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jueves, 30 de septiembre de 2010

EL GRAN MONARCA Y ESPAÑA

     El problema de la nacionalidad del Gran Monarca, ha sido muy debatido. Las profecías, o no son muy claras, o no son demasiado explícitas. San Juan Bosco, que nos habla del Monarca, nos lo pinta, sólo como un Guerrero del Norte.
     "Pero he aquí un Gran Guerrero del Norte, con un estandarte en la diestra, en el cual se lee: "Irresistible mano del Señor". En ese instante, el Venerable Viejo del Lacio, le salió al encuentro, llevando una antorcha ardientísima. El estandarte se desplegó y de negro que era, quedó blanco como la nieve. En el medio, estaba escrito el Nombre de quien todo lo puede. El Guerrero y sus huestes, hicieron una profunda reverencia al Viejo y se estrecharon la mano".
     La Gran Profecía de San Metodio, iluminada y revelada entre las persecuciones de los Césares Romanos, avizora, toda la Iglesia, hasta el final de los tiempos. San Metodio fué martirizado el año 250. La parte del Gran Monarca, es interesante y muy tradicional en el pensamiento cristiano:
     "En el séptimo tiempo semanal, Séptimo milenario, gran parte del clero prevaricará. También se verá suprimido y cesará en las Iglesias el Santo Sacrificio.
     Al cumplir el número de los años señalados por Dios, al poder de estos bárbaros, se multiplicarán todavía las tribulaciones por medio del hambre y de la peste. Otra plaga habrá también; cada cual se verá obligado a vender cuanto tenga, aún a sus propios hijos, para satisfacer la insaciable hambre de sus perseguidores.
     Con estos trabajos, el Señor separará la paja del buen grano, y aparecerán los elegidos de entre los infieles.
     Este yugo impuesto por los hijos de Ismael, será tan pesado, que quitará a los cristianos, la esperanza de verse libres de sus manos. Aquellas bárbaras Naciones, ebrias por sus triunfos, se entregarán a toda clase de placeres, y orgullosos de su poder, creerán que los cristianos, jamás podrán escapárseles. Más entonces con gran furor, se levantará de improviso el Rey de los Romanos y se despertará como un hombre, que tomado de fuerte embriaguez se creía muerto.
     Este, caerá sobre ellos desde el mar de los Etiopes y con la espada pondrá la desolación en las tribus ahí establecidas y hará prisioneros a sus hijos y esposas.
     Contra los moradores de la tierra prometida, bajará luego, con la espada un hijo del Rey, y llenos de espanto, vendrán a ser, con sus mujeres y con sus hijos, o muertos o presos. El Rey de los Romanos, les impondrá un yugo y siete veces más pesado, que el que ellos hubieren impuesto a los otros, y serán obligados a servir a aquellos de quienes querían ser servidos.
     Libres del cautiverio, volverán los cristianos a su patria, y se multiplicarán en la tierra, que habrá quedado desolada.
     Entonces, Egipto, quedará desolado y destruida Arabia, y será grande el furor del Rey de los Romanos contra aquellos que hubieren renegado de nuestro Señor Jesucristo. Entonces habrá gran paz en la tiera, a la cual no se ha visto ni se verá jamás semejante.
     Los hombres reedificarán las casas y las ciudades con suma alegría, y proveerán a los Sacerdotes en sus necesidades.
     Olvidándose los hombres en tan bella paz, de los beneficios de Dios, empezarán, como dice el Evangelio, a gozar de ella, comiendo, bebiendo, y casándose, y se cumplirá lo que dice el Apóstol (I Thesa 5, 3).
     "Cuando se diga, Paz y Seguridad, vendrá de repente la ruina"; porque se abrirán de golpe las puertas de el Aquilón y saldrán las Naciones que encerró Alejandro Magno. Se espantarán los hombres en su presencia, y huirán a esconderse en los montes y en las cuevas. Corromperán la tierra y la contaminarán y no habrá quien pueda resistirles.
     Después de una semana de tiempos (siete años) de haberse tomado la ciudad de Joppe. El Señor enviará contra ellos a uno de los Príncipes de su celestial milicia, y serán por él heridos. Después de este suceso, bajará a Jerusalén, el Rey de los Romanos y permanecerá ahí, una semana y media de tiempos, esto es diez años y medio.
     Cumplidos estos años, aparecerá el hijo de perdición. El Anticristo. Este nacerá en Chorozaim, será educado en Betsaída y reinará en Cafarnaúm. Se gozarán por ello, estas tres ciudades ; y esto fué el motivo por el cual dijo el Señor en el Evangelio: "¡Ay! de tí, Chorozaim. ¡ Ay! de tí Betsaida y ¡ Ay! de tí Cafarnaúm! Si has de ser exaltada hasta el Cielo, descenderás luego, hasta el Infierno". Manifestado que se halla el hijo de perdición, el Rey de los Romanos, subirá al Gólgota, en donde fué levantado el árbol de la Santa Cruz, en el cual murió por nosotros, el Salvador Jesucristo; se quitará la corona de la cabeza y la depondrá sobre la Cruz, extendiendo sus manos al Cielo, y consignará el Reino de los Cristianos, a Dios Padre.
     La Corona del Reino de los Romanos, será transportada enseguida junto con la Cruz, al Cielo, porque en ella estuvo pendiente Nuestro Señor Jesucristo, por la salud de todos.
Esta será la Cruz, que aparecerá delante de El en su venida, para la confusión de los infieles. Llevadas al cielo la Cruz y la Corona, morirá luego dicho Rey y así que aparezca el hijo de la perdición, será destruido todo principado y potestad; será éste, de la tribu de Dan, según se indica en la profecía de Jacob". 

     ¿Qué designios tiene España en estos grandes acontecimientos del Reino de Dios?
     España, un pueblo tan eminentemente católico, tal vez uno de los pocos entre los escogidos, que hicieron más por el Evangelio; lleno de mártires de primera magnitud. Fundadores de rancias y espléndidas Congregaciones, como los Dominicos y los Jesuítas. Místicos eminentes, que entendieron a Dios y que bajaron el cielo a Castilla, con tanta parlería divina, que en el cielo, según Paul Claudel, se habla el castellano, porque es la lengua de los ángeles. Este pueblo, que ofreció en gavilla selecta de martirio, el victimaje de once mil sacerdotes caídos por la fé en su última revolución, que se consagró a Cristo en el Cerro de los Angeles bajo la voz eminente de Alfonso XIII. El pueblo, que tiene más de diez mil santuarios Marianos, diseminados por los riscos empenachados de todas las montañas y de todas las ciudades; que consagró en el Congreso Eucarístico de Barcelona, 900 sacerdotes, como una alborada de protección y de martirio secreto. Este pueblo que tiene en misiones fuera de España, unos veinticinco mil misioneros; eclesiásticos y civiles, tiene que tener una perspectiva y una providencia de selección y de primogenitura, porque los selectos de España, están rebosando los conventos y los Seminarios, y la gente, parte de las mejores familias hacia los claustros y hacia las misiones extranjeras, para formar esa levadura misteriosa que ha de ser el fermento y la luz para los pueblos. Hay mucha luz de teología en los gobernantes y en las universidades; y las grandes ediciones del pensamiento católico, están partiendo de España, como una floración cultural, que parte a las vanguardias de todos los continentes. Aún brilla, esa candela del Evangelio en España. Y el
"Volverá a reír la primavera
que por cielo tierra y mar espera"
es el anuncio profético, cantado por miles de gargantas españolas, que llevaban la semilla profética entre los labios juveniles, por las cárceles, las alambradas y las almenas imperiales de los pueblos castellanos haciendo guardia a ese día de gloria, bajo los luceros. Porque tal vez, como en ningún país y en ninguna frontera, se puede decir al mundo humildemente: "En España, empieza a amanecer" Y de esto ya hacía bastante tiempo... Cuando los dioses nacían en Extremadura, y cuando los naranjos estaban en flor y la juventud se iba fuera del ocio fácil de las ciudades a morir por Cristo...
     Aquel santo Obispo de Palencia, Don Manuel González, era una alma predestinada. Una constelación de almas eucaristías, brotó a su paso junto a los Sagrarios españoles. El conoció muchas cosas, que Cristo tenía reservado para España. Una de ellas, lo contó él mismo. Dice así:
     "Di a los Españoles, que no teman, que estoy con ellos, que después de todo esto, VENDRAN DIAS DE MUCHA GLORIA PARA MI".
     Que practiquen bien, la Infancia espiritual. Abandonándose en mis brazos. VENDRA UN TRIUNFO, COMO NO PODREIS NI SOÑARLO".
     Este triunfo, parece que le toca implícitamente a España. Si Dios está con los españoles y el triunfo ha de ser ni soñado. Los españoles, tendrán ese triunfo, o tal vez van a ser ellos en parte, el instrumental glorioso para esos días de Gloria.
     No es atisbo ni intuición lo que digo. España, tiene una conciencia secreta de elegida y de predestinada. No miramos el pasado histórico de los concicilios de Trento, ni la Gloria de los Austrias, ni el descubrimiento de América, después de una Cruzada contra el Islam, de ocho siglos. La filosofía de España nos podía dar lecciones de historia. Ocho siglos de lucha por Cristo y en pago, España recibe la gloria de un descubrimiento y de una civilización. Y todo esto bajo la gran alborada de dos siglos de oro, como ninguna Nación tuvo ni tendrá. Dos siglos de oro para las armas, la política, la cultura y la santidad.
     Después de una revolución y de una purificación tan tremenda, en la que se juntaron, una revolución comunista y una guerra moderna entre los mejores, con ese vandalismo odioso y prehistórico, que tienen siempre los selectos, podemos augurar días estupendos de gloria no nacionales, sino de glorias por el Reino de Cristo. Nuestros hombres del siglo XVI y XVII, al ver que podían morir por ideas de teología y por la expansión del Evangelio, gritaban en un gesto de reconocimiento:
     "Dios, no nos ha podido hacer más grandes, después de hacernos cristianos, que hacernos españoles".
     Llegará un día, que volveremos a cumplir el deseo de nuestros mejores hidalgos, de ser nobles, no en el ejercicio de piratería, sino nobles por batallas de teología, muriendo bajo la cruz y los rosarios, en un lejano país de cruces y de espadañas, de un nuevo cristianismo, reverdecido por la sangre y por el fuego.
     España, tiene un culto a la predestinación. Desde niños, hemos aprendido bajo nuestras devociones de hogar, que España iba a ser elegida. Y a ese culto, España ha levantado muchos hogares que son como aquel Santuario Nacional de la Gran Promesa en Valladolid. Allá, en el Corazón Azul de Castilla. En ese rincón de España, el Corazón de Jesús, se le apareció un día al jesuíta Padre Hoyos y le diio: "REINARE EN ESPAÑA Y CON MAS VENERACION QUE EN OTRAS PARTES".
     Y desde entonces, llevamos todos los españoles, una secreta alborada, que el correr de los días nos va descubriendo y puntualizando: "REINARE".
      Y esperamos ese reino, por el cual en pequeñas dimensiones, hemos sufrido y añorado y cada uno de los mejores, al oír ese canto de realeza Cristocéntrica, se va poniendo secretamente en la avanzada de la Iglesia, esperando, para cuando el Rey llegue, nos encuentre en nuestro puesto. En el puesto más perdido, por ser más evangélico.
     La profecía del Padre Ricci, general de la Compañía de Jesús, nos habla del Duque Fuerte. En concreto no nos dice nada de España:
     "Déspués que el mundo sea suficientemente castigado, VENDRA EL DUQUE FUERTE, vástago de una de las nobles ramas, que durante muchos siglos permanecieron fieles a la religión de sus padres, cuya casa habrá sido muy afligida y reducida por la necesidad a una dura servidumbre.
     "La Gran Babilonia será destruida. El Duque Fuerte acabará con el judaismo y aniquilará el imperio de los Turcos. Será el Monarca más poderoso del Universo. Y su cetro se parecerá al de Manasés, en la Asamblea de los Fieles, premiando a los que se hayan distinguido por su piedad y su conducta hacia él. Honrado por todas las Naciones y auxiliado por un Papa Santo, hará leyes nuevas, y dará una nueva constitución a la Sociedad".
     Santa Brígida, la famosa princesa sueca, profetizó en el siglo XIV concretamente de España:
     "Tendrá fin aquella funestísima guerra, cuando sea proclamado Emperador, UN HOMBRE ENGENDRADO EN LA ESTIRPE DE ESPAÑA. Este vencerá maravillosamente con el signo de la cruz y será el que ha de destruir la secta de Mahoma y restituirá el Templo de Santa Sofía".
     El ser engendrado en la estirpe de España quiere decir claramente que el Príncipe es español. Se puede concluir que aún no siendo español por linaje, nazca en España.
     España, además tiene una misión especial, dentro del mensaje de Fátima. Más aún, LA PAZ DEL MUNDO ESTA CENTRADA HUMANAMENTE EN LOS ESPAÑOLES. En las apariciones primeras de Fátima, la Virgen les decía a los videntes, "Si el mundo no se convierte no se hace más bueno..."
     Y el mundo sigue igual, tan igual, que para variar, está empeorando. Entonces Dios, ha escogido a un Elegido, a un pueblo sobre todos los pueblos para condicionar la salvación de Rusia y acortar la guerra.
     El mensaje de Lucía, la vidente de Fátima, al obispo de Leiría, y al Episcopado español, nos lo demuestra. La comunicación de Lucía fué enviada el 20 de Abril de 1943. La carta es una serie de quejas oficiales de la Señora de Fátima:
     "El Señor está contento de lo que ha hecho hasta ahora el Padre Santo y varios Obispos, aunque incompleto, según sus deseos. En recompensa, promete que la guerra terminará en breve, que Rusia se convertirá, pero no será pronto, sino con esta condición: SI LOS SEÑORES OBISPOS DE ESPAÑA ATIENDEN A LOS DESEOS de Nuestro Señor y emprenden una verdadera reforma EN EL PUEBLO Y EN EL CLERO. Pero si no se hace, Rusia, será de nuevo el enemigo con que Dios los castigará una vez más".
     Una vez más, los elegidos están a la vista. Esos elegidos, de los cuales dependen muchas glorias o muchas desgracias, son los Obispos, el Clero Y EL PUEBLO ESPAÑOL.
     ¿Qué le querrá dar Dios a España, cuando le pide lo que no le pide a ningún otro pueblo, cuando la condiciona toda la hora presente al mejoramiento y al sacrificio de la estirpe española?
Tiene que darle ALGO GRANDE CUANDO SE LE PIDE COMO A GRANDE. COSAS GRANDES.
     Y la Profecía sobre las cosas de España nos confirma que los españoles, responderán como grandes.
     El Beato Nicolás Factor, nos lo profetiza en el Siglo XVI.
     El gran franciscano, habla del Gran Pontífice y del Gran Rey. Entre ellos, andan la flor y la espiga de un nuevo Pentecostés lleno de santas audacias. Dice así:
     "Este nuevo Pontífice, volverá la Iglesia a su antiguo estado y reducirá los herejes y en reduciéndoles, se juntará con el Rey, en quien estará la gracia de Dios, y los dos, tomarán todos los tesoros de la Iglesia, y hechos moneda levantarán gente del cristianismo y con poderoso ejército, marcharán hacia la conquista de jerusalén. Excitados LOS ESPAÑOLES POR LA SANTIDAD DE ESTÁ CAUSA, se apoderará de ellos un ardor tan santo que partirán sin despedirse de sus padres y sin arreglar sus negocios".
     La profecía más eminente sobre España, está hecha por un penitente francés, que murió casi centenario en el año 1848. Estaba este santo anacoreta cargado con el don de profecía eminente. Se llamó en vida BUG DE MILHAS y vivió en la comarca de los pirineos entregado a la oración en el pueblecito de Cominges.
     Predijo en forma notable la Revolución Francesa, El Imperio de Napoleón y el desastre del Sedán en la guerra Franco-Prusiana.


PROFECIA SOBRE ESPAÑA.
     "Una guerra europea está anunciada por muchos profetas, y sus predicciones se cumplirán. Esta guerra llevará sus estragos por todas las partes; la peste y otras muchas plagas, la acompañarán esparciendo el terror por doquiera. El fanatismo de las falsas creencias y los partidos intolerantes, llenarán de víctimas muchos países.
     LA IBERIA, será el asilo de todos los proscritos. Los católicos, huyendo del furor de sus enemigos, se refugiarán en España. Esta emigración prodigiosa aumentará la grandeza de la nación.
     Entonces, EL TAJO, producirá un guerrero valiente, COMO EL CID y religioso COMO EL TERCER FERNANDO, que enarbolando el estandarte de la fé, reunirá en torno de sí, inumerables huestes, y con ellas saldrá al encuentro DEL FORMIDABLE GIGANTE, que con sus feroces soldados, se adelantará a la conquista de la Península.
     LOS PIRINEOS SERAN TESTIGOS DEL COMBATE MAS CRUEL QUE HABRAN VISTO LOS SIGLOS. La tierra temblará, bajo el peso de los bélicos aparatos. TRES DIAS DURARA LA BATALLA. En vano el temible gigante, querrá animar a los suyos y restablecer el combate, porque el dedo del Señor señaló ya ,el fin de su reinado, y sucumbirá a los filos DE LA ESPADA DEL NUEVO CID.
     Entonces, el ejército victorioso, protegido por el Supremo Hacedor, ATRAVESARA PROVINCIAS Y MARES Y LLEVARA EL ESTANDARTE DE LA CRUZ HASTA LAS ORILLAS DEL NEVA.
     Triunfará en todas partes la Religión Católica y hará la felicidad del género humano".
     He aquí la grandeza de LA ESTIRPE DE ESPAÑA, bajo la mano de Dios y del príncipe victorioso.
     Si su imperio ha de ser como el de Manasés y ha de llegar hasta Leningrado, en el corazón de la Rusia Soviética, este, es EL GRAN MONARCA, que será la admiración de todo el mundo. Por eso entendemos que "La furia española" puesta bajo la moción del Espíritu Santo, lo deja todo, mujer y negocios y arremetan hasta Rusia y partan de nuevo en Cruzada espiritual hasta Jerusalén.
     Tenía que ser así; La Espada del Cid, la Tizona más grande de nuestra historia, se forjó, tal vez en el Tajo donde se forjaron las mejores espadas y en donde se bautizaron los mejores capitanes. Y la Tizona que un día se consagró con sangre de moros, volverá de nuevo en las manos del Gran Monarca a mojarse en la sangre de los turcos y de los Otomanos. Y Fernando el Santo, bautizado con las aguas victoriosas en las conchas de la Media Luna, volverá otra vez, en el espíritu de nuestro Rey, a perdonar y a cantar Maitines a la Señora, bajo las torres del Oro, y las Giraldas cismáticas y mahometanas. Tenía que ser así. El pueblo Español había ensayado durante ocho siglos, como ninguno, el gesto contra la Media Luna. Teníamos muchos mártires caídos, como semillas de triunfo, en la reconquista no sólo geográfica sino también espiritual de España. Y esos mártires tenían que florecer, en la victoria imperial de la conquista de la Hora de Dios.
     Tenía que ser así, porque el pueblo que fué víctima de Rusia durante una revolución dirigida desde las logias y desde las cancillerías cismáticas del Kremlin, cayó en los altares con un grito de desafío teológico:
     Cristo vivirá por encima de los fusiles y de las almas negras de los pueblos mercenarios.
     Esas gavillas de vírgenes y de Sacerdotes caídos, en el imponente altar de las ciudades Españolas, tenían que clamar por la hora de Dios. Cayeron los mejores del cielo, en las tierras de España. Y cuando mueren los mejores, hay que esperar en el tiempo, la aurora de la redención. Porque lo hemos aprendido en la cátedra de Jesús, En la Cruz, cuando mueren los mejores, atraen hacia sí, lo mejor de las almas y de los pueblos. Antes, por la gravitación de catolicidad que alentaba en cada español, se conquistaron muchas almas para incorporarse a la salvación universal de todos los pueblos. Ahora, bajo la mano dirigida de Dios podrán decir esos cachorros del Espíritu Santo:
     "Ser españoles, es una de las pocas cosas serias, que se pueden ser en el mundo".
     Que lleguen ahora los clarines proféticos del gran vidente, de España y América. Paso al poeta de la Hispánica Raza. Rubén Darío desde tus cenizas amortajadas en el mármol nicaragüense clama otra vez tu verso sonoro, que es tu verso profético. Porque Dios te dejó una semilla de canto inmortal en tu "Salutación del Optimista".
     Inclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda, Espíritus fraternos, luminosas almas,¡Salve! Porque llega el momento en que habrán de cantar nuevos himnos.
     Lenguas de Gloria. . Un vasto rumor llena los ámbitos mágicas.
Ondas de vida, van renaciendo de pronto;
     Retrocede de el olvido, retrocede de engañada la muerte, SE ANUNCIA UN REINO NUEVO, Féliz Sibila sueña, Y en la caja pandórica de que tantas desgracias surgieron Encontramos de súbito, talismánica, pura, riente, Cual pudiera decirla en su verso Virgilio divino..., La divina reina de la Luz, la celeste esperanza. Siéntense sordos ímpetus en las entrañas del mundo. La inminencia de algo fatal hoy conmueve la tierra; Fuertes colosos caen; se desbandan bicéfalas águilas Y ALGO SE INICIA COMO VASTO SOCIAL CATACLISMO SOBRE LA FAZ DEL ORBE ¿ quién dirá que las sabias dormidas No despierten entonces, en el tronco del roble gigante Bajo el cual, se exprimió la ubre de la loba romana? ¿Quién será el pusilánime, que al vigor español niegue músculos, Y que el alma española júzgase artera y ciega y tullida? Vuelva el antiguo entusiasmo, vuelva el espíritu ardiente Que regara lenguas de fuego EN ESA EPIFANIA Así, las manos heroicas de los primitivos abuelos, De los egregios padres que abatieron el surco prístino Sientan los agrarios de primaverales retornos Y el amor de espigas, que inició la labor triptolémica. Un continente y otro renovando las viejas prosapias, En espíritus unidos, en espíritu y ansias y lengua Ven llegado el momento, en que habrán de cantar nuevos himnos La latina estirpe verá LA GRAN ALBA FUTURA, En un trueno de música gloriosa, millones de labios Saludarán la espléndida luz que vendrá del Oriente, Oriente augusto, donde todo lo cambia y renueva LA ETERNIDAD DE DIOS, LA ACTIVIDAD INFINITA. Y Así sea Esperanza, la visión permanente en nosotros ¡INCLITAS RAZAS UBERRIMAS, SANGRE DE HISPANIA FECUNDA!"


     El Padre Palau, Carmelita fundador del Instituto de Carmelitas de la caridad, murió en Santidad el año 1872. Él profetizó a un Rey español tradicionalista:
     "Vendrá la guerra europea y mundial; vendrá en España, la República; correrá la sangre y empuñará finalmente el cetro, uno que dirá: "DIOS, PATRIA Y REY".
     Por lo tanto, el Gran Monarca de la casa Real Francesa, será un Rey tradicionalista español.
     Los monárquicos españoles, tienen dos candidaturas futuras para el trono de España: El Príncipe Juan Carlos, hijo de Don Juan de Borbón y nieto de Alfonso XIII. Y Don Javier de Borbón y Parma, príncipe oscuro en el exilio de París, que viene por la rama de Don Carlos, hermano de Fernando VII. El rey de los "carlistas".
     Hay pues, un Carlos en perspectiva con toda una epifanía de promesas: "el Carlismo". Y en la profecía parece que un Carlos será el Gran Monarca, español y romano.


*** Si alguien echa de menos las célebres profecías sobre España de la Madre Rafols, les recordaré la cuestión. La Madre Rafols fué una monja eminente catalana. Murió muy santamente. Predijo sucesos e iluminó ciertas conciencias. Pero sus profecías escritas, son falsas. Están reconstruidas e inventadas por dos religiosos.


Ricardo Rasines Uriarte
1960... Y EL FIN DEL MUNDO
1959

3 comentarios:

Non nisi te, Domine dijo...

Es evidente que la línea liberal de la falsa monarquía que ha llegado hasta nosotros, perdió desde Isabel, la mal llamada Isabel II, su legitimidad; además su hijo Alfonso fue hijo ilegítimo que tuvo con un militar liberal llamado Enrique Puigmoltó, por lo cual dejaron también de ser Borbones.
Les dejo un interesante artículo: http://cetaceo.wordpress.com/2009/06/18/cor-iesu-sacratissimum-miserere-nobis/

Antonio dijo...

Las actuales monarquías europeas en funciones no cumplen con ninguno de los requisitos morales y espirituales anunciados en las profecías. Lejos de luchar contra "Bruto", se han alineado con él. ¿Quién será, entonces,ese Gran Monarca español?

http://laultimateoriacosmologica.blogspot.com

Anónimo dijo...

el gran monarca es un principe de la casa real de francia. un principe frances de la primera casa de borgoña accedio al trono de portugal don enrique de borgoña y su hijo don alfonso fue el primer rey de portugal pero él seguia siendo un principe de la sangre de francia. Los descendientes via varon de los reyes de portugal son hoy los únicos principes legítimos de la casa real de francia pues son los unicos "dinastes" existentes en europa. Estos principes en la actualidad son españoles pues tuvieron que exiliarse en españa tras el intento fallido de recuperar su trono de portugal del que habian sido desposeidos por la traicion del braganza juan IV. tras la persecucion del malvado pombal se refugiaron en españa y viven en la oscuridad del anonimato pero en ellos reside hoy la legitimidad historica de la totalidad de las coronas de europa.