Ya me voy, Madrecita del alma...!
he venido
a dejarte en la nota de un triste gemido
mi último adiós...!
A decirte que mi alma te quiere...! Te adora!
No ves cómo llora
al sentirse arrancado de Tí el corazón...?
ya se fueron aquellas alegres mañanas
en que, aquí entre las voces de tantas hermanas,
sonriendo de amor.
me llegaba a ofrecerte mi pobre plegaria...
De hoy más solitaria
Llegará a tus altares mi pobre oración...!
Ya se fueron las tardes aquellas de Mayo
cuando el alma, embriagada de santo desmayo,
llegaba hasta Ti...
No te acuerdas qué flores tan frescas te daba...!
Infeliz, no pensaba.
que algún día de tu lado tendría que partir...!
Tuyas fueron de mi alma las horas serenas...
Tus sonrisas, calmaron mis íntimas penas...
Qué amante eras Tú...!
Y así quieres que mi alma no llore al dejarte...?
Pudiera no amarte....!
Pero... ¿Cómo, mi Madre...? Mi vida eres Tú.
Yo no sé cuantas penas me guarda la vida,
yo no sé si mañana tendré el alma herida...
quién ve el porvenir...?
Cuando veas que mis ojos se nublen en llanto,
no olvides, mi Encanto
que en mis horas felices, el alma te di...
Cuando vuelvan aquellas alegres mañanas,
y se acerquen a darte mis dulces hermanas
sus besos de amor...
Cuando vuelvan risueñas las tardes de Mayo,
y en santo desmayo
se te acerquen amantes a darte una flor...
Cuando ellas te ofrezcan su horas serenas,
cuando ellos te cuenten sus íntimas penas
oh Madre, por Dios...
No te olvides de tu hija que llora al dejarte. . .
de la hija que parte...
Ya no puedo... Mi encanto... Mi Virgen... Adios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario