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martes, 23 de octubre de 2012

LA NUEVA MISA SEÑAL INEQUÍVOCA DE LA APOSTASÍA FINAL.

"EL TIEMPO DE LA SEMENTERA 
DE LA PALABRA EVANGELICA 
ENTRE LOS GENTILES, 
SE HA TERMINADO"
 Por Mons. José F. Urbina Aznar
Mayo 2012

     En el Evangelio de San Lucas, XXII, 20, hay nueve palabras que encontrándose idénticas en todas las versiones de la Biblia, tienen un profundo significado para comprender el significado de la Misa Católica. Dice nuestro Señor: "Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre".
     Es necesario hacer varias reflexiones alrededor de estas palabras esenciales. El Hijo de Dios cancela la Alianza con el pueblo de Israel, inaugura en ese mismo hecho, en esa misma declaración una NUEVA ALIANZA en Su Sangre. ESE CÁLIZ ES la Nueva Alianza, pero añade: "EN MI SANGRE"
     1. Establece la Nueva Alianza en el Sacrifico de la Misa, es decir, en ese Cáliz. 
     2. Pero ese Cáliz para ser válido, para ser verdaderamente la Alianza proclamada por Cristo N. S. en el Cenáculo, DEBE CONTENER VERDADERAMENTE SU SANGRE, condición sin la cual la Nueva Alianza no se da de ninguna manera. El Señor ya les había anunciado a los judíos que se les quitaría lo que tenían para dárselo a otros. Podemos explicar las palabras de Cristo y Su intención de esta manera: Mientras la Misa se celebre y se realice verdaderamente el cambio del vino en mi sangre por las palabras del sacerdote, tendrán ustedes la seguridad de que esa Nueva Alianza o Nuevo Pacto está vigente. Cuiden que esto no cambie, porque en el momento que ese cáliz no contenga mi sangre y sólo sea una conmemoración, esa será la señal de que se ha traicionado mi doctrina y el Pacto se ha cancelado por voluntad humana.
     Y esa será la apostasía anunciada por San Pablo principalmente. Digo principalmente, pues aunque se insinúa en varios lugares, él la anuncia y la llama claramente por su nombre en su segunda Carta a los fieles de Tesalónica. 
     ¿Se pudo hacer toda la reforma litúrgica respetando las pocas palabras de la fórmula sacramental?, indudablemente que sí, pero este odio a la Tradición Apostólica revela claramente la intención final de esa reforma. De todos modos, ¿cómo se pudiera dar un paso atrás si la pandilla vaticana ha echado un nudo sobre otro?, pues también han alterado y nulificado las fórmulas sacramentales para la ordenación de sacerdotes y consagración de obispos. Algunos teólogos han opinado no sin alguna razón que las fórmulas de ordenación de sacerdotes pudieran ser válidas. ¡De acuerdo!, pero sin obispos, no hay sacerdotes. Y es indiscutible que las fórmulas para la consagración de obispos son totalmente nulas. Tal vez por eso los herejes modernistas no se ocuparon tanto de las fórmulas para la ordenación sacerdotal. Son diabólicamente inteligentes. En este caso real y dramático ¿de qué serviría que esos nuevos curas inválidos pronunciaran la fórmula tradicional sobre el pan y el vino?, ¿no quedarían siempre pan y vino, y así ya no hubiera el requisito esencial para la vigencia del Pacto?. Se ve claramente que la intención de los enemigos de la Iglesia fue destruirla desde la base. Arrancarla desde su propia raíz para que no haya posibilidad de retorno. Esta es una de las terribles características de la apostasía. Es irremisible.
     Y así, a la vista de un pueblo perverso, que abandona la lucha por la Fe, encharcado de pecados (La Salette) y ciertamente responsable de su entorno; que no puede ver las realidades sobrenaturales que han desaparecido, se celebra una nueva asamblea en vez del Sacrificio y es sumergido en los rugidos ininteligibles de un micrófono o en los ritos desconocidos de una misa negra. Pues no son capaces de diferenciar una cosa y otra ni la introducción de las peores blasfemias que ya se dan.
     En el principal puerto de la península de Yucatán, el cura de la parroquia organizó para el día de la bendición de los animales, un festival en el parque que colinda con la iglesia al que fue invitado un conjunto de Rock, que tocó varias "rolas" que a gritos blasfemaban de Dios y de Jesucristo. Una de esas "rolas" decía: Maldito sea tu nombre (¡¡¡). No hubo protestas. Ni del cura ni de los dirigentes de las asociaciones que allí estaban. Ni de los fieles. Un periódico de circulación peninsular publicó el reportaje más asombrado que el mismo cura. Días después se le vio a éste, departiendo con sus autoridades religiosas y con visitantes del Vaticano, como si nada hubiera pasado.
     Lo más asombroso de esto, no es el acontecimiento en sí, sino la actitud de los fieles. Los seguidores de Mahoma hacen un escándalo internacional y organizan protestas, solamente porque se queman algunas páginas del Corán, su libro sagrado. En cambio a los cristianos de hoy, se les puede insultar en la forma más baja y grosera a su Dios y no harán absolutamente nada: ¡no te metas!, ¡no es asunto tuyo!, ¡si protestas te puedes meter en un lío!, ¡no sabes qué es todo lo que hay detrás!, ¡es cosa y responsabilidad de los curas!, ¡ellos son los que le darán cuentas a Dios!. 
     Estas son frases que se oyen con demasiada frecuencia en la intimidad de hogares católicos. ¡Cobardes traidores!.. Ellos son, no sólo los curas, los que darán estrictas cuentas a Dios. Todos ellos son los que han podrido el entorno, y a sus familias y a la sociedad. Ellos son los que exudan porquería del alma que sienten tan olorosa. Ellos son los que serán apelmazados en bolas hediondas para el quemadero. Habría que averiguar además, si esas "rolas" blasfemas que escucharon unos cientos de fieles, no son las mismas que acostumbran oír en su terrible afición a la música Rock.
     La lista de estos hechos por todo el mundo, es asombrosamente grande. Da la tónica para auscultar el estado moral y espiritual de los hombres. Se podrían llenar muchos libros con los sucesos más espeluznantes que a nadie interesaría.
     Traigo a colación un acontecimiento del que igualmente nos informa la Prensa del 20 de febrero de este 2012. Dice el titular: "EUCARISTÍA EN LA PLAYA". Se trata del curso introductorio del Seminario Conciliar de Yucatán, para alumnos de nuevo ingreso, que comienza con un "campamento" en alejadas playas, dirigido por sus "formadores". En la primera foto publicada, los participantes del "campamento". En la segunda foto, un aspecto de esa "Eucaristía" en la playa. Una mesita botanera de patas de tijera, no más grande de 50 centímetros y no más alta de 80, es el "altar". El ministro con sus ornamentos alrededor de la mesita botanera como todos los asistentes, iluminados en el centro del círculo con una enorme fogata. Algunos de los asistentes con camisetas sin mangas con todo el pelo axilar a la vista. Otros con pantalones cortos a media pantorrilla.
     La segunda foto dice al pie: "Celebraron la Eucaristía en la playa a la luz de las estrellas y "el canto de la naturaleza". Tuvieron la oportunidad de convivir fraternalmente y alimentar su espíritu de la belleza de lo sencillo".
     Ahora los espíritus se alimentan con la belleza de lo sencillo, y se iluminan con la luz de las estrellas y el canto de la naturaleza. Primera noticia para mí que la luz de las estrellas sean suficientes para iluminar los manuales litúrgicos. Ya no es necesario alimentar el espíritu con los Sacramentos ni iluminarlo con la luz de la Fe.
     Indudablemente aquí se trata de un Naturismo -mitigado, pues no están desnudos sino semi-desnudos-, que se arraiga en el espíritu de estos pobres jóvenes, ya que no es necesario predicar con palabras lo que se practica. Así lo ha enseñado siempre la Iglesia. La acción manifiesta, la miseria o la riqueza espiritual de la persona.
     Se me hace muy interesante conocer cuál es ese "canto de la naturaleza". Rugen los leones, lloran las hienas, zumba el aire, grazna el cuervo o el ganso, ladra el perro, muge el toro o la vaca, pero ahora resulta que la naturaleza "canta". ¿Será posible que los asistentes a ese campamento oyeran ese canto de la naturaleza estando en sus cinco sentidos?.
     A la herejía, y a la apostasía de estos hombres se ha añadido la estupidez. Esta se les sale por todas partes. La nueva misa, por ejemplo, está llena de herejías y de blasfemias, pero también de estupideces. Producto de un amor malsano por lo vulgar, por lo ridículo, por lo feo y por lo inculto.
     Pero esa herejía, y esa blasfemia, y ese desprecio a Dios lo encontramos permeado por la estupidez en muchos otros sucesos en la Iglesia.
     ¿No se han creado asociaciones de monjas revolucionarias que exigen las prácticas lésbicas dentro de sus conventos, como una forma lícita y legítima de la expresión de la sexualidad humana?.
     ¿No se han creado grupos en las órdenes religiosas que practican e instruyen a los fieles la meditación profunda y otras doctrinas y prácticas orientalizantes?.
     ¿No se desarrollan y proliferan los conjuntos de Rock pesado para acompañar la nueva misa y para evangelizar, dicen, a la juventud, de los cuales uno de los más destacados es el grupo de Rock pesado de "Fray Metal"?.
     La Agencia internacional EFE, transmitió el 15 de febrero de este 2012, que en Polonia una empresa se ha dedicado a producir "juguetes" y "artículos eróticos" para "matrimonios que aman a Dios". "Erotismo a la católica" dice el título de la nota. La copropietaria de la empresa, dice que el artículo que más se ha vendido son los "dados fosforescentes" para los matrimonios que desean "jugar en la intimidad" que tienen instrucciones detalladas imposibles de escribir sin faltar gravemente a la moral. Destacan los sostenes con caramelos que hacen de las relaciones algo dulce; libros sobre la "teología del cuerpo" y pastillas para "aumentar la libido del marido"; geles lubricantes, disfraces sugerentes. Látigos, vibradores, objetos de masoquismo, no se incluyen, porque son considerados "inmorales".
     Lo terrible de este asunto es que el fraile franciscano Ksawery Knotz, llamado "el apóstol del Kamasutra" o Fray Kamasutra, se esfuerza desde hace años en enseñar a las parejas el "sexo divino". Imparte sus cursos en el monasterio franciscano de Stalowa Wola al sur de Polonia y ha publicado dos libros, uno de los cuales se intitula: "El sexo divino o la erótica católica". Muy buena literatura para esa "sex shop" tan avanzada.
     Como bien y fácil se puede ver, los hombres no solamente han apostatado de su religión, sino que también han apostatado de su dignidad humana. Se comportan peor que las fieras. Se aterrorizan entre ellos y se esclavizan. Se asesinan con tranquilidad. Legiones de demonios íncubos han poseído el alma de hombres a la caza constante de mujeres ardientes que no le tienen miedo a la justicia de Dios, ni al Diablo, o los han perdido, dispuestas a cambiar su eternidad con una manoseada; que se justifican creyendo que este tiempo difícil ha alejado la gracia divina permitiéndoles así todas las inmoralidades y crímenes, porque son capaces de asesinar a sus hijos no deseados en el matrimonio o concebidos como producto de sus cochinadas que practican en lo que llaman sexo libre.
     ¿Qué puede justificar el dispendio de tantos recursos, y de tanto lujo, y de tanta diversión cuando hay tantos millones de hombres en el mundo que no tienen ni un mendrugo para llevarse a la boca?. La Iglesia había canalizado mucha ayuda para los necesitados. Esto ya es historia pasada. De ninguna manera se justifica su inacción porque los enemigos la despojaron. ¿No era su obligación intentarlo una y otra vez y siempre?. Ahora los curas son millonarios y los fieles adorando al becerro de oro custodian sus caudales en los bancos y los soban y los acarician todo el día administrándolos con parsimonia y templanza, de las que hay que repetir lo que decía San Gregorio Magno.
     Dice en su obra LOS MORALES (Lib. XXIII, Cap. 11, 19): "Muchos vicios parecen virtudes: la prodigalidad -o sea el gasto excesivo-, quiere aparecer por misericordia; la avaricia, por parsimonia o templanza en el guardar y la crueldad por justicia; el ansia de la vanagloria que no puede sostenerse dentro en el silencio, aparece como celo de caridad para cumplir los deberes o perfeccionarse en el apostolado".
     Los hombres de nuestros días, vagan sin rumbo, en la oscuridad; aprovechan todos los beneficios materiales de la modernidad y de la ciencia. Gozan y gozan sin parar y sufren cuando no obtienen lo deseado. Se casan las parejas para formar una empresa comercial, no una sociedad conyugal, como camino al bienestar y a la abundancia, a las relaciones, al marco social y al figurado y ese no logrado anhelo, ese secreto y profundo deseo vehemente de ser, de tener mas y mejor, que siempre se aleja, los hace sufrir intensamente. Sacrifican la formación y educación familiar de los hijos, entregándolos en otras manos que los deforman, porque todo lo que les quieren ofrecer es prosperidad en el mundo y los horroriza no poder llenarles la boca con todos los satisfactores de los que depende, creen, su futuro.
     Tienen la mente tan oscurecida, que la Religión que ha ido cediendo espacio poco a poco insensiblemente, dejando tenebrosos agujeros negros, es llenada con la superstición, con las "mancias" o lectura de cartas, o con el candomble, la santería, el vudü, la macumba, con la yaruba e incluso con el Satanismo abierto y descarado. Con la magia o la hechicería, la fe en los abalorios, las piedras especiales o imantadas, y las fuerzas e influencia de los astros y del Universo. Todo está regresando aceleradamente al Paganismo. Esto no es magia, no es instantáneo, pero desde que el Sacrificio fue desterrado, fue eliminado, todo tiende a la bestialización de la humanidad. Incluso la "cultura" social y familiar se ha descristianizado, se ha paganizado maquillada de muchas maneras. La ciencia y la técnica, se alimentan de un paradigma pagano y ateo. Incluso quienes creen conservar la creencia cristiana, obran como paganos y no tardarán esas obras en influir en el espíritu. Este es el pecado de muerte. Es la apostasía. Es el camino seguro al exterminio.

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