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jueves, 6 de octubre de 2011

EL JUDIO CARLOS MARX ERA UN POSESO

Un alto dirigente del Judaismo del siglo XIX, Adolfo Jacob, Vice-presidente en París del Consistorio Israelita, que era la máxima autoridad judía en Francia, colaborador de los "Archivos Israelitas" y conservador adjunto de la Biblioteca Imperial en tiempo de Napoleón III, en su libro "LA KABBALE EN LA PHILOSOPHIE RELIGIOUSE DES HEBREUX", escribe: "Si en el Judaismo se hallan rastros de la más sombría superstición, hay que buscar sobre todo la causa del terror que inspira por su demonolatría".
Los judíos propagaron el culto a Satanás en algunas sectas agnósticas y luego en sectas secretas luciferianas y satanistas y principalmente por medio de la magia negra cuyo origen hay que buscarlo en la Cabala judía. Algunos sectores del judaismo, han rendido sincero culto al Demonio, pero en general, sin dar crédito a esta horrenda doctrina, la han usado solamente como un arma para subvertir a la sociedad cristiana a fin de preparar su destrucción.
La escritora Nesta H. Webster -de nacionalidad inglesa, en su libro SECRET SOCIETES AND SUBVERSIVE MOVEMENTS dice en el Cap. IV, que el Satanismo en el siglo XII se extendió hacia Styria, Tirol, Bohemia y Brandenburgo y al principio del siglo XIII había invadido ya el occidente de Alemania y luego hacia Italia y Francia.
El judío Eliphas Levy en su libro DOGME ET RITUEL DE LA HAUTE MAGIE (1861, II, P. 220) dice "los judíos, los más fieles creyentes de los secretos de la Cábala, fueron casi siempre los grandes maestros de la Magia en la Edad Media". Y Nesta H. Webster (obra citada) en el Cap. IV, Pág. 80 escribe: "La demonología en Europa, fue de hecho esencialmente una ciencia judía".
Otro que acusó a los judíos de difundir la magia negra es Voltaire que en su HENRIADE describe una horrenda ceremonia en la que se mezclan nombres infernales con los de Dios, dice: "El sacerdote de este templo es uno de esos hebreos, que proscritos en la superficie de la Tierra y ciudadanos del mundo"...etc. Eliphas Levy describe las ceremonias de la infernal evocación diciendo que los asistentes "debían profanar las ceremonias de la religión y pisotear sus símbolos más sagrados. Esta práctica llega a su climax con la desecración del Santísimo Sacramento. La hostia consagrada era echada como alimento a los ratones, a los puercos y a los sapos" o introducida en el cuerpo de una mujer desnuda.
El historiador Henry Charles Lea, considerado como uno de los más adversos a la Inquisición, en su HISTOIRE DE L'INQUISITION AU MOYEN AGE nos ilustra de cómo el Satanismo había ya inficionado a la misma Iglesia. En 1318 fueron llevados a Aviñón llamados por el Papa Juan XXII un Arzobispo y siete obispos denunciados como valdenses y luciferianos (París, 1901, T. III, Pág. 515). Y en el T. II, Pág. 515, dice: "Los valdenses y los luciferianos, a pesar de su ideología tan distinta, se habían dado la mano; y estos últimos esperaban que algún día reinara Lucifer".
El mismo Amo de las Tinieblas, ha intervenido en la historia, cuando de la destrucción de la Iglesia se trata, porque siempre encuentra hombres malvados capaces de rendirle culto y hacer su voluntad.
Uno de estos hombres fue el monje Martín Lutero, creador del Protestantismo y de todas las sectas que de allá vinieron, aunque muchos lo nieguen. Indiscutiblemente Lutero fue un poseso. El admitía cínicamente sus conversaciones con el Demonio. Según él mismo dice, él le ordenó suprimir cuatro Sacramentos. En su libro sobre la Misa, dice: "Estando desvelado, hacia la media noche, el Demonio empezó a disputar conmigo respecto de la Misa. Escúchame, dijo, escúchame oh sapientísimo doctor: durante quince años has celebrado Misa todos los días, ¿qué dirías si todos esos tus. actos, no hubiesen sido sino actos de idolatría?"
En su obra PROPOS DE TABLE dice textualmente: "El Diablo conduce a los hombres primero a la desobediencia y a la traición como a Judas. Después de esa a la desesperación de manera que acaban por colgarse y estrangularse. Pues la voz del Diablo es de un sonido tan terrible que sucede que los hombres después de un coloquio con él, son encontrados muertos al día siguiente, lo que ha faltado poco para que a mí me suceda muchas veces, según él mismo me ha dicho".
Martín Lutero acabó suicidándose y así lo atestiguan su criado personal llamado Rudtfeld, como publicó el sabio Sédalius en 1606. Y otros muchos escritores y sabios han escrito sobre el asunto. Rudtfeld un día encontró a su amo Martín colgado de uno de los postes de su cama. Lo atestiguan Audin, VIDE DE LUTERO; Lorrenz, EL FIN DE LUTERO; Hosius, Juan Harén, Lorenzo Surius, Tomás Malvendra, Teodoro Pevtrejus, el sabio alemán Majunke, Manhart, etc.
De esto habla extensamente el autor contemporáneo Stoddard y otros más. Stoddard habla del episodio en el que Lutero arroja un tintero contra la pared en Wartburg, pensando que tenía ante sí al mismo Lucifer. Dice Stoddard que el lenguaje que Lutero usa para describir esas apariciones diabólicas "es en demasía vulgar y grosero".
Los que inspiraron en Lutero la Reforma son los judíos Jacobo Loans, Abadiáh Sformo y Elias Levita a más de Pico de la Mirándola que en su mansión de Florencia se reunía con sabios judíos. Lutero para traducir su Biblia al alemán y para distribuirla se valió de varios judíos, dice el historiador Abrahams.
Otro poseso contemporáneo, fue Karl Heinrich Marx, judío alemán, cuyo verdadero nombre era Kissel Mordekay. Como acostumbran los judíos para infiltrarse en la sociedad cristiana, él y su familia pasaban por ser cristianos protestantes. En ARCHIVOS PARA LA HISTORIA DEL SOCIALISMO Y EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES, 1925, en alemán, se dice de Marx que "su conocimiento de la fe y de la moral cristianas es lúcido y bien fundado". En su primera juventud escribe un libro que se intitula UNION DEL FIEL CON CRISTO. Se destacan violentamente estas frases hipócritas por tratarse de un individuo que con su familia, tenía en secreto la fe judía: "Por el amor con que amamos a Cristo, orientamos al propio tiempo nuestros corazones hacia nuestros hermanos que nos están íntimamente ligados y por los cuales se dió a sí mismo en sacrificio". ¡Ah!, ¡qué tiernas palabras las de este marrano cripto-judío!. También escribe: "La unión con Cristo es capaz de procurar la exaltación interior, la confortación en el dolor, una confianza apasible y un corazón susceptible de amar humanamente todo lo que es noble y grande, no por el deseo de ambición o de gloria, sino a causa de Cristo".
El escritor Richard Wurmbrand en su libro KARL MARX ET SATAN, reproduce otro de los piadosos textos de Marx tomado de su libro CONSIDERACIONES DE UN JOVEN ACERCA DE LA ELECCION DE CARRERA. Escribe Marx: "La propia religión nos enseña que el Ideal -se está refiriendo a Cristo-, hacia el que todos tienen su esfuerzo, se sacrificó El mismo por la humanidad. ¿Quién osaría oponerle un mentís?. Si pues hemos escogido la situación en que podemos hacer por El el máximum, no podremos jamás ser aplastados por la carga, puesto que esta última no será otra cosa que los sacrificios aceptados por el amor de todos".
Pero este individuo tenía una misión contra el orden cristiano y contra la Iglesia que el padre del Ateísmo no tardaría en descubrir. Bruscamente, y mucho antes de que Moses Hess lo lleve en 1841 a convicciones socialistas, se descara en un apasionado antirreligioso, especialmente anticatólico y escribe poemas que constituyen un verdadero himno a Satanás. En uno de ellos dice: "Quiero vengarme del que reina por encima de nosotros".
En Karl Marx, FRAGMENTOS ESCOGIDOS, Vol. I, New York International Publisher, 1974, leemos uno de sus versos:
"Así me ha arrancado un Dios "mi todo",
en las maldiciones y en los azares del destino
todos sus mundos se han desvanecido sin esperanza de retorno,
y en adelante no me queda más que la venganza.
Quiero constituirme un trono en las alturas,
su cúspide será glacial y gigantesca,
tendrá por baluarte el terror de la superstición,
por mariscal, el dolor sombrío.'
El que dirija a este trono una mirada sana,
la desviaré, pálido y mudo como la muerte,
caído entre las garras de una mortalidad ciega y estremecedora
¡que pueda por su dicha cavar su tumbal".

Este hombre desequilibrado, enfermo y demoníaco, padre del Ateísmo y de una de las mayores contra-Iglesias ¿buscaba el beneficio de los pobres o encontró a los pobres como un elemento revolucionario permanente de violencia y de caos?.
En su poema EL MENESTRAL, leemos:
"Los vapores infernales me suben al cerebro,
y lo llenan hasta verme loco,
y mi corazón ha cambiado por completo.
Mira esta espada:
me la vendió el príncipe de las tinieblas".

En los ritos de iniciación satánicos de los grados más altos, el iniciado recibe una espada que supuestamente le asegura el triunfo. Esta espada la compra al precio de un pacto, firmado con su propia sangre que se saca de la muñeca. Esto significa que después de la muerte le pertenece al Demonio.
El escritor Robert Payne, en su libro MARX DESCONOCIDO, reproduce párrafos de un poema de Marx llamado OULAMER. Este libro de Payne, fue publicado por NEW YORK UNIVERSITY en 1971. Copiamos algunos párrafos :
"Si hay algo capaz de destruir,
me lanzaría allá de cabeza,
dispuesto a llevar al mundo a la ruina.
Sí, este mundo que hace la pantalla entre mí y el abismo.
Yo lo romperé en mil pedazos,
a fuerza de maldición;
yo estrecharé entre mis brazos su realidad brutal.
En mis brazos morirá sin decir una palabra
y se desplomará en una nada total,
liquidado, sin existencia;
¡sí, la vida, será verdaderamente eso!".

En su poema LA VIRGEN PALIDA, escribe:
"Así, que he perdido el Cielo,
lo sé muy bien.
Mi alma, poco ha fiel a Dios,
ha sido marcada para el Infierno".

Lo lamentable es que este loco satánico que ha hecho tanto mal, haya tenido desde el principio y hasta la fecha tantos seguidores.
Si este hombre decía que "La religión es el opio del pueblo", sería bueno averiguar que opio se fumó.
Toda esta orquesta y este coro en el cual Kissel Mordekay (alias Karl Heinrich Marx) cantaba, recuerdan las palabras de Serge Nilus que en 1917 en la ciudad de Boston publicó de los Protocolos redactados en el Congreso Sionista de Basilea. En ellos se dice: "El enemigo por excelencia de los judíos, el enemigo por su naturaleza, es la Iglesia Católica. Ved por qué los judíos, hemos injertado a ese árbol maldito el espíritu de la incredulidad... tenemos que acaparar las escuelas. La religión cristiana tiene que desaparecer".
Debe ser triste y humillante, sentirse manipulado por un loco de esta clase y por toda la orquesta que lo acompañó.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nuestro Maestro y Señor Jesús El Cristo, no Jesucristo, es claro al manifestar que muchos vendrían en su nombre; así que al leer los evangelios sin la inspiración de ninguna doctrina del mundo se descubre que el "dios" judío no es el DIOS VIVO Y VERDADERO y en consecuencia lo expresado por Cristo se ha cumplido a cabalidad.