"Esclavo: ¡ya eres libre! no hay cadena
que aprisionarte pueda! A tí no alcanza
Del mundo y del demonio la asechanza.
Ni el dogal de la muerte y de la pena.
que aprisionarte pueda! A tí no alcanza
Del mundo y del demonio la asechanza.
Ni el dogal de la muerte y de la pena.
La Virgen Celestial, la Gratia Plena,
Con su cielo ha calmado tu esperanza.
Te diste a Ella, y Se te dió! ¡Qué alianza!
Trueca por una Gloria una cadena!...
Con su cielo ha calmado tu esperanza.
Te diste a Ella, y Se te dió! ¡Qué alianza!
Trueca por una Gloria una cadena!...
Así, con débil voz, pobre coplero,
Al Beato Luis apostrofé, en un día
Y él, desde la altura placentero
Al Beato Luis apostrofé, en un día
Y él, desde la altura placentero
Me dijo: Soy esclavo todavía.
¿No me ves, para siempre, prisionero
En los brazos amantes de María?
¿No me ves, para siempre, prisionero
En los brazos amantes de María?
Mons. Vicente M. Camacho
Abril 28 de 1927.
Abril 28 de 1927.
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