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lunes, 11 de junio de 2012

Carta del P. Carmona a Mons. Antonio Castro Mayer

JHS

Moisés Carmona R.
Templo de la Div. Prov. 
calle Dominguillo s/n.
Acapulco Gro. - México

Excmo. Sr. Obispo Dr. 
D. Antonio Castro Mayer 
Campos - Río de Janeiro 
Brasil

Excelentísimo Señor:
                        Las cosas siguen como siempre desde el espectacular Concilio Pastoral; los herejes con toda libertan predican sus herejías y no hay nadie que los silencie y más bien que silenciarlos, parece que se les brinda toda clase de apoyo para que sigan destruyendo nuestros santos dogmas y la Iglesia misma; ya no es el Evangelio de Cristo el que predican, sino el de Marx y lo hacen con todo su descaro, seguros de que no sólo no han de ser reprendidos, sino más bien premiados con algún cargo, desde donde se les facilite el cumplimiento de su misión anticristiana. El comunismo se está apoderando de nuestra América y -podemos decirlo- del mundo entero, gracias a la complicidad de esa jerarquía que ha dejado de ser católica desde que se ha apartado de nuestras sagradas tradiciones, para trabajar en la construcción de una "superiglesia", judaico-masónica ciertamente, pero no católica, no de Cristo. ¿Cómo va ser la IGLESIA DE CRISTO, esa que alaba ahora lo que antes preclaros pontífices condenaron?. Ciegos deben ser esos qué edifican con la IGLESIA DE SIEMPRE, iglesia verdaderamente nueva, en la que todo es nuevo.
Para rescatar a la Iglesia de esa jerarquía infame y entreguista se fundó en México la Unión Trento, compuesta de sacerdotes y seglares. Gracias a Dios, nuestro trabajo ha sido lento pero bien consolidado y tenemos ya de nuestra parte dos parroquias en 1a diócesis de Cuernavaca, una en Orizaba, dos en Acapulco, una en el Distrito Federal, atendidas por sacerdotes tradicionalista y varios pueblos que se han agregado a nosotros y que trabajosamente vamos atendiendo. Necesitamos de más sacerdotes para atender a tantos pueblos como están regresando a la VERDADERA IGLESIA, DE LA QUE SOLO POR SORPRESA FUERON SEPARADOS. Pero también necesitamos de un Obispo, de un legítimo sucesor de los Apóstoles, que atienda a esta grey y la apacente con los dulces manjares que fluyen solamente del DEPOSITO SAGRADO; necesitamos de un Obispo los sacerdotes tradicionalistas para que unidos en su torno, se asegure la continuidad de la VERDADERA IGLESIA, en nuestra patria y quizá hasta en el mundo entero, con la fundación de un seminario católico, urgentemente necesario. Vos, Excmo. Señor, ¿no quisierais consagrar obispo a uno de nuestros sacerdotes? Este es nuestro sentir -el de los sacerdotes tradicionalistas y también el de todos los seglares que con nosotros luchan por el rescate de VERDADERA IGLESIA. Si Vos lo queréis, esa consagración se mantendrá en secreto para evitaros molestias de parte de esa falsa jerarquía. Piénselo, Excmo. Señor, delante de Dios nuestro Señor y le ruego me avise para tomar las medidas conducentes. Ya con un Obispo entre nosotros, la cosa será distinta, los sacerdotes no se sentirán solos y los fieles se sentirán más seguros de su Fe, y todos unidos trabajaremos por un Seminario que mucha falta nos hace.
Que Dios nuestro Señor le dé las luces necesarias para ver lo que más convenga tanto para la gloria de su Santo NOMBRE, como también para la salvación de las almas.
Beso humildemente su A.P. y le pido me bendiga

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