Corazón de Jesús, volcán hirviente
De abrazador e inextinguible fuego!
¡divino manantial cuya corriente
Da vida al mundo en abundante riego. ..
Como el ciervo sediento va a la fuente.
Como el ciervo sediento va a la fuente.
Para apagar su sed. a Ti me llego
Transido de dolor. Oye elemente
Las tristes quejas de mi humilde ruego:
Perdóname, peque, mi pecho implora
Perdóname, peque, mi pecho implora
piedad y compasión. Por siempre olvida
Los crímenes pasados de mi vida...
Mas ¡ay! si quieres castigarme ahora.
¡Enciérrame en la cárcel de tu herida
Y quémame en tu llama abrasadora!!
Mons. Vicente M. Camacho
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