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viernes, 20 de enero de 2012

REFLEXIONES SOBRE LOS TIEMPOS DEL ANTICRISTO (2)

Por Mons. José F. Urbina Aznar

PEDIRA EL MUNDO UNA SEÑAL AL CIELO.
Entonces el hombre, en los últimos tiempos, desesperado y desorientado, inmerso en la más abyecta corrupción mundial, pedirá una señal.
El Evangelio de San Mateo dice: "¡Generación malvada y adúltera!. Una señal pide y no se dará otra señal que la señal de Jonás" (XVI, 4). En el Evangelio de San Marcos, VIII, 12, leemos que ante el requerimiento de los fariseos de una señal del Cielo, Jesús les responde: "¿Por qué esta generación pide una señal?. Yo os aseguro: no se dará a esta generación ninguna señal". En el Evangelio de San Lucas, también se nos dice: "Esta generación, es una generación malvada; pide una señal y no se le dará otra que la señal de Jonás" (XI, 29).
Es revelador el texto de San Marcos. Son los fariseos los que piden una señal. Son los hipócritas los que quieren ver señales sobrenaturales, habiendo otras tan claras, pero son señales que se han de reconocer con los ojos del espíritu principalmente, y no con los ojos de la carne. Demasiadas eran las señales para las que estaban voluntariamente sordos y ciegos. Por eso Cristo les niega toda otra cosa.
En el final de los tiempos, también la humanidad pedirá una señal, dirán, para que acabe el caos universal, pero ellos no moverán un dedo para lograr un regreso y una purificación. Verterán lágrimas de cocodrilo, que mientras devora a su víctima llora. Querrán ver una señal mientras matan a la Iglesia.
Pero de todos ellos, los más hipócritas, los más peligrosos, los más degenerados estarán entre las filas de los que dicen defender la ortodoxia y conservar la Fe, porque haciendo oídos sordos a la Doctrina, a las leyes de la Iglesia, a las Sagradas Escrituras, a la experiencia de la Tradición y de los Santos, con pleno conocimiento de la situación, y adoptando una actitud fariséica, esperarán la intervención divina para terminar la crisis, o esperarán en la inacción el regreso de Elias y Enoc, o esperarán que suceda una aparición de la Santísima Virgen María para que les diga qué hacer, o esperarán en vano quién sabe que con el pretexto inválido de la prudencia para ocultar así su abyecta claudicación y cobardía. Con el pretexto de esperar que Dios arregle las cosas, de someterse con humildad a los designios y Voluntad divina, permanecerán en la más cobarde inacción condenando además a todos quiénes quieran actuar, para no verse comprometidos en ninguna forma.
Y así, estando también infectado parte del "resto fiel", se cumplirá la profecía del completo quebrantamiento del pueblo santo.
Por eso San Juan en el Apocalipsis dice que los pocos fieles del final de los tiempos, "vencieron gracias a la Sangre del Cordero y a la palabra" (XII, 11). No gracias a los grandes milagros, no a las apariciones, no a las grandes señales que con espíritu farisaico se pedirá.
Porque Dios ha dado a Su Iglesia los medios suficientes para salir de cualquier situación, que sin embargo, son desaprovechados esperando señales del Cielo o tal vez especiales llamados particulares (¿será que ésto están esperando esos orgullosos y falsos defensores de la ortodoxia?) que nunca se darán. Son los fariséos de las catacumbas del final, pues allí también los habrá, que pasar, sobre sus conciencias o sobre sus más graves obligaciones, cuando sienten afectados sus intereses familiares, personales o su seguridad.
Muchas señales se cumplirán, pero sobre todo la "señal de Jonás", que no es otra cosa que la Pasión horrenda de la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, su crucifixión y su muerte, representadas en la Apostasía y en el destierro del Sacrificio.
Pero los hombres estarán infectados ya con la doctrina fariséica (Mat. XVI, 12; Marc. VIII, 15), y no podrán soportar la verdad.
Es innegable que siendo la Iglesia el Cuerpo místico de Cristo, todas las palabras que El dijo sobre Su Pasión, pueden ser aplicadas con toda propiedad a Su Iglesia. Su Pasión y Su muerte, corresponden también a la pasión y muerte de la Iglesia, en el final del mundo.
La humanidad entonces será un rebaño sin pastor, "vejado y abatido" como dice nuestro Señor Jesucristo en San Mateo IX, 36, pero no lo reconocerán para rectificar.
Al final de los tiempos, muy pocos conocerán la Voz de Cristo y sabrán que es El quien les habla y rechazarán la voz del Dragón. Pero Cristo conocerá también a Sus ovejas (San Juan, X, 7 y siguientes).

TODOS LOS HOMBRES CORRERAN TRAS
LAS GLORIAS PASAJERAS DE ESTE MUNDO.

Pero no solamente los hombres del mundo se procurarán las glorias del mundo, sino también la Iglesia de la Apostasía. Por eso dice el Apocalipsis que la Ramera está asentada sobre muchas aguas (XVII, 1), es decir, completamente mundanizada. San Roberto Belarmino decía que la Roma del final es la Ramera apocalíptica (Biblia comentada de Torres Amat).
En el Evangelio de San Lucas, XVI, 15, dice Jesús: "Vosotros sóis los que os dais de Justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que es estimable para los hombres, es abominable ante Dios". Todo lo que se haga para dar gusto al mundo, es abominable ante Dios, y los hombres del tiempo de la herejía total o Apostasía, buscarán con afán y desesperación la simpatía del mundo. La Iglesia no es del mundo, ni son del mundo los fieles. Por eso, hay que temer las alabanzas del mundo porque se tiene así un signo inequívoco de estar haciendo algo que Dios aborrece. En el mismo Evangelio de San Lucas, VI, 26, nuestro Señor dice: "¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, porque de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas". Esto decía nuestro Señor Jesucristo a los Judíos, pero es propio aplicarlo a todos los tiempos y a todas las gentes, porque el mundo siempre será mundo, y el hombre siempre lo será también. Y las alabanzas de los enemigos de Jesucristo, no son una buena señal. El mundo trata bien, como sabios, como santos, como iluminados, como guías a los profetas falsos, y a quienes predican la verdad que al mundo y a los mundanos no gusta, son locos que hay que callar, aislar, menospreciar o perseguir. No puede hablar palabras de verdad una Iglesia caída en la Apostasía, alabada por todos aquéllos que son del mundo, que no quieren que Cristo reine sobre ellos y sobre el mundo (San Lucas, XIX, 27). Porque la gloria y el reconocimiento no viene de los hombres que solamente dán algo que no vale nada. La gloria solamente viene de Dios. En el Evangelio de San Juan, V, 44, por eso se dice: ''¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios?".
Es interesante extraer una luminosa doctrina de estas palabras de Jesús. Los hombres o las instituciones que están buscando la gloria unos de otros, es decir, las glorias del mundo, no pueden creer. No tienen fe, y tampoco la Fe, y no pueden dar o enseñar lo que no tienen. No son realmente creyentes, y por eso una de las características de la Iglesia de la Apostasía es la procuración insana del reconocimiento de los poderosos del mundo. Esta es una de las señales más claras de que se ha perdido la Fe. En cambio, la Iglesia de Cristo que guarda la Doctrina inmaculada, no es popular, no cae bien, no procura hacerse simpática a todos los hombres, y lógicamente es atacada, es criticada, y es enemiga de las doctrinas que enseñan los poderosos de este mundo. Lo mísmo que se dice de la Iglesia de la Apostasía, se puede aplicar a cada hombre en particular. Por eso San Pablo dice claramente: "Porque, ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios?, ¿o es que intento agradar a los hombres?. Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo" (Galatas, I, 6 y siguientes).
La Iglesia de la Apostasía, será muy popular, y mucho más su Jefe, el Anticristo. Hará muchas cosas que agradarán a todas las gentes, se pondrá al día, según los gustos de todos, quiénes doctoralmente aprobarán, emitiendo un veredicto aprobatorio. ¡El pueblo aprobará lo que puede, hace y debe hacer la Iglesia de Dios!. Le concederá la gracia de su aprobación. La cual estará infectada por toda aquella bazofia bebida en las cloacas mundanas o de la ignorancia. Y estando acorde con ellos, la Iglesia abandonará la Fe. Así vendrá sobre la Iglesia la implantación de esa Democracia corrupta que dice que todo poder viene del pueblo y del voto popular de las mayorías, y así también se instalará uno de los puntos esenciales para el establecimiento del Gobierno Mundial, que no es otra cosa que la Ciudad de Satanás.

LA IGLESIA DE LA APOSTASIA PEDIRA PERDON AL MUNDO.
San Pablo, no quiere agradar al mundo, no quiere agradar a los hombres, quiere solamente agradar a Cristo del cual es siervo, porque si pretendiera agradar a los hombres y al mundo, no podría ya ser siervo de Cristo.
San Juan en el XVII, 14 y siguientes, dice: "Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo". En el XV, 18 y siguientes: "Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo, pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: Él siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros... E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que dá culto a Dios". Lo mismo escribe San Lucas en el VI, 22 y 23: "Bienaventurados seréis cuando los hombree os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegráos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el Cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas". Igualmente el evangelista San Marcos nos dice en su XIII, 13: "Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre". Y San Mateo en el V, 11 y 12: "Bienaventurados seréis cuando os Injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros". Y en el X, 24: "No está el discípulo per encima del maestro, ni el siervo por encima de su amo. Ya le basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo come su amo. Si al dueño de la casa le han llamado Beelzebul, ¡cuanto más a sus domésticos!".
Es evidentísimo el absoluto divorcio que hay entre la Doctrina de Cristo, y las enseñanzas del mundo; entre las costumbres de la Iglesia y las costumbres del mundo; entre los motivos de los seguidores de Cristo, y los de los que son del mundo; entre los fines que persigue la Iglesia inmaculada y los que persigue el mundo con sus poderes y corifeos. Todo es diametralmente opuesto, y por eso no puede existir un acuerdo entre los dos, que no sea condenar lo que Dios ha hablado y se podría afirmar que tan solo la intención de llegar a ese acuerdo, será una evidente traición a Jesucristo.
La Iglesia de la Apostasía, dirigida por el Anticristo, tratará de unir lo que no se puede unir, y de mezclar lo que es agua y aceite. Pretenderá pedirle perdón al mundo por ese divorcio de ideas, de métodos, de doctrinas. Le pedirá perdón al mundo por los "errores" y "crímenes" que en nombre de Dios y de la religión, la Iglesia haya cometido contra el mundo y los hombres y dirá a sus engañados fieles, que ese es un acto de humildad que dará más prestigio, presencia y fuerza, como si fuera un acto humilde arrodillarse ante Satanás y como si ésto no fuera una traición abierta a lo sancionado por Cristo.
Pero como la Doctrina de Cristo no se puede mezclar con la del mundo, entonces, los que dicen seguir a Cristo, así lo traicionaran y apostatarán de la Fe y quedarán por el mismo hecho, fuera de la Iglesia, así conserven templos y demás cosas. Se cumplirá la profecía de la Ramera mundanizada, o asentada sobre muchas aguas, como dice San Juan en el Apocalipsis.
Esta Iglesia prostituida encontrará la aprobación de los hombres, a quienes se presentará como renovada, novedosa y amiga de las novedades que a todos gustan, refrescada, acorde con los tiempos y la mentalidad nueva de las gentes, amable, recomendable, comprensiva, amiga y socia de todos o capaz de asociarse con todos aún con los más furiosos enemigos del Crucificado, y ésto en nombre de la libertad religiosa, de la fraternidad universal y del respeto por las creencias de los demás hombres. Así será aceptada por todos porque ha llegado el tiempo en que los hombres no soportarán la sana Doctrina. Mientras tanto, la verdadera Iglesia Católica bajará a las catacumbas para esperar el momento de la resurrección que completará así, "la señal de Jonás", porque el fue arrojado vivo a la tierra después de tres días en el vientre de la ballena.

EL RESTO FIEL SERA PERSEGUIDO.
En ese tiempo, muy pocos hombres podrán darse cuenta de las cosas que están sucediendo a pesar de la gran tribulación en el mundo entero, que no podrán explicar. Solamente el "resto fiel" comprenderá y sabrá las cosas que están para llegar al mundo. Pero serán ellos perseguidos en forma despiadada. Aunque las Sagradas Escrituras hablan de esta persecución no se puede interpretar que el Anticristo envíe a sus agentes a perseguir, aunque ésto no se descarta absolutamente, porque imaginarlo sólo así, sería un contrasentido. Esta violencia persecutoria anunciada, se debe incluso a que las mismas circunstancias serán adversas, porque como dice San Pablo, el tiempo del Anticristo vendrá acompañado por el "influjo de Satanás". Dios aparentemente se ocultará a Sus elegidos y los dejara a merced de Sus enemigos. Por eso dice el Apocalipsis que muchos serán "purificados". A mayores pecados por el contagio del mundo, mayor penitencia; a mayores peligros por todas partes para el alma, mayor purificación. En esta forma Dios, los estará protegiendo del mal y de la desviación, aunque el hombre carnal no comprenda ésto así.
El Señor no puede querer nada malo para Su "resto fiel". No puede dañar a los que le han sido fieles y que sufren intensamente por conservar la Doctrina inmaculada y salvar a la Iglesia, a diferencia de la casi absoluta mayoría. Y ellos comprenderán estas cosas y las aceptarán de buena gana, porque saben que Dios está con ellos y les dá cosas buenas.
Así se manifestará el Señor en los últimos tiempos al pequeño rebaño remanente y ellos lo entenderán. Se sentirán, aunque el mundo los menosprecie o los condene, muy cerca de Jesucristo, porque realmente serán objeto de Sus cuidados más esmerados.
Pero no todos los que creen formar el resto fiel, tendrán tribulaciones, y ésta es una mala señal.
Será el tiempo de recordar el texto de San Juan, XII, 17 y 13: "el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora en vosotros. No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros". Y en el XVI, 20 y siguientes: "En verdad en verdad os digo, que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora, pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto, por el gozo de que ha nacido un hombre al mundo. También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría, nadie os la podrá quitar", y en el v. 33: "Os he dicho estas cosas, para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo".

POR SUS FRUTOS LOS CONOCEREIS.
"Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?. Así, todo árbol bueno, dá frutos buenos, pero el árbol malo dá frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no dá buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conoceréis". Así leemos en el Evangelio de San Mateo, VII, 15 a 20.
¿Qué es lo que tenemos actualmente ante nuestros ojos?. Tenemos un mundo completamente desquiciado. Tenemos una sociedad totalmente descristianizada, aunque muchos no lo vean así. Tenemos una Juventud totalmente corrompida que ya da señales muy claras por todas partes de su monstruosa putrefacción interior. Tenemos un pueblo empobrecido, aplastado, angustiado, indefenso ante sus propios gobiernos quiénes los esclavizan y los dominan con despotismo. Tenemos una Iglesia "católica" vociferante amarrada al carro de las novedades y en afanosa búsqueda de popularidad, de figura, de amistad con todos los poderosos del mundo: asociación, no conversión. Tenemos a la vista una enorme cadena de horrendos crímenes perpetrados contra pueblos indefensos que son masacrados y lanzados a las desgracias más grandes en nombre de la Democracia, en nombre de la par mundial o en nombre de los derechos humanos. Tenemos entre nosotros el pulular infecto y supurante de numerosas sectas de todas clases en franca y dolarizada prosperidad, desde las satánicas ya muy bien organizadas e internacionales, que sacrifican al Demonio mujeres jóvenes o niños, hasta las que propagan entre sus fieles aberrantes doctrinas, deformando o contradiciendo el mensaje evangélico. Tenemos entre las "cristianas" liberadas mujeres del mundo entero la cantidad de abortos y consumo de medicamentos anticonceptivos, como no recuerda toda la historia humana. Tenemos amor libre y una alarmante disminución de uniones bendecidas per el Todopoderoso. Tenemos la proliferación de música desquiciante, sexual, satánica, blasfema, ofensiva, vulgar, estúpida, en franca penetración al seno mismo y mas íntimo de las familias otrora cristianas con el beneplácito de los padres. Tenemos las modas inmorales, las unisex, que visten y peinan a hombres y mujeres, a padres e hijas o hijos y madres en igualdad asombrosa. Tenemos los espectáculos masivos en los que hombres y mujeres danzan como endemoniados, defecando por todas partes, haciéndose el amor a vista y paciencia de todos, administrándose drogas de todas clases y "artistas" rockeros vomitándose desde el escenario sobre la enardecida multitud. Tenemos la moda "punk" que perfora la piel de muchachos y muchachas completamente tatuados, con toda clase de artefactos: aretes, cadenas, insignias, hilos, pendiendo de diversas partes del cuerpo. Tenemos una proliferación de asaltos dinamiteros, robos, viciaciones a menores, violencia familiar, sádicos crimenes, suicidios innumerables por tedo el orbe. Tenemos la producción de niños asesinos, cuyos crímenes pueden ser dignos de las mentes más sádicas y pervertidas. Tenemos violencia criminal en los cuerpos de seguridad que se supone existen para cuidar a los ciudadanos, y ésto en todas las ciudades del mundo. Corrupción política, fraude electoral, escuela laica, Estado ateo, separación de Iglesia y Estado, que es 1c mismo que expulsión de Dios de la vida pública. Tenemos secuestros, criminalidad sin control que confiesan las policías ya no poder controlar. Tenemos brotes per todas partes de enfermedades que no se sabe qué son ni se pueden controlar. Tenemos un mundo contaminado con toda clase de venenos y desechos, un ecosistema roto por la corrupción que amenaza hacer inhóspito el planeta en muy pocos años, extinción de especies, variación de climas e innumerables desastres naturales como consecuencia. Tenemos obispos y sacerdotes de la Secta de Juan Pablo II acusados de homosexualidad y violaciones.
Todo esto y mucho más tenemos, en constante aumento.
Pero de todo ésto, lo que es peor, es que ha sido introducida en el lugar santo, la abominable desolacion, la introducción de la herejia que las reúne a todas y el destierro del Sacrificio de todos los altares del mundo, aunque sustituído por otro que al pueblo se dice ser la misma cosa.
Estos son los frutos que nos han traído esa "novedad integral" inaugurada con gran aparato en el "Concilio" Vaticano II. Estos son los frutos de llevarlo todo poco a poco hacia lo que desean hacer los enemigos de Cristo, utilizando inmensos recursos y gran esfuerzo. Este es apenas el comienzo de los dolores, porque toda esta desgracia y horror que nos rodea e invade, es solamente la obra del hombre y una vaga sombra de lo que vendrá después. El castigo divino todavía no llega, pero está suspendido sobre nuestras cabezas, y no tarda.
El "resto fiel" mientras tanto, en las catacumbas, conservando la Fe con grandes sacrificios y conservándose en gracia de Dios con enormes esfuerzos ante las embestidas de Satanás, grandes e insistentes, espera el tiempo de la resurrección, pues Jonás fue arrojado vivo a la tierra después de haber estado tres días en el seno de la ballena.

" Ven Señor Jesús!".

LAUS DEO NOSTRO.
+ MONS. JOSE F. URBINA AZNAR.
En el desértico destierro. 1995.

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