(Eus., HE, VII, 12.)De estos mártires sólo sabemos lo que de ellos cuenta Eusebio en su Historia de la Iglesia, que se reduce en definitiva a su martirio, al que corrieron espontáneamente, tras unos momentos de cobardía o vacilación. El historiador añade la noticia del martirio de una mujer perteneciente a la secta de Marción. He aquí el texto:
"En la mentada persecución de Valeriano fueron coronados con el martirio divino en Cesarea de Palestina tres cristianos que, tras brillante confesión de su fe, se adornaron con el divino martirio, hechos pasto de las fieras. Llamábanse Prisco, Malco y Alejandro.
De éstos se cuenta que, viviendo en el campo, empezaron por dirigirse unos a otros el reproche de negligentes y tibios, pues cuando por la buena coyuntura de la persecución se estaban repartiendo premios a los que ardían de celeste deseo, ellos los menospreciaban, pues no se precipitaban a arrebatar la corona del martirio. Habiendo deliberado así entre ellos, se dirigieron a Cesarea y se presentaron espontáneamente al juez, con lo que alcanzaron el término de su vida que queda dicho. Cuentan también que, en la misma persecución y ciudad, una mujer sostuvo combate semejante. Es tradición que pertencía a la secta de Marción."
"En la mentada persecución de Valeriano fueron coronados con el martirio divino en Cesarea de Palestina tres cristianos que, tras brillante confesión de su fe, se adornaron con el divino martirio, hechos pasto de las fieras. Llamábanse Prisco, Malco y Alejandro.
De éstos se cuenta que, viviendo en el campo, empezaron por dirigirse unos a otros el reproche de negligentes y tibios, pues cuando por la buena coyuntura de la persecución se estaban repartiendo premios a los que ardían de celeste deseo, ellos los menospreciaban, pues no se precipitaban a arrebatar la corona del martirio. Habiendo deliberado así entre ellos, se dirigieron a Cesarea y se presentaron espontáneamente al juez, con lo que alcanzaron el término de su vida que queda dicho. Cuentan también que, en la misma persecución y ciudad, una mujer sostuvo combate semejante. Es tradición que pertencía a la secta de Marción."
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