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sábado, 27 de octubre de 2012

NATURALEZA E IMPORTANCIA DE LA ETICA

Es corriente comenzar el estudio de la Etica por un análisis adecuado de su definición. De esta manera, se puede ser más precisos al tratar de la naturaleza y fin de dicha ciencia.

Definición de la Etica.
Antes de dar su definición real, conviene tener presente la etimología de la palabra «ética». La palabra «ética» se deriva de la forma griega «ethos», que significa «costumbre» o «práctica»; es decir, «una manera característica de obrar, un modo más o menos constante de comportarse por parte del hombre en sus acciones deliberadas». Con más propiedad podemos definir la Etica diciendo que es la ciencia que estudia la moralidad de los actos humanos a la luz de la razón natural. Es la ciencia que regula los actos humanos basándose en los principios naturales. En una palabra, la Etica nos enseña cómo debemos juzgar con acierto acerca de la moralidad de las acciones humanas.

Naturaleza de la Etica.
Para comprender lo mucho que encierra en sí el concepto de «ética», se requiere un análisis profundo de la definición dada. En primer lugar hemos dicho que la Etica es una ciencia. Entendemos por ciencia un conocimiento sistemático; es un cuerpo de conclusiones coordinadas, claramente establecidas, basadas en principios demostrados o evidencias. Toda ciencia está, por su misma naturaleza, limitada a un determinado campo del conocimiento humano. Su objeto es investigar el origen, naturaleza y fin de aquellas cosas que están comprendidas en el ambito de su esfera. La Etica se halla circunscrita en su objeto al campo de la verdad moral, y nos presenta de un modo sistemático una sólida base racional para juzgar de la bondad o malicia de las acciones humanas. Es, por consiguiente, una verdadera ciencia. Es, además, una ciencia natural. Esta afirmación se hace atendiendo a los medios de que se dispone en el estudio de esta ciencia en orden a establecer sus conclusiones.
La Biología, la Química y las demás, que designamos generalmente con el nombre de «ciencia», son ciencias naturales en un doble sentido. 
Estas ciencias utilizan medios puramente naturales o humanos para llegar a sus conclusiones, y en su mayor parte tocan asuntos concernientes al mundo de la naturaleza física. Por otra parte, la Teología es una ciencia sobrenatural. Sus conclusiones hacen una referencia particular a la vida sobrenatural del hombre y se basan sobre la palabra revelada de Dios.
La Etica, en cambio, es una ciencia natural en cuanto que se sirve de medios puramente humanos —la razón humana— para llegar a sus coclusiones. No se basa ni en la revelación divina, ni en las enseñanzas de Cristo, transmitidas por la tradición de la Iglesia infalible. La Etica es una rama de la filosofía, una ciencia que deduce sus concluciones mediante el uso debido de la razón dejada a sí misma. 
Bien sabido es que las enseñanzas infalibles de la Iglesia de Cristo son de un valor indirecto para el estudio de la Etica. Tales enseñanzas sirven de guía excelente y de comprobación constante para la rectitud de nuestros procedimientos racionales. Pero, en sí misma considerada, la Etica depende solamente de la capacidad natural que la razón humana posee para especificar la moralidad de cada una de nuestras acciones. Por esta razón, la Etica puede ser considerada como una ciencia puramente natural.
Es también la Etica una ciencia práctica y directiva. Aunque estas dos cualidades sean de alguna manera comunes a todas las ciencias, en la Etica tienen un sentido particular. Algunas ciencias son de carácter especulativo; otras, como la Física, Química, etc., tienen una finalidad eminentemente práctica. Pero la Etica es ciencia práctica en el más auténtico sentido de la palabra. De las otras ciencias prácticas se puede prescindir en la vida, no así de la ciencia Etica. Hay múltiples actividades humanas que se desentienden de esas otras ciencias prácticas, no siendo, por tanto, necesario su uso. Las verdades y normas éticas, una vez conocidas, obligan moralmente al hombre a aceptarlas y ponerlas en práctica; dichas normas deben ser como un molde en que se vacíe la vida humana. En una palabra, las otras ciencias son prácticas, porque pueden llevarse a la práctica; la Etica lo es, porque a sus principios debe ajustarse toda una vida.
 De todo lo expuesto se deduce claramente que la Etica está en intima relación con la acción moral. Sin embargo, una rápida ojeada a la mayor parte de las obras escritas sobre Etica y Medicina para enfermeras, nos revela que tales obras no están escritas teniendo en cuenta su relación con los principios morales, ya que se trata más bien de lo que podría denominarse «manual de educación para enfermeras». Materias tales como, por ejemplo, tacto, buenos modales, desarrollo de la personalidad y otros tópicos semejantes, llenan la mayor parte de estos libros. Es cierto que estas cualidades han de entrar a formar parte del carácter especifico de todo profesional en Medicina, y se debe procurar que reciban una educación que nada deje que desear en esta materia. Pero no olvidemos que las normas de la Etica constituyen algo fundamental y necesario para poder conducirse rectamente en la solución de los difíciles y a la vez realísimos problemas morales que se han de encontrar a cada paso.

División de la Etica.
Suele dividirse la Etica en dos partes: Etica general y Etica especial. La Etica general es el curso base de la ciencia ética. Así como la Física, Química y Biología general les proporcionan los principios fundamentales en que estriban los tratados específicos de esas mismas ciencias, así también la Etica general establece los principios de la ciencia moral. La Etica especial puede ser considerada como una aplicación de los principios de la Etica general a la solución de los problemas morales que se presentan en instituciones o profesiones particulares. Así la Etica del Estado, de la familia, de la Medicina, son como ramas especiales de la ciencia ética. En estas ramificaciones de la Etica general los principios morales básicos son aplicados a la solución de los problemas del Estado, de la familia y de la profesión médica. La Etica de la profesión médica, por consiguiente, es una forma de la Etica especial. Se reduce a la aplicación de los principios generales de la moral a los problemas de dicha profesión.

Suposiciones en la Etica.
No hay dificultad alguna en admitir que pueda tener lugar un curso de Etica presuponiendo ciertas verdades básicas, aceptadas por el estudiante que se entrega a la investigación de esta ciencia moral.
Este modo de proceder no implica en absoluto que tales verdades básicas no admitan en rigor una demostración. La Etica acepta tales verdades de otras ciencias en que se hallan sólidamente demostradas. No de otra manera sucede en las demás ciencias. A ninguna otra le sería posible  intentar la demostración de todas las verdades que debe utilizar sus propias investigaciones. Así, por ejemplo, la Física admíte legitimamente como válidas una serie de verdades demostradas en las matematicas; de la misma manera la Medicina acepta otras comprobadas por la Biología o la Química. Cada una de las ciencias tiene que demostrar sus propias conclusiones y todas ellas lo hacen sirviéndose de principios establecidos en otras ciencias. Rehusar a alguna ciencia del derecho a utilizar verdades demostradas por otras, sería perjudicial para el progreso en todos los ramos del saber.
Así, pues, no hay inconveniente en que la Etica presuponga algunas verdades básicas tomadas de otras ciencias.
Las ramas principales de la Filosofía: Epistemología, Teología natural y Psicología racional, son las fuentes principales de donde la Etica recoge las verdades fundamentales que ha de utilizar.
La Epistemología defiende la capacidad de la razón humana como instrumento de adquisición de la ciencia. Todas las ciencias suponen necesarimente que el entendimiento humano, si se usa rectamente, conduce al hombre a la verdad. De lo contrario, toda ciencia resultaría un verdadero imposible. Se caería en un perfecto escepticismo. Así lo reconoce la Etica, y, en consecuencia, acepta dicha verdad.
La teología natural establece la existencia de un Ser Supremo, perfectisimo, creador de todo el universo. Este Dios justo y misericordioso ha de ser el Juez último y supremo de la vida del hombre. La Etica la supone como base y fundamento de toda exposición en el orden moral. 
La Psicología racional se ocupa principalmente de la existencia, naturaleza y destino de la vida humana. En ella se enseña que el alma del hombre es inmortal y dotada de dos facultades espirituales: entendimiento y voluntad. Mediante el entendimiento, el hombre es capaz de conocer la verdad; mediante la voluntad, puede elegir entre el bien y el mal que le han sido presentados por el entendimiento. Esto lo acepta la Etica considerándolo como el verdadero campo sobre el que se extiende la ciencia de la moralidad.
Todas las ciencias reconocen algunas verdades como evidentes por si mismas, de manera que no tienen necesidad de demostración. Así, por ejemplo, la Geometría admite sin más que el todo es mayor que cada una de las partes e igual a la suma de todas ellas. De la misma manera la Etica considera como evidente el principio «se debe obrar el bien y evitar el mal».
Por las ciencias previamente citadas sabemos que el hombre ha sido creado por Dios con una finalidad específica, y que ciertos actos son "buenos" porque conducen al hombre a su último fin, y, en cambio, otros se denominan «malos» porque le apartan de él. Supuesto, pues, que el hombre es una creatura de Dios, debe sin duda ninguna esforzarse por conseguir el fin para el que ha sido creado; y como esto no lo ha de conseguir sino mediante los actos denominados buenos, de ahi que el hombre este obligado a «obrar el bien y evitar el mal».
Pues bien: la Etica se propone determinar la bondad moral o malicia de los actos humanos, debiendo el hombre atenerse a sus conclusiones si quiere conseguir el fin para que ha sido creado.
La exposición precedente acerca de la naturaleza de la Etica debe entenderse sin que se dé lugar a falsas interpretaciones. No restringiremos el tratado de la ciencia moral, aplicada a la Medicina, al campo puramente etico y natural. Hemos entrado en detalles porque toda exposición de una ciencia moral debe tener siempre, aunque no exclusivamente, una base racional.
Dios ha levantado al hombre a un nivel más alto, destinándole a un fin sobrenatural, proporcionándole abundantes gracias para conseguirlo y revelándole un sin número de verdades de una importancia vital.
De ahí que los ideales de médicos y enfermeras cristianos deben moldearse atendiendo a la palabra revelada de Dios y a las enseñanzas de la Iglesia de Cristo, así como también a los dictámenes de la razón. Por consiguiente, en esta obra tendremos en cuenta ambas fuentes de moralidad. Prácticamente todas o casi todas las conclusiones morales aducidas en este libro, excepción hecha de lo relativo a la parte sacramentaria, son expresión de la ley natural, por la que todos los hombres están ligados.

Importancia de la Etica.
Los que se hallan familiarizados con los problemas sociales de los tiempos presentes están plenamente convencidos de que la revelación de los principios éticos es absolutamente necesaria en la actualidad. La relación entre los problemas sociales y los principios éticos es doble. Por una parte, la universal violación de los principios es la causa común de muchos problemas sociales. Por otra, la misma realidad de los problemas sociales origina en el hombre una creciente tendencia a burlarse de los ideales éticos.
El profesional en Medicina ha de sentir íntimamente, como un deber propio, el hacer todo lo posible para remediar una situación tan lamentable, y como católico profesa una especie de preocupación por el bienestar del hombre. Pero en esta profesión no se ha de atender tan sólo al bienestar físico de los pacientes, sino también a lo que hay de mas alto, más noble y más importante en el hombre: su alma inmortal. El médico o enfermera católicos no deben considerar su profesión desde un punto de vista puramente material. Nunca deben olvidar que son miembros de la Iglesia de Cristo, y que participan de una ciencia y de unas gracias que no poseen los que carecen del don de la fe. Estas gracias y bendiciones los ayudan en su noble trabajo y le facilitan el acercamiento al paciente, en quien ellos ven la imagen del Salvador de todos los hombres.

Importancia de la Etica para el médico y la enfermera.
En algunos aspectos la Etica es la materia más importante en el "curriculum" que completa la formación de un profesional en Medicina. Los sanos y seguros principios éticos son absolutamente necesarios y esenciales para un buen carácter, y un buen carácter es de tal importancia en esta profesión, que ninguna otra cosa puede sustituirlo. Una conducta intachable en las innumerables situaciones y casos de la vida cotidiana puede esperarse solamente de quien se ha formado un carácter moral sano y seguro a toda prueba. Ahora bien, es evidente que tal carácter sólo puede dimanar de la comprensión exacta y de la aplicación constante de una norma adecuada de moralidad. 
De lo dicho se colige que la Etica no puede ser considerada como algo meramente especulativo; es algo esencialmente práctico, tan necesariamente práctico, que la falta de los principios éticos disminuye, si es que no anula totalmente, el valor y la importancia del trabajo del profesional en Medicina.
Bien puede decirse que entre todas las profesiones que puede elegir hoy en día un estudiante, ninguna se aproxima siquiera a la Medicina en lo que a dificultades de orden moral se refiere. La misma vida individual está constantemente en manos de médicos y enfermeras. Ellos Introducen la vida en el mundo en medio de muchos peligros; en otros casos preservan las vidas amenazadas por males incontables. Ellos son también los testigos en los últimos momentos en que los hombres abandonan para siempre este mundo.
Quien se halla tan constantemente en contacto con las más importantes y sagradas realidades de la vida, debe estar en condiciones de hacer frente a los más serios problemas morales. En tales casos sera en extremo ventajoso ser lo suficientemente discreto y humilde para buscar consejo en las mayores dificultades. Pero puede suceder que en otras ocasiones se haga necesaria la intervención inmediata. Es entonces cuando se deberá demostrar con los propios principios éticos que se posee un conocimiento claro de los principios vitales y la suficiente habilidad para llevarlo a la práctica. Así quedará realzada la eficiencia del propio trabajo y surgirá la consciencia de la paz con Dios y con los hombres.
La profesión médica representa algo más que un empleo cualquiera. No es ya una simple profesión y un modo de ganarse la vida. Para el que se esfuerza continuamente por orientar su trabajo cotidiano conforme a los nobles ideales éticos, su profesión se asemeja, en su objeto, a la vida de Cristo. En vez de cumplir deberes rutinarios, su vida se consagra por entero a obras de misericordia espirituales y corporales. En lugar de interesarse solamente por la salud física de sus pacientes, atendiendo a una remuneración material, lo hace tambien por su bien espiritual y movido por los más puros y nobles sentimientos. Y no es necesario hacer notar que un ideal muy noble caracteriza la obra social del médico, si ese ideal va encarnado en su vida personal. 

Importancia de la Etica para el enfermo.
Muchos de los pacientes confiados a los cuidados del médico o de la enfermera católicos, no habrán tenido jamás la oportunidad de recibir una educación moral adecuada. Otros, después de haberla recibido, se habrán alejado de los ideales de la vida moral. Los largos períodos de una enfermedad son muy a propósito para que el hombre reflexione sobre las verdades eternas. Las horas interminables de soledad le ofrecen una ocasión magnífica para pensar hasta en problemas que no han merecido su atención en el curso precipitado de una existencia llena de preocupaciones. Ningún otro tiempo es más propicio para hacerles presentes los ideales morales.
Téngase bien en cuenta que con esto no queremos decir que el médico o enfermera católicos han de proponerse, como objetivo principal de su trabajo, la reforma moral de sus pacientes. Obrando de esta manera se harían antipáticos a los mismos enfermos, desagradarian a las autoridades del hospital y no cumplirían con su profesión. Lo que sí afirmamos es que, si están dotados de un carácter espiritual y su trabajo se inspira en el amor cristiano, no puede menos que influir moralmente sobre las personas a ellos confiadas. El buen ejemplo es uno de los mejores maestros del hombre.
En muchos casos serán los mismos enfermos los que interrogarán sobre materias morales; entonces su ayuda será de un valor incalculable si poseen el caudal suficiente de doctrina moral y el celo necesario para comunicarla a las almas.
Una visión clara de los principios éticos habilitará al profesional en medicina para presentar a los enfermos una sólida filosofía cristiana del dolor. Esos desgraciados o mutilados de por vida, llegarán a conseguir incalculable firmeza de ánimo ante una perspectiva tan alentadora de la existencia humana. Y si frecuentemente tuviera lugar la tendencia a la desesperación, no sería pequeña empresa dar
a un desesperado de la vida razones suficientes para que desee seguir viendo.

Importancia de la Etica para la profesión.
El médico y la enfermera son miembros de una de las profesiones más nobles. Pero el valor de su prestación personal en bien de la comunidad humana está en relación directa con el trabajo de renuncia a sí mismos en favor de los demás. El respeto con que se mira a esta noble profesión en la sociedad depende de la conducta de cada uno de los que la representan. Es evidente que toda la actividad debe ser encauzada según, los sólidos ideales éticos. Pero podemos ir más lejos al afirmar que el descuido en vivir según estos ideales acarrearía a la larga la ruina de la profesión. La inobservancia de las leyes morales ha socavado los fundamentos de las naciones más poderosas, llevándolas a la ruina. La organización social más firme pierde a la vez su eficacia y el respeto de los hombres cuando ha hecho tabla rasa de los ideales éticos.
La profesión médica no es precisamente una excepción a esta regla. Nunca debe correrse el peligro de perder su eficiencia sobre los hombres o el profundo respeto que de ellos se merece. Ante la comunidad representa esta profesión nada menos que la piedra de toque de sus médicos y enfermeras. Estos, ya sean jóvenes o ancianos, llevan sobre sus hombros la responsabilidad del buen nombre de la profesión. La puesta en práctica de los rectos principios morales por una parte, y el ejemplo e inspiración que se seguirá para los demás miembros de la profesión, elevarán y preservarán el prestigio moral del conjunto.
La estima, que la mayoría del público tendrá de la profesión médica, dependerá con frecuencia de los ideales que pueda encontrar en aquellas personas que cuidan a los enfermos. Los médicos y enfermeras, que obran siempre en conformidad con los más sanos y profundos principios éticos, crearán necesariamente a su alrededor el respeto y la apreciación hacia la profesión médica.
Sin duda los ideales cristianos son los más nobles y puros que pueden concebirse; nada de particular, puesto que la profesión médica se asemeja en sus objetivos a la misión del mismo Cristo. El amor a la Humanidad debe ser el verdadero espíritu que los anime. Las obras de misericordia espirituales y corporales han de constituir su ocupación principal. De ahí que ajustar su vida y su trabajo a las normas de moralidad es salir airosos en el ejercicio de su misión.

Problemas para la discusión
1.—El motivo principal que impulsa a muchos jóvenes a elegir la carrera de medicina es proporcionarse los medios adecuados de subsistencia. ¿Qué se ha de pensar acerca de este motivo puesto como base de la profesión? ¿Qué influencia podrá tener, si es que puede tener alguna, sobre la eficacia y valor de su trabajo? ¿Qué motivo o motivos le han impulsado a elegir esta profesión? ¿Qué motivos pueden proporcionar la seguridad más completa de ser feliz y de salir airoso en el cumplimiento del deber? ¿Conoce usted casos de médicos jóvenes o enfermeras que hayan fracasado a causa de los desaciertos que los indujeron a abrazar esta profesión?
2.—Echese una mirada sobre los índices de algunos textos de Etica para enfermeras. Rara vez se encontrarán cuestiones de índole estrictamente moral. El tacto, la higiene, la cortesía, el empleo del tiempo de la recreación, el modo de presentarse en público y otros temas por el estilo, constituyen lo esencial de estas obras. ¿Qué estima le merecen a usted tantos libros que se limitan a presentar a las enfermeras un simple manual de educación en lugar de proporcionarle un código moral adecuado?
3.—Compárense la razón y la Revelación como fuentes de los principios morales. ¿Cuáles habrían de ser las relaciones que debieran mediar entre la razón y la Revelación? ¿Qué afinidad existe entre la Revelación y la autoridad docente de la Iglesia? ¿Puede la razón proporcionar al hombre verdades morales que no se contengan formal y explícitamente en las fuentes de la Revelación? ¿Suministra la Revelación al hombre verdades morales que la pura razón no pueda alcanzar por sí sola, clara, fácil y prontamente?
4.—Hay estudiantes de Medicina que consideran su curso de Etica como un curso de religión; ¿es esto exacto?
5.—¿Cuál es la reputación de un hospital donde se observan las normas de moralidad?
6.—¿Qué influencia, si es que se da alguna, ejercen las normas éticas de la profesión médica sobre el bienestar de la comunidad?
7.—¿Puede decirse que son sinónimos «leyes morales» e «ideales morales» ?
R.P. Charles J. McFadden O.S.A.
ETICA Y MORAL 

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