Vistas de página en total

jueves, 22 de noviembre de 2012

PLAN INICIAL PARA EL RESCATE DE LA SANTA IGLESIA CATOLICA.

Julio 20 de 1996.

     1. La infiltración en la Iglesia por tantos años procurada por el judaismo, vino a ser cada vez más poderosa, sobre todo durante los pontificados del siglo XX, como se hizo cada vez más evidente.
    2. Con el ascenso al Trono papal de Juan XXIII, llegaba a la cumbre de la Iglesia el Poder Mundial con planes perfectamente trazados de destruir completamente toda la Obra de Jesucristo.
    3. El devenir de acontecimientos alarmó principalmente a quienes conocían el estado oculto de la situación, pues veían el evidente arribo de los enemigos eternos del Orden Cristiano, los cuales fueron la simiente de lo que en nuestros días forma la Iglesia de las neo-catacumbas.
     4. Hubo durante los años posteriores al Concilio Vaticano II una gran desorientación y un doloroso desgarre y desprendimiento que dió por resultado la formación de los primeros grupos y pequeñas iglesias que protestaban contra la impiedad. También se formaron poderosos grupos para la captación de esas protestas en vías a nulificarlas.
     5. Comenzó a formarse una incipiente jerarquía eclesiástica con algunos sacerdotes, al principio itinerantes, y luego se pudo llegar a la consagración o localización de obispos.
   6. Se abandonó por imposible la idea del Concilio General imperfecto, ante la absoluta y completa apostasía de toda la jerarquía no solamente romana, sino mundial. El camino quedó impedido.
     7. Ante el peligro de la división y la disolución completa de la Iglesia remanente, comenzó a escucharse la idea de la elección de un papa que en general fue desechada también ante la aparente ineficacia del proyecto para recuperar la "Iglesia" y ante las circunstancias a todas luces contarías e insalvables. El proyecto era una locura y no daría ningún resultado.
    8. Hubo sin embargo por lo menos tres intentos de elección papal, inválidas, en España, Francia y Canadá, hasta que llegó la elección válida de Asís que termina con la renuncia tácita del electo, afirmándose aún más la ineficacia del plan.     
    9. La casi totalidad de obispos no ve en la elección papal esperanza alguna, porque tienen una apreciación falsa de la situación y del objeto que se persigue:
     a) Algunos esperan tener un número considerable de obispos, se habla de 200 o 300, para tener mayor representatividad y fuerza.
   b) Otros están pensando en razón de la recuperación de la estructura eclesiástica que se abandonó. Iglesias, seminarios, reprentatividad, etc.
     c) Esperan por lo tanto situaciones que no conocen ni saben si se darán, para proceder a la recuperación y a la elección.
    d) Toda dilación, puede deberse a la falta de comprensión de la presente situación, a la nostalgia de la estructura abandonada, o, también, a que elementos infiltrados en la Iglesia remanente, utilizan la táctica de la "prudencia", en contra de la Prudencia de la Iglesia y lo que dictan su Doctrina y el consejo de los papas, para situaciones de la extrema necesidad como la presente.
     10. La recuperación de la estructura y del trono de Roma con todo lo que trae anejo, por el momento es imposible humanamente hablando, y nunca se ha pretendido como un primer paso para los que quieren proceder a la elección papal.
     11. Es evidente que después del desgarramiento y división en dos bandos, la Iglesia de Cristo permaneció inalterable en lo que puede ser calificado como las catacumbas del siglo XX. Toda esa estructura aunque pequeña, forma COMPLETA, la Iglesia verdadera. Se desprende lógicamente la afirmación: la Iglesia del Concilio Vaticano NO ES LA IGLESIA.
  12. Consecuentemente, TODA la jerarquía episcopal, los sacerdotes y demás eclesiáticos aunque sean pocos, forman un total absoluto que no necesita completarse con ninguna cosa.
    13. En este sentido, está fuera de lugar pretender un mayor número de jerarcas para proceder a la elección y para proporcionar al pueblo fiel los canales para la salvación incluido un papa, como cabeza de la Iglesia.
   14. No ha dependido del hombre el número de fieles y eclesiásticos a que se ha visto la Iglesia reducida, pero habiendo una pequeña totalidad, se debe actuar según las normas eternas, y una de las más graves es lograr la UNIDAD.
     15. Es necesario por lo tanto, indispensable convencer al mayor número de obispos para que unidos elijan al Padre común que logre la unidad de los demás. Y lográndose ésto, se podría decir, aún siendo pequeña, que se la logrado la unidad de la Iglesia, porque no se puede ver en ninguna forma como Iglesia Católica la que ha quedado fuera después del cisma del Concilio Vaticano II.
     16. El no reconocer esta división, puede entrañar un miedo al rompimiento completo con las estructuras de la Apostasía, y esto está dañando gravemente a la Iglesia remanente.
     17. Esperar circunstancias favorables para la recuperación de Roma en este momento resulta más iluso, irresponsable e irrealizable que la pretención de elegir a un papa que unifique a la Iglesia.
     18. Es necesario conscientizar a todos que la Iglesia somos los que estamos en ella y NO LOS DE FUERA, aunque seamos pocos.
    19. Urge por lo tanto la UNIDAD, porque rechazarla es APAGAR la Caridad voluntariamente, de la cual viene, y es condenarnos a perder también la doctrina que se ha defendido y predicado y a convertirnos en "iglesias episcopales" aisladas que ya no serían la Iglesia de Cristo.
     20. Una vez elegido el papa, UNIDA la Iglesia, para el siguiente paso SI SE NECESITARIA la ayuda de Dios por tratarse de una empresa sobre toda fuerza humana. De Dios dependería la salvación, y El haría Su parte, pero después de que el hombre HAGA SU PARTE, QUE DESDE LUEGO NO HA HECHO, cual es, elegir al papa para que unifique a la Iglesia.
     21. El método que puede ser más efectivo es en principio ver con quienes se cuenta. Actualmente solamente tres o cuatro, y hablando con todos y llevando poco a poco a cada uno las adhesiones de los anteriores visitados, ir logrando esa unidad encaminada al cónclave electivo.
     22. Si esto se lograra, lo cual es urgentísimo, terminarían las discusiones que son un ESCANDALO, y la unidad y la Caridad volvería y solo en esta forma COMENZARIA la lucha para la recuperación del trono de roma. Porque TODO lo que se está haciendo hasta ahora no es más que una desesperada labor conservativa, camino a la extinción.
     23. Satanás no tiene un objetivo más alto en su camino a la destrucción del orden cristiano y la Iglesia, que la ortodoxia relegada no tenga UNIDAD y menos PAPA. Le teme a la lucha abierta, a la verdad sin barreras, a la UNIDAD que es fuerza irresistible y al papa que es representante de Jesucristo en la tierra. Y en esta hora precisamente es lo que debemos pugnar con todas nuestras fuerzas y la ayuda de Dios.
     24. Pienso que no sería difícil ir acercando poco a poco a los obispos, a gentes variadas, por las razones que son obvias sobre todo en cuanto a la defensa de la Iglesia. Hay tópicos que desafortunadamente se desconocen y esto resulta peligroso en una lucha de esta naturaleza y en este especial momento de la historia.

+Jose F. Urbina Aznar

No hay comentarios: