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domingo, 14 de noviembre de 2010

PROFECÍA SOBRE LOS PAPAS

Nada absoluto intento exponer en este capítulo. Todo ello es una piadosa probabilidad al comentar las divisas de los Papas.

La célebre profecía sobre las divisas de los Papas futuros, fue escrita por San Malaquías O'Mongoir, Arzobispo de Armagh en Irlanda. Nació este santo en 1094, y murió en los brazos de San Bernardo en el monasterio famoso de Claraval el 2 de noviembre de 1148.
Este taumaturgo y profeta, estando retenido y honorificado por Inocencio II, en Roma, escribió la célebre profecía.
Fue descubierta esta profecía en la Abadía de San Benito de Mantua, por el benedictino holandés, Arnoldo de Wion en 1590 y la publicó el mismo benedictino en 1595 en su obra Lignum Vitae, como una obra de mérito que ya se conocía, pero que nadie tenía impresa.
En el convento de los Olivetanos de Rímini, existía un manuscrito de dicha profecía de antes del siglo XVI. La revolución, más tarde, despobló el monasterio y desapareció dicho manuscrito.
Fue tal la veneración y el entusiasmo que suscitó esta profecía, que durante un siglo, los teólogos, los santos y los Pontífices, la saludaron como una obra inspirada por sus aciertos. Después vino la duda.
Comentaristas célebres como el beato Holzhauser y Cornelio A. Lapide, la manejan como argumento expositivo para explicar el Apocalipsis.
Teólogos protestantes como Teodoro Kuger, que ha publicado dos obras sobre la profecía de San Malaquías, probando en una de ellas, la autenticidad de la profecía de los Papas.
Sabios famosos como el benedictino Gabriel Bucelin. Historiadores eclesiásticos y pontificios, como Carriere y Coulón.
Los Papas han admitido sus divisas proféticas a través de la historia. Clemente X, en 1670, y el mundo católico, celebran en su consagración, la divisa suya de San Malaquías: "Del Gran Río", que tan bien, le había retratado al pontífice.
Alejandro VIII, celebra la divisa suya: "Penitencia Gloriosa" y manda acuñar en las monedas vaticanas, la efigie de San Bruno, en cuyo día fue electo Papa.
Pío IX, en una audiencia privada a unos sacerdotes selectos, les confirmó la autenticidad y la inspiración de la célebre profecía.
Antes del conflicto de 1914, el santo Pío X, le dijo a su fiel monseñor Bressan, aludiendo a la célebre profecía de San Malaquías, que él así mismo confirmaba:
"DESPUÉS DE MI, ENTONCES SI QUE SE TENDRÁ, LA IGLESIA DESPOBLADA".
La célebre revista, La Civitta Cattollica, en 1872, defiende íntegramente la profecía contra la hipercrítica de los escépticos:
"Bien y qué, algunas razones parecían decisivas, PERO LOS HECHOS ESTÁN CONTRA LAS RAZONES".
Y los hechos en esta profecía, han sido los totales aciertos a través de los siglos en las 111 divisas, comprendiendo a los Papas y a los Antipapas.
Dejamos a la historia, a la especialización y a la crítica, las divisas pasadas. Comentamos algunas divisas más o menos próximas a nosotros, y después, haremos un estudio de probabilidades, sobre las divisas futuras de los Papas, que aún no son.
Gregorio XVI, fue un monje camaldulense de Balnes de Etruria.
La divisa con que a través de los siglos se le designa Papa en 1831, es espectacular: "De Balnes en Etruria".
Pío IX, llena al mundo de asombro con el cumplimiento de su divisa: "Cruz de la Cruz".
La cruz del pontificado de Pío IX, le viene de las continuas represalias políticas de Víctor Manuel, que tiene en su escudo, la Cruz Blanca de la República Italiana, signo de religiosidad tradicional.
La divisa de León XIII ,en la profecía de San Malaquías era designada por una "Luz en el Cielo". El escudo del cardenal Pecci, León XIII, tenía un cometa navegando por el alto cielo. La luz de las Encíclicas sociales y religiosas de León XIII, culmina la profecía que señalaba la gran sabiduría celeste de este pontífice.
Pío X, el Santo José Sarto, el Pontífice de la Eucaristía, lleno de piedad por los niños y por los hombres en guerra, se le designa en la profecía con el lema del Fuego, signo de la Santidad y del Fervor: "Fuego Ardiente".
Benedicto XV, es el Papa de la guerra europea 1914-1922. En su reinado ocurre el gran entierro de Europa. Treinta millones de cadáveres a consecuencia de la guerra. La divisa de San Malaquías le designó así: "La Iglesia despoblada".
Pío XI, se le llamó en la divisa de San Malaquías: "FE INTRÉPIDA".
Esta divisa revela parte del pontificado de Pío XI. Las grandes persecuciones que la Iglesia sufrió en la carne de sus hijos en México, y sobre todo en España, donde en el altar satánico del comunismo, se inmolaron 11 mil sacerdotes, 20 mil religiosas y miles de seglares, que murieron al grito de: Viva Cristo Rey, dieron el testimonio de la FE MAS INTRÉPIDA DE LOS SIGLOS MODERNOS.
Las divisas de las profecías de San Malaquías, estriban en varios campos como términos proféticos y alusivos:
Los escudos de las familias nobiliarias a que pertenecen o los escudos cardenalicios.
La patria de los Papas.
Sus apellidos.
Sus títulos cardenalicios.
Las diversas virtudes, acontecimientos o sucesos notables del pontificado de dicho Papa.
Los términos sombríos y duros de las divisas, señalan a los enemigos escondidos y a las calamidades terribles que sobrevendrán.
Nosotros estudiamos solamente los títulos futuros de la Profecía. Sólo doy un argumento probativo y robusto, sobre esta profecía.
¿Hubiera sido capaz alguien, de haber descubierto a través de los siglos los diez antipapas pasados, y los futuros que aún no conocemos?
¿Hubiera predicho alguien, el misterio eclesiástico que ello encierra, de que ni siquiera un antipapa para robustecer su causa, se hubiera llamado Pedro II, para atraer a los fieles y al episcopado a su partido?
Y el acierto más grande en bloque de esta profecía, ha sido revelar el misterio que nadie osó romperlo. No habrá ningún Pedro, sino hasta el fin de todos los Papas. La historia de la profecía, está de esta forma, robustecida, Tiene demasiada grandeza éste argumento.
El abate de La Tour de Noé, cuenta una anécdota histórica en su libro "El fin del mundo".
La célebre pitonisa Sofía Walder, maestra templaría del rito de los Paladios, dio hace unos años una sesión de ocultismo en París.
Los aristócratas fracmasones allí reunidos, sacaron por suerte una de las cuestiones solicitadas por escrito:
"¿CUANTOS PAPAS SUCEDERÁN A LEÓN XIII?".
Una serpiente, salida de un cesto, le sube a la pitonisa por el cuello, le besa en los labios como para inspirar de boca a boca, su palabra secreta.
Su cola se enreda sobre la espalda lechosa de la pitonisa y escribe la célebre respuesta:
"NUEVE. DESPUÉS REINARE YO".

1°- San Pío X (1903-1914), 2°- Benedicto XV (1914-1922), 3°- Pío XI (1922-1939), 4°- Pío XII (1939-1958), 5°- Juan XXIII (1959-1963), 6°- Pablo VI (1963-1978), 7°- Juan Pablo I (1978), 8°- Juan Pablo II (1978-2005) y 9°- Benedicto XVI (2005- )

PASTOR ANGÉLICO.—Pío XII, se ha ganado el título tradicional de las divisas de San Malaquías. Eugenio Paccelli, resume la grandeza de su divisa. El ha sido el Pastor de todos los apriscos Orientales y Occidentales, cismáticos y protestantes. Sólo ha tenido un silbo y una canción evangélica, conducir a todos al único redil de Cristo. Todo lo ha tocado con el poder de su palabra y con el tacto de su política para el acercamiento y para la buena inteligencia.
Su título de "Angélico", le ha correspondido por su sabiduría de los hombres y de las cosas, por su voz pentecostal dominando a los grandes idiomas del mundo. Pero sobre todo su título Angélico, estriba en la máxima postura del Pontífice por antonomasia, casi diría que Eugenio Paccelli se ha desprendido de aquella capilla angelical de Belén cuando los ángeles, a una, entonaban, la Paz a los hombres de buena voluntad.
Pío XII es el Papa de la Paz. Su mismo apellido, Paccelli, recuerda la paz del cielo. Por eso, su postura, es una postura angélica desde el pesebre de la Iglesia donde nace Cristo. Cada día sobre sus altares, sobre los revirginizados y sobre los convertidos.
Pío XII, está descrito en el Apocalipsis de San Juan en el Capítulo VII, Verso II:
"Luego vi subir del oriente otro ÁNGEL, que tenía la marca o sello del Dios vivo, el cual gritó con voz sonora a los cuatro ángeles encargados de hacer daño a la tierra y al mar diciendo:
"No hagáis mal a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que pongamos la señal en la frente a los siervos de nuestro Dios".
El espíritu de Pío XII, es un espíritu de Dios vivo, lleno de fe y de poderío, que sobrepuja hasta más allá del mundo, haciendo parar a los ángeles y atando en cierto modo las manos de Dios, hasta que sean señalados los hijos del reino. Por eso como Moisés, Pío XII, es el Papa que detiene los terribles acontecimientos bélicos.
Este siervo de Dios, tiene, en el Apocalipsis, la misma voz y señal que la Virgen tiene en Heede. Ella dijo:
"YO SOY LA SEÑAL DEL DIOS VIVO".
Luego este, Papa Angélico, que tiene la señal del Dios vivo, tiene pues la señal de María. Pío XII, es el Papa de Fátima. Los mensajes de Heede, son un eco y una comprobación de los de Fátima, luego el Papa de María, es el Papa de la Paz, el Papa Angélico.
Pío XII en este texto del Apocalipsis, está al borde de la gran catástrofe, la para por algún tiempo, hasta que los ángeles buenos señalen a los escogidos.
Desde las perspectivas de los mensajes de María, de los milagros cósmicos de Fátima vistos por tres días consecutivos, por el Pontífice, Pío XII, el Papa de Fátima, anuncia la llegada de Cristo, que está cerca. Habla al mundo, del nuevo reinado del Inmaculado Corazón de María, y profetiza el misterioso Pentecostés sobre la Iglesia. Sabemos por cierta tradición en la Iglesia, que Pío XII está ligado a la misión de María. Su figura está metida en la catástrofe, o como víctima o como Moisés, que muere antes de la llegada del reino de Dios, a la Iglesia, con cuya muerte se adelantará y se abreviará la gran purgación de los escogidos.
Pío XII, que atalaya la catástrofe, la quiere detener a fuerza de oraciones. Los castigos del Apocalipsis sobre el mar, la tierra y los hombres, son todos esos castigos señalados, en las profecías que anuncian esta época de purgación y de puente hacia el reino de Dios. Pío XII, pues, es el angélico por antonomasia, en esta hora de los hombres. Los ángeles son los pacíficos, los hombres desgraciadamente son los belicosos.

PASTOR Y PILOTO
La contextura moral de este siguiente pontífice en las divisas de San Malaquías, tiene todo el contrapunto del claro-oscuro.
Será un pastor de todos los caminos y de todas las aguas.
Como pastor, tendrá que desvelarse en las escarchas y en las desventuras nocturnas de la Iglesia. Como piloto, reunirá el arte y la dulce astucia, de haber esquivado las grandes galernas.
Un gran piloto, no es un práctico solo de academia ni de escuela.
Los grandes pilotos están forjados y hechos en los tifones antillanos y en las galernas cantábricas. La galerna de la Iglesia y el gran bandazo, parecen salir de este pontificado. El cambio de rutas y de meridianos, está en la bitácora de este marino evangélico. Por lo tanto, toda la consecuencia de las profecías anunciadas y toda la lógica de las divisas de San Malaquías, sobre los Papas, parecen dar a entender que la figura de este Papa, es el Pórtico donde culmina el Período de Fátima como Purgación y castigo.
Juan XXIII, tiene toda la fisonomía, por su nombre y su simbolismo, de ser el Papa Nauta.
Desde el momento, que Juan XXIII, tome un avión para trasladarse a Lourdes o al Brasil, la divisa del profeta irlandés, queda claramente justificada.
Hasta ahora, podemos decir, que por venir el Papa Roncalli desde Venecia y navegar un poco hacia Roma, hay ya una sutil alusión y una pequeña realización en dicha divisa profética.
Si el Papa, tiene que salir de Roma y navegar a lejanas tierras hay que recordar que la palabra Nauta, es un vocablo latino genérico empleado para relacionar diversos conceptos.
Los Argonautas, eran los marinos que marchaban en la nave Argos, para buscar el Vellocino de Oro.
Nauta, pues, es un poema de relaciones marineras. Es el navegante, el grumete, el calafate de abordo, o el piloto de las grandes travesías...
Al empezar la era de la aviación se empezó a designar a los pilotos, como AERONAUTAS. Navegantes del espacio celeste.
Si el Papa, sale de Roma en avión, el concepto de las divisas, está suficientemente aclarado, rompiendo la continuidad de todos los pontífices, que se encerraron en las moles sagradas de la acrópolis vaticana.
Juan XXIII, ha tomado para su pontificado, el nombre, al parecer traspapelado en un medievo de cismas o de Antipapas.
Podría haber una clara alusión a las fechas históricas, que se nos enciman.
Pero los Pontífices últimos, nos han dado una clara lección de filosofía moderna, con esas relaciones espirituales centradas en los acontecimientos mundiales...
Pío X, el santo Papa Sarto, muere en vísperas de la Guerra Europea del 1914.
Pío XI, muere en el umbral de la segunda guerra mundial del 1939.
Pío XII, muere a las puertas de un Gran Acontecimiento, cuando las grandes potencias, ensayan los cohetes interplanetarios, cuando Rusia hace saltar las barreras de Berlín, cuando Francia, bulle con la Nueva Constitución, cuando los infantes de Marina norteamericanos, abandonan las costas de protección en el África, encendida bajo la caída de reyes y el asesinato de príncipes jóvenes, cuando se fragua la bancarrota económica de Estados Unidos.
Hay documentos de conspiración y de alta diplomacia internacional, en los que se prueba, la preparación de la Tercera Guerra Mundial, planeada desde hace años para el año sesenta.
Esto no es una quimera. La primera guerra mundial como la segunda, fueron planeadas en el mismo Corazón de Londres y de Norteamérica por aquellos que alardeaban de libertad y democracia pacífica entre los pueblos.
El Papa Roncalli, está puesto en esta hora como un PRECURSOR, que tendrá que caer ante la gran conspiración. Un precursor que seguramente DARÁ LA VIDA POR SUS OVEJAS, según sus mismas palabras, en el día de su coronación. Y los precursores, cuando se llaman Pastores y tienen el nombre simbólico de Bautistas, caen como Mártires ante el GRAN ADVENIMIENTO de la Iglesia, gloriosamente triunfante.
Sin olvidar que el Papa Roncalli, tendrá que abrir el Mensaje de Fátima para el año 1960, ese mensaje que hará llorar al mundo, Roncalli, tendrá la gloria maravillosa de atestiguar su Misión, por la alta diplomacia de las cancillerías.

LA FLOR DE LAS FLORES
Supuesta la Gran Purgación, llena de catástrofes cósmicas, de herejías y tal vez de cismas, la Iglesia vendrá de las ruinas y empezará la reconstrucción y el nuevo orden en todos los campos de la Iglesia. Para entonces, nos están anunciando los grandes mensajes sobre la Iglesia.
De la profecía de San Cesáreo, parece concluirse, que el Pontífice ha sido despojado de su investidura antes, o más bien que elegido en el silencio, por los siervos reservados para este suceso, después de la purgación se le coronará solemnemente, reafirmando en rito protocolario lo que antes se había hecho tal vez en privado.
El principio del Fin, empieza a sembrar en los justos, la semilla de las decisiones. Queda poco tiempo y hay que ser más amigos del viento que de la brisa...
(Este sería Paulo VI, que se despojo de la investidura al renunciar a la Tiara)

"DE LA MEDIA LUNA"
Hemos llegado al fin. Comienza el declive y las sombras. ¿Pero cómo?
Nos lo recuerda el mensaje de La Salette:
La paz durará unos veinticinco años. "Las abundantes cosechas harán olvidar que los pecados de los hombres son causa de todos los castigos sobre la tierra".
Llega pues el precursor del Anticristo. Empieza la lucha e intenta proclamarse Dios.
La profecía del Venerable Bernardino de Bustis, nos hace barruntar la tragedia:
"Las tribulaciones de la Iglesia que sucederán en el tiempo próximo al Anticristo, serán semejantes a aquellas del tiempo de los Macabeos, cuando el sumo sacerdocio, fué ocupado por Jasón, Menelao, Lisímaco y Alcimo. Así semejante, antes de la venida del Anticristo, ocuparán la sede de Roma, INICUOS PONTÍFICES, es decir ANTIPAPAS, elegidos no por inspiración del Espíritu Santo; y después de tales tribulaciones, se levantará el nuevo Pontífice, el cual será guardado por los ángeles, como también el nuevo Emperador en lo temporal del mundo.
Ambos juntos, verán todas las tribulaciones hasta la venida del último Anticristo, que será monarca de todo el mundo.
Antes de entonces, VACARA LA SEDE APOSTÓLICA CERCA DE UN AÑO Y MEDIO, el cual tiempo, el clero estará tan atribulado que por temor se verá obligado a ocultar la tonsura, y lo mismo harán casi todas las personas eclesiásticas".
El Apocalipsis nos augura un poder espiritual terrible que será el profeta del Anticristo:
"Vi después, otra bestia que subía de la tierra y que tenía dos cuernos semejantes a los del Cordero; mas su lenguaje era como el del dragón. Y ejercitaba todo el poder de la primera bestia, en su presencia; e hizo que la tierra y todos sus moradores adorasen a la primera bestia, cuya herida mortal había sido curada.
Y obró prodigios grandes hasta hacer que bajase fuego del cielo a la tierra, en presencia de los hombres" (Ap. XIÍI, 11-13).
Esta bestia señalada en el Apocalipsis de San Juan, tiene todas las características de un antipapa. Viene vestido con la mansedumbre y la santidad de Dios. Trae los dos cuernos, símbolo del poderío espiritual y del reino religioso. Más aún, los dos cuernos son en la tradición mosaica y en el mundo greco-judío, el símbolo del reinado y de la divinidad. Trae por lo tanto, el máximo poder envuelto en la mansedumbre de Dios. Su boca y su poder demoníaco, nos anuncian un gran apóstata en las cúpulas vaticanas. Roma empieza a idolatrar, empieza a ser por lo tanto, la sede del anticristo. Su poder que se extiende a toda la tierra, nos lo confirma.
La herida sanada de la bestia, es un signo de admiración y de proselitismo.
El poderío musulmán y judío vuelven a brillar después del sometimiento famoso, hecho por el Gran Monarca y los cruzados que conquisten Jerusalén.
Así en forma terrible, el Apocalipsis nos anuncia la apostasía que empieza desde el Vaticano y desde Roma.
El análisis de las divisas de San Malaquías, no es menos consolador.
Comparemos las dos divisas:
"DE LA MEDIA LUNA"
"DEL TRABAJO DEL SOL".
Aquí tenemos entre las dos divisas de dos Papas, los conceptos de la discordia. La luna, no tiene vida propia sino mediante el sol. El sol verdadero pontífice, apenas puede con su gloriosa carga. Sus trabajos para sobrevivir, son contrarrestados por la usurpación de la luna.
La luna quiere vivir a cuenta de la Iglesia, del verdadero pontificado. Adopta sus formas, su santidad y su liturgia. Viene vestido de divinidad amansada, pero su alma y su poder son del dragón.
¿Quién conocerá al verdadero Pontífice cuando el apóstata antipapa aparente tener todo poder en los cielos y en la tierra? ¿Cuan de cerca le circundarán los poderosos y los malvados? Empieza el misterio de la iniquidad, la gran apostasia y el verdadero disloque preguntando: ¿Quién es la verdad? Y la verdad será el milagro aparente, y la oratoria artificial y diabólica de este anticristo. Ahora se comprende cómo después de haber subido al pontificado este falso Papa, la Iglesia naufragará en la duda...
Quedará vacante la sede apostólica durante un año y medio hasta que se haga un poquito de luz.
La luna, en las divisas de San Malaquías, ha significado por sí misma el cisma y los antipapas.
El famoso Pedro de Luna, al hacerse antipapa le recayó sin buscarlo la divisa de San Malaquías: "LUNA DE COSMDIN".
La divisa de Nicolás V, que fué un verdadero Papa, anunció también el cisma: "DE LA PEQUENEZ DE LA LUNA". A este Papa Nicolás V se le sometió el antipapa Félix V.
El concepto SOL en las divisas de San Malaquías, también anuncia el cisma: Alejandro V, antipapa, trajo a la Iglesia todo un cortejo de tribulaciones. Fué un verdadero antipapa lleno de buena voluntad.
La divisa de San Malaquías era: "EL FLAGELO DEL SOL".
Por lo tanto, el concepto LUNA y el concepto SOL de las divisas de San Malaquías, nos dan todo el rigor de un gran cisma promovido por el anticristo y sus secuaces.

"DEL TRABAJO DEL SOL".
El Papa designado por esta divisa nos hace entender el último esfuerzo titánico de la Iglesia. Estamos pues en la hora del ocaso y el sol empieza a obscurecerse. La Iglesia se enfría y empieza la apostasía y las sombras largas anunciadas.
Desaparecen aquellas grandes figuras de santidad y de doctrina.
Las constelaciones de santos y devotos, empiezan a apagarse.
El Papa de esta divisa, está anunciado en el Apocalipsis, al hablarnos de los tres últimos Pontífices del mundo, en el capítulo XIV, 5, 6 y siguientes:
'LUEGO VI A OTRO ÁNGEL QUE VOLABA POR MEDIO DEL CIELO, LLEVANDO EL EVANGELIO ETERNO PARA PREDICARLO A LOS MORADORES DE LA TIERRA, A TODAS LAS NACIONES Y TRIBUS Y LENGUAS Y PUEBLOS.
DICIENDO A GRANDES VOCES: TEMED AL SEÑOR Y HONRADLE PORQUE VENIDA ES LA HORA DE SU JUICIO Y ADORAD A AQUEL QUE HIZO EL CIELO Y LA TIERRA Y EL MAR Y LAS FUENTES DE LAS AGUAS".
Este Papa itinerante. La costumbre reinal de estar bajo un palacio vaticano, tal vez, haya desaparecido, porque llegan los últimos tiempos y los falsos profetas...

"DE LA GLORIA DEL OLIVO".
En plena persecución y reinado del Anticristo, aparecerán los dos grandes Olivos de Israel: Elias y Enoch. La gloria de Israel se acerca y su conversión en masa se realizará, después de la muerte de los dos profetas.
El pontífice de esta divisa, que indica procedencia, gloria y bondad tiene sus interpretaciones.
En sentido real, el Pontífice parece que es oriundo de España.
España, es en el mundo, la que se lleva la gloria del aceite de oliva.
Al señalar su procedencia real, España dará como lo mejor y la mejor gloria entre sus últimas gestas, un gran pontífice.
En el sentido místico y bíblico, podía señalarse un Papa Judío. Ya que Israel es señalada como el Olivo de Dios.
Entonces, en la voz profética de David, el versículo aquel, tiene un augurio de probabilidades: "Yo seré como el olivo verde en la casa de Dios. CONFIANDO EN SU MISERICORDIA".
El Apocalipsis, habla de este Papa con palabras en sus labios, aterradoras:
"Y siguióse otro ángel, que decía: Cayó aquella Babilonia, que hizo beber a todas las Naciones del vino envenenado de su furiosa prostitución" (XI, V - 8).
I.—Porque así, la sucesión de los Papas, después de la Gloria del Olivo, no da margen a la laguna que puede suponerse entre Pedro Romano y la Gloria del Olivo. ¿Cuántos Papas median entre Pedro II y la Gloria del Olivo? Es fácil suponer una laguna para nuevos Papas y esto es fuente de críticas a la profecía.
II.—La lógica de la profecía hablando por divisas, se complementa con la última divisa, aplicada al personaje misterioso de Pedro Romano.
¿Por qué éste no tiene divisa sino realidades concretas ?
III.—La Gloria del Olivo tiene una relación maravillosa con Pedro Romano. La conjunción sería de una luminosidad sorprendente. Si San Pedro presenció la apostasía de Israel ante Cristo Crucificado y fué en cierto punto su causa; dice bien, que otro Pedro sea la causa de su conversión y su gloria.
IV.—La conversión de Israel en masa, se verificará después de la muerte del Anticristo y sus secuaces. Por lo tanto, desaparecidos éstos, habrán desaparecido los perseguidores de la Iglesia. Ahora bien. San Malaquías retrata el pontificado de Pedro II como una última persecución ,en medio de grandes tribulaciones. ¿Entonces quién ha de perseguir a la Iglesia si todos se convierten?
San Pedro empezó con virtiendo a los primeros judíos. Pedro II acabará con la gran conversión de Israel.
La gran obra que San Pedro Apóstol ejerció en la Iglesia, nos da un guión del pontificado, que tendrá que resumir, cierta grandeza bajo la figura misteriosa de Pedro II.
V.—La reducción aparente de un Papa entre el número supuesto de los que faltan, hace igualmente auténtico la Profecía de S. Malaquías.
No es mucho pronosticar, al decir que probablemente no será un Antipapa sino varios los que lleguen antes del fin de los Tiempos. Hay varias razones.

"PEDRO ROMANO"
He aquí, el último Pontífice y el último Pedro. La Iglesia comenzó con Pedro el Pescador y la iglesia acabará su tiempo, con otro Pedro Pescador.
Una vieja tradición asegura que uno de los últimos Papas, vendrá "de la orilla del mar".
El pescador de Genesaret, llegó a Roma por los caminos de Asia a fundar la Iglesia de Cristo.
El pescador de las costas del norte, llegará después de los destierros y de los caminos custodiados por los angeles, a cerrar la iglesia en Jerusalen.
San Pedro murió en la Colina del Vaticano, crucificado.
¡Pedro Romano, morirá en la tierra de Cristo, tambien misteriosamente crucificado!
San Pedro, salió de las catacumbas, de las cárceles y fuu la voz consolatoria de los cristianos, después de aquella estampa del Víacrucis cuando aquellos pesados pies de pescador huian de Roma. El "quo vadis Domine", de San Pedro y la voz de Cristo, amonestándole que iba a Roma a ser crucificado de nuevo, son los dos términos donde acaban, la resistencia humana de Pedro y donde empezaba la fortaleza amorosa de Dios.
Pedro Segundo que tendrá que ser tránsfuga por los caminos del mundo, unas veces por inspiración y otras por cierta flaqueza humana, será la fortaleza de los hermanos asediados bajo los esbirros del anticristo.
San Pedro, mantuvo a la iglesia en las catacumbas. Pedro Romano, mantendrá a la iglesia en las lejanías, en los montes y en las cuevas, lejos de las ciudades y de los perseguidores.
San Pedro tuvo que enfrentarse con Simón Mago, que aparentaba tener sentidos ocultos, poderes secretos y ansiaba comprar los carismáticos poderes espirituales de los apóstoles.
Pedro Romano, tendrá que enfrentarse a los profetas del Anticristo, que aparentarán traer fuego del cielo, elevarse sobre los hombres y simular poderes divinos. La figura de Simón Mago coetaneo y antagonista de San Pedro, es el prototipo y la figura anunciada del Anticristo, que robará toda la liturgia y toda la taumaturgia de los hombres de Dios.
San Pedro, por permisión de Cristo, fué un sacerdote pecador. El pecado le dio base de humildad para la gTan dignidad ante los hombres.
Pedro Romano, será por permisión de Dios, un pecador revirginizado.
Dios le habrá hecho saborear la miseria del pecado, para hacerie comprensivo y humilde.
Es la hora de las grandes claudicaciones en la Jerarquía y en los fieles, porque la apostasía será fácil y sorprendente. Ante las grandes deserciones, Dios tiene que poner en el mundo el Pontífice de la comprensión para que los hombres saboreen la misericordia de los brazos abiertos, tendidos a todos los que vuelvan, sin jansenismos y sin los orgullos secretos de los buenos, hacia los caídos.
San Pedro representó la Iglesia jerárquica, sin pompas y en medio de las pobrezas, de los viajes y de los hermanos. Su Colegio Apostólico era la estampa de la virtud sin la pompa retórica y caballeresca de las etiquetas cortesanas. Sin las logias reales llena de antesalas y de secretarios ceremoniosos. La pobreza, sucederá a la etiqueta palaciega, la Iglesia estática, se volverá itinerante, apostólica y necesitada. San Pedro, predicaba a las comunidades incipientes, la vida de Cristo, de quien había recibido el sacerdocio, los milagros, los mejores bocados calientes y los vinos sagrados en las horas íntimas de los ágapes. Era el testimonio jerárquico de la convivencia.
Pedro Romano, según el Apocalipsis XIV, 9, dirá en voz alta a los pueblos:
"Si alguno adorare a la Bestia, y a su imagen y recibiera la marca en su frente o en su mano, ese tal, ha de beber también del vino de la ira de Dios, de aquel vino puro preparado en el cáliz de la cólera divina y ha de ser atormentado con fuego y azufre a la vista de los ángeles y santos en presencia del Cordero".
Este será el Evangelio final de Pedro Romano: Dar testimonio de Dios, ante los hombres.
La grandilocuencia de estas palabras, representan la grandeza de alma y la figura valiente ante los pueblos. Pedro Romano, estará lleno de aquella audacia pentecostal, metida en ese temperamento meridional de los hombres latinos.
San Pedro negó tres veces a Cristo y dio testimonio de El ante los jueces del Sanedrín y ante los esbirros de Nerón.
Pedro Romano, lleno de sombras y grandezas, dará testimonio de Dios ante los tribunales y ante los secuaces del Anticristo.
San Pedro vivió la presencia humana de Cristo en el Tabor. Pedro Romano será uno de los santos, llenos de visiones y de estáticos raptos, llenos de las últimas sabidurías teológicas del momento.
Una tradición de videntes han dicho que S. Pedro fué el primer estigmatizado oculto del mundo.
Pedro Romano será uno de los próximos estigmatizados de la Iglesia.
San Pedro, fué el primero que dio testimonio de la divinidad ante los Apóstoles cuando Cristo preguntó quién era.
Aquí está la pista. Pedro Romano se le conecerá antes de que sea nombrado último Papa, porque en la hora del desquiciamiento, habrá columbrado como un águila imperial, la divinidad y la misericordia de Dios. Sin que él se dé cuenta, hará un testimonio sobrenatural sobre la manifestación de Cristo en el mundo. El gran Vigía de las últimas horas, tiene que estar ya sobre la Iglesia. Ojo a las nuevas palabras secretas que vienen en la noche del mundo traídas desde más allá de los horizontes. El Vigía de la Iglesia, Pedro Romano, anunciará: "LLEGA EL DÍA DE DIOS".
Pedro Romano tiene una sombra paradójica; por el mensaje de la Salette sabemos que Roma será la Sede del Anti-Cristo. Por lo tanto, Pedro Romano, no dirigirá la Iglesia desde Roma; estará en el destierro, a veces, aparentemente perdido, a veces de incógnito en las plazas y en medio de las comunidades errantes.
Y sin embargo, será Romano. No como todos los Papas con el título oficial concedido Honoris Causa, por estar anexo a la Silla de San Pedro en Roma. ¡Nada de eso!
La grandeza de sus caminos apostólicos por donde pasará errante, llevando la palabra consolatoria de la última hora, la multiplicidad de omnipresentes ubicaciones, simultaneando las presencias hasta por milagro, desde Asia hasta la Patagonia, desde Jerusalén hasta Inglaterra, le harán el Salvador de las Naciones, el Peregrino y el Ángel final de todos los caminos donde hay que sembrar la última flor de santidad y el último suspiro de salvación.
El imperio de su palabra y la dimensión de sus pies, midiendo todos los caminos, le harán ROMANO, con toda la grandilocuencia de aquel imperio de águilas cesáreas y do legiones avasalladoras.
Pedro Romano, será ROMANO, no por su origen, sino por ser el vastago representativo, más grande, del imperio romano espiritual, revitalizado anteriormente, por el Gran Monarca y el Gran Pontífice, ahora en decadencia.
Esta figura de ocaso, resumirá toda la grandeza espiritual de la Iglesia romana desbaratada y dispersa; representará la santidad, siendo el místico más pronunciado de la última hora. Resumirá la Jerarquía Evangélica, siendo la voz más solemne y más humilde, el Papa más moderno y más sabio. Terminará su obra, en la Gran Arquitectura Romana Cristiana, con el rubí testamentario del martirio, acabando la obra como empezó, con la persecución y con el testimonio de la sangre, crucificado como San Pedro. San Malaquías, da una solemnidad final de desenlace a la profecía de las divisas de los Papas:
"En la última persecución de la Santa Iglesia Romana, será Papa, Pedro Romano, que apacentará las ovejas enmedio de grandes tribulaciones; pasado este tiempo, la ciudad de las siete colinas, será destruida, y el Juez Tremendo, juzgará a todos los pueblos de la tierra".
Si la Iglesia, durante Pedro Romano pasa grandes tribulaciones, el período de su pontificado no es corto.
San Pedro, duró en la Iglesia como jefe visible unos treinta años.
Pedro Romano, ocupará un cierto período, si no tan largo, sí al menos de cierta consideración.
La paridad del principio, creándose la Iglesia, y el término final de completarse con todos los elegidos para el reino, suponen cierto período considerable.
Cuando Pedro Romano, entregue las llaves del reino a San Pedro, y éste a Cristo, cerrándose el circuito de los Papas, se habrá consumado el misterio del Tiempo. Tras de esto viene el tremendo Fin.
Ricardo Rasines Uriarte
1960... Y EL FIN DEL MUNDO

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