Cuando
mi alma fue Cándida y pura
Como son de tu altar los blancos cirios,
Simbolicé mi amor en frescos lirios,
Como son de tu altar los blancos cirios,
Simbolicé mi amor en frescos lirios,
Y te
ofrecí con ellos, mi ternura...
Después, enferma el alma de locura,
Corrí en pos de quiméricos delirios...
Y en vez de goces encontré martirios,
Y te ofrecí mi llanto y mi amargura.
Hoy que ya nada tengo, ni cantares,
Ni amor, ni flores, m dolor, m llanto,
Vengo a poner, Señora, en íus altares,
Como postrera ofrenda y mudo canto,
Mí corazón que casi no palpita,
Para que tú le digas: " ¡Resucita!"
Después, enferma el alma de locura,
Corrí en pos de quiméricos delirios...
Y en vez de goces encontré martirios,
Y te ofrecí mi llanto y mi amargura.
Hoy que ya nada tengo, ni cantares,
Ni amor, ni flores, m dolor, m llanto,
Vengo a poner, Señora, en íus altares,
Como postrera ofrenda y mudo canto,
Mí corazón que casi no palpita,
Para que tú le digas: " ¡Resucita!"
Mons. Vicente M. Camacho
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