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lunes, 15 de noviembre de 2010

UN CARDENAL PROTESTANTE ¿DEFENSOR DE LA FE?

I. INTRODUCCIÓN
I.1. Un nombramiento
Es conocida la importancia para la defensa de la Fe católica del exTribunal del Santo Oficio, hoy Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.
Baste recordar que en épocas de ortodoxia el Prefecto del Santo Oficio tenía regularmente una audiencia semanal con el Sumo Pontífice.
Tras el aceptamiento de la "renuncia" del último Gran Inquisidor de la Fe Católica, el Gran Cardenal Alafrido Ottaviani, fue nombrado prefecto de esa Congregación el croata Franjo Seper, quien, como él mismo cuenta, ante el desorden reinante bajo el pontificado de Pablo VI, presentó tres veces su renuncia sin que le fuera aceptada (1). A fines de 1981 cayó bajo el decreto geronticida —Motu Proprio "Ingravescentem Aetatem" del 19-XI-1970— y poco después fallecía de un colapso cardíaco el 30 de diciembre de 1981.
Leemos ahora en "L'Osservatore Romano" (2):
"El Papa ha aceptado la renuncia al cargo de Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, presentada, a tenor del Motu proprio «Ingravescentem aetatem», por el cardenal Franjo Seper".
Sigue la biografía del cardenal fallecido, y luego:
"El Papa ha nombrado Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe al cardenal Joseph RATZINGER.
Joseph RATZINGER nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania). El 16 de abril de 1927. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951. Teólogo de fama mundial, Pablo VI lo nombró arzobispo de Munich y Freising el 24 de marzo de 1977; recibió la ordenación episcopal el 28 de mayo de dicho año. El mismo Pontífice lo creó cardenal en el Consistorio del 27 de junio de 1977, del Título presbiteral de «Santa María Consolatrice al Tiburtino». Es miembro del "Secretariado para la Unión de los Cristianos". (El subrayado es nuestro).

I.2. La biografía de "Concilium"
En enero de 1965 aparecía la "Revista Internacional de Teología CONCILIUM". En la página 2 de este número 1, leemos:
"Comité de redacción de este número:
Director: Prof. Dr. Edward Schillebeeckx, Nimega, Holanda.
Miembros: (...)
Prof. Dr. Joseph Ratzinger, Münster, Alemania".
Ratzinger colabora en "Concilium" desde el n° 1 (3). Por ello, en la página 149 de este número de enero de 1965, entre los "Colaboradores de este número" figura:
"Joseph RATZINGER. Fue ordenado el 29 de junio de 1951 (diócesis de Munich). Estudió en la Theologische Hochschule de Freissing (4) (Alemania) y en la Universidad de Munich. Fue profesor de teología fundamental en la Universidad de Bonn. Desde 1963 es profesor de dogmática e historia de los dogmas en la Universidad de Münster. Sus publicaciones se centran en el campo histórico (doctrina de la Iglesia en San Agustín, historia y teología en San Buenaventura) y en algunos temas concretos:
Primat und Episkopat (junto con Rahner);
Die christliche Brüderlichkeit, «Festschrift für G. Söhngen»,

Einsicht und Glauben (junto con H. Fries)". (Subrayado nuestro).
En el número 24 de "Concilium", de abril de 1967, Ratzinger publica un artículo del que en seguida nos ocuparemos. En la lista de "Colaboradores de este número" se remite a "Concilium n° 1, 1965" y se agrega:
"En 1965, y en colaboración con K. Rahner, ha publicado en Friburgo en Brisgovia «Offenbarung und Ueberlieferung» (Revelación y Tradición)"(5).

I.3. ¿Qué es "Concilium"?
Así presentaba la revista en 1970 el Padre Ponferrada:
"La Revista Internacional de Teología «Concilium», con sede en Nimega, Holanda, es una de las publicaciones más difundidas en los medios intelectuales católicos. Nacida hace cinco años, cuenta con la colaboración de destacados teólogos de distintos países; aunque la revista es católica, escriben también en ella ortodoxos, anglicanos, protestantes de distintas denominaciones, judíos y aun marxistas. La edita una cadena de importantes empresas: Brand, en Holanda y Bélgica; Burns & Oates (filial de Herder) en Inglaterra; Queretiana, en Italia; Paulist Press, en Estados Unidos; Benzinger, en Suiza; Grünewald, en Alemania; Cristiandad, en España; Nansósha, en Japón y Pallotinum, en Polonia".
".. .su Comité de Redacción está compuesto por R. Aubert, P. Benoit, F. Bröckle, C. Duquoc, N. Edelby, T. Jiménez, Y. Congar, M. Chenu, C. Colombo, A. Greeley, J. Mejía, K. Rahner, H. Küng, R. Laurentin, J. Metz, R. Murphy, E. Schillebeeckx, H. Smith y R. Tucci.. ." (6).
"Se publica en 7 lenguas, o en 77", ironizaba Jean MADIRAN ya en 1969 (7). De hecho, se publica en francés, en japonés, en inglés en Inglaterra y en los Estados Unidos, en holandés, en polaco, en portugués en Brasil, en español y en alemán en Suiza y en Alemania Occidental.
El abbé Luc LEFEVRE nos explica la razón de su nombre y su finalidad:
"... Concilium, así llamada porque tuvo por padres a los «expertos» que «habían hecho el Concilio» y que tendían a explicar y explotar los textos conciliares, prescindiendo de las Comisiones Romanas y de la Congregación para la doctrina de la fe" (...). "...numerosos profesores de las facultades protestantes son invitados a colaborar para todas las «cuestiones disputadas» entre católicos y protestantes" (8).
"Concilium" publicó en octubre de 1976 un número dedicado íntegramente a la reivindicación y rehabilitación de Lutero.

II. ¿INMORTALIDAD DEL ALMA?
En un artículo publicado en un volumen colectivo, y titulado "Resurrección de Cristo y esperanza cristiana" (9), Ratzinger responde a un periodista que le pregunta sobre la fe del cristiano en el más allá, urgiéndolo a que haga una exposición "articulada" sobre los "misterios escatológicos". Conviene reproducir la pregunta del periodista, para mejor valorar la respuesta de Ratzinger:
"Cuando un no-creyente pregunta a un cristiano cómo se plantea él el problema de su muerte y qué entiende por cielo y por infierno o cuál es el contenido de su esperanza en el más allá, muchas veces el cristiano se encuentra desorientado. ¿Cómo podría usted articular en un lenguaje comprensible estos misterios escatológicos?" (10).
Véase lo que responde RATZINGER en punto a la inmortalidad del alma:
". . .hay que enfocar la cuestión de qué es lo que el cristiano entiende por esperanza en el más alla y plantearse el problema de si para reiiejar ese concepto sena mejor aplicar la frase «inmortalidad del alma» o «resurrección de la carne». Tal vez diría yo que no se debe exagerar la alternativa hasta ese grado de exclusividad, sino que debiera intentarse una superación del dilema a fin de encontrar lo más profundo, auténtico y común que en él se encierra. «Resurrección de la carne» significa que Dios es el que da la inmortalidad al hombre y que el hombre puede estar seguro de que existe una vida después de la muerte, por el motivo de que Dios mismo, que es eterno, conoce y ama al hombre, CONFIRIÉNDOLE ALGO ASI COMO UNA PERMANENCIA ETERNA EN SU AMOR. Hasta qué punto se indica con esta palabra un acontecimiento HISTORiCO-NATURAL consistente en que al final de los tiempos se devolverá a cada hombre su propio cuerpo, constituye a mi parecer, UNA CUESTIÓN SECUNDARIA QUE TAMPOCO RECIBE UNA CONTESTACIÓN INEQUÍVOCA POR PARTE DE LA BIBLIA. (...) Estos son, por así decirlo, los elementos que pueden aducirse como seguros. HACERSE PREGUNTAS SOBRE LOS DEMÁS DETALLES, ME PARECE TAREA ABSURDA y en último término SUPERFLUA" (11).
Este texto merece unas breves reflexiones:
a) El alma humana —como demuestra la filosofía— es intrínseca y naturalmente inmortal, porque no lleva en sí ningún elemento de corrupción. Y es individualmente inmortal, porque el alma separada conserva la relación trascendental a su propio y determinado cuerpo y eso es lo que la individualiza y distingue de los demás.
Reducir esto a una "permanencia eterna en el amor de Dios", como hace Ratzinger, es pervertir el verdadero sentido de la inmortalidad del alma, al modo de los panteístas, para quienes el alma separada del cuerpo se sumerge en el "Gran Todo", perdiendo la conciencia individual de sí misma.
b) Además, si la inmortalidad es una "permanencia eterna en el amor de Dios", pregunto: ¿y el alma de los condenados? ¿no es entonces inmortal?
c) Pero además, un profesor de dogmática y futuro arzobispo y cardenal no puede desconocer que la verdad filosófica de la supervivencia de las almas después de la muerte del cuerpo está corroborada por la seguridad infalible que proporciona la fe. Véase entre otros documentos dogmáticos:
- la Fórmula llamada Fe de Dámaso (D. 16);
- el Símbolo "Quicumque" o Atanasiano (D. 40);
- el Símbolo Niceno-Constantinopolitano (D. 86);
- y la Bula "Apostilici Regiminis" (1513) del V CONCILIO DE LETRAN (1512-1517) y 18° Ecuménico:
"Condenamos y reprobamos a todos los que afirman que el alma intelectiva es mortal (...) pues ella no sólo es verdaderamente por sí y esencialmente la forma del cuerpo humano (...) sino también inmortal (...). Y como quiera que lo verdadero en modo alguno puede estar en contradicción con lo verdadero, definimos como absolutamente falsa toda aserción contraria a la verdad de la fe iluminada; y con todo rigor prohibimos QUE SEA LICITO DOGMATIZAR EN OTRO SENTIDO; y decretamos QUE TODOS LOS QUE SE ADHIEREN A LOS ASERTOS DE TAL ERROR, ya que se dedican a sembrar por todas partes las más reprobadas herejías, como detestables y abominables herejes o infieles que tratan de arruinar la fe, deben ser evitados y CASTIGADOS" (D. 738) (12).

III. DESPRECIO DEL MAGISTERIO
Al final del texto citado en la nota 11, Ratzinger habla de "una, cuestión secundaria que tampoco recibe una contestación inequívoca por parte de la Biblia". Y nada más. Es ocasión de preguntarse: ¿Y el Magisterio? ¿En qué cesto ha tirado al Magisterio el profesor de Dogmática de la Universidad de Ratisbona (Regensburg)?
Unos párrafos más adelante, Ratzinger nos vuelve a dar la prueba de que para él tiene muy poco —¿o ningún?— valor de guía el Magisterio de la Iglesia:
"«El sacerdote» y «los fieles más sencillos» (...) se dan cuenta de que la misma predicación eclesiástica ha cambiado y de que las afirmaciones de la teología se encuentran en un confuso laberinto de contradicciones, en medio del cual cada uno de los teólogos asegura que se puede confiar en él. ¿Qué criterios pueden darnos pie para decir que las aseveraciones de unos son correctas y las de otros no lo son? Cuando una persona se ve metida en semejante conflicto, la situación parece más o menos desesperada. NO SE HA ELABORADO SIN DUDA CON SUFICIENTE INTENSIDAD EL PROBLEMA DE QUÉ CRITERIOS COMPRENSIBLES PUEDEN TENER VIGENCIA POR ENCIMA DE TODAS LAS DISCUSIONES TEOLÓGICAS, criterios que, en contraste con lo que antes sucedía, puedan ser aplicados también por los fieles más sencillos" (13).
No cabe sino volver a preguntar: ¿el magisterio ordinario no es un criterio? ¿las definiciones del Magisterio infalible no son un criterio? ¿El Magisterio en sí no es un criterio? Porque el Señor "confió al Magisterio todo el depósito de la Fe, es decir, las Sagradas Escrituras y la tradición divina, para que lo guarde, lo proteja y lo interprete" (Pío XII) (14).
Todo esto no deja de ser sumamente grave por venir de la pluma de un futuro Cardenal de la Santa Iglesia Romana y en un tiempo como el nuestro, en el que el Magisterio auténtico es abiertamente negado por muchos.
Uno tiene derecho a pensar si el autor aún cree en él.

IV. EL "VACIAMIENTO" DEL SACRIFICIO DE LA MISA
Como ilustración del "vaciamiento" a que somete Ratzinger a los dogmas de la fe, encontramos un ejemplo típico en el dogma del sacrificio de la Misa (aunque conviene señalar que Ratzinger nunca utiliza el término de "misa", que sin duda por datar sólo del siglo IV, carece de ejecutoria ante su vista).
Pero para comprender mejor el sutil procedimiento ratzingeriano, conviene exponer primeramente lo esencial de la doctrina católica sobre el sacrificio de la Misa.

IV. 1. Tesis católicas sobre el sacrificio de la Misa
a) En la Santa Misa se OFRECE a Dios un "VERUM ET PROPRIUM SACRIFICIUM":
"Si alguno dijere que en el sacrificio de la Misa no SE OFRECE a Dios un VERDADERO Y PROPIO SACRIFICIO, o que el ofrecerlo no es otra cosa que dársenos a comer Cristo, sea anatema" (D. 948; D.S. 1751 ) (15).
b) No puede estar ausente de la definición de la Misa el concepto de que es un sacrificio PROPICIATORIO:
"Si alguno dijere que el sacrificio de la Misa sólo es de alabanza y de acción de gracias, o mera conmemoración del sacrificio cumplido en la cruz, pero no propiciatorio; (...) sea anatema" (D. 950; D.S. 1753) (16).
Por eso, en la PROFESSIO FIDEI TRIDENTINA (1564) se afirma: "Profeso igualmente que en la Misa se ofrece a Dios un sacrificio VERDADERO, PROPIO y PROPICIATORIO..." (D. 997; D.S. 1866) (17).
Y en la PROFESSIO FIDEI prescrita a los MARONITAS, en 1743, por Benedicto XIV:
"Igualmente venero y recibo el Concilio de Trento y profeso lo que en él fue definido y declarado, y particularmente que en la Misa SE OFRECE A DIOS UN SACRIFICIO VERDADERO, PROPIO Y PROPICIATORIO. . ." (D. 1469; D.S. 2535) (18).
Estas dos proposiciones a) y b) son DE FE DIVINA, expresamente DEFINIDA. Quienquiera niega una de estas verdades, cae en la herejía y ya no tiene la Fe católica.
c) Para la Fe católica es importante recalcar lo de sacrificio-propiciatorio, porque algunos protestantes —por ejemplo, los de Taizé— admiten la existencia de un "sacrificio", pero que es sólo "de alabanza".
Así escribe MAX THURIAN —monje protestante de Taizé— respecto del ministerio del "pastor":
"Preside la comida, invoca al Espíritu Santo, dice las palabras de Cristo, presenta al Padre el Memorial de la Cruz, de la Resurrección y de la intercesión del Hijo, EL SACRIFICIO DE ALABANZA, de súplica de la Iglesia" (19).

IV.2. El sacerdote ofrece (y no recibe) un sacrificio
Para poder apreciar el sutil error de Ratzinger, es fundamental subrayar que en la Misa hay un sacrificio visible que SE OFRECE. Los textos de Trento son inequívocos al respecto:
a) "...para dejar a su esposa amada, la Iglesia un sacrificio visible, como exige la naturaleza de los hombres, por el que se representara aquel suyo sangriento que había una sola vez de consumarse en la cruz..." (D. 938; D.S. 1740) (20).
b) "Porque celebrada la antigua Pascua, que la muchedumbre de los hijos de Israel inmolaba en memoria de la salida de Egipto, instituyó una Pascua nueva, que era El mismo, que había de ser inmolado por la Iglesia por ministerio de los sacerdotes bajo signos visibles. . ." (D. 938; D.S. 1741 ) (21).
c) "Y ésta es ciertamente aquella oblación pura, que no puede mancharse por indignidad o malicia alguna de los oferentes, que el Señor predijo por Malaquías (I,11) había de ofrecerse en todo lugar, pura, a su nombre, que había de ser grande entre las naciones..." (D. 939; D.S. 1742) (22).

IV.3. El Catecismo Romano y la Eucaristía-Sacrificio
El Catecismo Romano o "Catecismo del santo Concilio de Trento", que es considerado como un documento público de la Iglesia y expresa la doctrina católica y segura, demuestra que la "eucaristía" tomada en el sentido católico no puede ser contrapuesta al carácter sacrificial de la Misa.
Así enseña al comienzo del capítulo sobre la Eucaristía, en el subtítulo tercero:
"...Y es igualmente verdadera «acción de gracias» [= eucaristía], porque, INMOLANDO ESTA PURÍSIMA HOSTIA, damos a Dios todos los días infinitas gracias por los inmensos beneficios que nos concede, y especialmente por el beneficio inefable de la gracia que nos otorga en este sacramento." (23)
Es decir: el Catecismo de Trento nos explica claramente que la Eucaristía es una acción de gracias de los cristianos a Dios mediante el Sacrificio.
Conviene tener esto también presente frente a las sutiles disquisiciones dialécticas de Ratzinger.

IV.4. Lutero y la Misa
Lutero, al comienzo, conservó la doctrina del sacrificio de la Misa. Pero luego, por consejo del diablo —como él mismo confiesa— la rechazó como impía e injuriosa del Sacrificio de la Cruz. El mismo Lutero narra que disputó a media noche con el diablo, y enumera los argumentos con que el diablo impugnara la Misa, especialmente la privada (24).
En su artículo "La Eucaristía, ¿es un sacrificio?" (25), cuya idea central analizaremos de inmediato, Ratzinger comienza con el "Planteamiento del problema: el propósito de Lutero". Allí sintetiza de este modo la opinión de Lutero sobre el culto, con referencia al sacrificio de la Misa:
"Esto significa, a su vez, que el culto cristiano no (26) sólo fue adulterado en su naturaleza, sino pervertido, hasta hacer de él lo contrario de lo que debía ser al introducirse la oblación en lugar de la acción de gracias" (27).

IV. 5. La interpretación de Ratzinger coincide con la de Lutero
En el planteamiento del problema, Ratzinger sintetiza así el pensamiento de Lutero sobre el culto:
a) "El culto cristiano ha de ser, por tanto, esencialmente, UN MERO RECIBIR, NO UN DAR; es una ACEPTACIÓN AGRADECIDA de la suficiente acción salvifica de Dios realizada de una vez y para siempre en Jesucristo" (28).
Más adelante, Ratzinger resume lo que él considera "positivo" de la tesis luterana. Entre esas proposiciones está:
b) El culto cristiano no puede, por tanto, consistir en el ofrecimiento de los propios dones, sino que, POR SU PROPIA ESENCIA, ES LA ACEPTACIÓN (29) de la obra salvifica de Cristo que nos fue dispensada una vez. Es, pues, acción de gracias: eucaristía" (30).
Compárese el pensamiento de Lutero y lo que Ratzinger considera "positivo" en él, y se verá que es decalco total.
Pero sigamos. En dos proposiciones "positivas" que Ratzinger encuentra en Lutero, y la segunda de las cuales —y que a nosotros nos interesa— acabamos de transcribir, cree él ver:
"un doble punto de partida para llegar a UN CONCEPTO DE SACRIFICIO AUTENTICAMENTE CRISTIANO y para una inteligencia de la EUCARISTIA COMO SACRIFICIO que sea teológicamente LEGITIMA y que se apoye en la realidad de la fe neotestamentaria" (31).
O sea que Ratzinger va ahora a mostrar una interpretación que es:
- El concepto cristiano auténtico de sacrificio.
- Una inteligencia del sacrificio eucaristico (=Misa) teológicamente legítima y de acuerdo al Nuevo Testamento.
Siguiendo la línea de su análisis, en base a lo "positivo" de la tesis luterana, que da pie al "doble punto de partida" indicado, Ratzinger llega a su definición de la "estructura cristiana del sacrificio":
"A partir de lo dicho se impone la idea de que LA RECEPCIÓN, UNIDA A LA ACCIÓN DE GRACIAS, CONSTITUYE LA ESTRUCTURA CRISTIANA DEL SACRIFICIO' en cuanto éste significa la presencia del sacrificio de Cristo y nuestra consumación por el" (32).
Luego, Ratzinger hace un largo análisis del "testimonio del Nuevo Testamento" (sobre todo, en San Marcos y en San Pablo) y con absoluta prescindencia del Magisterio definido en Trento, concluye con su definición que es una re-interpretación, o mejor "vaciamiento" de algo ya definido para siempre:
"El culto en su conjunto se presenta como algo inútil. En el hombre Jesús —que se coloca a sí mismo en el platillo de la balanza— ha llegado a su cumplimiento el sentido del culto, siendo suprimido al mismo tiempo el culto anterior: él mismo es el culto, y en esta concepción, la Cena es un SACRIFICIO QUE NOSOTROS RECIBIMOS AGRADECIDOS, que en nuestro recuerdo aparece verdaderamente entre nosotros" (33).
Obsérvese cómo se conserva el término de "sacrificio", pero re-interpretándolo como "recepción", y no ya oblación. Que la "recepción" es la idea central de la tesis luterana, debe estar ya claro después de lo antedicho. Pero tenemos un testimonio de peso.
En el número de "Concilium" de octubre de 1976, dedicado a rehabilitar a Lutero (34), escribe Johannes BROSSEDER, profesor de teología sistemática en la Escuela superior de pedagogía de la región del Rin y encargado de teología ecuménica en la Universidad de Munich: "Para llegar a una celebración apropiada de la Eucaristía, Lutero orientó la cena estrictamente hacia la RECEPCIÓN y criticó la práctica opuesta en la Iglesia de entonces" (35).
Y en el mismo número tenemos otro testimonio de que la doctrina LUTERANA SOBRE EL SACRIFICIO DE LA MISA ha pasado a ser moneda corriente en la Iglesia del post-Vaticano II. Escribe Otto Hermann PESCH, dominico alemán, el primer teólogo católico de la República Federal Alemana que sea miembro docente de una facultad de teología evangélica:
"En lo que respecta a la cuestión del carácter SACRIFICIAL DE LA MISA, y en consecuencia, a la forma litúrgica de la celebración de la cena del Señor, la teología, ya MUCHO TIEMPO ANTES DEL VATICANO II y desde la reforma litúrgica del Concilio también la práctica litúrgica, han tomado en serio, de una manera inesperada, la crítica de LUTERO y han creado una celebración eucarística que corresponde a las exigencias al menos del primer LUTERO reformador. En LA TEOLOGÍA Y EN LA LITURGIA EL «CARÁCTER SACRIFICIAL» DE LA MISA SE HA CONVERTIDO EN CASI UN ADIAFORON (36), porque los reproches decisivos de LUTERO YA ÑO TIENEN OBJETO..." (37)
Texto esclarecedor si los hay. Ningún mejor colofón para el co-pamiento luterano de la Misa católica, que el del mismo PESCH:
"LUTERO es hoy para la teología católica un testimonio de la FE COMÚN que sirve de indicador hacia adelante y hacia atrás, nuestro «COMÚN MAESTRO», como dijera en Evian en 1970 el cardenal Willebrands" (38).

IV.6. El método del "vaciamiento"
Para llegar a la negación de algo se pueden elegir dos caminos:
a) Su negación franca y abierta, que provoca normalmente una serie de reacciones y llamados de atención;
b) Su aparente afirmación, al conservar los términos, pero encerrando en realidad la negación de lo que se afirma, por vía del "vaciamiento", es decir, re-interpretando los conceptos.
Un ejemplo análogo, del campo más concreto de la política, permitirá comprender más claramente esta táctica hoy ampliamente vigente en la secta modernista que "coloniza" a la Iglesia: una vez caídos los países de la Europa del Este bajo la tiranía comunista entronizada por Yalta, sus gobiernos no se autodenominaron "dictaduras del proletariado" ni "tiranías", lo que hubiera sido negar abiertamente la democracia (solución a). Por el contrario, se rotularon machaconamente "Repúblicas democráticas", pero por cierto después de haber vaciado a la democracia de todo su significado (solución b). Lo importante era conservar el término.

IV.7. El vaciamiento del "Sacrificio"
Dada la sutileza del procedimiento, esquematizamos los pasos del mismo:
a) Trento define para siempre que la Misa es "VERUM ET PROPRIUM SACRIFICIUM". Ratzinger conserva el término de "sacrificio" y lo "re-interpreta", en el sentido de "RECIBIR UN SACRIFICIO":
- "La RECEPCIÓN, unida a la acción de gracias, constituye la estructura cristiana del sacrificio" (39)
- "La Cena es un sacrificio que nosotros RECIBIMOS agradecidos" (40).
b) Es evidente que "ofrecer" un "sacrificio" (canon I de Trento, reproducido en nota 15) es algo esencialmente distinto de "recibir" (o sea, pasivamente) un sacrificio. Reléase todo lo dicho en IV. 1 y IV.2.
Se debe, pues, concluir que "la recepción, unida a la acción de gracias", que para Ratzinger sería el "sacrificio" católico, no es de ningún modo la forma de la eucaristía católica como sacrificio. Es su negación, por la vía de la "re-interpretación".
c) ¿Por qué esta re-interpretación? Porque responde a la teoría básica de Lutero, la de la justificación por la sola fe, que Ratzinger viene a terminar aceptando en el fondo, y según la cual el hombre es exclusivamente receptor, totalmente pasivo, en el cual sólo Dios obra.
Como explica el mismo Ratzinger, el rechazo de la Misa —verum et proprium sacrificium— es consecuencia de la teoría luterana de la justificación:
"Para Lutero, la discusión en torno a la misa constituye una aplicación práctica del problema fundamental de la justificación" (41).
d) Consecuentemente, la misa católica, el sacrificio-oblación, no podía dejar de ser para Lutero "Götzendienst" y "Greuel":
"Para Lutero, la misa —es decir, la eucaristía entendida como sacrificio— constituye una idolatría (Götzendienst), una abominación (Greuel), porque supone una reincidencia en la estructura sacrificial pagana anterior al cristianismo" (42).

IV.8. Conclusiones
• Un teólogo dogmático y futuro cardenal de la Santa Iglesia Romana colabora desde su primer número con la revista "Concilium''.
• En esa misma equívoca revista, expone en 1967 con un título no menos equívoco ("¿Es la Eucaristía un sacrificio?") una doctrina más que equívoca, abiertamente luterana, i.e., herética.
• Esas mismas teorías las vuelve a sostener en 1977, ya como arzobispo de München-Freising, en un artículo en la revista "Communio" (43).
• Presenta su teoría en "Concilium" en un número dedicado al ECUMENISMO. En la página 4 se lee:
"Comité de redacción de este número:
"Director: Profesor Dr. Hans Küng, Tubinga."
Y en las páginas 5 a 7: "Presentación: Discusión en torno a los Sacramentos." Firmado: Hans Küng.
• O sea, Ratzinger escribe en un número de "Concilium" preparado y dirigido por Hans Küng, y destinado a presentar los Sacramentos en una perspectiva "ecuménica", como punto de partida de entendimiento con los protestantes. Y ésta es también la finalidad del artículo "¿Es la Eucaristía un sacrificio?":
"Con todo lo expuesto, naturalmente, no puede decirse que hayamos ofrecido una teoría dogmática completa acerca de la eucaristía como sacrificio. Pero quizá hemos logrado presentar un punto de arranque del que podría y debería partir aquel estudio v EN EL OUE QUIZAS LOS CRISTIANOS SEPARADOS PUDIERAN LLEGAR A COMPRENDER" (44).
• Dentro de ese contexto, Ratzinger, profesor de dogmática, desechando prácticamente siempre el término consagrado de Misa, fundamenta toda su teoría sólo bíblicamente, y no solamente SIN TENER EN CUENTA los cánones de Trento sino CONTRA Trento, contra la Fe católica y su liturgia (45).

V. UN TEXTO QUE EXPLICA TODO
Para muchos puede resultar incomprensible que se llegue a tal deformación de la doctrina católica. Creemos que una cita de Ratzinger que trae el Prof. Cornelio Fabro provectará una eran luz sobre el origen de esta "teología" de un profesor de dogma, arzobispo, cardenal y hoy Defensor (?) de la Fe católica:
"Le doy decididamente razón... a Hans Küng cuando hace una neta distinción entre teologia romana y la fe católica... EL LIBERARSE DE LOS CEPOS DE LA ESTRUCTURA DE LA TEOLOGIA ESCOLÁSTICA ROMANA representa un deber urgente del cual a mi modesto parecer depende directamente LA POSIBILIDAD DE SUPERVIVENCIA DEL CATOLICISMO." (46)
Hacer depender la "supervivencia del catolicismo" de la "liberación de la teología escolástica" significa simplemente abominar de ésta. Y qué sentido tiene el abandono y desprecio de la escolástica lo señaló claramente el único Papa santo de los últimos cuatro siglos:
"Todos los MODERNISTAS, que pretenden ser y hacerse pasar por doctores de la Iglesia, pregonan a voz en grito la filosofía moderna y DESPRECIAN LA ESCOLÁSTICA. [... ] "Tres son las cosas que consideran principales escollos para sus intentos: el método ESCOLÁSTICO de filosofar, la autoridad de los Santos Padres y la tradición, y el MAGISTERIO ECLESIÁSTICO. Contra ellos luchan denodadamente. Ridiculizan la filosofía y la teología ESCOLÁSTICA y LAS DESPRECIAN. Ya sea que lo hagan por ignorancia o por cobardía, o quizá por ambas cosas, el hecho es que el deseo de novedades va siempre unido al ODIO CONTRA EL MÉTODO ESCOLÁSTICO; no hay mejor síntoma de que alguien empieza a inclinarse hacia las doctrinas MODERNISTAS que verlo empezar a ODIAR AL MÉTODO ESCOLÁSTICO. Recuerden los MODERNISTAS y sus partidarios la condenación de Pío IX contra la proposición que dice: «el método y los principios con los que los antiguos doctores escolásticos cultivaron la teología no son adecuados a las necesidades actuales ni al progreso de las ciencias» (Syllabus, prop. 13)" (47).
A principios de la presidencia de Arturo Frondizi, el Padre Julio Meinvielle escribió un artículo célebre: "¿Puede un comunista ser Presidente de la Nación?"
Hoy preguntamos: ¿Puede un cardenal protestante ser defensor de la Fe católica?

Thomas Me Ian
Bs. As., 7-3-1982
Revista ROMA N° 109

* N. del A.: Este trabajo, aunque realizado en 1982, sólo puede ver ahora la luz. Fue rechazado en esa época por el anterior director de esta revista, con estas palabras:
"Como en este momento Mons. Lefebvre está en tratativas con el Card Ratzinger, me parece poco conveniente publicarlo" (sic).
Rechazar argumentaciones teológicas en defensa de la pureza de la Fe invocando las razones de "conveniencia" del momento, silenciar la verdad católica por repartijas y acomodos con los herejes, esperando poder subirse al furgón de cola del "Expreso Conciliar a Babel", no es sino el más crudo y craso PRAGMATISMO anticatólico.
Esta nueva doctrina de la "theologia pragmatistica secundum convenientias temporum" es típica de seudo-"teólogos".

NOTAS
1 "Chiesa Viva", Brescia, n? 116, febrero 1982, p. 21.
2 "L'Osservatore Romano", 29 de noviembre de 1981, p. (621) 5, col. 1*.
3 Joseph RATZING ER: "Implicaciones pastorales de la doctrina de la colegialidad de los obispos", "Concilium", n° 1, enero 1965, pp. 34-64.
4 Es una errata de la revista. El nombre correcto es Freising como puede verse en la biografía de "L'Osservatore Romano" de la nota 2.
5 "Concilium", n° 24, abril 1967, p. 174. (El subrayado es nuestro.)
6 Gustavo Eloy Ponf errada: "Sobre la «Declaración» de un grupo de teólogos de la revista «Concilium»", in "Universitas", Bs. As., n° 15, junio 1970, p. 31. (El subrayado es nuestro.)
7 "Itinéraires", París, n° 132, abril 1969, p. 297.
8 "La Pensée Catholique", París, n° 167, marzo-abril 1977, p. 24.
9 in- Gerhard Adler: "Fe cristiana y sociedad" (titulo original: Cnnstlicn, was heisst das?), edit. Verbo Divino, Estella, Navarra, 1974, pp. 53-59.
10 ib., p. 53. (Los subrayados son nuestros.)
11 Ib., pp. 55-56. (Los subrayados son nuestros.)
12 Traducción de Daniel Ruiz Bueno, in: "El Magisterio de la Iglesia", Herder, Barcelona, 1963. (Los subrayados son nuestros.)
13 Art. cit., p. 58. (Los subrayados son nuestros.)
14 Pió XII: encíclica "Humani Generis", 12-8-1950.
15 Concilio de Trento, sesión XXII, canon 1: "Si quis dixerit in Missa non offerri Deo verum et proprium sacrificium, aut quod offerri non sit aliud quam nobis Christum ad manducandum dari, anathema sit." (Los subrayados son nuestros.)
16 Concilio de Trento, sesión XXII, canon 3: "Si quis dixerit, Missae sacrificium tantum esse laudis et gratiarum actionis, aut nudam commemorationem sacrificii in cruce peracti, non autem propiatorium (...) anathema sit."
17 "Profiteor pariter in Missa offerri Deo verum, proprium et propiatorium sacrificium..." (Los subrayados son nuestros.)
18 Pariter eneror et suscipio Tridentinam Synodum, et profiteor, quae in ea definita et declarata sunt, et praesertim offerri Deo in Missa verum, proprium et propitiatorium sacrificium..." (Los subrayados son nuestros.)
19 "Il préside le repas, invoque le Saint-Esprit, dit les paroles du Christ, présente au Père le Memorial de la Croix de la Résurrection et de l'intercession du Fils, le sacrifice de louange, de supplication de l'Eglise..."
20 "...ut dilectae sponsae suae Ecclesiae visibile (sicut hominum natura exigit) relinqueret sacrificium, quo cruentum illud semel in cruce peragendum repraesentaretur..."
21 "Nam celebrato veteri Pascha, quod in memoriam exitus de Aegypto multitudo filiorum Israel immolabat, novum instituit Pascha, se ipsum ab Ecclesia per sacerdotes sub signis visibilibus immolandum..."
22 Et haec quidem ilia munda oblatio est, quae nulla indignitate aut malitia offerentium inquinari potest, quam Dominus per Malachiam nomini suo, quod magnum futurum esset in gentibus, in omni loco mundam offerendam praedixit..."
23 "3. Cur hoc sacramentum Eucharistia vocetur.
'NOMEN. (...) Nec ero minus apte, gratiarum actionem interpretamur, siquidem cum hanc purissiman Hostiam immolamus, immensas quotidie gratias pro umversis in nos beneficiis Deo agimus, atque in primis pro eius gratiae tam excellenti bono, quam nobis hoc Sacramento tribuit." (Catecismo Romano, BAC, Madrid, 1965, pp. 438-439.)
24 Cfr. TANQUEREY, Synopsis Theologiae Dogmaticae Specialis, Desclée, 1914, yol. II, p. 432, n. 2.
25 «Concilium", n° 24, abril 1967, pp. 72-85 (original alemán: "Ist die Eucharistie ein Opfer? ).
26 Por una errata, no figura este necesario "no" en la traducción española de Concilium (cfr. n. 25).
27 Art. cit. p. 73. Das bedeute dann umgekehrt, dass christlicher Kult seinem Wessen nach entstellt, ja in sein eigenes Gegenteil verkehrt ist, wenn an die Stelle der Danksagung wieder die Darbringung tritt"
28 Art. cit., p. 73. 'Christlicher Kult kann folglich seinem Wesen nach nur Empfangen, nicht Geben sein; er ist danksagendes Entgegennehmen der ein für alle Mal genügenden Heilstat Gottes in Christus Jesus." (Los subrayados son nuestros.) ,
29 "Empfangen" del original alemán más que por "aceptación debe traducirse por "la recepción", como la misma traducción de "Concilium" así lo hace en la misma página, 27 líneas más adelante.
30 Art. cit., p. 75. "b) Christlicher Kult kann daher nicht mehr im Darbringen eigener Gaben bestehen, sondern ist seinem Wesen nach Empfangen der einmal gespendeten Heilstat Jesu Christi, also Danksagung, Eucharistia." (Los subrayados son nuestros.)
31 Art. cit., p. 75. (Los subrayados son nuestros.)
32 rt. cit., pp. 65-76. "Von da aus drängt sich der Gedanke auf, das danksagende Empfangen die christliche Weise der Opfers ist, indem es Gegenwart des Christus-Opfers und unser Erfülltwerden von ihm bedeutet". (Los subrayados son nuestros.)
33 Art. cit., p. 82. "Der ganze Kult erscheint als eine grosse Vergeblichkeit. In dem wahraft sich selbst in die Waagschale werfenden Menschen Jesu ist der Sinn des Kultes erfüllt und so zugleich der bisherige Kult abgetan: Er selbst ist der Kult und in diesem Verständnis das Abendmahl ein Opfer, das wir danksagend empfangen, das in unserem Gedenken wahrhaft in unsere Mitte tritt." (Los subrayados son nuestros.)
34 "Nuestra esperanza es que finalmente, también por Roma, venga pronunciada la «palabra de reconciliación» esperada por muchos en la causa de Martín Lutero". Hans KÜNG, artículo Editorial en "Concilium", n° 118, octubre de 1976.
35 "En qué modo el mundo católico recibe a Lutero", "Concilium", n° 118, octubre de 1976. (Los subrayados son nuestros.)
36 ADIAFORON: Con este término, en el curso de una célebre controversia en el campo protestante, se indicó algo indiferente, que podía ser objeto de tratativa con los católicos.
37 otto Hermann PESCH: "L'état actuel de réntente", in "Concilium" (edic. francesa), n° 118, octubre 1976, p. 147. (Los subrayados son nuestros.)
38 ib., ib. (Los subrayados son nuestros.)
39 Cfr. el texto correspondiente a la nota 32.
40 cfr. el texto correspondiente a la nota 33.
41 "Concilium", n° 24, p. 72.
42 Ib., p. 72.
43 "Gehalt und Gestalt der eucharistischen Feier" (Contenido y forma de la fiesta eucaristica), in: "Communio", Internationale katolische Zeitschrift, 6. Jahrgang, 1977, pp. 385 ss.
44 "Concilium", n"? 24, p. 85. De acuerdo al texto alemán original, que reza en su última parte:
"... von dem sie gedacht werden muss und kann und an dem sien auch die getrennten Christen versuchen könnten, wieder zu finden und zu verstehen",
la última frase está mal traducida: en lugar de "llegar a comprender debe decir: "tratar de reencontrarse y comprenderse". (Los subrayados son nuestros.)
45 Permítasenos recordar que no todos los veinte Concilios ecuménicos dogmáticos tienen la misma importancia. Entre ellos, Trento ocupa una posición única, de primerísimo rango, por la extensión y profundidad de la doctrina católica declarada y definida.
46 Joseph Ratzinger: "Contradicciones en el libro «¿Infalible?» de Hans Küng", en el volumen colectivo "¿Infalible?", Ed. Paoline, Roma, 1971, p. 60, cit. por Cornelio Fabro, in: "L'avventura della teologia progressista", p. 31, n. 1, Rusconi, Milano, 1974. (Los subrayados son nuestros.)
47 SAN PIO X: encíclica "Pascendi" (1907). Traducción de Manuel Morera, in: San Pío X. "Escritos Doctrinales", Edic. Palabra, Madrid, 4° edición, 1975, ed. bilingüe, pp. 327 y 329. (Los subrayados son nuestros.)

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