Tomado del sitio CUM EX APOSTOLATUS OFFICIO
29 de septiembre de
2010-09-30
Fiesta de los Santos
Arcángeles Miguel, Gabriel, y Rafael
S.E.R. Mons. Bergoglio:
Ante
la publicidad realizada recientemente sobre el XI Encuentro Arquidiocesano de
Niñez y Adolescencia, necesitamos expresarle filialmente nuestra sorpresa y
gran pena por su consentimiento en que la Comisión de Niñez y Adolescencia en
Riesgo (dependiente del Arzobispado de Buenos Aires ) haya recurrido como
disertantes y orientadores, a quienes precisamente la ponen en riesgo, como los
principales responsables de su corrupción.
Dicho
Encuentro, que según consta en Internet dice ser “dirigido a todos aquellos
actores sociales interesados en la problemática de la niñez y adolescencia en
riesgo. En especial docentes, catequistas, agentes pastorales, trabajadores en
instituciones dedicadas a la infancia y juventud y responsables del diseño y
aplicación de políticas sobre el tema”.
Ahora
bien, no entendemos que para orientar a los “responsables de políticas sobre el
tema”, se haya elegido precisamente a aquellos contra quienes ud., como Pastor,
debería prevenir e incluso invitar a combatir.
Nos
sentimos por eso, en conciencia, en la imperiosa necesidad de manifestarle
respetuosa pero claramente, que esta tolerancia ha causado estupor y escándalo
a muy numerosos fieles, que bastante lastimados estamos por la actual avanzada
de la política de la cultura de la muerte, contra la Familia y nuestros niños.
No creemos, por otra parte, que la celosa y preocupada defensa del orden natural y del respeto a la ley de Dios en las cuestiones más elementales, merezcan recibir expresiones descalificatorias y despectivas como ha hecho impunemente en su disertación, por ejemplo, el Dr. Zafaroni, en el marco del mismo Encuentro, buscando claramente dividir a los católicos, y hacerlos sentir desamparados frente a su pastor.
Nos
duele profundamente su presencia junto a este magistrado, teniendo en cuenta
que se trata de un Ministro de la Corte Suprema de la Nación que públicamente
aboga por los derechos al aborto (en momentos en que nuestro país es presa de
una despiadada campaña a favor del asesinato de los inocentes), y se ha
manifestado clara y rotundamente a favor “matrimonio” homosexual (que incluye
la corrupción de nuestros niños por la posibilidad de adopción que se le
reconoce por ley), a favor también de la despenalización de las drogas, y de un
sinnúmero de pecados de los cuales la Iglesia -como Madre y Maestra-, y sus
pastores, deben proteger a sus hijos.
Nos
duele asimismo su presencia junto a un representante del Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF), organismo que ha olvidado hace rato la
protección de los niños anteponiendo la promoción del aborto, de la
contracepción y de programas orientados a disminuir el papel de la familia,
siendo un órgano de la “Cultura de la Muerte “, denunciado todo esto claramente
por la Santa Sede en repetidas ocasiones, y difundido por las agencias
católicas en cada oportunidad.
Nos
desconcierta su aprobación de la presencia en este Encuentro de la YMCA, siendo
ésta un importante brazo de la Masonería, cuya condenación, además de constar
en varias encíclicas, nunca perimidas, consta en el Código de Derecho Canónico:
“Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser
castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser
castigado con entredicho”. Son numerosos los investigadores católicos actuales,
como Ricardo de la Cierva o José Antonio Ullate, que demuestran con muchos
documentos fiables que la masonería hoy sigue siendo una de las fuerzas mayores
contra la Iglesia.
Nos
preocupa profundamente que “en la búsqueda de una transformación emancipadora
para nuestros niños y adolescentes”, según consta en los objetivos del
Encuentro, se admita una representación del Ministerio de Desarrollo Social de
la Ciudad de Buenos Aires, siendo éste una de las principales redes de difusión
en nuestro suelo de la aberrante ideología del género, que además de absurda,
promueve todas las antedichas corrupciones de nuestra niñez y juventud.
Creemos, junto a un gran número de argentinos católicos, que a la luz de estos datos resulta contradictorio, que Ud. como Cardenal Primado de nuestra patria, los aliente en su presencia y discursos, nada menos que en un Encuentro Arquidiocesano de Niñez y Adolescencia, realizado además en una Universidad que se dice católica, cuando todo haría pensar más bien en un Encuentro no ya para proteger sino para destruir a nuestra Niñez y Adolescencia, tesoros inestimables no sólo de nuestras familias sino del mismo Señor nuestro Jesucristo.
No comprendemos, Monseñor.
Por eso respetuosa y filialmente le solicitamos, le rogamos, le imploramos, en
nombre de Cristo y de la Iglesia , su Esposa (a cuyo seno pertenecemos, por
gracia de Dios) que aclare públicamente su posición sobre los temas del XI
Encuentro Arquidiocesano, tal como se ha realizado, corrigiendo así la tremenda
confusión y escándalo en la grey que se le ha confiado, para guiarla hacia la
Verdad , defenderla de los “lobos”, y santificarla.
Reconociendo desde ya la difícil tarea que la Providencia le ha confiado (pero
para la cual jamás, seguramente, le faltará su gracia), pues, rezamos por ud.,
Monseñor, ya que como ud. mismo señalara hace unos años, son tiempos que
claman, y reclaman familias santas, y también santos pastores.
Nuestra Señora de Luján, Reina del Cielo y de la Tierra, le alcance Luz sobreabundante, y Proteja a todo nuestro pueblo.
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