandamientos de Dios. Opone su alegría libre al imperio del verdadero Dios. Opone su voluntad a la de Dios, a los mandamientos divinos de Cristo, de Moisés, de la ley natural. Quiere el "derecho de seguir el error". He aquí el "papa" de la "nueva iglesia" anti-católica. Inmoral, anti-católico.


8 - Lutero en lugar de la Iglesia
     “El  instinto histórico de Lutero claramente prueba su derecho propio" (147).
    El Cristianismo dogmático fue cambiado por el Luteranismo liberal, condenado por Pio IX y San Pio X. En la "nueva iglesia", cada uno tiene su "derecho propio", junto con o "libre-examen" de Lutero: verdad propia, fe propia. Dios propio. Moral propia, iglesia propia... Desapareció la fe universal necesaria, no libre y el "derecho de seguir el error" es la base atea y agnóstica de la "nueva iglesia", Lutero estaba en la verdad; no el Magisterio de la Sede de Pedro. !"Nueva Iglesia"!


9 - Cristo no es Dios
     "La resurrección de Cristo no puede ser un acto histórico en el mismo sentido que la crucifixión" (186).
     El "papa" de la "nueva iglesia" niega ahí la Divinidad de Cristo. "Su revelación terminó en la Cruz" (Vaticano II). Él es un puro hombre; igual a los otros. El Cristianismo es obra meramente humana, mudable con el arbitrio humano. Cada uno tiene "su fe" y "normas propias"; es "ley para si mismo", siguiendo su voluntad y razón. No existen verdades; solo opiniones. He ahí el Ateísmo. He ahí el anti-Cristo.


10 - Fortalecer las Herejías
     "El católico no insiste en la disolución de la confesión protestante, en la demolición de sus iglesias; antes, espera el que serán ellas fortalecidas en la realidad eclesial (202).
     La verdad ahora no excluye los errores; ni la virtud a los vicios. El "nuevo católico", de la "nueva iglesia" quiere el fortalecimiento de los errores, de los falsos dioses, de las falsas religiones. Él iguala la verdad a los errores, la fe a la herejía. He ahí el ateo, el agnóstico, queriendo destruir el Dios de la verdad.


11.- Dios es igual a los ídolos
     "La congregación para la Doctrina de la fe, propone solucionar la crisis, por una presentación positiva de la doctrina católica, no excluyendo a los que mantienen opiniones apuestas" (229).
     Tal congregación no defiende la "doctrina de la fe" católica, sino la de la "falsa religión cristiana" (Pío XI) del Ecumenismo. Ahora la verdad no excluye a los errores; la verdadera fe no excluye las herejías opuestas. Se revocó el principio de no contradicción. Se niega la verdad universal, común a todos (D. S. 639), la separación entre fieles e infieles (2 Cor. VI, 14-18). He ahí la naturaleza apóstata de la "nueva iglesia" y de sus "papas" anti-católicos. Es claro y evidente!


12 – Materialismo ateo
     "Tuvo gran influencia el impulso dado por Theilhard de Chardin. Con audaz visión incorpora el movimiento histórico del Catolicismo en el proceso cósmico de la evolución" (335).
     He ahí el Catolicismo concebido como simple "movimiento" humano libre, unido al "proceso cósmico de la evolución" de la materia. Es la doctrina agnóstica de Hegel y del Materialismo dialéctico de Feuerbach, y de los ateos comunistas. Darwin fue ateo con su Evolucionismo y Einstein fue ateo con su Relativismo. Se pretendió ahí, con el falso "científico" Chardin, introducir en la Ciencia el Agnosticismo y el Materialismo ateo. El Modernismo es ateo (San Pio X). He ahí la naturaleza de la “nueva iglesia” y de su “papa”: son ateos.


     Estos escritos del Sr. Ratzinger son altamente esclarecedores del Ateísmo, Agnosticismo y Materialismo de la "nueva iglesia". Ella tiene un "nuevo humanismo", racionalista, sin Dios. Tiene el "culto del hombre", no el del verdadero Dios. Ellos ahí se condenan a si mismos; se separan de la verdadera fe católica. Tienen otro credo opuesto. Son enemigos mortales de la Iglesia de Cristo. Se infligen así mismos el anatema; encienden el fuego en el cual se quemarán durante toda a eternidad.
Traducción:
R.P. Manuel Martínez Hernández.

viernes, 19 de julio de 2013

LA SECTA DE LOS “UNA CUM”

Dr. Homero Johas

Introducción
     Con el Concilio Vaticano II, enseñando las herejías de la libertad e igualdad religiosa, agnósticas, y el "libre examen" de Lutero, surgieron también otras sectas, aparentemente opuestas al Concilio Vaticano II, excusando y  violando la unidad de fe y de gobierno de la Iglesia Católica.
    Así como de Lutero surgieron centenas de sectas protestantes, así también del Concilio Vaticano II, con el mismo "libre examen" de Lutero, también surgieron múltiples sectas, libres, autónomas e independientes entre si.
    Algunas de esas sectas se inclinan para la "izquierda": agnósticos, ateos, materialistas, comunistas, socialistas, ligadas a las tradicionales ramas de esas herejías. Otras de esas sectas aparentan ser de "derecha": tradicionalistas, acéfalos, positivistas, silenciosos, liberales, demócratas, ecuménicos, igualitarios y los "una cum", unidos con el Vaticano II.
    Simulando conservar urna parte del credo, y, por eso, llamándose "tradicionalistas" o hasta "sedevacantistas", con todo, ocultamente, contradictoriamente, niegan otra parte del credo, yendo, abiertamente, contra la autoridad divina, perpetua e infalible, del Magisterio de la Sede de Pedro, fundamento visible da Iglesia Católica.
    Vamos tratar aquí solamente de una de esas sectas: la que las Misas y Sacramentos, se dicen "una cum", "en comunión con" los papas heréticos de la secta ecuménica del Vaticano II. Conservando los ritos tradicionales de San Pio V. Las Misas y Sacramentos, por eso, se dicen "tradicionalistas". Entretanto, por otro lado, y en esas mismas misas, se dice "en comunión" con tales papas heréticos (una cum). Rechazan una parte del Vaticano II y, libremente, se unen a él en otra parte, contra el credo católico. Por un lado simulan "fidelidad" al credo católico y, por otro lado, se apartan de la integridad del credo católico. Y buscan ocultar, bajo falsas apariencias, esa violación del credo católico.

La violación del credo
    El articulo fundamental del credo que tales sectas violan es el de la unidad de la Iglesia en la fe y en el gobierno: "Creo en la Iglesia una". Todos los heréticos y cismáticos violan ese articulo; se separan, por su juicio y voluntad propia, de la unidad de fe, de la cual la unidad de gobierno es inseparable (D.S. 2888). Afirman ser "válido", el poder de jurisdicción ordinaria de los herejes que la Iglesia afirma ser "inválido". Ese Magisterio, interpretando la Revelación divina (Jo 3.18), viene de todos los tiempos: San Símaco. Sínodo de Letrán de 649. Adriano II, Inocencio III. Profesión de Fe "Fides papae", Paulo IV. León XIII, Pio XII. Derecho Canónico. Tal contradicción a la autoridad divina de la Sede de Pedro no mantiene la integridad inviolable del credo católico (D. S. 75). El Canon 2314. 3 dispone: "Los que públicamente se adhieren a una secta acatólica, son 'ipso facto' infames y deben ser degradados". "Todos y cada uno de los herejes y cismáticos están 'ipso facto' excomulgados (Canon 2314, 1)".
    Tal sentencia tiene efecto actual, en el orden público, si el delito es público y notorio (Can.2232).
    Los que públicamente tienen unión con el hereje público, también está públicamente separado de la Iglesia (Canon 3803), de la verdadera fe, necesaria para ser miembro de la Iglesia (D.S. 3802). El silencio en la confesión de la fe, es implícita negación de la fe (Can. 1325). Quien se une a la Cabeza del Ecumenismo, tiene unión con la "falsa religión cristiana" del Ecumenismo. Nadie puede estar unido simultáneamente a la verdad y al error; a la fe y a la herejía; a la luz y a las tinieblas, al templo de Dios y al de los ídolos; a Cristo y a Lucifer (2Cor. VI, 14-18). Quien rechaza sumisión al régimen monárquico, de Derecho divino, de la Iglesia Católica, tiene unión con el régimen democrático, humano, de los representantes de las sectas no católicas. Pervierte la forma del régimen de la Iglesia Católica. Rechaza el poder divino y aprueba el poder humano contrario a él y rechaza la unidad de fe según la autoridad divina y quiere el pluralismo de credos según arbitrio humano. Ese pluralismo es evidente.
    Aunque el poder de orden permanece "válido", en los que válidamente lo reciben y después se pasan a la herejía o al cisma; con todo su ejercicio es ilícito y pecaminoso, salvo las excepciones por grave necesidad de los fieles. Mas esta necesidad de los fieles no retira y no legitima la herejía de esos ministros del Sacramento; no les otorga poder de Jurisdicción ordinaria para gobernar y enseñar la fe a los fieles. No legitima el desvío del credo y la simulación para ocultar  ese desvío.
    Los enemigos de la Iglesia, los heréticos, opuestos a la Sede de Pedro, de mala gana toleran los ritos de San Pio V; los toleran por el interés de ser ellos reconocidos como "válidos" regentes y docentes de los fieles, cosa muy apta para engañar a los simples y para disimular que constituyen ellos "la verdadera Iglesia Católica".
    La Profesión de Fe "Fides papae" condena a un papa que se aparta de la unidad de fe en un solo punto. Y el Vaticano II se aparta en todos los puntos: es agnóstico; no reconoce la verdad y la fe universal, común a todos. La verdad universal no es la opinión individual opuesta.
    Quien se confiesa "una cum" en las cosas divinas, con el herético ecuménico, reconoce a todas las falsas religiones del Ecumenismo y, por eso mismo, se declara en la unión con Mahoma y Lutero; con Buda y Caifás; con Lamennais y Loisy.
    La inserción de los ritos católicos en medio de las herejías de una secta herética, tiene por fin, aparentar que tal secta no es herética, sino fiel. Tiene por fin engañar a los incautos. Todos y cada uno de los heréticos están "ipso facto" excomulgados, y, por eso, fuera de la Iglesia Católica. Y, por eso, los sacerdotes de esa secta, se aprovechan de esa apariencia maliciosa de Catolicismo para divulgar y difundir su herejía.
    La sentencia "ipso facto" tiene su efecto real y actual en el medio católico, si el delito es notorio (Can.2232): es la excomunión (Can. 2314,1).
    "Los que, de cualquier modo, espontáneo y conscientemente auxilian la propagación de la herejía o tienen comunión con los heréticos en cosas divinas, son sospechosos de herejía" (Can. 2316). Y "deben ser tenidos por heréticos y sujetos a las penas de los heréticos (Can. 2315), si no remueven las sospechas de herejías apuestas manifestadas.
    El Vaticano II es acatólico y no es lícito tener "comunión" con acatólicos en cosas sacras. Tales personas aparentar rechazar el Vaticano II en unas herejías, y, por otro lado, tienen "comunión" con él en otras herejías. Quien reconoce al papa herético, valida también a los obispos heréticos, "unidos" a esa persona. Quien tiene comunión con la secta herética, dice la Iglesia: "es infame", "ipso facto", (Can 2314,3), no tienen comunión con los fieles.
Los ligados a la secta
    Tiene esa secta varias ramas y varios líderes, con pequeñas variaciones en el credo de cada uno:
    a) Fraternidad San Pio X - Instituida por Mons. Marcel Lefébvre. Quiere comunión consigo mismo y no con el Magisterio de la Iglesia. Llegó a estar de acuerdo con el papa herético. Expulsa de la secta a quien sigue el Canon 188,4 y a la Bula de Paulo IV. Se aparta de la Lógica y del Dogma, y, con Loisy, quiere una "aptitud práctica".
    b) Unión Sacerdotal San Juan M. Vianney - Instituida por Dom A. de Castro Mayer, rechaza el Canon 188.4; quiere compatibilizar la fe y la herejía; hace libre examen de las intenciones de Cristo; quiere la doctrina variable con las circunstancias concretas y venidas del acuerdo entre teólogos. Habla solo en opiniones, no en el Magisterio dogmático. Tuvo unión con la Fraternidad de Mons. Lefébvre y no se separó de los papas del Vaticano II. Sus seguidores se unieron formalmente a la "nueva iglesia".
    c) Mons. Guerard des Lauriers - Reconoció al papa herético de hecho, transfiriendo la "Sucesión material" a los cismáticos en el poder de las Ordenes para la "posesión de la Sede", y en el poder de jurisdicción papal; afirmando “verdaderos papas”, por esa posesión positiva de hecho; contra la vacancia del Canon 188.4. Fue seguido por Mons. Donald Sanborn y otros obispos ineptos en Filosofía y heréticos en Teología.
    d) Sr. A. V. Xavier da Silveira, con el libro: "La Misa de Paulo VI", cuyas doctrinas son las mismas de Dom Mayer y Mons. Lefébvre. Ligado a la T.F.P.: rechaza la Revolución en el orden civil, temporal; más apoya la misma Revolución en el orden espiritual interno en la Iglesia Católica.
    e) No pueden ser juzgadas heréticas las personas simples que por impericia o ignorancia inculpable, están ligadas a esas sectas o a la propia secta ecuménica del Vaticano II. En cuanto que están de buena fe, dispuestas a ser corregidas cuando el Magisterio dogmático de la Iglesia les sea mostrado. Salvo si después de eso, pertinazmente, perseveraren en la unión con tales sectas heréticas.
Causas de la secta
    Son causas eficientes de ellas, personas o ignorantes o maliciosas, que no se someten al Magisterio dogmático de la Iglesia y sirven de instrumento para el "Non serviam" de Satanás, en medio de los hombres. Se pierden a si mismas y arrastran a otras para la perdición eterna. La causa final del obrar de esas personas no es la gloria de Dios y el fin último de la iglesia y de todo ser humano. Es el juicio y voluntad propia, la gloria propia, el amor propio, el orgullo y la soberbia propia.
    La causa formal de esas sectas no es la forma instituida por el Autor divino en su verdadera Iglesia, con el Espíritu de la Verdad. Es la forma opuesta a la de una "falsa religión cristiana", sin unidad de fe y de régimen con la Iglesia católica; simulando, entretanto ser ella la "única verdadera religión" en el lugar de la Iglesia católica; con credos libres e individuales, "de cada uno para si".
    Tal forma heterodoxa engloba los errores filosóficos y teológicos del Agnosticismo, Progresismo, Individualismo, Liberalismo, Igualitarismo, Modernismo. Ateísmo, Racionalismo. Naturalismo, Humanismo, Fideísmo, Positivismo, Pacifismo, Ecumenismo, Politeísmo, Panteísmo.
El camino católico
    La Iglesia sintetizó en un Canon la perpetuidad dogmática de la doctrina de la fe dada por Dios a la Iglesia: "Si alguien afirma que puede ocurrir que, siguiendo el progreso del conocimiento, se deba atribuir alguna vez a los dogmas propuestos por la Iglesia un sentido distinto de aquel que entendió y entiende la misma Iglesia, sea anatema" (I).S. 3043).
    El símbolo de la fe "Quicumque", que los primeros siglos de la Iglesia profesó: "Quien quiera ser salvo, antes de todo, es necesario que mantenga la fe católica. Y fuera de duda que perecerá, eternamente, quien no la observa de forma integra e inviolada" (I).S. 75).
    Eso tiene fundamento en las palabras de Cristo sobre la gran tribulación del fin de los tiempos: "Quien perseverare hasta el fin, este será salvo" (Mt. 24,13).
    El dogma de fe no evoluciona con los tiempos.

Traducción:
R.P. Manuel Martínez Hernández.

lunes, 15 de julio de 2013

Doctoris Angelici

(Motu Proprio) 
San Pío X 
SOBRE EL ESTUDIO DE LA DOCTRINA DE
SANTO TOMÁS DE AQUINO 

La filosofía escolástica, base de los estudios sagrados
     Ningún católico sincero puede poner en duda la siguiente afirmación del Doctor Angélico: Reglamentar el estudio compete, de modo particular, a la autoridad de la Sede Apostólica que gobierna a la Iglesia universal, y a ello provee por medio de un plan general de estudios [i]. En varias ocasiones hemos cumplido con este magno deber de Nuestro oficio, principalmente cuando en nuestra carta Sacrorum antistitum, del 1 de septiembre de 1910, nos dirigíamos a todos los Obispos y a los Superiores de las Ordenes Religiosas, que tienen el deber de atender a la educación de los seminaristas, y les advertíamos: «Por lo que se refiere a los estudios, queremos y mandamos taxativamente que como fundamento de los estudios sagrados se ponga la filosofía escolástica... Es importante notar que, al prescribir que se siga la filosofía escolástica, Nos referimos principalmente a la que enseñó Santo Tomás de Aquino: todo lo que Nuestro Predecesor decretó acerca de la misma, queremos que siga en vigor y, por si fuera necesario, lo repetimos y lo confirmamos, y mandamos que se observe estrictamente por todos. Los Obispos deberán, en el caso de que esto se hubiese descuidado en los Seminarios, urgir y exigir que de ahora en adelante se observe. Igual mandamos a los Superiores de las Ordenes Religiosas».  

Nos referimos a los principios de Santo Tomás
     Como habíamos dicho que había que seguir principalmente la filosofía de Santo Tomás, y no dijimos únicamente, algunos creyeron cumplir con Nuestro deseo, o al menos creyeron no ir contra este deseo Nuestro, enseñando la filosofía de cualquiera de los Doctores escolásticos, aunque fuera opuesta a los principios de Santo Tomás. Pero se equivocan plenamente. Está claro que, al establecer como principal guía de la filosofía escolástica a Santo Tomás, nos referimos de modo especial a sus principios, en los que esa filosofía se apoya. No se puede admitir la opinión de algunos ya antiguos, según la cual es indiferente, para la verdad de la Fe, lo que cada cual piense sobre las cosas creadas, con tal que la idea que tenga de Dios sea correcta, ya que un conocimiento erróneo acerca de la naturaleza de las cosas lleva aun falso conocimiento de Dios; por eso se deben conservar santa e invioladamente los principios filosóficos establecidos por Santo Tomás, a partir de los cuales se aprende la ciencia de las cosas creadas de manera congruente con la Fe [ii], se refutan los errores de cualquier época, se puede distinguir con certeza lo que sólo a Dios pertenece y no se puede atribuir a nadie más [iii], se ilustra con toda claridad tanto la diversidad como la analogía que existen entre Dios y sus obras. El Concilio Lateranense IV expresaba así esta diversidad y esta analogía: «mientras más semejanza se afirme entre el Creador y la criatura, más se ha de afirmar la desemejanza» [iv]. 

Estos principios son como el fundamento de toda ciencia  
     Por lo demás, hablando en general, estos principios de Santo Tomás no encierran otra cosa más que lo que ya habían descubierto los más importantes filósofos y Doctores de la Iglesia, meditando y argumentando sobre el conocimiento humano, sobre la naturaleza de Dios y de las cosas, sobre el orden moral y la consecución del fin último. Con un ingenio casi angélico, desarrolló y acrecentó toda esta cantidad de sabiduría recibida de los que le habían precedido, la empleó para presentar la doctrina sagrada a la mente humana, para ilustrarla y para darle firmeza [v]; por eso, la sana razón no puede dejar de tenerla en cuenta, y la Religión no puede consentir que se la menosprecie. Tanto más cuanto que si la verdad católica se ve privada de la valiosa ayuda que le prestan estos principios, no podrá ser defendido buscando, en vano, elementos en esa otra filosofía que comparte, o al menos no rechaza los principios en que se apoyan el Materialismo, el Monismo, el Panteismo, el Socialismo y las diversas clases de Modernismo. Los puntos más importantes de la filosofía de Santo Tomás, no deben ser considerados como algo opinable, que se pueda discutir, sino que son como los fundamentos en los que se asienta toda la ciencia de lo natural y de lo divino. Si se rechazan estos fundamentos o se los pervierte, se seguirá necesariamente que quienes estudian las ciencias sagradas ni siquiera podrán captar el significado de las palabras con las que el magisterio de la Iglesia expone los dogmas revelados por Dios.
     Por esto quisimos advertir a quienes se dedican a enseñar la filosofía y la sagrada teología, que si se apartan de las huellas de Santo Tomás, principalmente en cuestiones de metafísica, no será sin graves daños. 

Este es Nuestro pensamiento: 
     Pero ahora decimos, además, que no sólo no siguen a Santo Tomás, sino que se apartan totalmente de este Santo Doctor quienes interpretan torcidamente o contradicen los más importantes principios y afirmaciones de su filosofía. Si alguna vez Nos o Nuestros antecesores hemos aprobado con particulares alabanzas la doctrina de un autor o de un Santo, si además hemos aconsejado que se divulgue y se defienda esta doctrina, es porque se ha comprobado que está de acuerdo con los principios de Santo Tomás o que no los contradice en absoluto. 
     Hemos creído Nuestro deber Apostólico consignar y mandar todo esto, para que en asunto de tanta importancia, todas las personas que pertenecen tanto al Clero regular como secular consideren seriamente cuál es Nuestro pensamiento y para que lo lleven a la práctica con decisión y diligencia. Pondrán en esto un particular empeño los profesores de filosofía cristiana y de sagrada teología, que deben tener siempre presente que no se les ha dado la facultad de enseñar para que expongan a sus alumnos las opiniones personales que tengan acerca de su asignatura, sino para que expongan las doctrinas plenamente aprobadas por la Iglesia.
Concretamente, en lo que se refiere a la sagrada teología, es Nuestro deseo que su estudio se lleve a cabo siempre a la luz de la filosofía que hemos citado; en los Seminarios, con profesores competentes, se podrán utilizar libros de autores que expongan de manera resumida las doctrinas tomadas de Santo Tomás; estos libros, cuando están bien hechos, resultan muy útiles. 

Utilizar el texto de la «Summa Theologica»  
     Pero cuando se trate de estudiar más profundamente esta disciplina, como se debe hacer en las Universidades, en los Ateneos y en todos los Seminarios e Institutos que tienen la facultad de conferir grados académicos, es absolutamente necesario -según se ha hecho siempre y nunca se ha debido dejar de hacer- que las clases se expliquen con la propia Summa Theologica: los comentarios a este libro harán que se comprendan con mayor facilidad y que reciban mejor luz los decretos y los documentos que la Iglesia docente publica. Ningún Concilio celebrado posteriormente a la santa muerte de este Doctor, ha dejado de utilizar su doctrina. La experiencia de tantos siglos pone de manifiesto la verdad de lo que afirmaba Nuestro Predecesor Juan XXII: «(Santo Tomás) dio más luz a la Iglesia que todos los demás Doctores: con sus libros un hombre aprovecha más en un año, que con la doctrina de otros en toda su vida» [vi]. San Pío V volvió a afirmar esto mismo al declarar Doctor de la Iglesia universal a Santo Tomás en el día de su fiesta: «La providencia de Dios omnipotente ha querido que, desde que el Doctor Angélico fue incluido en el elenco de los Santos, por medio de la seguridad y la verdad de su doctrina se hicieran desaparecer desarticuladas y confundidas muchas de las herejías que surgieron, como se ha podido comprobar ya de antiguo y, recientemente, en el Concilio de Trento; por eso establecemos que su recuerdo sea venerado con mayor agradecimiento y piedad que hasta ahora, pues por sus méritos la tierra entera se ve continuamente libre de errores deletéreos» [vii].Y, por hacer referencia a otras alabanzas, entre otras muchas, que le han dedicado Nuestros Predecesores, traemos a colación gustosamente las de Benedicto XIV, llenas de encomio para todos los escritos de Santo Tomás, particularmente para la Summa Theologica: «Muchos Romanos Pontífices, predecesores Nuestros, honraron su doctrina (la de Santo Tomás), como hemos hecho Nos mismo en los diferentes libros que hemos escrito, después de estudiar y asimilar con ahínco la doctrina del Doctor Angélico, y siempre Nos hemos adherido gustosamente a ella, confesando con toda sencillez que si hay algo bueno en esos libros, no se debe de ningún modo a Nos, sino que se ha de atribuir al Maestro» [viii].
     Así, pues «para que la genuina e íntegra doctrina de Santo Tomás florezca en la enseñanza, en lo cual tenemos gran empeño» y para que desparezca «la manera de enseñar que tiene como punto de apoyo la autoridad y el capricho de cada maestro» y que, por eso mismo, «tiene un fundamento inestable, que da origen a opiniones diversas y contradictorias... no sin grave daño para la ciencia cristiana» [ix], queremos, mandamos y preceptuamos que quienes acceden a la enseñanza de la sagrada teología en las Universidades, Liceos, Colegios, Seminarios, Institutos, que por indulto apostólico tengan la facultad de conferir grados académicos, utilicen como texto para sus lecciones la Summa Theologica de Santo Tomás, y que expongan las lecciones en lengua latina; y deberán llevar acabo esta tarea poniendo interés en que los oyentes se aficionen a este estudio. 

     Esto ya se hace en muchos Institutos, y es de alabar; también fue deseo de los Fundadores de las Ordenes Religiosas que en sus casas de formación así se hiciera, con la decidida aprobación de Nuestros Predecesores; y los hombres santos posteriores a Santo Tomás de Aquino no tuvieron otro supremo maestro en la doctrina sino a Tomás. De esta forma, y no de otra, no sólo se conseguirá restituir a la teología su primigenia categoría, sino que también a las demás disciplinas sagradas se les otorgará la importancia que cada una tiene y todas ellas reverdecerán. 

Medidas disciplinares 
     Por todo ello, en lo sucesivo, no se concederá a ningún Instituto la facultad de conferir grados académicos en sagrada teología, si no se cumple fielmente lo que en esta carta hemos prescrito. Los Institutos o Facultades, las Ordenes y Congregaciones Religiosas, que ya tienen legítimamente esta facultad de otorgar grados académicos u otros títulos en teología, aunque sólo sea dentro de la propia institución, serán privados de esa facultad o la perderán si, en el plazo de tres años, no se acomodasen escrupulosamente a estas prescripciones Nuestras, aun cuando no puedan cumplir con ello sin ninguna culpa por su parte. 
     Establecemos todo esto, sin que nada obste en contrario. 
     Dado en Roma, cerca de San Pedro, el día 29 de junio de 1914, año undécimo de Nuestro Pontificado  
PIO PAPA X

NOTAS DE LA ENCÍCLICA:
[i] Opúsculo contra impugnantes Dei cultum et religionem, c. III.
[ii] Contra Gentiles, II, c. III y II.
[iii] Ibidem. c. III; y 1, 9. XII, a 4; y 9 LIV, a I.
[iv] Decretal II Damnamus ergo, etc. Cfr. Santo Tomás. Questiones disputadas "De scientia Dei", art. 11.
[v] Boecio. De Trinitate, 9. II, art. 3.
[vi] Alocución en el Consistorio, 1318.
[vii] Bula Mirabilis Deus, 11/4/1557.
[viii] Actas Cop. Gen. O.P., tomo IX, p. 196.
[ix] León XIII, Carta Qui te, 19/6/1886.+