LA APOSTASÍA DE LOS GENTILES,
SEÑAL DEL FIN DE LA HISTORIA.
¿Es posible que Cristo N. S. recriminara tan duramente a los
que no ven las señales de Su Encarnación y de Su Parusía llamándolos
"hipócritas"?, ¿es de Dios que se burle de Sus seguidores?. Absolutamente
imposible. Lo que condena es la ignorancia voluntaria. La ignorancia maliciosa.
La que viene de una deformación de la Doctrina. Como la habrá en alto grado al
final de los tiempos. En los tiempos del fin, la ceguera general será por la
traición a la Doctrina y por la malicia de los hombres aferrados a las cosas
del siglo.
¿Cómo reconocer al Anticristo, si estoy de acuerdo con todo
lo que hace y creo en él?, ¿cómo conocer la Apostasía si creo que se trata de
la aplicación de la doctrina social de la Iglesia?, ¿cómo conocer la
instalación de la abominación de la desolación en los templos, si sólo veo la
modernización pero no la invalidación de la Misa?. Por eso estará oculto el
tiempo, y no porque falten abundantes señales. La ceguera será culpable y no
porque el Señor haya escondido y embrollado las profecías.
La segunda Epístola de San Pablo a los fieles
tesalonicenses, contiene un "programa", digamos, estricto que se debe
de cumplir inmediatamente antes de la aparición de Cristo que copiamos a continuación
(II,1): "Por lo que respecta a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y a
nuestra reunión con El, os rogamos, hermanos, que no os dejéis alterar tan
fácilmente en vuestros ánimos, ni os alarméis por alguna manifestación
profética por algunas palabras o por alguna carta presentada como nuestra, que
os haga suponer que está inminente el Día del Señor. Que nadie os engañe de
ninguna manera. Primero tiene que venir la Apostasía y manifestarse el
Hombre Impío, el Hijo de Perdición, el Adversario que se eleva sobre todo lo
que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto hasta el extremo de sentarse
él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios. ¿No os
acordáis que ya os dije esto cuando estuve entre vosotros?. Vosotros sabéis QUE
ES LO QUE AHORA LE RETIENE, para que se manifieste en su momento oportuno.
PORQUE EL MISTERIO DE INIQUIDAD YA ESTA ACTUANDO. Tan sólo con que sea quitado
de en medio EL QUE AHORA LE RETIENE, entonces se manifestará el Impío, a
quien el Señor destruirá con el soplo de su boca y aniquilará con la
manifestación de Su venida".
Es necesario comentar y aclarar algunos puntos asombrosos de
la Carta de San Pablo.
1. San Pablo habla de la "manifestación" del
Hombre Impío, es decir el Anticristo. De este texto muchos pudieron interpretar
que el Anticristo es una sola persona, ignorando lo que en el Apocalipsis
-entre otros- se interpreta claramente: que el Anticristo estará formado por
una entidad moral de cinco individuos y sus seguidores. Hay una palabra que
resulta impresionantemente exacta: el en su Carta habla de la
"manifestación" del Hijo de Perdición. MANIFESTAR, es dar a conocer
lo que ya se sabe, o ya está presente. Lo que le retiene impide que se
manifieste, aunque ya esté presente. El Anticristo, se introdujo al proceso de
la historia sin dejarse sentir por la traición del pueblo que en los estratos
más apartados del Cuerpo místico de Cristo, corrompieron el entorno. ¡Qué grave
responsabilidad en el hundimiento de la Iglesia que ya pronto les imputarán!.
Entonces, se infiere con facilidad que la manifestación del
Hombre impío depende de algo que lo retiene. No lo retiene para ingresar a la
historia, sino para manifestarse. Para ser conocido, porque ya está presente.
Este impedimento es la Misa que ha de destruir como ya temía que sucediera el
Papa Paulo IV.
Cuando Juan XXIII fue elegido, todo el mundo católico lo
recibió como un verdadero Papa. Sin embargo, ya traía planes de destruir a la
Iglesia usando como pivote la autoridad del Concilio que convocó anunciado por
la Masonería desde finales del siglo XIX. Hasta su sucesor Paulo VI que
desterró la Misa católica de los altares del mundo, comenzaron a inquietarse
ciertos círculos ortodoxos que aun así lo consideran un papa válido sin ver
todavía al Anticristo introducido en la Iglesia. Todavía no veían claro esos
católicos, y por eso se les ocurrió que un verdadero papa puede caer en la
herejía como doctor particular, doctrina que siempre combatí, a la que sin
embargo, se sumaron muy ilustres teólogos y eclesiásticos. No podía ser posible
que después de siglos de inerrancia un papa quitara la Misa, los Sacramentos y
enseñara el error. ¡Todavía no vieron a la Bestia presente!, pero ciertamente
el destierro de la Misa fue la campana de alerta que comenzó a descorrer el
velo. A manifestarlo. ¡Eso es precisamente lo que dice San Pablo!. Pero este
velo no se corrió para todos, sino que los infectados por la pandilla,
permanecieron ciegos, sin olvidar que muchos del llamado "resto
fiel", se siguen haciendo a los ciegos.
2. Indudablemente ese impedimento que detiene la
"manifestación" del Hombre Impío es la Misa, y se descubre en el
mismo texto, pues dice San Pablo que es "lo que ahora le retiene", y
"el que ahora le retiene". ¿Para qué?, para que se manifieste. LO que le retiene es el rito. Es un
neutro. EL que ahora le retiene es el Señor mismo presente en el
Sacramento eucarístico y en la Misa. Esta dualidad mencionada por San Pablo, se
da cabalmente en el rito de la Misa y en el Depósito eucarístico que también
desaparece.
3. Por último, voy a reflexionar unas palabras de San Pablo
que no dicen el momento de la aparición del Señor. A la vista de los
acontecimientos, nos ubican en su inminencia. Creo que es indudable.
Dice San Pablo, que al Impío "el Señor lo destruirá con
el soplo de Su boca y aniquilará con la manifestación de Su venida".
Entonces, estamos al filo del tiempo. Si ha sucedido la
Apostasía; si el Anticristo se ha manifestado plenamente y se ha quitado el que
le retiene y lo que le retiene, ¿qué impedimento queda para detener por más
tiempo la aparición del Señor?, solo la conversión de los judíos, pero
como esta no será por mérito sino por misericordia, y en cumplimiento a la
promesa a sus Padres, opinan varios teólogos, esta conversión puede acontecer en
los últimos días del mundo. Esta profecía comenzó a configurarse con el
regreso de Israel a la Tierra Prometida, después de la segunda guerra mundial,
y Jerusalén como capital después de la guerra de los seis días. ¿Se podría
pensar contra el texto paulino que el Anticristo esté en Roma muchos años?.
4. Por fin, debo analizar el motivo por el cual dice San
Pablo que el Anticristo no solamente se sentará -un Trono dice esto- en el
Santuario de Dios, sino que se proclamará ser Dios. Sería una tontería pensar que
lo que quiere decir es que él diga: yo soy Dios. Ni el mismo Anticristo lo
haría, pues sabe que nadie lo creería y la máscara que le conviene conservar
caería por tierra. ¿Cómo dirá esto, entonces?.
Las formas -o fórmulas- de los Sacramentos por las cuales se
realizan y así los fieles reciben la gracia de Dios, fueron determinadas por
Cristo-Dios mismo -de la Eucaristía y del Bautismo- y las demás por los
Apóstoles. El cambiar esas fórmulas y aun así asegurar que la gracia de Dios se
recibe; el cambiar las fórmulas operativas de la Misa y decir que el Sacrificio
incruento sucede, es nada menos que pretender ponerse en el lugar de Dios y
decir que es Dios. El que no pueda ver esto, es que está retrasado
mentalmente.
San Pablo dice claramente que Cristo destruirá al Anticristo
con la manifestación de Su venida, Es, pues, esto inminente.
Pero es de temerse que la ceguera no disminuya cuando Roma,
la Gran Ramera, Sede del Impío sea destruida como anuncia el Apocalipsis,
viendo la reacción mundial ante la petición del Vaticano de que debe imponerse
un gobierno mundial. Era una creencia muy extendida de que el gobierno mundial
era impuesto por el Anticristo. ¿Qué ha pasado ahora?, NADA. Los que tal cosa decían ¿han abierto los ojos para ver
al enemigo en casa?, NO. Y me
temo que esa ceguera continuará igual. Aquí hay que hacer una pregunta
candente: ¿eso será porque los hombres están realmente ciegos, o porque la
Religión de Cristo ya no interesa para nada?
UNA REFLEXIÓN MAS SOBRE "EL ABSOLUTO".
El Cardenal Peter Turkson, presidente del Consejo Pontificio
Justicia y Paz del Vaticano, organizador de la reunión de Asís, declaró que
Benedicto XVI dijo que "el hombre
creyente o no, busca a Dios, al absoluto, y por lo tanto, es un peregrino a la
búsqueda de la verdad". Entonces, incluso el creyente:
1- Está peregrinando para buscar la
verdad. Benedicto declara abiertamente que él no la posee, porque él es un
creyente. Cristo ni es la Verdad, ni la ha revelado. Ente viejo impío peregrina
con el montón, dice, buscando la verdad. ¿A dónde está llevando a los hombres
si se declara un barco sin vela?, ¿una caña movida por el huracán y no una roca
firme?.
2. Y ese hombre creyente, ¿a
quién busca?, al "absoluto". Dice a Dios, pero añade: "al
absoluto". Si consultamos el Diccionario de Sinónimos, nos encontramos
acepciones que no solamente están alejadísimas de la ortodoxia, sino que
parecen el lenguaje del Diablo. Dice: "arbitrario, despótico, tiránico, autoritario, imperioso, dominante y voluntarioso". ¿No son los reclamos de
las voces atormentadas que se desprenden confundidas con el fragor del fuego
dirigidas hacia las alturas de ese abismo de odio y oscuridad?, ¿no se pueden
mezclar entre ellas la condena al Dios absoluto?. Son las voces que nadie oye, excepto entre ellas mismas, porque el abismo es tan grande que no es mayor sólo
por el poder de Dios. Ahora las oímos de la boca de esta Bestia con cuernos de
cordero, que habla como el Dragón.
"ENCONTRARA EL HIJO DEL HOMBRE LA FE
CUANDO REGRESE".
El misterio de iniquidad que ya San Pablo veía comenzar, se
ha manifestado y llegado a su máxima
expresión. Ya no es oculto. Todo se ha cumplido en la Iglesia Católica. La
verdadera Iglesia. La Apostasía es general, incluso ha penetrado a ese
"resto fiel", que ya no se puede considerar teniendo en cuenta SUS
pequeñas comunidades, sino a los individuos aisladamente considerados. Esto es
le que al fin decía el Cardenal Villot, probablemente el teólogo más brillante
del siglo XIX: "Llegará el momento en que la Iglesia sea reducida a condiciones
domésticas". La Iglesia ha muerto, por los pecados del hombre y no hay
forma de revivirla, ni siquiera embrionariamente. Los pastores de ese supuesto "resto fiel" han inventado doctrinas que se han sacado de la manga o
tal vez del zapato, para justificar su cisma, su independencia, su soberbia y
su traición. Predican tener jurisdicción por la crisis que se han negado a
terminar; dicen que para la administración válida de sus Sacramentos, "la
Iglesia suple" en este cisma autoprocurado y predican una unidad espiritual con el papa, entre
los obispos, entre los sacerdotes y entre los fieles. Los fieles deben estar
unidos a sus pastores espiritualmente. Y este es un engaño terrible
herético y estúpido como el que predicaban los de la secta de los pneumatómacos.
No podemos negar la unidad espiritual de todos los miembros de la Iglesia. San
Pablo dice: "un solo espíritu". Pero es que ellos no se están
refiriendo a esa unidad, que también se destruye en el cisma. Ellos se
están refiriendo a la unidad física, jurídica, de una sociedad visible
en la Tierra. Esa es la que le han arrancado a jalones a la Iglesia con su
irresponsabilidad, particularismo y cobardía. Y han destruido la otra.
Vamos a ver con el Magisterio de la Iglesia en la mano lo
errados que están y el peligro grande en que están muchas almas puestas a su
cuidado, pues el cisma es incubadora de herejías -que ya los comienza a
afectar-, como decía San Jerónimo, citado por Santo Tomás de Aquino.
En el Decreto del Santo Oficio a los obispos de Inglaterra
del 16 de septiembre de 1864, que copié antes, se dice algo que hay que
considerar y meditar: "Nada ciertamente puede ser de más precio para un
católico que arrancar de raíz los cismas y disensiones entre los cristianos y
que los cristianos sean solícitos en guardar la unidad de la Fe y la caridad en
un solo cuerpo CONEXO Y COMPACTO". Dos cosas deben ser aclaradas y
meditadas de este texto:
1- Dice el
documento que no hay nada más preciado para un católico que arrancar de raíz
los cismas. Si esto debe ser así para cualquier católico, lo es más para los
miembros de la jerarquía: sacerdotes, obispos y papa. Cuando este sentimiento
se extingue, la Iglesia esta en peligro. Si la prostitución del alma lo
convierte en un utilitarismo y un interés ejidal, no universal, y esa jerarquía
se desencuaderna y pierde su cohesión, es que los individuos se han
desnaturalizado. Carecen de los sentimientos que inspira la naturaleza. ¿No es
esta una clase de apostasía?. ¿Pueden ser estos individuos los que levanten el
brazo y señalen con el índice un camino seguro a los fieles?.
2. Igualmente el Documento dice que
debe haber un solo cuerpo conexo y compacto. ¿La unidad que aquí predica
es espiritual?, ¡qué cosa más idiota!. Los que así dicen, no saben ni Español.
Si nos vamos al Diccionario, encontramos que una cosa compacta es algo apretado y
poco poroso. Entonces me pregunto: ¿puede haber alguna clase de unidad
espiritual que sea algo apretado y poco poroso?. Es clarísimo que el
documento se refiere a una unidad social, jurídica, la que se manifiesta a los
sentidos a la vista de los hombres.
La Encíclica del Papa León XIII SATIS COGNITUM del 29 de
junio de 1896 enseña: "Mas, en cuanto al orden de los obispos, entonces se
ha de pensar que está debidamente unido con Pedro, como Cristo mandó, cuando a
Pedro está sometido y obedece; en otro caso, NECESARIAMENTE SE DILUYE EN UNA MUCHEDUMBRE CONFUSA Y PERTURBADA".
Muchedumbre, es decir: vulgo, populacho-(Denz. 1960).
¿Y en qué se convierten los sacerdotes cismáticos?, confusos
y perturbados, ¿pueden ser una guía para los fieles?. No lo estoy diciendo yo.
Lo está diciendo un papa. No hay discusión posible ni interpretación
caprichosa. Las palabras son claras.
En la Carta QUOD AD DILECTIONEM a los obispos cismáticos de
Istria del año 585, el Papa Pelagio II les dice: "Considerad, pues, que
quien no estuviere en la paz y unidad de la Iglesia, no podrá tener a Dios
(Gal. III, 7 )" .
Y en su Carta DILECTIONIS VESTRÍE les dice: "El que no
guarda la unidad de la Iglesia, ¿cree guardar la Fe?... ¿No pueden llegar al
premio de la paz del Señor porque rompieron la paz del Señor con el furor de la
discordia... No pueden permanecer con Dios los que no quisieron estar unánimes
en la Iglesia. Aun cuando ardieren entregados a las llamas de la hoguera; aun
cuando arrojados a las fieras den su vida, no será aquella la corona de la Fe, sino el castigo de la perfidia; ni muerte gloriosa sino perdición desesperada.
Ese tal puede ser muerto, pero coronado no puede serlo... El pecado de cisma
es peor que el de quienes sacrificaron a los dioses... aquí el que intenta
hacer un cisma, a muchos engaña arrastrándolos consigo... y peca cada día"
(Denz. 246 y 248).
Estas mismas doctrinas del Papa Pelagio II, son igualmente
enseñadas por el Papa San Gregorio Magno en su obra LOS MORALES, que transcribí
en páginas anteriores. El Papa Pelagio habla de la "unanimidad" de
los pastores en la Iglesia- La UNANIMIDAD se dice de personas que tienen todas
el mismo parecer. ¿Cómo puede ser esto posible entre pastores no
solamente separados, sino defendiendo cada uno sus propios dominios, cada uno
enemistado con todos los demás, atacándose mutuamente, calumniándose,
escandalizando a sus propios fieles contra los otros que siempre resultan ser
como encarnaciones del Diablo, y la verdad, que algunos lo son permeados
totalmente por nuestros enemigos. ¿Piensan en la unidad de la Iglesia?, ¿tratan
de convencer a los otros para que se unan?, ¿o callan por propia conveniencia
utilitaria lo que deberían gritar?. No solamente han callado lo más elemental
de la Doctrina chantajeando a sus fieles con las misas cismáticas que
les celebran, sino que amarrándolos del cuello los han arrastrado fuera de la
Iglesia, al cisma más asqueroso.
Al mismo tiempo, como una fumigada aérea el Demonio ha
soltado entre esos debilitados fieles a un ejército de la tropa infernal pobres
diablos de baja cepa que como leones rugientes atacan las carnes jugosas de las
almas en gracia de Dios.
¿Esta es la Apostasía grande y final que como un apéndice
inflamado se ha adherido al gran intestino alimentado por la Gran Ramera que
esparce sus gases desde el Vaticano? Indudablemente.
Sin embargo, en esta batahola terrible, el Señor ha de
cuidar a los Suyos para que no se pierdan. El les dijo: "No os dejaré
solos. Volveré". Esta sola frase nos puede dar idea del momento
dramático y desesperado que se espera. "El que perseverare hasta el
final, ESE será salvo". La misericordia de Dios es infinita.
Entonces, les digo a los que quieran oír: es tiempo de arreglar sus conciencias y alejarse del pecado. Me dirijo a los
que saben, pero siguen como si el mundo a su derredor no estuviera a punto de
hundirse. Aferrados a sus cosas y a sus planes, caminan ciegos tratando de
pasar inadvertidos entre dos fuegos, mordiendo su piltrafa. No la quieren
soltar. Entonces, que hagan lo que quieran.
VEN SEÑOR JESUS
+MONS- JOSE F. ÜRBINA AZNAR.
Diciembre de 2011.
1 comentario:
Excelencia: Habla San Juan bien claramente de dos Bestias, una sale del mar y otra de la tierra, son distintas, aunque el fin de las dos sea el mismo: combatir a Cristo. El Anticristo, bestia del mar, no es el Falso Profeta, con "cuernos de Cordero y con boca de Dragón", que sale de la tierra y la prepara -aunque ya estábien preparada por la Apostasía que ha generado- parahecer adorar al Inicuo, al Anómos, como si fuera Dios. El Anticristo le hará la guerra a los que hayan resistido a la Apostasía, provocada y consolidada por el Falso Profeta. Son DOS personajes distintos y ambos caen al estanque de fuego. Es necesario distinguir para no errar.
Hacha Brava.
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