El mes de enero, mes en que entre nosotros terminan las vacaciones de los niños y jóvenes, y vuelven éstos a las escuelas, colegios y universidades donde se educaban, debería ser para todos los socios de La Cruzada un mes de más intensa oración, para que Nuestra Señora de Guadalupe convenza a todos:
Primero que los jóvenes de hoy son los que deben restaurar el reinado de Jesucristo en nuestra patria;
Segundo que estos mismos jóvenes no lo harán si no reciben la educación que para eso deberían recibir y, finalmente,
Tercero que en las circunstancias actuales más que nunca, la inmensa mayoría de nuestros compatriotas habrán de recibir dicha educación en casa, o no la recibirán.
Los jóvenes deben restaurar el orden.La permanencia del estado social y la restauración del reinado de Cristo están al arbitrio de los niños y de la juventud de hoy. El mal y el bien en tanto tienen permanencia entre nosotros en cuanto encuentren entre los jóvenes quienes hagan suya la causa, ya sea del bien ya del mal. Los ancianos y los que ya se acercan a la ancianidad prefieren el reposo a la actividad y agitación inseparables de todo cambio, especialmente si el cambio es social y para el bien. Entre el gran grupo de los que sin ser aun ancianos han ya dejado de ser jóvenes son relativamente pocos los de ilusiones y ambiciones; pocos los que no han recibido desengaños; pocos los que están preparados al sacrifico supremo. De esta clase apenas saldrá un grupito que pueda dirigir las energías de los que harán el trabajo. Este queda para la juventud.
Sólo lo harán los jóvenes cristianamente educados.Si pues el trabajo lo han de hacer los jóvenes, ¿con cuáles entre ellos se puede contar sino con los que han hecho suya la causa de Cristo y de la Patria? Y ¿quiénes serán los que se dedicarán a una causa de esa naturaleza sino los que están dominados enteramente por las enseñanzas de Jesucristo? Sólo ellos pueden añadir a la alegría de hacer una obra grandiosa y gloriosa, el convencimiento de que es un deber el cual hay que cumplir, aun en la adversidad y aparente fracaso, bajo pena de ser traidor a su Dios y a su Patria. Tal convencimiento sólo de la educación cristiana resulta.
Esta educación hoy sólo se puede dar en casa.En las circunstancias actuales, la educación cristiana en toda su extensión es imposible en nuestra patria. Las escuelas oficiales son ateas, y se comprende porqué las han hecho así los que quieren prolongar el desequilibrio moral actual. Escuelas particulares o no hay, o son tan insuficientes que no podrán ofrecer sino a un número reducidísimo las bendiciones de una educación cristiana. Si pues la inmensa mayoría de nuestros jóvenes han de recibir la educación que los preparará para vivir como caballeros y damas cristianas, habrán de recibirla en el templo y en el hogar, más aun en éste que en aquél. Otros centros educativos no los hay. Así pues allí o en ninguna parte.
¿Qué pedimos?Lo que en nuestras oraciones hemos de pedir a todos los socios de La Cruzada durante este mes es un convencimiento universal de que hay que educar a la juventud mexicana para lo que nosotros iniciemos, para la restauración de la paz justa y honrosa en México; que los padres de familia nunca pierdan de vista ésto en la educación de sus hijos; que comprendan los padres de familia que hoy más que nunca están obligados a velar sobre la educación de sus hijos; que hoy más que nunca están obligados a tomar un interés personal y directo en esa educación, en las lecturas, recreos, compañeros, diversiones etc., etc. de sus hijos. Si no reciben la educación moral y religiosa en el seno de la familia, hoy día en México no la recibirán en ninguna parte. Que acompañe a este convencimiento el ejemplo de los padres, y lo que hoy son solamente ideas bellas en la mente del jóven, nobles aspiraciones en su corazón, mañana serán las obras que establecerán esa suspirada tranquilidad del orden, esa paz que tantos años han abandonado nuestra patria.
En el Grupo San Juan Bosco se tratará de dar parte de esta formación, que empieza en casa.Que Dios los bendiga
Enero 12 de 2o11.
No hay comentarios:
Publicar un comentario