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lunes, 22 de octubre de 2012

LAS MISAS «UNA CUM»

Revista CLAVES
Año I N° 5
Abril 1993
En comunión con Wojtyla (Ahora con Ratzinger)
"La Iglesia conciliar es cismática y su cabeza es un obispo cismático"
No vamos a demostrar aquí aquello de lo cual nos ocupamos ya en números anteriores (Cfr.: ¿Es la Iglesia de Cristo la Iglesia conciliar?).Partimos de una premisa básica y primitiva, desde la cual consideramos el tema de la Misa: La Iglesia conciliar es cismática, y su cabeza es un obispo cismático, que usurpa la Sede Romana con sacrilega insolencia.
En el articulo sobre la Misa "In Ecclesia", transmitimos el sentir de los Santos Padres y Doctores, acerca del sacrificio realizado válidamente en el cisma. El corte definitivo de los textos aducidos, se oponen diametralmente a lo que hemos llamado "reduccionismo ritualista" tan vastamente difundido entre aquéllos que rechazan muchas innovaciones: "Extra Ecclesia non est Deus in sacramentis" (San Alberto Magno, Liber de Sacramento Eucharistiae. d.3, c.2, n.4.)
Se trata entonces, en este caso, de discernir el verdadero alcance de la incorporación de la Misa a la Iglesia conciliar, al ofrecerla en comunión con el obispo, cabeza de esa Iglesia. En este aspecto, la atingencia a su mención en el canon de la Misa es irremisible en cuanto a sus consecuencias inmediatas. Intentaríamos comprobar si esa mención y esa unión moral del sacerdote con una falsa Iglesia, constituyen un verdadero desplazamiento del sacrificio, del espacio sacro de la iglesia Católica y una disyunción ilícita entre Fe —como ámbito del culto— y sacramento.
Para lo cual es necesario recordar la oración del comienzo del canon Missae así como su sentido mas común. Es la oración 'Te Igitur" que reza así:

"Te igiur, clementíssime pater, 
per Jesum Christum, Filium tuum, Dominum Nostrum,  
supplices rogamos, ac petimus, 
uti accepta habeas et benedicas, 
haec dona, haec munera, 
haec sancta sacrificia illibata. 
In primis, quae tibi offerimus pro 
Ecclesia tua sancta catholica:  
quam pacificare, custodire, 
adunare et regere digneris toto orbem terrarum. 
Una cum fámulo tuo Papa nostro N. et Antistite nostro N. et ómnibus orthodoxis, atque catholicae et apostolicae fidei cultoribus. " 

(Esta oración, llamada "commendatio orationis", es decir, la presentación de las ofrendas a Dios para que las acepte y bendiga es la fórmula del "Te Igitur" que abre el canon; la oración está dirigida al Padre —clementissime Pater—y se le ruega que acepte los dones favorablemente) 

 A partir de "In primis" se expresan las intenciones generales de la Misa, donde se pide principalmente por la Iglesia Católica. Análoga fraseología presentan las oraciones del Viernes Santo. ("Oremus dilectissimi nobis, pro Ecclesia Sancta Dei: ut eam Deus et Dominus Noster pacificare, adunare et custodire dignetur toto orbe terrarum..."  "Et pro beatissimo Papa nostro N..."(Cfr. también en el "Exultet" de Pascua)) Es una oración antiquísima de la cual dice San Agustín: "Ora pro Ecclesia Catholica, ab oriente usque ad occidentem diffusa".
Cuando aparece el cisma donatista, ellos mantiene el rito, y aún mencionan a la Iglesia Católica. Otón de Mileto les arguye justamente sobre eso mostrando que se encuentran en CONTRADICCION al ofrecer el sacrificio por la Iglesia Católica, con la cual han roto las relaciones en el cisma:
"Oferre vos dicitis Deo pro una ecclesia, quae sit in toto terrarum orbe diffusa" (Epístola ad Justin.: P.L. 79,22)
En lo que hace a la mención del Papa, debe recordarse que el concepto de Iglesia es en la tradición católica indisociable de su cuerpo: y atención, porque ésto es fundamental.
Una especie de nominalismo que circula entre los "tradicionalistas" causando un daño enorme, nos sugiere sutilmente vaciar de todo contenido ontológico y sentido semántico la voz "Iglesia", como si no fuese ésta una RES, una realidad palpable, viviente: un Cuerpo. Se trata de discernir entonces, si es que se puede aludir en el rito a la Iglesia Católica en su constitución visible, cuya realidad se presenta dramática -hic et nunc-; que enfrenta el cisma más grande de la historia en la cabeza de un obispo polaco, (Ahora sacerdote aleman) cisma capital, del cual participan la inmensa mayoría de los obispos y al mismo tiempo ofrecer ese sacrificio en comunión con ese obispo como siendo "nuestro Papa". Es decir, si se puede deformar —luego de mencionar la Ecclesia— su naturaleza, atribuyéndole como cabeza un cismático.
Y todo esto sin afectar el sentido mismo del rito.
Es innegable la gravedad de este planteamiento.
Pelagio I reprendió gravemente a los obispos cismáticos de Tuscia porque no lo mencionaban en los santos misterios.
"Quommodo vos ad universi orbis communione separatos esse non creditis, si mei inter sacra misterior, secundum consuetudinem nominis memoriam reticetis?" (Labbé, SS. Conc. nova voll; VIII, 282)
Y en el Concilio Romano celebrado bajo el Papa Símaco (498-514) Ennodio, hablando a los obispos decia:
"Ullo ne ergo tempore, dum celebrarentur ab his Sacra Missarum, a nominis ejus (es decir, del Papa) commemoratione cessatum est? Unquam pro desideriis restris sine ritu catholico et canon more, semiplenas nominatim antistites hostias obtulerunt". (Ennodius Pap., Apologet. pro synodo: P.L. 67,197).
 Conocemos perfectamente la gravísima importancia de mencionar al Papa en el canon. Para Pelagio I lo contrario significaba declararse fuera de la Iglesia, y para Ennodio de Pavia, ofrecer un sacrificio incompleto. Conocemos también la gravedad de mencionar un usurpador (Cfr. S. VicenteFerrer. "Tratado del cisma moderno"). Y es que simplemente no puede separarse la Iglesia que se menciona en la Misa y la Iglesia real. No se reza por un ente fantasmal y evanescente; concebir así el culto es reducirlo a un palabrerío sin mayor importancia y significación alguna. "Si se deforma la semántica del Culto, se deforma la semántica de la Fe" (Cfr. "Respuesta al Card. Ratzinger". Carlos Disandro, Ed. Hostería Volante, La Plata, 1986). Es claro. ¿Es acaso esta Iglesia Conciliar, con sus festines sacrilegos y su magisterio del engaño y la ilusión, la que se menciona en el canon, por la cual y EN la cual se celebra el "mysterium fidei"?.
Inmediatamente se responde, y como por connaturalidad: Si la cabeza es Karol Wojtyla (Ratzinger) y se lo menciona como "Papa nostro" entonces, sí. Pero en éste caso —en el que se sitúan muchos sacerdotes de la Fraternidad San Pió X y otros— esa no es una misa católica. En efecto, del mismo modo que omitiendo el nombre de un legítimo papa se hace declaración de cisma, así mencionando a este anti-Papa en el canon, se desplaza la significación del rito fuera del espacio de la fe católica, para insumirlo según su propio ser objetivo, en el cisma conciliar. No es una Misa Católica. Es un rito muerto en su finalidad imprecatoria, y una desnaturalización del sacrificio —ya por su desglose de lo real, ya por su vinculación semántica con el cisma.
Porque no existe una Iglesia Católica —"pro Ecclesia tua sancta, catholica"- cuya cabeza sea un hereje público. Una tal Iglesia no es Católica. Por lo mismo debe decirse que no existe sacrificio católico ofrecido en esa Iglesia.
Tampoco existe una Iglesia vinculante de un rito que se desplaza fuera de su seno. La Iglesia Católica nd puede más que ofrecer una "oblatio munda", sacrificio puro, en el más incontaminado habitáculo de la fe, proferida públicamente.
Los obispos y sacerdotes que mencionan a Wojtyla (Ratzinger) en el canon están — como lo estaban los montanistas— en una contradicción que quiebra los límites de la Fe: la misma noción heterodoxa de la "Iglesia imperfecta" se traduce en el rito:
"Oferre vos dicitis Deo pro una ecclesia, quae sit in toto terrarum orbe diffusa". Sin duda no se trata de la Iglesia Católica, porque no es Cuerpo de una cabeza que se obstina en la abolición misma del rito católico de la Misa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En el gran cisma hubo tres papas al mismo tiempo,es decir,hubo un papa verdadero y dos antipapas.En ese tiempo hubo dos santos que seguían a papas distintos,san vicente ferrer y santa catalina de siena.Sin embargo la historia demuestra que justamente San Vicente Ferrer que escribió un tratado para reconocer al verdadero papa,estaba con el errado.¿Es posible que una persona pueda santificarse asistiendo a un culto que esta UNA CUM UN CON UN ANTIPAPA?? ¿es posible que la Iglesia declare santo a quien en toda su vida POR UN LADO DECLARABA ANTIPAPA AL PAPA VERDADERO,POR OTRO IVA A MISA UNA CUM CON DICHO ANTIPAPA Y POR ULTIMO CAIA EN LAS PENAS DE EXCOMUNIÓN QUE EL PAPA LEGITIMO LANZO CONTRA LOS OTROS ANTIPAPAS Y SEGUIDORES DE LOS MISMOS??¿ACASO LA IGLESIA ELEVO A LOS ALTARES A UN CISMATICO?¿Y LA INFABILIDAD PAPAL?
Y si supongamos San Vicente ferrer no hubiera estado errado,los mismos argumentos son validos para SANTA CATALINA DE SIENA.Por lo tanto....¿¿que concluimos??...basta de Fariseismos,si la Iglesia en su tiempo preconciliar tuvo sano juicio no vengamos a hacernos los INQUISIDORES de nuestro tiempo y privar de la misa a los fieles con un argumento propuesto por Guerars des lauries(de no muy feliz memoria entre ustedes ,ni el ,ni su tesis)...dejemos de razgarnos las vestiduras....

EL ANACORETA

Padre Manuel dijo...

@ANACORETA:
Ave María
Cierto que en el gran cisma de Occidente, hubo al principio dos Papas, al mismo tiempo siendo difícil distinguir cual de los dos había sido elegido canónicamente. Esto dio inicio en 1378 después de la muerte de Benedicto XI, y duró por espacio de 40 años. Copiemos lo que dice el Abate Bergier en el Diccionario de Teología de 1857: Pero ninguno de los dos partidos era culpable de desobediencia a la Iglesia, ni a su Jefe; uno y otro deseaba igualmente conocer el verdadero Papa, enteramente dispuestos a tributarle obediencia desde el momento en que fuese ciertamente conocido.
En 1409, el Concilio de Pisa reunido para extinguir el cisma no pudo conseguir su objetivo, en vano se eligió a Alejandro V; pues ya en lugar de dos competidores ahora eran tres. Hasta 1417 cesó el escándalo con el Concilio de Constanza.
Los pretendientes al pontificado fueron vituperables por no haber querido sacrificar su interés particular y el de sus actos al bien general de la Iglesia; sin embargo no se les puede acusar de haber sido unos hombres sin religión, sin costumbres o herejes.
No podemos equipararnos, la situación actual al tiempo del Gran Cisma de Occidente, puesto que en este nunca ninguno de los tres “papas” enseñaron la herejía.
Roncalli, Montini, Luciani, Wojtyla y Ratzinger no han enseñado la Doctrina Católica, y sus enseñanzas son desviadas, son heréticas. El obrar sigue al ser. El Modernismo es la cloaca de todas las herejías…
Un hereje no puede ser Cabeza de la Iglesia, pues se encuentra fuera de la Iglesia.
No podemos rezar la Misa Una cum Hereje.
Leamos la Bula “Cum ex Apostolatus Officium” entre otras muchas.
Que Dios lo bendiga.

Anónimo dijo...

Pero, dos preguntas:

1. A pesar de que las misas de la FSSPX no son lícitas, ¿siguen siendo válidas? Es decir, ¿la consagración es válida?
2. ¿Qué hay de las misas del Padre Pío? ¿Creen que fueron ellas sacrílegas e inválidas?

Yo no estoy a favor de la FSSPX ni de estos herejes antipapas conciliares. Sólo quiero tener claro su postura ya que este post parece indicar que quizás no sean válidas? ¿Qué responden?

Atte.

Padre Manuel dijo...

@Anonimo 23 de octubre
Partiendo de la primicia de que son sacerdotes válidos, celebran una misa valida pero ilicita, cuando menciona a Ratzinger en el Canon. Y esto ya no es una misa Católica.
Que Dios lo bendiga