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viernes, 10 de septiembre de 2010

Carta de Mons. Adolfo Zamora Hernández, sobre su Consagración.


Mons. Zamora justifica su Consagración en carta dirigida a un fiel.

En la foto:
Mons. Moisés Carmona Rivera
Mons. Martín Petrus Ngo Dinh Thuc
Mons. Adolfo Zamora Hernández.

El día que Mons. Thuc consagró a los dos.






ADULPHUS DEI GRATIA
EPISCOPUS CATHOLICUS

25 de marzo de 1985
12 de abril de 1985 .

Sr. Lic.
X
Muy estimado en Cristo

...Por haber llegado a mis manos en Cuernavaca (a donde he ido los domingos por la tarde a celebrar la Santa Misa) una copia de su Carta, al parecer Circular a algunos sacerdotes, sus opiniones personales acerca de la actual situación desconcertante del clero católico y de algunos seglares idem las he conocido.
La caridad ante todo me mueve a informarle con veracidad y en conciencia acerca de algunos aspectos del Problema Religioso en Casa.
Me he permitido reducir a pocos puntos su exposición epistolar. Si falta alguno importante, Sr. Lic., le suplico me lo haga notar, para satisfacer cuanto pueda mi intención caritativa.
Le suplico atentamente que escriba al Dr. E. Heller, a quien considero muy capacitado para esclarecer algún punto importante del Problema. Él forma parte de la Dirección de una Escuela sui generis en Alemania, junto con otros católicos celosos de la gloria de Dios en la defensa de la Iglesia Católica, y dirige la revista EINSICHT. Puede Ud. poner este nombre y dirección:

Eberhard Heller
Anna Dandler Str. 5/11
D- 8000 MUNCHEN-60
ALEMANIA OCCIDENTAL

(El prefiere que le escriban en francés o inglés, de no ser en alemán, claro; pero puede Ud. escribirle en español). Dios colme a usted y su estimada familia de bendiciones y los llene de Su Santo Amor.
// +Adulphus //

Sr. Lic.: Es verdad que los actuales "jerarcas" de la nueva iglesia han perdido su antiguo prestigio como testigos de La Verdad, como consecuencia de haberse apartado de la Verdadera Fe.
Lo digo firmemente al saber cómo no se detienen para mentir públicamente, como en el caso de la "Declaración de Mons. Thuc", pregonada por los clérigos progresistas en la que aparece su "retractación" y en el de la noticia publicada en un diario acapulqueño con letra muy visible en que también mienten públicamente.
No obstante su actual descrédito, a veces son veraces, cuando les conviene serlo en su provecho; pues conocen Teología y Derecho Canónico, saben todo de lo que se apartaron "por antiguo y erróneo - afirman ellos - ya superado".
Al recibir en 1981 la sorpresa de que había obispos católicos (1981) consagrados por el Sr. Arzobispo Thuc, a quien reconocían como "conservador empedernido" desde el llamado C.V. II, conocedores de lo que hizo en El Palmar de Troya, España, (1975), le cargaron la mano otra vez con penas eclesiásticas como a reincidente en el mismo delito, reconociendo la validez de las consagraciones que él hizo del Doctor Laureado Gerard des Lauriers y de los párrocos Moisés Carmona Rivera, de Acapulco, Gro., y Adolfo Zamora Hernández, religioso mercedario, de Atlatlahucan., Mor., y de Acapantzingo, Mor.
Si no hubieran reconocido validez alguna, no hubieran aplicado castigo alguno. ¿O no?
Por cierto, las penas aplicadas por ellos - según ellos - procedían del Derecho Canónico que ya no aceptaban, cuya "corrección y enmienda" estaban preparando, tarea que les llevó 18 años casi, y, como carecían de jurisdicción canónica (can. 188-4), no fueron válidas ni siquiera contra los cismáticos del mismo Palmar de Troya.
Son cismáticos respecto de la Verdadera Iglesia, no respecto de la nueva iglesia posconciliar.
En una palabra, no eran los jueces competentes para con los católicos ni lo son aún.
Contra los verdaderos delincuentes, que son los progresistas "en el poder", no hay penas; pero sí para los "rebeldes tradicionalistas"... Lo que equivale a decir que ahora "los patos cazan a las escopetas." ¿no?
Tampoco hay penas canónicas - menos ahora - contra los "teólogos" subvertidores de la Teología y demás disciplinas católicas; porque ellos son los "peritos" en cosas de la Iglesia, etc.
Es decir, reconocieron la validez de las consagraciones hechas por Mons. Thuc, verdadero obispo católico pero "rebelde" contra ellos y por lo mismo había que castigarlo, para hacer valer su autoridad, de la que realmente carecen.
Debo aclarar ahora que Mons. Thuc nunca fue exarzobisbo de Hué en Vietnam del sur; aunque así se lo dieron a saber las "autoridades" vaticanas y le impusieron la renuncia oficial y le dieron el Título vacío de Bulla Regia dejándolo a la deriva; no pudo regresar a su país, después del asesinato de sus dos hermanos, uno de ellos Presidente del país.
Por lo mismo se refugió en Toloum, Francia, con una familia vietnamita; estaba en el destierro y solo.
No sé si Ud. sepa, Lic., que Paulo VI no fue católico por no haber sido bautizado. Por tanto ni fue sacerdote ni obispo ni cardenal ni Papa católico. ¿Qué jurisdicción legítima tuvo o ejerció, si no fue católico?
Así, pues, Mons. Thuc nunca perdió su Sede de Hué, siguió siendo Arzobispo aun cuando haya sido privado ilegítimamente de su Arquidiócesis. Y así nunca perdió canónicamente hablando su Jurisdicción arzobispal. ¿Está claro, Lic.?
¿Recuerda Ud. lo que sucedió en nuestro país, cuando los "jerarcas" progresistas supieron la noticia de aquellas consagraciones de Mons. Thuc? Declararon a los periodistas la validez e ilicitud de tales consagraciones. El Sr. "Delegado Apostólico" en Méjico, Prigione, así como el vocero oficial del Arzobispado de Méjico, un exjesuita, y después el "Cardenal y Arzobispo Primado de Méjico", Corripio Ahumada, o sea, las más altas autoridades eclesiásticas públicamente estuvieron por la validez de los obispos "clandestinos".
Pigrione agregó que a pesar de la validez de su episcopado, estaban por su ilicitud "suspensos" de ejercer (según lo establecen los cánones del Derecho que ellos no reconocen, o sea, el mismo de antes). Pero, ¿quién acató esa declaración del progresista sin jurisdicción para con los obispos católicos?
Es claro que nadie de los "obispos clandestinos" ni de los seglares católicos. Nosotros seguimos ejerciendo como si nada supiéramos.
Así las cosas, el grupito que Ud. conoce, de Padres que se reunen a veces en Irapuato y a veces en Méjico o en Jumiltepic, Mor., y en alguna otra ciudad, han seguido neciamente oponiéndose a la validez de nuestras válidas consagraciones y obcecados en no querer tratos con nosotros, guiados - dicen - por su "teólogo", que Ud. conoce bien.
He de repetir, Sr. Lic., que los "jerarcas" progresistas son incompetentes para con los católicos, clérigos y seglares, incluso para con los cismáticos del Palmar de Troya, súbditos que fueron de Mons. Thuc hasta antes de declararse independientes de él, o sea, verdaderos cismáticos, mas no progresistas.
Al decirlo no es que los defienda por cismáticos; pues son delincuentes contra la autoridad legítima de Thuc; sino que digo que no son súbditos de los falsos jerarcas progresistas, razón por la que no cayeron bajo las penas vaticanas y menos nosotros.
Supe en Munich por boca de los Drs. Heller y Hiller y del mismo Mons. Thuc que éste consagró a aquellos del Palmar, muy confiado en las recomendaciones que de los consagrandos le dio Clemente Domínguez como digo y repito - factor decisivo de la realización del plan judaico contra la Iglesia Católica, para lograr obispos católicos y después separarse de Mons. Thuc, para seguir dividiendo). "divide y vencerás," ¿no, Lic.?
Y tuvo la mejor intención de hacerlos Sucesores de los Apóstoles, dato que nos asegura de su ortodoxia católica y de su celo episcopal para que la Iglesia Católica continuara, no se extinguiera en su elemento principal: los obispos. Aun cuando, como he dicho, Lic., cayó en la trampa judaica; pues los candidatos no eran ni dignos ni idóneos canónicamente, según después se descubrió. El Judaismo conquistó así otro de sus muchos triunfos contra el Catolicismo. Y toda culpa la arrojaron contra Mons. Thuc, como Ud. sabe.
Clemente Domínguez resultó ileso y prosigue hasta la fecha, que yo sepa, cometiendo barbaridad y media. Recuerde Ud. que Clemente Domínguez declaró que él era el legítimo sucesor de Paulo VI. ¿No fue éste un cabo que atar con otros sobre el plan judaico?
Después - supe - lo rehabilitaron, a Mons. Thuc, los del Vaticano, dicen que porque se retractó formálmente, y lo sometieron a cierta vigilancia secreta y se esforzaron de varios modos por atraer a Mons. Thuc hacia el Vaticano y procuraron tenerlo aislado para que no volviera a consagrar obispos. Era como quien tiene la ciudad por cárcel o algo peor.
Alguna vez - nos reveló el mismo Mons. Thuc en Munich - el Sr. Obispo local lo invitó en Jueves Santo a concelebrar en Catedral. El fue por cortesía oriental a la que estaba acostumbrado; pero no pronunció la consagración progresista, sino la fórmula latina que él usaba siempre. No concelebró ni varias veces ni con frecuencia, como afirman sin miedo sus detractores. Su revelación aquella fue sincera y la aceptamos con gusto. Le agradecimos que nos haya revelado un dato importante y quedamos convencidos de su sinceridad episcopal. Si cometió pecado de escándalo (según y conforme, no evidente) fue pecado y no delito - como afirman sus detractores.
Ante todo, Mons. Thuc no estaba dentro de SOSPECHA DE HEREJIA, por no haber repetido su participación en acto de culto acatólico con ánimo de hacerse hereje progresista. Enseguida, su actitud "conservadora" lo respalda más. Era un verdadero desterrado en Europa; vivia solitario en Toulum, Francia, cuando llegamos a verlo, los Drs. alemanes y nosotros dos. Dos gatos lo acompañaban. Por cierto me parece muy raro que haya sido rehabilitado por el Vaticano por petición personal suya. Se dicen y se hacen tantas cosas contra él, como se han dicho también contra nosotros...
Recién muerto Mons. Thuc, el 13 de diciembre de 1984 - como Ud. ha de saber - los progresistas, no sé si del Vaticano o algunos otros estadounidenses, publicaron a granel la RETRACTACION DE MONS. THUC... (La leí; enseguida me di cuenta de su falsedad por el estilo con que está redactada; no es ni estilo de Mons. Thuc ni de ningún obispo católico, sino de estilo progresista) Casi enseguida NOVEDADES de Acapulco, Gro., publicó "un refrito" de la noticia y agregó que Mons. Thuc había escrito a Mons. Carmona de Acapulco pidiéndole también su retractación, etc. Es evidéntemente falsa dicha carta. Mons. Carmona declaró que no había recibido carta alguna y que si la hubiera recibido, no la hubiera tomado en cuenta; porque Mons. Thuc estuvo en poder de sus secuestradores sacerdotes progresistas y pesanos de M. Thuc, desde enero hasta diciembre de 1984.
Mons. Thuc nunca se inclinó ante el Vaticano, como lo ha hecho repetidas veces Mons. Lefebrve. Si fue rehabilitado, algunos "jerarcas" españoles que lo visitaron y comprendieron su vejez, lo "ayudaron" pidiendo por él y para él la rehabilitación, rehabilitación que nunca necesitó ni le faltó para tranquilizar su conciencia católica.
Mons. Lefebvre declaró el año pasado que cuando urja la necesidad de tener obispos católicos, él pedirá permiso a J.P. II; si no se lo da, "consagrará" sin permiso." Esta afirmación de la razón al procedimiento de Mons. Thuc, que consagró obispos sin "licencia papal"; porque la Sede Romana está Vacante desde Juan XXIII hasta la fecha. Y a la vez nos descubre la oculta ortodoxia católica de Mons. Lefebvre, quien no tiene razón para ocultarla.
Si Mons. Thuc hubiera pedido permiso a J.P. II por consagrarnos, nunca hubiéramos aceptado la consagración. Si no conociéndolo nosotros, hubiera procedido a consagrarnos, hubiéramos resultado "progresistas" e inválidos evidéntemente. No sucedió ninguno de los dos casos, Sr. Lic... Por tanto...
El 7 de mayo de 1981, Mons. Thuc consagró al Dr. Gerard des Lauriers, sacerdote religioso dominico. Ignoro si a instancias de los Drs. alemanes mencionados; es probable, pues ellos se preocuparon por la extinción del Episcopado Católico en el mundo, junto con otros que desconozco, qienes forman una Escuela sui generis Filosófico-teológica muy importante y única.
Dichos Drs. se relacionaron, no sé cómo ni desde cuándo, con los directivos de la U.C.T. en Méjico pidiéndoles investigaran a sacerdotes mejicanos que fueran candidatos a obispos. No se dirigierón a sacerdotes mejicanos, no sé por qué; sus razones graves tendrían, entre otras su división en lefebvristas y jesuitas infiltrados, etc.
Entonces los directivos de la U.C.T., principálmente o casi principálmente, Gloria Riestra Wolf, quien había sido discípula del obispo Corripio Ahumada en Tampico y no sé si Sria. particular, nos recomendaron ante aquellos Drs. alemanes y les enviaron nuestro Curriculum Vitae. A mi me lo pidió Gloria con pretexto de que le había enviado un Estudio acerca del Nuevo Ritual de los clérigos progresistas y deseaba saber mi Curriculum Vitae para prologar dicho Estudio en la hoja Trento. A Mons. Carmona se lo pediría directa y claramente, pues él era el primer candidato, no sólo por su integridad sino también por ser el Presidente clérigo de la U.C.T., de quien esperaban mucho como obispo católico.
Debo aclarar, Sr. Lic., que Gloria me conocía desde hacía unos diez años, antes de 1981, por nuestras relaciones epistolares como escritores católicos; yo edité 14 años la revista mercedaria de la Provincia Méjicana, entre otras referencias. Los directivos de la U.C.T., - que yo sepa - no pensaron en pedir algún consentimiento a algunos sacerdotes conocidos de ellos; sabedores de que en siglos pasados hubo seglares que pidieron (postularon) a tal o cual personaje para que fuera obispo, en atención a sus méritos personales. Su postulación fue aceptada por haberse hecho en circunstancias emergentes, urgentes de provisión después de obispo.
Éstos - Ing. Anacleto, Lic. Salinas y Gloria Riestra - me lo dijeron y yo recordé que en efecto así había sucedido en la historia de la Iglesia Católica. Los seglares no consagraron ni obligaron a consagrar, sólo postularon racionálmente y urgidos por su celo por la gloria de Dios. Hubo más: Ni aquellos Drs. alemanes ni el mismo Mons. Thuc pidieron la intervención de sacerdotes mejicanos en la postulación, sabedores y muy bien de los casos aquellos en circunstancias emergentes. ¿Qué obispo había entonces que hubiera investigado - según los cánones - al entonces P. Carmona y a mí, que estábamos en las filas del Tradicionalismo?
(Cuando vivía yo en Toluca, Méj., llegó no sé cómo a mis manos una - de varias hojas - donde se leían las preguntas a las que el Ordinario local debía responder para formar la "Terna" de candidatos diocesanos a obispos) Eso supe.
Por lo demás, desde mucho antes sabía yo que el Ordinario Local "presenta" con su Curriculum Vitae a los candidatos a obispos. Es el proceso ordinario. En las actuales circunstancias era imposible el proceso inicial de presentación de candidatos. O algunos sacerdotes o seglares, en último caso, son de hecho los responsables de presentar candidatos, a falta de sacerdotes. Tengo para mi que Dios N.S. conservó la vida a Mons. Thuc para obispo consagrante de otros obispos a la mera hora próxima a la extinción de obispos, le dió el suficiente conocimiento y la voluntad necesaria al efecto, como no le dió a Mons. Lefebvre, o no se lo permitió, digamos; sino que reservó únicamente a Mons. Thuc para ser "el Arzobispo de la Hora de Dios."
¿Thuc consagró ilícitamente?
Sus detractores y los "jerarcas" progresistas insisten en la ilicitud de tales consagraciones por defecto de Licencia o Permiso Apostólico, o sea, de J.P.II. ¿No es así, Sr. Lic.?
Sólamente algunos obcecados insisten en la ilicitud por la "presentación de los seglares." Quien sabe de la total ilegitimidad canónica de los "Papas" desde Juan XXII hasta Juan Pablo II, sabe bien que ellos fueron y serán siempre considerados totalmente incompetentes por defecto de Jurisdicción canónica, para actuar como jueces, etc. para con los católicos; cualquiera intromisión suya es inválida, de efectos inválidos canónicamente hablando. Sólo a los filoprogresistas o a los mismos progresistas se les ocurrió que Mons. Thuc debió haber pedido o contado con la Licencia para consagrar proveniente del Vaticano. Ud. sabe, Lic., lo que sucede cuando los que detentan el poder público ejercen actos jurisdiccionales sin tener legítima jurisdicción. !Qué desorden, qué desgracia, qué abusos, etc.! Después no todo puede ser convalidado...
El Derecho Canónico tiene su canon 188 ya mencionado y otros modos de prever y proveer con otros cánones muy respetables, muy sabios.
En la usurpación de la Sede Vaticana se pueden y deben aplicar Reglas de Derecho, además del canon 20 y otros, con lo que no se viola ningún derecho, sino que se actúa jurídicamente, de donde resultan actos lícitos y válidos. Es entonces aplicación a casos emergentes, excepcionales, en necesidad urgente, etc.
Canon 20 del Código de Derecho Canónico vigente: "Si acerca de alguna materia (de derecho) llega (a darse el caso de que falte) a faltar expresa prescripción de la ley, así general como particular, debe tomarse a norma jurídica, fuera del caso de aplicación de penas, de: 1) las leyes dadas en materias semejantes 2) los principios generales del derecho, observados con equidad canónica 3) del estilo y práctica de la Curia Romana 4) de la sentencia común y constante de los "doctores."
Es suficiente a Ud. el señalamiento de las fuentes supletorias del Derecho Canónico, a las que se ha de recurrir en el orden indicado entre paréntesis, menos en la aplicación de penas canónicas, es evidente, de tal manera que el recurso a alguna de ellas en su oportunidad queda así canonizado (así se dice) esto es, da origen a actos válidos y también lícitos, recurso de parte de los conocedores del Derecho, es claro y lógico. En el transcurso del Código mencionado se halla algunas veces esta expresión: "La Iglesia suple la jurisdicción," cuando el ministro de Dios va a poner o pone algún acto, pero carece de la debida jurisdicción, por ejemplo, si está en ajeno territorio, si se le acabó el tiempo de gozo de ella, urgiendo la postura del acto y sólo él puede y aun debe ponerlo en bien de las almas, o de una sola; pues todos conocemos el Apotegma o Principio que reza: "Bonum animarum summa lex" (El bien de las almas es ley suprema). Es decir, el sacerdote (católico principálmente) tanto ha de procurar por justicia o por caridad el bien espiritual de los fieles, que necesitando ellos de la intervención sacerdotal, obre todo si es con urgencia, o en defecto de otro ministro, debidamente facultado, entonces "la Iglesia suple la jurisdicción."
Dios es quien quiere vivamente la santificación y salvación de las almas. En su Iglesia tiene ministros de su Gracia para bien de las almas. De ellos se vale ordináriamente para comunicarla con medios sagrados. Es evidente que ÉL puede comunicarla diréctamente; pero en Su Iglesia lo hace por medio de sus ministros. En nuestro caso de falta de ministros hábiles (la renuncia tácita admitida por el Derecho can. 188), Nuestro Señor se vale de los que son fieles no apóstatas; llamados "tradicionalistas," a quienes preservó de la apostasía desde el principio de ella, o los separó de ella y quedaron reconciliados, hábiles de nuevo pare ejercer su ministerio. No podía Dios N.S. dejar a los suyos a la deriva como ovejas sin pastor, "estando en Su Iglesia hasta la consumación de los siglos."
Por esto mismo sabemos que quedaron los Arzobispos Mons. Lefebvre y Mons.Thuc, además de algunos otros sacerdotes, ya en Europa ya en América. Y respecto de mi, me quedé de buena fe ignorante en la apostasía material, no formal, durante 12 largos años, viviendo en Méjico D.F. Poco a poco fui "tomando conciencia" de la situación tan lamentable de "la Iglesia Posconciliar" hasta que, gracias a Dios, el 25 de Julio de 1978 dejé definitivamente la Orden de La Merced modernista y la Arquidiócesis de Méjico idem (Había yo sido durante 30 años catedrático en la Casa de Estudios de La Merced de Toluca, 15 años en la de Derecho Canónico, entre otras referencias). En mis Memorias narro pormenores del proceso de mi retorno a la Iglesia Católica.
En la revista argentina ROMA (que quizá conoce Ud.), uno de los sacerdotes colaboradores elogió en extenso artículo de fondo la práctica de los sacerdotes "tradicionales" (quiso llamarlos así) que a petición de los fieles católicos celebraban la Santa Misa católica y les prestaban otros auxilios espirituales, especialmente administrándoles los santos Sacramentos. Según él eran valientes y lógicos y muy celosos de la gloria de Dios. Pero me parece que no explicaba que tenían jurisdicción permanente, sino ocasional, transitoria. Ignoro si él fue de los "tradicionales."
Por supuesto, nosotros en Méjico ejercíamos la jurisdicción supletoria desde mucho antes entre nuestros "tradicionalistas," considerándonos (lo digo por mí) con jurisdicción supletoria permanente, no ocasional; como que estábamos supliendo a los sacerdotes primero y a los jerarcas después (siendo nosotros obispos) inhábiles de derecho para ejercer jurisdicción canónica a nuestro alrededor y muy lejos de nosotros también.
No dijo ni una sola frase despectiva de aquel ministerio que conocía en su país o en algún otro, como Francia y algún otro europeo, y en Méjico, al que por referencias por lectura de revistas y hojas nuestras en Méjico conocía. No le pareció que cada uno ejercía su ministerio sin Prelado a quien estar sujeto, sabiendo la de prelados en varios países.
Como sacerdotes (después obispos) fieles al Señor, no podíamos quedarnos de brazos cruzados viendo la hecatombe espiritual de almas que por mucha ignorancia del fondo de las cosas religiosas, seguían como rebaños mansos al clero posconciliar. Tengo para mí que muchísimos padecen de ignorancia invencible, propia de las masas que, por otra parte, se dejan llevar en sus juicios por las apariencias y por la obediencia ciega a la que estaban acostumbrados hacia los sacerdotes.
Al decir obediencia ciega también me refiero a todos o casi todos los religiosos y religiosas. (Viví 40 años en conventos) La Voluntad Salvífica de Dios es general y muy especial para con sus católicos. Después de atender a éstos los ministros católicos teníamos y tenemos la obligación con la oración, la palabra y la obra, de trabajar celósamente por la conversión de los no católicos, los más próximos al menos. Le quedaron pocos ministros al Señor pare tarea tan ardua y necesaria. ¿Cómo considerar que los pocos no deban trabajar horas extras y lugares lejanos, donde les esperan los fieles rodeados de "lobos rapaces"? ¿Sabía Ud. que unos 75,000 sacerdotes volvieron al estado seglar?
(Una referencia no a destiempo): Cuando estudié Teología, después de Filosofía en el Seminario Conciliar de Veracruz, regido por el mismo Sr. Obispo Guizar Valencia, de feliz memoria, observé un poco que se nos enseñaban ideas nunca leídas en algunos libros de estudio, que apuntaban al progresismo. Eso a pesar de que casi todos los catedráticos habían sido doctorados en Roma y de que el Sr. Obispo tenía fama real de santo. Y precísamente en el texto de Historia de la Iglesia, obra de Marx (no Carlos) rara vez se mencionaban los herejes como judíos. La mayoría de herejes a través de la Historia de la Iglesia han sido judíos. Fue por los años 30s. ¿Cree Ud. que es poco decir que tales doctores romanos eran de principios del siglo?
Sabe Ud. que la infiltración judaica en la Iglesia Católica data de varios siglos. Siendo seminarista nunca me imaginé que ya la Iglesia Católica estaba muy infiltrada por judíos. Mis observaciones datan desde 1980. Ampliando la idea de "la Iglesia suple la jurisdicción" debo decirle, Sr. Lic., que N.S. Jesucristo se vale de sus ministros ordináriamente en su Iglesia para comunicar su Divina Gracia; ellos tiene doble potestad de Orden y de Jurisdicción; ésta es propia de los obispos o jerarcas en debido orden y ellos la participan a otros sacerdotes, generálmente de modo temporal.
Así lo estableció jerárquicamente N.S.J.C. El es Cabeza Invisible de su Iglesia; la Visible es el Papa legítimo - no el ilegítimo que, por lo mismo, no es Papa legítimo Sucesor de San Pedro. Si llega a faltar Papa legítimo, el conducto de la participada jurisdicción son los obispos, digamos radicálmente, aun cuando no en calidad o valor de Sumos Pontifices, es claro. Si dejara de haber obispos, dejaría de continuar el conducto moral de la jurisdicción y, diríamos, que EL se reservaría participar diréctamente la jurisdicción. Pero nunca ha habido tal supuesto; porque nunca han faltado obispos y aunque haya sido uno, ha habido, como sabemos por la Historia de la Iglesia y hemos visto en nuestros tiempos cómo quedaron dos Arzobispos: Thuc y Lefebvre, libres de la Fatídica Apostasía.
Desde el 13 de diciembre de 1984, sólo queda de los dos uno: Lefebvre; pero afortunádamente hay otros obispos católicos de la línea católica ortodoxa de Mons. Thuc. De Lefebvre no sé que haya. Recuerde Ud., Lic., que no puede faltar, no puede fallar la Promesa Divina de la Presencia de N.S.J.C. en su Iglesia. Todo nos apoyamos en ella. Por lo mismo, aI faltar Papa legítimo Mons. Thuc dió a sus consagrados la doble potestad mencionada, al expresar textuálmente así: "CON TODOS LOS DERECHOS PROPIOS DE ESTA DIGNIDAD." Él mismo repetidas veces declaró que se sentía con la obligación de hacer todo lo que pudiera y debiera para que continuara la Sucesión Apostólica, o sea los obispos, y consagró a tres, ya no pudo más en su vejez. Y por lo mismo nos delegó, encargándonos muy sériamente que buscáramos candidatos a obispos y los consagráramos.
El canon 330 establece (disciplina canónica) que debe constar de la idoneidad del episcopable y que únicamente la Sede Apostólica (no el mismo Papa) esto es alguna S. Congregación como la de Obispos, digamos, decide acerca de dicha idoneidad; pero no asevera que esto será para la validez de la consagración. Por su parte en el párrafo 2 del canon 329, se establece que es el Sumo Pontífice quien designa al episcopable, sin decir si para la validez de la consagración.
En consecuencia se trata de licitud. En nuestro caso al no haber Papa legítimo, sino Usurpador, Sede Vacante de derecho, le toca al obispo consagrante por urgente necesidad ya conocida y siendo católico, la designación para la licitud de la posterior consagración.
Hubo quienes aseveraron que nuestras consagraciones fueron inválidas debido a que los seglares de la U.C.T. (unicos que en urgente necesidad pudieron) nos presentaron ante el Arz. Thuc, sin reparar en que Presentación es Postulación ante el criterio episcopal, quien puede rechazar la Presentación o aceptarla y, además, nunca se ha tenido la Presentación como condición indispensable para validez de la consagración posterior por el consagrante.
Si los seglares de la U.C.T. se entrometieron en lo que no debían, el Sr. Arz. Thuc no hubiera aceptado su Presentación de episcopables y, por otra parte, tampoco hubiera aceptado la participación que en ella tuvieron los Drs. alemanes mencionados; sino que hubiera pedido, exigido, si tuviera que ver algo para la validez, el testimonio de clérigos, no de seglares. Me parece ilógico y aun denigrante para los Drs. alemanes, siquiera pensar en que, si con tanto afán deseaban obispos católicos, se hubieran entrometido pidiéndolos de Méjico, pidiendo la cooperación de los seglares de la U.C.T.
Sólo Dios sabe cuánto pensaron estudiando el caso de la carencia de obispos católicos relatívamente a la conclusión práctica y muy católica de San Roberto Belarmino, aplicable a la multicitada urgencia en orden a obtener el Concilio Imperfecto mencionado. Permítame, Sr. Lic., decirle algo acerca de los sacerdotes que tenemos en nuestro país, de quienes se piensa que son católicos por celebrar la Santa Misa Católica:
Con Benjamín Campos (ignoro su segundo apellido) se cuentan otros 2 jesuítas: Adonai Correa (no sé tampoco su segundo apellido) y Ruiz y Ruiz. Los 3 siguen: dependiendo de sus Superiores jesuítas, por lo que concluyo que siguen también bajo los "jerarcas" progresistas. Los 3 bien infiltrados entre católicos. Sé qué Misa celebran y casi sé también en qué lugares, unas veces en latín y otras en español, según se las pidan celebrar. De Campos y Correa sé que tienen origen judaico; nada sé al respecto de Ruiz y Ruiz.
DENTRO DE 40 DIAS, es libro con blasfemias contra N.S.J.C., demás de elogios a una mala mujer norteamericana M. Monroe. CRISTO AYER, HOY Y SIEMPRE es de Campos, cuyo progresismo religioso se lee casi en cada página.
Conservo en Mis Memorias una crítica algo pormenorizada de dicho libro, escrita hace 2 años; deseaba publicarla, pero no me fue posible hacerlo. A ellos se une el P. holandés (el mismo origen no es de confiar) Cornelio B., quien vivió 2 años en Puruarán, bien infiltrado, y después o entonces escribió un libro elogiando todo aquello, y supe que estaba por publicar otro. Sé que vive en Apaseo el alto en casa de uno de sus amigos puruaranistas y de allí se translada a otros lugares a celebrar la Misa Católica; además tiene cosas lefebvristas. Ignoro si es judío o no.
Del P. Nabor Cárdenas tengo muy malas referencias, diría pésimas; pues aparenta ser católico y por sus malos hechos tiene un cúmulo de penas eclesiásticas encima, de las que no puede librarse; porque los "jerarcas" carecen de jurisdicción canónica para con él, o porque él no los reconoce, etc. Además de la carencia de ciencia debida como sacerdote católico, se prestó a publicar "revelaciones" dadas a Gabina, de dudosa ortodoxia.
Cayó en mis manos un ejemplar de "revelaciones de la Virgen de Puruarán" y les encontré serias fallas no sólo teológicas sino hasta gramaticales. Por lo menos en algunas se ve la intervención diabólica, no la de la Virgen María en persona. El retrato o imagen de ella, aprobado por Gabina a no sé qué religiosa pintora, no es de la Virgen, quien nunca de los nuncas se ha presentado con esos ojos a cuya primera vista horrorizan.
Dice Ud. Que el P. Campos pudo haber inspirado al P. Nabor que "ordenara sacerdotes." Yo supe que los ordenó por mandato de "la Virgen." Esto comprueba que no fue ella quien lo dijo, sino el demonio. Si el P. Campos "inspiró," dese Ud. Cuenta cómo anda el P. Campos "trabajando" como buen judío para acabar con el clero auténticamente católico. No sé si el mismo P. Nabor haya tenido consignas judaicas o masónicas. Por lo menos él es instrumento de los enemigo de la Iglesia.
Del P. Carlos Marquet tengo mucho que decir en su contra, según lo que ha sabido y él mismo me lo ha demostrado con hechos. Lo lamento, Sr. Lic., Ha deseado ser obispo ¿Quién de los obispos a los que ha atacado lo podrá consagrar? Por otra parte su enfermedad cardíaca lo imposibilita para obispo.
Del P. Andrés González me había formado buenas ideas; pero me decepciona por estar tan unido con el P. Marquet.
El P. Manuel Estéban Camacho Baruch, es otro judío, que no usa segundo apellido para no darse a conocer como judío. El con otros 2 Padres por allá, me parece que Ojitlán, Oaj, son a primera vista lefebvristas. Recuerde Ud. que invitaron a M. Lefebvre y lo recibieron, etc. Ignoro sus vidas íntimas, etc., por vivir yo hasta por este Estado. (El P. Camacho no contestó 2 cartas que le dirijí hace 2 años, en mi intento de atraérmelo con la mejor intención).
3 Padres, que yo sepa, están con Mons. Carmona:
Manuel Ojeda en un pueblo a donde lo mandó Mons. Carmona, después de haberlo tenido consigo en Acapulco, no sé cuánto tiempo; me dijeron que es joven y celoso.
El Dr. Ripoll Puga, médico meridano, que estudió algunos años con los Padres franciscanos de Coyoacán, pero no llegó a estudiar Filosofía y Teología, según me escribió (éramos amigos) y, cuando me pidió que lo odenara sacerdote, ante todo no quise por saber su origen judaico, y le "di largas al asunto."
En eso lo supo Mons. Carmona y en pocos días se pusieron de acuerdo y voló Mons. Carmona a ordenarlo en Mérida. Ante todo le dispensó los estudios eclesiásticos confiando en su capacidad intelectual para realizarlos en un futuro próximo; tambien le dispensó haber recibido el subdiaconado del Vic. Gral. del Arz. de Yucatán, o le subsanó el Diaconado, etc., a estilo católico; pero por judío le gustó para padre tradicionalista y ahí está otro "católico"...;
el 3er P. es el dominico Luis Montes Santos, de quien el año antepasado supe que deseaba hacerse "tradicionalista," pero se me dificultó comunicarme con él. Se presentó ante el P. Lavagnini hace como medio año y no sé si esté con él. Unos seglares reclamaron al P. Lavagnini la presencia en el culto del P. Montes; fue un incidente.
Del P. Lavagnini sé que es judío por su propia revelación al P. Toledo, que también en confianza me lo reveló.
De Toledo no he sabido su origen. Ambos son "uña y carne" y están no lejanos uno del otro en el Edo. de Morelos y con el P. Marquet se reunen con cierta periodicidad para "estudiar" el caso de nosotros obispos católicos, bajo la inspiración del P. Barbará, judío también.
Nos rechazan cordiálmente y no desean comunicarse con nosotros. Paro tratan con Mons. Bravo, quien también a veces se reune con ellos, aquí o allá. Tengo seglares amigos que me han relatado algo de los asuntos tratados en dichas Juntas Sacerdotales Cismáticas. Reálmente al marginarse de nosotros católicos, ellos parecen cismáticos ¿no es así? Vivimos por el mismo rumbo; pero no quieren reconocerme obispo.
Hace pocos días, el P. Toledo me mandó saludos con un seglar, feligrés de Acapatzingo, a donde voy los domingos desde noviembre pasado a celebrar la Santa Misa, en lugar de uno de ellos que ya no va, y dijo: "Me saludas al Padre Zamora."
Lo mismo dice al referirse a mí el P. Estában Lavagnini y, es más, éste dice "Zamora," no dice Padre. Eran los dos mis amigos más que el P. Marquet. Los 3 son ya mis enemigos cordiales. !Sea por Dios! Toledo fue mi discípulo en Toluca; somos viejos amigos, o éramos.
A los nombrados hasta aquí, se han de agregar los siguientes Padres:
Ortega Rey, español religioso redentorista, de más de 90 años, quien a pesar de su invalidez, podía sentarse a celebrar ante una mesa la Misa Católica, a pesar de que interrumpía con chistes o comentarios fuera del culto, lo que disgustaba a varias personas, por lo que siempre ha tenido poca concurrencia. Puedo decir que es mi amigo, aunque poco lo visito.
Bernardo Flores, exmercedario, 9 años párrococo de Santa Cecilia, no lejos de Tlalnepantla, Méj., un poco aislado de todos, pero trabaja celósamente cuanto puede; celebra en el oratorio doméstico suyo y en algunas casas de su antigua feligresía y en otros lugares, a donde lo llaman, incluso en Méjico D.F. Es mi amigo pero rara vez lo he visitado. Me confidenció que 2 veces le propusieron los progresistas con quienes vivía, el episcopado; pero no aceptó. Es de poco más de 50 años de edad.
Esmaragdo Guerrero Rodríguez, oajaqueño, de unos 60 años de edad, amigo mío, durante algunos años párroco en varias parroquias; vive en Ixtapalapa, D.F., donde celebra Misa los domingos por la tarde y algún otro día y también celebra en alguno de los pueblos al sur de la Ciudad de Méjico, cuando se lo piden, y en oratorio de Bolivar 517, donde celebré unos meses después de haber dejado el oratorio de Maricopa 16, de la U.C.T. Los domingos me ayuda con Misa a medio día, mientras yo voy a otras dos parroquias lejanas de aquí.
Carlos Hernández, orizabeño, de unos 76 años de edad, condiscípulo mío en el Seminario Conciliar de Veracruz, como lo fue el actual "obispo" de Netzahualcoyotl, a cuyo territorio "pertenezco," celebra en oratorios improvisados en casa particular, ya en la misma ciudad, ya en otras, a donde lo llaman al efecto. A veces va a su pueblo natal San Salvador El Seco, Pue., y cada año a varios pueblos del Edo. de Veracruz en el istmo de Tehuantapec, como también por allá va cada año el P. Guerrero R. (olvidaba decirle).
Santiago Corona G., que vive en Apaseo El Alto, Gto., a donde tuvo que irse por la persecución que sufría por parte de los "Padres" progresistas, desde hace 2 años (como lo han asediado al P. Carlos en Orizaba, e incluso ante el Sr. Arz. que lo llamó, este P. Carlos dejó callado al sabio Arz. Obezo dos ocasiones según me relató). Corona Gómez fue mi discípulo en Toluca, de los regulares, (mientras que Toledo era de los medianitos), de más de 50 años de edad, de poca salud hasta la fecha, pero muy celoso; hace cuanto puede allá. Es mi amigo.
Somos pocos los clérigos católicos mejicanos; obispos 4, como en U.S.A.; en tanto que allá son más de 50 los presbíteros católicos, sin contar a los lefebvristas. Allá en U.S.A. hay 3 Seminarios a cargo de Padres u Obispos católicos, con pocos seminaristas; pero esperanza de nuevo clero católico.
Con Mons. des Lauriers, somos 9 obispos, raquítica jerarquía pero no tanto, porque con los 4 millones aproximádamente de seglares en muchos países, estamos formando la Iglesia Católica, Apostólica, Romana de 20 siglos, Sr. Lic. El Vaticano Ecumenista eliminó a Mons. Thuc.
No sería mucho decir que ya ha maquinado nuestra desaparición por lo molestos que se sienten con nosotros en competencia que consideran odiosa. Sin embargo, recuerde Sr. Lic. la Asistencia del Sr., en su Iglesia. Es decir, a pesar de la infiltración que tenemos de parte de obispos y sacerdotes judíos. La absorción de las estructuras - mencionada por Ud. - no fue por legítimo derecho sino por usurpación de sedes episcopales, desde la Vaticana. A la mala se quedaron con ellas y con los templos. Ellos tienen los templos; nosotros, la Fe Divina y Católica. ¿Quién está en mejor situación ante Dios?
Recuerde Ud., Lic., el Cisma de Inglaterra en el siglo XVI, después de la rebelión de Martín Lutero. El Rey Enrique VIII se separó de la Verdadera Iglesia y formó la Anglicana adoptando el Luteranismo. Presumían ellos de conservar la sucesión Apostólica; pero no recuerdo qué Papa (de los legítimos) declaró la invalidez de las ordenaciones anglicanas y punto. El Rey obligó al clero a sujetarse a todo aquello no católico; los pocos no sometidos por conservarse católicos, fueron martirizados.
Así todo el clero quedó cismático y herético. Hecho semejante sucedió en el Vaticano; todos los clérigos se sometieron, no ya por la violencia, sino por la obediencia ciega a la que estaban muy acostumbrados (por la infiltración de los judíos clérigos, que enseñaron en universidades romanas y otras y en libros eclesiásticos, la obediencia ciega a los superiores).
Lo declaró Mons. Lefebvre en sus libros contra el C.V. II. Lo ví y lo viví yo mismo, cuando estaba con los progresistas (estuve 12 años).
El derecho canónico auténtico (pese la abrogación hecha por J.P. II al promulgar su Nuevo Derecho Canónico por el canon 6), en el c. 188-4 sanciona: "Por renuncia tácita admitida por el mismo derecho, vacan cualesquiera oficios, ipso facto y sin declaración alguna, si el clérigo: defecciona públicamente de la Fe Católica"...(Ob tacitam renuntiationem ab ipso iure admissam quaelibet officia vacant ipso facto et sine ulla declaratione, si cléricus: A fide catholica publice defecerit..."
Como ve Ud., Lic., la defección en masa de los clérigos, iniciada por los Padres Conciliares (salva la excepción de unos cuantos, entre ellos Mons. Thuc y Mons. Lefebvre) y seguida por los demás en todas las diócesis, fue pública a todas vistas. Defección de la Fe Católica es lo mismo que Apostasía Pública en ellos que no sólo se separaron voluntáriamente de la Fe que salva, sino que se adhirieron al Ecumenismo falsísimo del C.V. II apoyados en la racionalista Libertad Religiosa. La Apostasía es uno de los grandes delitos contra la Fe, contra el cual; hay, además, otras penas eclesiásticas tanto medicinales como vindicativas.
Casi siempre no han logrado el resultado deseado por la Iglesia pero ellas revelan la justicia y equidad canónica, al dar a los deméritos su merecido. Vacación de los oficios que posean al apostatar los clérigos, indica a las clares que los pierden ipso facto, instantáneamente se puede decir, ya de derecho ya de hecho, inmediatamente del delito de apostasía, por lo que ya no se necesita que algún juez eclesiástico declare delincuentes a los clérigos apóstatas y que han caído (incurrido, se dice canónicamente hablando) en la privación de oficio, etc.; pérdida que incluye siempre pérdida de jurisdicción.
En relación al oficio eclesiástico, leemos en el canon 145 así:
"Oficio eclesiástico en sentido lato es cualquier cargo que se ejerce legítimamente para un fin espiritual; pero en sentido estricto es un cargo estáblemente constituído por ordenación ya divina ya eclesiástica; que debe conferirse según la norma de los sagrados cánones, y que lleva consigo al menos alguna participación de la potestad de Orden o de Jurisdicción.
"En el derecho oficio eclesiástico se toma en sentido estricto, a no ser que aparezca otra cosa del contexto de la expresión canónica."
Como se ve, Sr. Lic., no es una pretensión nuestra afirmación de que hay Vacancia de la Sede Vaticana y de las demás sedes en comunión estrecha con ella, sino que desde hace muchos años está establecida la razón y la causa de la Vacación de derecho de las sedes jerárquicas, de todas en conjunto infeliz. Y esto sin citar aquella Bula Papal de donde se originó el canon privador.
Por la usurpación de la Primera Sede, quedó profanada, lo mismo que las demás sedes; de donde lógicamente no se le puede ahora llamar Santa, aunque conserve el nombre; o llámesele Santa a la Sede, no al seudo Papa. Al carecer de jurisdicción de derecho los "jerarcas," no sé cómo se pueda decir que ejercen jurisdicción actuálmente, si sus actos son inválidos canónicamente hablando. Y dado que por usurpadores la ejerzan, no afectan o tocan tales "actos jurisdiccionales" a los católicos, sino a los súbditos de ellos, como sucede en la iglesia anglicana con aquellos jerarcas y sus súbditos.
Por tanto, los católicos, clérigos y seglares, están fuera de la "jurisdicción" vaticana y de todos los demás "jerarcas" en estricta comunión con ese Vaticano Ecumenista, etc. Y, por tanto, los fieles católicos sólo pueden estar y están bajo la jurisdicción de los obispos católicos. Lo que dispongan los "jerarcas" posconciliares no afecta absolútamente a los católicos y, por consiguiente, cualquiera pena lanzada por "esos jerarcas" es inválida, si pretende afectar a clérigos o seglares católicos, como las excomuniones lanzadas contra Mons. Thuc y sus obispos.
De aquí que los clérigos católicos deben estar bajo la jurisdicción de algún obispo católico, no ser vagos. Antes de que hubiera obispos católicos, cada sacerdote trabajaba en su ministerio independientemente; ahora no tiene base jurídica o canónica esa independencia, por más meritoria que sea su labor sacerdotal. El hecho es que hay algunos sacerdotes independientes todavía ¿Cómo hacerlos unirse a algún obispo católico? No quieren unirse y así se portan como cismáticos. Por ello no aceptan a los obispos católicos. Al actuar así hasta merecen alguna pena canónica en justicia ¿no es así?
Pero cualquiera pena (que ellos conocen) sería de efectos contraproducentes, Sr. Lic. Quizá en algún momento reflexionen sobre su situación, quizá no. En caso de infligirles alguna pena canónica hasta perderían las almas que ahora reciben de ellos auxilios espirituales; este motivo me hace a mí (lo digo sincéramente) detenerme y ni siquiera declarar que se están portando como cismáticos o que los son, o que están en el campo enemigo demoliendo a la Verdadera Iglesia, siquiera con su rebeldía. En ella se advierten dejos judaicos, por lo menos al ver que algunos de esos sacerdotes son judíos. Cierto que quedaron los "tradicionalistas" sin cargo alguno y no están en las nóminas diocesanas, etc., están marginados de la nueva iglesia. Es esto un gran mérito para los "tradicionalistas": no pertenecer a la nueva iglesia, y es una consecuencia muy lógica de su ortodoxia católica. Dios los ayuda y defiende (lo digo por cuanto a lo que he recibido de EL, siendo "tradicionalista," desde que dejé el progresismo religioso vaticanista).
Lejos de carecer de lo necesario para vivir, ahora tengo mucho más de lo que podría tener en el progresismo, no sólamente en medios de vida, sino en todo lo demás. Vivo como pobre por ser religioso mercedario, aunque sea yo obispo. Recuerde Ud. los ejemplos que nos da la historia de la Iglesia respecto de muchos religiosos que fueron elevados al episcopado. No tengo por qué adoptar algún [ningún] lujo episcopal de tiempos pasados, menos en nuestros tiempos. Al dejar la Orden de La Merced no pedí dispensa de Votos ni me la dieron los Superiores, en su esperanza de que regresara más o menos pronto a ellos. Si a la fecha, sabiendo que no regresaré jamás, me han excluído de sus listas y en el Arzobispado me han excluído de cualquiera nómina, no le prestaría atención ni le daría importancia al hecho, pues no estoy bajo su jurisdicción.
Yo soy obispo mercedario, aunque les pese y me hayan borrado de sus listas. Como es el dominico Mons. Des Lauriers y Mons. Vezelis franciscano. Todos nosotros, obispos y sacerdotes católicos, sabemos que tendrá todo lo necesario y más quien se dedique al servicio divino. Y no nos ha sucedido como piensan muchos sacerdotes a quienes hemos invitado a unirse a nosotros, es decir, que quedarán pronto en la miseria y que les caerán penas eclesiásticas.
Sin duda el diablo les ha puesto esos pensamientos; pues supieron y saben lo que lleva consigo el servicio divino; pero prefieren los bienes materiales a los espirituales y el progresismo en general a la Fe Divina y Católica y su serie de consecuencias prácticas, es decir, están pervertidas sus almas. ¿Qué será de ellos si no se convierten?
El demonio les obceca para que no miren su lamentable estado espiritual. Sólo pensarlo apena hóndamente. Y no son unos cuantos, como Ud. Sabe, Sr. Lic. Sólo milagrósamente saldrán del gran abismo en que cayeron por "obedientes ciegos."
Dice Ud. Que la U.C.T. hizo que Mons. Thuc consagra obispos, etc. Dicha Unión fue la única que descubrió no sé cómo la existencia de un obispo chino (así me lo dijeron) en Alemania, que era la única esperanza para que hubiera obispos que se reunieran en Concilio Imperfecto para elegir lícita y válidamente nuevo o legítimo Papa. Recuerdo que aquella noticia nos quitó la gran pena que teníamos por el mal paso que había dado hacía poco Mons. Lefebvre.
Vivía yo en Maricopa en ese año 1980. No supe de las gestiones de la U.C.T. para el efecto. Si otra Unión o Grupo católico hubiera descubierto a Mons. Thuc, pienso que hubiera actuado como la U.C.T., en secreto, para lograr su objetivo sin oposición de los progresistas; el secreto se imponía por la urgencia de ese objetivo católicamente celoso y laudable, ya que Mons. Thuc estaba en los últimos años de su preciosa vida y había que actuar rápidamente. Su omisión de no consultar a otros sacerdotes, fuera de su Presidente Clérigo el entonces P. Carmona, les parecío - como supe - prudente, muy prudente, de tal modo que ni a mí, que les celebra Misa en su Oratorio de Maricopa 16, me preguntaron si hacían bien o mal.
Y es que además del P. Carmona, tenían el sabio consejo de los Drs. Alemanes Heller y Hiller. La misma Gloria Riestra había sido discípula del Dr. Corripio Ahumanda, después Arz. Primado de Méjico, de quien había aprendido mucho y a quien después de que él se hizo progresista, ella incluso le arguyó y lo amonestó sériamente, aunque sin fruto.
De haberse necesitado para la validez de aquellas consagraciones de la consulta a sacerdotes, además del mismo Carmona, éste la hubiera hecho, o los Drs. Alemanes la hubieran exigido, pues deseaban que hubiera obispos Sucesores de los Apóstoles, no que se pudiera objetar su consagración.
Como digo, los canónes del Derecho Canónico no exigen para la validez de la consagración de obispos la información episcopal o sacerdotal; sí la exigen como requisito para que se conozca al candidato a obispo, o sea, para que se forme el Superior el debido criterio sobre el episcopable, de quien también se exige idoneidad. Y si quien decide la episcopabilidad del candidato es el Romano Pontífice o la Santa Sede, mejor dicho, al no haber Sante Sede ni Papa legítimo, la decisión toca al obispo consagrante, en este caso a Mons. Thuc. Que mejor no hubiera consagrado obispos por no haber Papa legítimo, no es consecuencia lógica ni teológica en nuestro caso del Episcopado próximo a su extinción y obispo hábil próximo al fin de su vida.
Lo que digo en favor de la U.C.T. en su gestión proepiscopado católico, no es más que reconocimiento a hechos meritorios, sin que incluya a los demeritorios, que todo lo hecharon a perder precísamente después de que nos consagró Mons. Thuc y yo vivía en Maricopa 16 ya obispo, pero sin que ellos, los seglares directivos radicados en Méjico, D.F., me reconocieran oficiálmente a través de 2 largos años (increíble, pero cierto). Sucedieron hechos de los que sería prolija la relación sobre la conducta de esos seglares. Los Desplegados en El Universal, que hasta escandalizaron a algunos y que Ud. mismo reprueba, fueron necesaria respuesta al suyo con que respondieron el nuestro donde nos calumniaban dúramente con aparentes "pruebas católicas," desorientadoras desgraciádamente. Se impuso la necesidad de responder con otros Desplegados hasta dejar expuesta toda la Verdad, que estaba de nuestra parte, a cualquier costo, pues gastamos mucho en los Desplegados. Todo era por Dios y su Iglesia. Por ellos no nos detuvo la gruesa suma de dinero gastado.
Una observación más: Supe que me escogieron los de U.C.T. porque les parecí judío, como el P. Carmona. ¿Se da cuenta, Sr. Lic., por qué incido en la ascendencia judaica de los clérigos y de los seglares "tradicionalistas"? La infiltración judaica. Mons. Thuc cuando nos consagró estaba en recto uso de facultades mentales como lo demostró o advertimos en sus pláticas en que habló en latín, francés e italiano. No obstante, tuvo una laguna mental, propia de su edad, digo, más bien que quiso seguir su costumbre oriental al despachar documentos; porque en el documento llamado Título de Consagración, que me entregó la mañana siguiente a la consagración, omitió las palabras que expresan que era o soy sacerdote y religioso mercedario. !Lo ignoraba, si antes había leído o le leyeron mi Curriculum Vitae! ¿Se le olvidó lo que de mí le habían hablado los Drs. que lo atendían y protegían con tanto cariño? No pienso que obró de mala fe contra mí.
Guardé con mucho cuidado mi Título y cuando pasamos por Madrid, ambos, Mons. Carmona y yo mandamos a imprimir me parece que 5 copias fotostáticas, que podríamos alguna vez necesitar.
Cuando meses después, en Acámbaro, Gto., (a donde iba yo a celebrar) platicando con el Sr. Sámano, en cuyo domicilio estaba improvisado altar, me pidíó una de sas copias y con gusto se la dí, sin pensar que algún día iria a dar a manos del P. Marquet, no supe cuándo desafortunádamente para mí; porque se ensaño contra mí al leer mí Título Provisional, donde parecía yo seglar y de seglar a obispo...
Hasta viajó - me dijeron - el P. Marquet a Europa a investigar sobre mi caso, en vez de haberme preguntado como amigos sencíllamente a qué se debía la anomalía del Título. Y su saña ha durado ya unos 3 años. Unos dicen que por envidia de, que no le tacó a él ser obispo por culpa de la U.C.T.; otros dicen que por seguir las calumnias que en contra de Mons. Thuc estuvo lanzando en su revista o boletín el P. Barbará (que es judío), pues mucho estima al P. Barbará; otros como yo, explicamos su saña en atencíon a su ascendencia judía - si bien no la tengo comprobada - por su alianza con judíos.
Cuando recrudeció sus ataques contra mí, supliqué a Mons. Vezelis, que vive en Rochester, que por favor pidiera a Mons. Thuc mi documento correcto y, para facilitar la expedición del documento correcto, la redacté et texto correcto y se lo mandé en una carta, porque tardaba su contestación. Cuando supe de la muerte de Mons. Thuc le reclamé su tardanza; pero en contestacíon me adjuntó con su carta mi Título correcto en pliego con membrete de la Comunidad franciscana (Mons. Vezelis es religioso franciscano) junco con una copia fotostática de una Cartapoder que recibío de Mons. Thuc, ya en cautiverio en Cartago, Missouri, U.S.A.
Me he tranquilizado, es claro, con el documento correcto. (El caso de la muerte de Mons. Thuc en su secuestro merece largo comentario por las 2 cartas apócrifas atribuídas a él por sus secuestradores).
Acerca del Plan de Rescate propuesto por Mons. Juan Correa, debo decirle a Ud. que evidéntemente incluía al obispo, núcleo de la diócesia por rescatar. Por tal razón ustedes buscaron algún obispo progresista que quisiera encabezarla, pero no lo hallaron, como Ud. confiesa sencillamente. No sé si pensaron en Mons. Lefebvre; aunque así hubiera sido inútil sin duda.
Tambíen reconoce Ud. la imposibilidad actual de tal rescate. Tampoco pensaron, digo, en la solución propuesta por San Roberto Belarmino acerca del Concilio Imperfecto para rescatar la cabeza de la Iglesia, esto es, obtener así al deseado Sucesor de San Pedro, por el medio más posible humánamente hablando. Es claro que también es dificil llegar a reunir el elemento humano requerido para tal Concilio: obispos electores, en vez de cardenales (todos ahora sumergidos en el progresismo); un obispo, al menos, romano, indispensable...
¿Se convertirá algún sacerdote romano para que sea consagrado obispo católico, o dos o más, para que haya varios candidatos?
La elección de Papa por cardenales no es de derecho divino, Sr. Lic., sino de derecho humano o pontificio a lo más. Vea Ud. lo que al respecto escribió en una carta muy interesante a la U.C.T., no recuerdo si en 1982, el Dr. Carlos Disandro, católico apologista argentino muy estimado por los tradicionalistas, que dirige la revista (no recuerdo su nombre) seglar y catedrático universitario: "La historia de la Iglesia demuestra que en sus primeros 1,000 años no se rigío por tal Colegio Cardenalicio (inexistente por otra parte) y sin ningún asidero en el Evangelio ni en la Tradición de los Padres (de la Iglesia) ni en la costumbre canónica por 1,000 annos. Luego viene a partir de Nicolás II (1,058 o sea siglo XI) Ordenenzas Disposiciones, que culminarán con las reformas de Pio X, Pio XII, antes de la apostasía. Son pues 1,000 años de vigencia de una institución que la apostasía parece haber borrado precísamente.
Es preciso hallar el camino de elección del Pontífice Romano sin recurrir a la ficción de los "cardenales." El mismo Dr. Disandro recuerda en aquella su carta que el gran teólogo Roberto Belamino, canonizado después en Roma, propuso la elección, en el caso del Papa hereje, de un obispo romano elegido por obispos en Concilio Imperfecto, pero necesario, lícito y válido por la emergencia del caso del Papa hereje.
Al recurso belarminiano se adhirió la U. C. T., siguiendo a su maestro el Dr. Sáenz Arriaga (a quien traté varias veces como religioso jesuíta él) y también con el criterio de la Escuela alemana donde dirigen aquellos Drs. que he mencionado.
Al fin y al cabo Ud. Mismo ha comprobado la ineficacia del Plan de Rescate propuesto por Mons. Correa. ? No le parece más probable y posible el belarminiano?
Así las cosas, Sr. Lic., Mons. Thuc no podía pedir licencia para consagrarno [---illegible-----] licitud y menos para la validez por carecer de jurisdicción [--illegible--] Mons. Thuc [-illegible--] hubieramos aceptado su consagración.
Y si nos hubiera consagrado - una suposición - después de haberla pedido sin que hubiéramos conocido el hecho o sabído por referencia alguna, hubiéramos resultado obispos progresistas muy falsos, como todo lo falso que tiene el progresismo, cosa que no hubieran permitido que sucediera aquellos Srs. Drs. alemanes.
(Recuerdo que la misma Gloria Fiestra, antes de salir nosotros para Alemania, nos recomendó: Fíjense bien en todo aquello, no vaya a suceder que Mons. Thuc sea de los Católicos Viejos, aquellos herejes antiguos de allá..., no sea que nos vayan a engañar por desgracia.")
La tarde del 17 de octubre de 1981, vísperas de San Lucas evangelista, como a las 17 horas empezó la Santa Misa de consagración, en la que yo era el ceremoniero, a petición del Dr. Heller, con libros rituales fotocopiados de su original del siglo pasado, no recuerdo bien si del año 1883. Fue entonces el momento en que se me propuso si aceptaba yo ser también obispo. Acepté diciendo que "si, si era para la gloria de Dios." Entonces tuve que revestirme para ser consagrado con Mons. Thuc. Carmona y tuve que doblar mi atención a las ceremonias y a mis contestaciones, etc.
A la mañana siguiente fuimos desde el hotel en que nos hospedaron los Srs. Drs. a despedirnos de nuestro Sr. Arzobispo y él nos entregó a cada uno nuestro Título de consagración. Lo lei - en latín - y no dí mucha importancia al defecto que tenía la redacción manuscrita y firmada por el mismo Mons., aunque, como digo, sin sello ni en pliego membretado de su uso personal. Nunca supe del mismo Mons. Carmona si a él también la faltaron datos personales sustanciales, ni le pregunté si le faltaron. El resto de esta referencia lo sabe Ud. Por lo que he dicho al respecto.
/+Adolphus/ Adolfo Zamora Hernández
Obispo católico San Pablo Atlazalpan
(Via Chalco, Méj.)
Juárez 10 C.P. 56620

Nota.- Habrá Ud. advertido defectuosa escritura, que no acostumbro. Tuve que escribir en ratos libres de mi ministerio múltiple ya aquí, ya en otras dos parroquias lejanas, a una hora y media de viaje cada una, en más de dos semanas, casi siempre cansado, desvelado a veces, etc. Espero de su benevolencia no tenga mucho en cuenta estos defectos materiales, sino mi deseo de explicarle cosas de mucha importancia para Ud. e incluso para otras personas que le rodean. Si desea alguna aclaración o mayor explicación, con todo gusto se la daré lo más clara y amplia posible, Sr. Lic.

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