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viernes, 26 de noviembre de 2010

LA MASONERÍA APOYA LA DOCTRINA SOCIAL DE PAULO VI.


(páginas 283-298)
Después del anterior comentario del benemérito Abbé George de Nantes sobre la Carta Circular y las Nuevas Normas del Cardenal Seper, para la reducción de los sacerdotes al estado laical, es decir, para facilitar esa hemorragia espantosa, que está afectando a la misma estabilidad y consistencia de la fe en los fieles, voy a reproducir una información interesante, publicada en "EXCELSIOR", el periódico "no de la Vida Nacional", sino de 'Ruina Nacional", en donde escriben los servidores de la "mafia", los destructores de nuestra nacionalidad, los perturbadores del orden público, como los Ertze Garamendi, si traidor a España y ahora traidor a México, el Enrique Maza, S.J. cuya mentalidad ha superado las más graves herejías de la Iglesia, los Aviles, los Genaritos, etc., ;tc.; la información, que voy a citar, apareció el 9 de noviembre de 1971. Dice así:
La Masonería internacional "comparte los sentimientos del Papa Paulo VI y del movimiento renovador de la iglesia Católica, para evitar que los ricos se hagan más ricos y los pobres sean más pobres; así como para que se dignifique con sentido social a la persona humana". Así o expresó ayer a su arribo de Santo Domingo, a las 8 horas, el doctor Jaime Manuel Fernández González, ministro de Relaciones Exteriores de la República Dominicana, quien viene para presidir en Tampico, ante más de 400 delegados, la Junta de la Conferencia Masónica Interamericana, de la que es Presidente.
¿En qué forma contribuye la masonería a elevar el nivel de vida de los pueblos de Latinoamérica? preguntó EXCELSIOR al Canciller Dominicano, quien fue recibido por el Lic. José Gallástegui, subsecretario de Relaciones exteriores. "En evitar la división entre los seres humanos, ayudar a los hombres que sufren en América, en propugnar por una equitativa distribución de la riqueza y lograr esos objetivos, a través de la unión que da la fuerza". El doctor Fernández González, de 42 años, catedrático de la Universidad de Santo Domingo, dijo que hace cuatro meses tuvo una conferencia de cuatro horas con el Papa Paulo VI. "Y es, por eso, por lo que la masonería comprende y apoya la nueva doctrina social de la Iglesia Católica, ya que reclama la libertad del hombre y condena la explotación del hombre por el hombre". "Paulo VI sabe que en el corazón de la masonería hay ideales de grandeza, espíritu del bien, esperanza por alcanzar la justicia social. Vemos con simpatía ese movimiento de transformación del mundo de la Iglesia Católica, porque nosotros no podemos permanecer estáticos con los tiempos,- hay que evolucionar, y la masonería tiene que hacerlo al igual que la Iglesia Católica, como lo hacen otras instituciones, porque si no, mueren".
Dijo que la masonería no tiene ideología, aunque cree en un dios, y es apolítica "aunque ha tenido a los grandes hombres que hicieron las gestas libertarias de América, como un Benito Juárez, un Jorge Washington, un José Martí, un San Martín y tantos hombres, que también en Europa, siendo masones lograron la independencia de sus pueblos".
Y en el mismo periódico del 9 de noviembre leemos:PAULO VI ENVIARA A SU EXPERTO EN COMUNISMO PARA NEGOCIAR.
Ciudad Vaticana 8 de noviembre 1971 (AP) El Papa Paulo VI decidió enviar a su principal experto en comunismo a Varsovia para entablar pláticas con el gobierno polaco, tres semanas después de que éste mandó una delegación a una ceremonia papal, según informaron esta noche en círculos del Vaticano, aunque la Santa Sede no formuló comentarios. Su Santidad conversó con Aleksander Skarzynski, jefe del Departamento Polaco para el Culto, y con el Embajador de Polonia en Italia, el 17 de octubre. Ambos asistieron a la ceremonia de la beatificación de un fraile polaco, Maximiliano Kolbe, en la basílica de San Pedro.
Se informa que el arzobispo Agostino Casaroli, secretario del Consejo de Asuntos Públicos Eclesiásticos o sea e! equivalente en el Vaticano de un Ministro de Relaciones Exteriores, viajará pronto hacia Varsovia para continuar las conversaciones. Fuentes del Vaticano dijeron que el Cardenal Wyszynski, quien concurrió el reciente Sínodo mundial, informó al Papa Paulo VI que el actual gobierno polaco parecía estar seriamente interesado en llegar a un entendimiento con la Santa Sede. Kasimir Papee, a quien el Vaticano reconoce como el enviado oficial de Polonia ante la Santa Sede, a nombre del gobierno en exilio en Londres de Polonia, dijo que ya estaba enterado de esta posibilidad. Papee ha estado aquí desde julio de 1939. Al preguntársele si creía posible que el Vaticano pueda llegar a un acuerdo con Varsovia, se limitó a contestar: "No me pidan que sea un profeta".
Estos dos documentos no piden explicación. Hablan por sí solos. Es una nueva prueba de mi tesis en el libro que ha provocado la ira de Miguel Darío Cardenal Miranda y Gómez, a quien se acusa también de pertenecer a la masonería, como su amigo y protegido el obispo de Cuernavaca.

LA VENGANZA DEL PROGRESISMO

Uno de los aspectos más curiosos del "progresismo" o "neomodernismo" religioso y uno de los argumentos más claros de su inconsistencia y del mal espíritu que lo anima es, a no dudarlo, la incongruencia manifiesta con que los "reformadores del siglo XX" piensan, arguyen y actúan. Sobrarían argumentos indiscutibles para demostrar nuestra afirmación. Nos hablan del "diálogo" y paralizan, con todos los recursos a su alcance, la antigua apologética y se protegen como en una fortaleza inexpugnable, en el Vaticano II y en el espíritu conciliar, aunque ellos mismos hayan pisoteado las definiciones dogmáticas de Trento y del Vaticano I, que, según dicen, han sido ya definitivamente superadas por el Concilio Pastoral Vaticano II. La pastoral, en otras palabras, es tan importante que el mismo DEPOSITUM FIDEI debe supeditarse a ella. Afirman y defienden, a como dé lugar, la libertad religiosa, proclamada por el Vaticano II como una de sus más importantes conquistas, según los dictámenes de la propia conciencia; pero esa libertad sólo la entienden en cuanto está relacionada a los acatólicos y anticatólicos, no a los que quieren profesar y defender todavía su fe preconciliar, que excluye cualquier compromiso doctrinal, cualquier herejía o cualquier apostasía. Quieren el ecumenismo con todos los hombres, con todas las religiones, con los mismos grupos subversivos, que solapada o públicamente buscan la destrucción de la Iglesia; mas no aceptan ningún trato con los católicos, que no piensan como ellos, porque saben muy bien que estas divergencias no son verbales, ni tácticas, sino doctrinales, estructurales, casi diríamos esenciales.
Y, como tienen en sus manos el poder, como se sienten casi la misma Iglesia, usan, interpretan, falsean, si es necesario, los cánones de un derecho eclesiástico, que está en revisión, que en muchos cánones ha sido ya abolido, según sus conveniencias, para pulverizar a sus únicos enemigos, los que seguimos teniendo la misma fe de nuestros padres. Una es la ley y la aplicación de la ley para los amigos, y otra para los enemigos.
Probemos, con el reciente decreto de Don Miguel Darío Miranda, estas denuncias concretas de ese abuso del poder. Empieza el cardenal, en su decreto, señalando como mi primer delito el que yo "sin ninguna censura ni licencia eclesiástica" haya publicado mis libros, en defensa de la Iglesia. Y a esta acusación respondo, en primer lugar, diciendo que falta a la verdad el arzobispo de México, porque, mis primeros libros y, especialmente, el "CUERNAVACA Y EL PROGRESISMO RELIGIOSO EN MÉXICO" si tenía el "imprimatur" del Excmo. Sr. Arzobispo de Jalapa, Don Pío López, q.e.p.d. y otros de Don Juan Navarrete, todavía Arzobispo de Sonora.
Los dos últimos libros no lo tenían porque esas formalidades habían sido abolidas por la Santa Sede. Cito, en primer lugar el "Motu Proprio" INTEGRA SERVANDAE de 7 de diciembre de 1965 (A.S. 57 (1965) 952 9555: "La Congregación por la Doctrina ele la Fe investiga diligentemente acerca de los libros que le son denucíados y los reprueba, si lo juzga oportuno, pero oyendo al autor y dándole facultad para defenderse aun por escrito, no sin antes avisar al Ordinario, conforme ya se previno en la Constitución "Solliciata ac Provida" de nuestro predecesor, f.r., Benedicto XIV".
Además la notificación de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, de 14 de junio de 1966 dice (AAS. 58 (1966) 445): "Pero si se publican doctrinas y opiniones, cualquiera que sea el modo como se divulgan, que sean opuestas a los principios de la fe y las costumbres, y sus autores, cortesmente invitados para que corríjan los errores, rehusan efectuarlo, la Santa Sede, haciendo uso de su derecho, reprobará, incluso públicamente, tales escritos, para atender al bien de las almas, con la debida entereza".

La respuesta de la Sagrada Congregación, con fecha 15 de noviembre de 1966, respecto al Canon 2318, que decretaba ciertas penas contra las transgresores de las leyes de la previa censura (Documentum XIV, Nota (1) Derecho Canónico Postconciliar, B.A.C. pág. 156 en la edición Madrid-MCMLVII): "Les respuestas de la Sagrada Congregación, con fe cha 15 de noviembre de 1966, fueron del tenor siguiente-,
1) Negativamente a ambas cuestiones en cuanto al vigor de la ley eclesiástica. (Si, después de publicada la Notificación, que siguió al Motu Proprio "INTEGRAE SERVANDAE, continuaba vigente lo establecido en el canon 1399, por el que se prohibían, ipso facto, algunos libros, y el 2318, que decretaba ciertas penas contra los transgresores de las leyes de la censura y de la prohibición de libros).
2) "Mas aquellos, que, tal vez, hubieran incurrido en las censuras establecidas por el canon 2318, se han de considerar absueltos de las mismas, por el hecho de haber sido abrogado este canon". (AAS 58 (1966) 1186).

El decreto del cardenal habla de una "ingenua malicia", atreviéndose a juzgar en el fuero interno de la conciencia, que la misma Iglesia, con todo su poder, no puede nunca juzgar, según el principio jurídico: "de internis non iudicat Ecciesia".
He sido objeto de una verdadera persecución, de una constante difamación, no sólo por Luis Reynoso, el nefasto canciller que, después de haberse servido mañosamente de mí para atacar a los hermanos Santacruz y a los Padres de la Compañía que los defendieron, abusando ciertamente de mi buena fe, ha sido el promotor de la justicia y de la excomunión; sino del mismo cardenal Miranda, que ha divulgado por todas partes mi supuesta locura. La caridad, de la que tanto alarde hacen esos dos personajes, ha brillado ciertamente por su ausencia. Yo, en cambio, no quiero hablar; no quiero decir lo que sé y de lo que tengo pruebas apodícticas respecto a esas dos personalidades, porque no quiero convertir mi causa en algo personal, pero que entiendan bien que si la defensa lo exige México y el mundo tendrán pruebas de quiénes son los "defensores" de la ortodoxia sana y objetiva.
El grupo inconfundible del "progresismo": los Ertze Garamendi, los Maza, los Genaritos, los Lara, los Moya, los Aviles, etc., todos los incondicionales serviles de la nueva secta, se han puesto a hacer leña del árbol caído. Para Luis Reynoso todos los medios son lícitos, para alcanzar el logro de sus tenebrosos designios; y ahora, respaldado por la autoridad de Su Eminencia, urga los cánones para pulverizarme. El caso Santacruz, como ya dije, le alcanzó el vestido tecnicolor y el título de canciller de que ahora se jacta. En este caso su venganza ha sido cruel, injusta, inhumana, de todo opuesta al espíritu postconciliar, —¿qué le importa a Luis Cervantes Reynoso el Concilio, ni los cánones, cuando es capaz de adulterar los documentos eclesiásticos, de comprar a un monseñor Ferrara, para que venga a México, como funcionario de la Curia de Roma, para "excomulgar" a los Santacruz?— Luis Reynoso, no tiene más fe que su conveniencia, ni más moral que la satisfacción más vergonzosa de su pasión.
Pero, esta vez, Luis Reynoso Cervantes se olvidó do que "sobre las formas jurídicas está siempre la Verdad Revelada". Se olvidó de que esta lucha es una lucha ideológica, y que la verdad nunca puede ser sofocada por la fuerza. Y, sobre todo, él y Su Eminencia se olvidaron de que el sacerdocio, tiene obligación de enseñar lo que Cristo y la Iglesia nos han enseñado y defender, ese DEPOSITO sagrado, incluso a costa de la vida misma. Es necesario obedecer a Dios, antes que a los hombres, aunque éstos estén investidos de cualquier mando o poder. Los mandatos eclesiásticos nunca pueden contrariar los mandamientos divinos.
En mi caso, una argucia de leguleyos, en la que es tan perito Luis Reynoso, echó por tierra —así lo pensó el canciller— con mi autoridad, mi prestigio y mi mismo sacerdocio. La ocasión se presentó cuando pedí la reanudación de mis licencias ministeriales, cumpliendo con la política de gobierno del actual Arzobispo de México. En otras diócesis de la República y, anteriormente, en la misma arquidiócesis de México yo tenía todas las facultades ministeriales por tiempo indefinido. Cuando el Excmo. Sr. Don Luis M. Martínez, el predecesor de Miranda, me aceptó en su arquidiócesis, a mi salida de la Compañía, el ilustre Prelado me dijo textualmente estas palabras: "Te recibo con los brazos abiertos". El actual arzobispo, mostró, al principio, cierta buena voluntad, a mi persona. Sobre todo, cuando mi testimonio le fue necesario para la condenación de los hermanos Santacruz.
Hacía tiempo que el Sr. Reynoso Cervantes quería suspenderme, como lo estuvo anunciando, en repetidas veces, en diversos círculos sociales y, sobre todo, en sus clases del seminario. Una suspensión, como cualquier censura canónica, supone, desde luego una falta grave; supone una previa y formal amonestación y, finalmente la intimación escrita y ante testigos. (No estoy hablando de las penas en las que se incurre, como dice el decreto de Su Eminencia, automáticamente, por cometer el delito, pre visto y censurado por el Derecho).
En cierta ocasión en que pedí mis licencias ministeriales, allá por octubre de 1967. Recibí una carta firmada por un Pbro. Bernardo Martínez, Pro Secretario, que voy a transcribir literalmente:
"CURIA DEL ARZOBISPADO DE MÉXICO. Secretaría de Cámara y Gobierno. México 1, D. F. 23 de octubre de 1967.
Sr. Pbro. D.
Joaquín Sáenz Arriaga.
México, D. F.
Respetable Padre:

En contestación a su último oficio sin fecha, en que solicita usted la renovación de sus licencias ministeriales, me ordena el Excmo. Sr. Vicario General que comunique a usted: que sus licencias ministeriales últimas terminaron el 20 de febrero de 1964; que no hay constancia, desde dicha fecha de renovación de la facultad de binar y de trinar; que la licencia que pidió la R. Madre Ma. Rosa Guadalupe de la Santa Paz, de las RR. MM. Adoratrices Perpetuas del Smo. Sacramento, el 7 de julio último, para que continuara usted como confesor de la Comunidad por un tercer trienio, no la concedió el Excmo. Sr. Arzobispo. Por último que varias veces le ha mandado llamar el Excmo. Sr. Arzobispo para que hable usted con él, y no se ha presentado; por tanto, el Excmo. Sr. Vicario General le encarece a usted que tan pronto como llegue el Excmo. Sr. Primado se entreviste con él.
Protesto a usted mi atenta consideración respeto.
Dios Nuestro Señor le conserve en su gracia.
Pbro. Bernardo Martínez.
Pro Secretario, (firmado).


Voy a comentar ahora esa única carta que en más de seis años, he recibido de la Mitra. Mis comentarios demostrarán la "verdad", la "caridad" y la "buena fe" con que el Canciller Reynoso actúa. Empezaré por hacer notar que el monseñor canciller, con manifiesta mala fe, se obstina en negarme los títulos de Doctor, que tengo, no por ignorancia, ya que él mismo vio los títulos firmados por el Prepósito General de la Compañía de Jesús, por el Rector de la Pontificia Universidad Gregoriana, por el Secretario de la Compañía, por el Secretario de la Gregoriana, sino por el manifiesto empeño de destruir todo lo que a él le pueda ser obstáculo.
Veamos las razones expuestas para no refrendar las facultades o, para no tratar ese punto, que motivó la carta del Pro Secretario, dictada, inspirada y evidentemente respaldada por el Monseñor Canciller.
1) "Se ha pasado el tiempo para pedir oportunamente la renovación de las licencias". Es verdad. Se me pasó el tiempo, no por mala fe sino por las muchas ocupaciones y, para ser franco, por no tener muchas relaciones con la Mitra, en donde hay tanta oposición. Es verdaderamente penoso lo que en las oficinas de Cámara y Gobierno del Arzobispado de México ha sucedido, sucede y seguirá sucediendo. Para muestras bastaría citar el caso del P. Campos, encargado de los asuntos matrimoniales y el caso de los Santacruz, en el que Reynoso, sin escrúpulo alguno, llegó a la mentira, al chantage, a la falsificación y adulteración de los documentos. Y no toco otros puntos, por no agravar la situación actual; pero Su Eminencia sabe que estoy muy enterado de muchas cosas. Sr. Reynoso, ¿quién vendió las columnas del altar del perdón, después del incendio en catedral? ¿Quién provocó ese incendio?
2) "No hay constancia de renovación de la facultad de binar o trinar, después de esa fecha". Yo decía la Santa Misa, por aquel entonces, en la Parroquia de la Divina Providencia, en la calle de Quintana Roo; el Sr. Cura era cabeza de uno de los Decanatos —esa nueva institución de Su Eminencia, para conservar el dominio de su arzobispado, el más grande del mundo. Las veces que biné lo hice por indicación del Sr. Cura, a quien suponía con poderes para delegar. En cuanto a las limosnas que por esas binaciones recibí, debo decir a Su Eminencia que hace ya años que mis entradas económicas no cubrirían el salario mínimo de un jornalero.
3) "El Sr. Arzobispo no concedió la licencia que pidió la R.M. Ma. Rosa Guadalupe de la Santa Faz, de las RR. MM. Adoratrices Perpetuas del Smo. Sacramento, el 7 de julio último, para que continuase como confesor de la Comunidad por un tercer trieno. A esto respondo que miente, Su Eminencia, o miente el Excmo. Sr. Vicario o, lo que es más probable, miente el Canciller. Voy a copiar el documento en el que se concedió el permiso:
"Curia del Arzobispo de México
Secretaría de Cámara y Gobierno
ApartadoPostal 8877
México 1, D. F.
Vicariato de Religiosas
Córdoba 56
Apartado 21314
México 7, D. F.
№ 00248-67
Sírvase referirse a este
número en sus oficios.
"Por disposición del Excmo. y Rvmo. Sr. Arzobispo Primado de México, Dr. D. Miguel Darío Miranda, tenemos el honor de comunicar a usted que ha tenido a bien nombrarle CONFESOR ORDINARIO por un Tercer Trienio a contar de esta fecha de las Religiosas Adoratrices del Smo. Sto. y de San José, que residen en las calles de San Lucas n° 14 Atzcapozalco, Ciudad. . . a solicitud de la M.R.M. Rosa Guadalupe de la Sta. Faz Amezcua a quien servirá presentarle este documento.
Lo que tenemos el honor de comunicar a usted para su conocimiento y fines consiguientes, reiterándole las seguridades de nuestra atención y muy distinguido aprecio.
Dios le guarde muchos años.
México, D. F. agosto 10 de 1967.

Fr. Pío Ramírez, O.P.
Vic. de Religiosas.
Sr. Pbro. D. Joaquín Sáenz
presente.

La carta del Pro Secretario Pbro. Bernardo Martínez está fechada el 23 de octubre de 1967; el documento del Vicario de Religiosas, firmado y sellado es de fecha 10 de agosto de ese mismo año. ¿Puedo o no decir que mienten, al afirmar el canciller o el pro secretario o el Excmo. Vicario que no se había dado la licencia pedida por la M.R.M. Superiora de las Madres Adoratrices?
Resultado de estas anticanónicas y falsas motivaciones: suspensión de hecho, no de derecho del P. Joaquín Sáenz Arriaga, ya que sin negarlas, no se le concedieron las facultades pedidas; es decir, imposición de una gravísima sanción sin juicio, sin apego a los cánones, sin apoyo siquiera en la verdad. Pero el P. Sáenz sí tenía las facultades de CONFESOR ORDINARIO de religiosas. De aquí se sigue que, aunque, por olvido, dejó de refrendar sus licencias, en realidad, estaba amparado, aun llevando las cosas por los caminos del rigorismo jurídico; porque el que tiene lo más tiene lo menos, como lo dice el sentido común. Si el P. Sáenz tenía facultades para ser CONFESOR ORDINARIO de religiosas y si la última fecha del refrendo fue el 10 de agosto de 1967, sigúese que en estos años el P. tenía sus facultades para los otros ministerios.
Queda por aclarar el último punto. El Sr. Arzobispo, en dos ocasiones, pidió por teléfono al P. Sáenz que se presentase en la Mitra a hablar con él. Los hechos ocurrieron así: el 26 de enero de 1964, a raíz de la publicación de mi libro CUERNAVACA Y EL PROGRESISMO RELIGIOSO EN MEXICO, recibí el primer telefonema. Había ya antes sido enterado por algunos obispos amigos que el Arzobispo pretendía silenciar mi defensa de la Iglesia y que, buscaba algún pretexto para justificar las sanciones, que ya tenía decididas en contra mía. Para evitar cualquier pretexto, yo le escribí la siguiente carta:
Excmo. y Rvdísimo. Sr. Dr. Don
Darío Miranda y Gómez
Arzobispo Primado de México.
Ciudad.

México D. F. 26 de enero de 1964.
Excelentísimo y Reverendísimo Señor:

Recibí esta mañana aviso telefónico de parte de S.E-para que me presentase mañana en la Mitra. Por algunos Prelados amigos míos sabía yo antes que S.E. pensaba hacerme una amonestación por los trabajos, que yo he escrito, con la mayor pureza de intención y con el respaldo de personas prudentes de conciencia y ciencia teológica. Admito mis posibles equivocaciones, pese a mis buenas intenciones, y de corazón agradeceré a S.E. se digne hacerme por escrito sus observaciones, para poder reflexionar sobre ellas, en la presencia de Dios y en la sinceridad de mi conciencia.
Personalmente no acudo a la cita, porque los médicos me han aconsejado evitar las impresiones que puedan provocar otra gravedad hepática, como la que tuve en el mes de junio pasado. Espero que S.E. con su paternal caridad comprenderá y aceptará mi excusa.
Sé que algunos Padres de ideas contrarias a las mías me han juzgado como enfermo mental. (Como también el mismo Sr. Miranda lo ha dicho varias veces). También acepto esta humillación, como sacrificio personal a Dios, pero me gustaría que las refutaciones de esos Padres más que con ofensas personales fueran con razones teológicas, que me hiciesen ver mis errores. Esto se lo digo a S.E. porque me han dicho que esas críticas calumniosas y difamatorias también a S.E. le han llegado.
Besa su anillo pastoral y su bendición humildemente le pide su afectísimo servidor en Cristo, Joaquín Sáenz y Amaga, (firma).
A la segunda llamada por teléfono, que debo decir no fue dada por el propio Sr. Arzobispo, como tampoco lo había sido la primera, contesté yo enviando tres testimonios de médicos, que me estaban atendiendo:
Dr. Luis J. Alarcón S.
Moras 360, México 12, D. F.
México D. F., febrero 2 de 1964.
A QUIEN CORRESPONDA:
El suscrito hace constar que el R.P. Joaquín Sáenz Arriaga padece actualmente una angiocolitis hepática, de probable origen biliar, en razón de lo cual se encuentra bajo estricto tratamineto médico, que le impide efectuar sus ocupaciones normales, por un lapso aproximado de dos o tres semanas.
Dr. J. Luis Alarcón B. (firma).

Dr. Carlos Gómez Medina
Médico Cirujano
San Francisco 1644-15.
México 12, D. F.

México D. F. a 3 de febrero de 1964
A QUIEN CORRESPONDA:
El que suscribe Médico Cirujano, legalmente autorizado para el ejercicio de su profesión, con título registrado en la S.A.A. 18064 y ced. de Prof. 56340, hace constar:
Que ha estado atendiendo al Pbro. Joaquín Sáenz y Arriaga quien padece de una afección hepática crónica y su estado de salud es delicado.
Atentamente. Dr. Carlos Gómez Medina, (firma).

Dr. Carlos Sáenz Domínguez
Reg. 10196 S.S.A.

Miembro de la Academia Mexicana de Cirujía
Profesor de Patología Digestiva

Jefe de la Unidad de Vías Digestivas y Proctología de S.M.E.
Médico del Hospital Juárez.

México, D. F., 3 de febrero de 1964.
EXCMO. Y REVMO. SR. DR.
DON MIGUEL DARÍO MIRANDA,
Presente.

Me permito molestar su fina atención en virtud de que he sido informado por mi tío el Padre Sáenz, de que requiere Usted su presencia para el próximo día 4 de los corrientes.
Por lo anterior, manifiesto a usted que desde hace tiempo he estado prestando atención médica al Padre Sáenz, quien ha presentado cuadros de insuficiencia hepática recurrentes, mismos por los que actualmente se encuentra sometido a tratamiento. Considero que debo informar a usted que como parte importante del citado tratamiento, le he señalado la necesidad de reposo absoluto, si es posible en cama, hasta nueva orden; así como reposo físico; le he indicado también la necesidad de evitar tensiones emotivas, ya que éstas podrían determinar complicaciones o prolongar su recuperación.
No dudando que usted dispensará su comprensión a lo antes señalado, aprovecho la oportunidad para hacerle presente mi respeto y reconocimiento.
Sr. Carlos Sáenz Domínguez (firmado).

Para cualquier persona, que no estuviese dominada por un odio insaciable, como el que caracteriza a Luis Reynoso, las razones, expuestas por los tres médicos, hubieran sido suficientes para excusar mi negación. En realidad, hace ya muchos años que mi salud está deteriorada, al grado de haber sido sometido a varias operaciones quirúrgicas, en una de las cuales estuve entre la vida y la muerte, en St. Vicent's Hospital de Nueva York. En los archivos del hospital seguramente conservarán los antecedentes, el diagnóstico, el pronóstico y la severísima operación a que fui sometido.
Además, en mi carta al Arzobispo yo no me negué a escuchar sus amonestaciones; pedía tan sólo el que ésta se me hiciesen por escrito, para evitar cualquier incidente en el que yo pudiera faltar en lo más mínimo a su persona, que, es, mi superior. Cuando escribí el libro CUERNAVACA Y EL PROGRESISMO RELIGIOSO EN MEXICO, ataqué no sólo al trío de Cuernavaca Don Sergio VII, Lemercier, el corruptor de las almas que iban a su monasterio buscando el servicio de Dios, y a Iván lllich, el infiltrado judío, que, patrocinado por los jesuítas de Fordham University ha estado preparando la subversión en la América Latina, sino a Felipe Pardinas y Enrique Maza los defensores del centro piloto de Cuernavaca. De entonces a la fecha presente, Pardinas se casó y tiene un hijo, a quien le puso por nombre Juan Ernesto.- Juan por el Papa de la Tolerancia y Ernesto por el Che Guevara, Lemercier e Iván lllich se redujeron voluntariamente al estado laical y Don Sergio anda volando muy bajo, huyendo de los ataques de sus enemigos, que se multiplican de día en día.
Pudiera detenerme más en exponer mi caso; pero quiero que este libro salga a la luz pública lo más pronto posible. Más adelante, con documentación abundante, daré a conocer el por qué íntimo de todas mis tragedias.
Ahora volvamos al segundo tema, que ya anuncié, que quería exponer en este libro, reafirmación de mi libro anterior "LA NUEVA IGLESIA MONTINIANA". Mas, antes, voy a reproducir otro elocuente documento, que apareció en EXCELSIOR precisamente el día 18 de diciembre de 1971, el día de mi supuesta excomunión:
"L'Osservatore Romano (el órgano oficioso de la Santa Sede) elogia a Martín Lutero. Debe admirársele por su celo religioso. Se enfrenta con valor a los abusos. CIUDAD DEL VATICANO 17 de diciembre (AP).—El periódico del Vaticano, L'Osservatore Romano publicó hoy un artículo en el que elogia a Martín Lutero, pero reafirma las viejas objeciones católicas a sus tesis principales. El Reverendo Battista Mondin, teólogo italiano, escribió que Lutero debía ser admirado "por su celo religioso, su valor, su decisión y tenacidad con las que llevó a cabo su reforma, la cual era urgente, debido a que los abusos y aberraciones en esos momentos eran enormes".
Una prueba más de lo que significa el "ecumenismo" entreguista y traidor de la nueva Iglesia postconciliar. La ondenación de Lutero obedeció no sólo a sus errores doctrinales, que atacaban las verdades fundamentales de nuestra fe católica, sobre todo en el problema vital de la justificación, sino también a sus soeces insultos a la persona del Sumo Pontífice, a la ruptura que causó en la unidad de la cristiandad y a su vida degenerada de lujuria y de embriaguez casi continua. Ahora, para grangearnos a los "hermanos separados", el cardenal Willebrand y el Osservatore Romano hacen a Lutero casi un héroe, un reformador (en el mejor sentido de la palabra), un hombre de visión profética que supo prever estos tiempos postconciliares. Si esa es la Iglesia del postconcilio, resueltamente yo me adhiero a Trento, al Vaticano I y rechazo a ese Concilio Pastoral y a toda esa doctrina socio-política de Paulo VI y de Juan XXIII.
Hace dos días la prensa nos anunciaba que, al fin los anglicanos y los católicos habían llegado a un acuerdo doctrinal en lo referente a la Eucaristía. ¡Claro que llegaron! ¡El Novus Ordo Missae fue confeccionado por herejes, sin tener para nada en cuenta a Trento; más bien, en evidente contradicción a la doctrina infalible de Trento. La Iglesia Montiniana quiere la fusión, busca la unidad, aunque sea sacrificando la Verdad Revelada.
Otra noticia tomada del JEWISH CHRONICLE, January 1, 1971 —Tevet 4,5731:
"Mr. Asher Joel, que ha sido honrado como caballero en la lista de honor de la Reina de Inglaterra, en este nuevo año, es un hombre extraordinario, es uno de los judíos más importantes de Sydney. Está ahora visitando a Israel con motivo de la dedicación de un Nachla que llevará por él el nombre de JNF de Australia; pero Mr. Joel pasará a la historia por algo más importante y poco usual. El fue quien organizó el viaje del Papa a Australia".
Y, en el mismo periódico leemos otras importantes noticias, relacionadas con la apertura de la Iglesia Católica a otras religiones: "Una política de acercamiento ha permitido que el Coro de la Iglesia Católica del Sur de Londres haya cantado en algunas iglesias anglicanas y esté próximo a cantar en una Sinagoga Judía".
Todavía un comentario: "Sir, Me gustaría poder respaldar al rabino Pavey, que escribió con idéntico título, en el número de su periódico del 25 de diciembre. Porque, gente como yo, judíos por nacimiento, pero no por convicción, que no han sido asimilados, se hacen esta gran pregunta: ¿Qué es el judaismo? Y la respuesta a esta pregunta es ciertamente más importante para nosotros, que para los que tienen fe. Un monoteísmo cristiano con tendencias sionistas no tiene ningún atractivo para nosotros. Y, sin embargo, esto es lo que se nos dice por todas partes. Los más fervientes llevan a sus esposas con un largo vestido blanco para ser casados en la sinagoga, con una dosis de prédica moral dicha por el reverendo rabino, para hacer la ceremonia lo más semejante posible a un sacramento cristiano. ¿No es, por ventura, el matrimonio judío un mero contrato, que nada tiene que ver con la sinagoga? Y la mayoría de los 'ortodoxos" buscan más a sacerdotes modernos que a rabinos judíos. Quieren verdaderos pastores, trabajadores sociales con psicoanalistas, con el mágico manto de santidad envolviéndoles.
"Yo sé perfectamente que a través de miles de años, el judaismo ha asimilado los pensamientos y los ritos de una grandísima variedad de filosofías y de cultos. Pero, en esta época de culto pluralismo, ¿tenemos que imitar a Id Iglesia Anglicana"? Dvra Wiseman. 86 Camberwell Church Street, SE5.
R.P. Joaquín Sáenz y Arriaga
¿CISMA O FE?

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