A Tí madre del alma Virgen morena
Más pura que los pétalos de la azucena
Que tienes por doceles las blancas nubes
Y por peaña las alas de los querubes,
Y por peaña las alas de los querubes,
Por túnica, celajes de oro y grana.
De esos que ostenta el cielo por la mañana!
De esos que ostenta el cielo por la mañana!
La noche más obscura por cabellera
Y como manto un cielo de primavera;
Y como manto un cielo de primavera;
La luna como alfombra bajo tu planta
¡Y tiene el sol por sombra, tu imagen santa!
¡Y tiene el sol por sombra, tu imagen santa!
A Ti dulce paloma de ojos velados
Por párpados brillantes y nacarados.
Cuya voz argentina y arrulladora
Anunció de mi Patria la clara aurora;
A Tí, la flor más pura de nuestro suelo
La estrella más brillante de nuestro cielo.
El ensueño más grato de nuestro sueño.
De nuestro amor de niñas, único dueño.
A Tí, de nuestra patria la Princesita,
La Reina coronada, la Reina Indita,
Que hacia nosotros tienes tus ojos fijos,
Y eres morena por llamarnos hijos:
Ante quien inclinaron humildemente
Los héroes de mi Patria, su altiva frente,
Porque Tú la ceñiste laurel de gloria,
Porque Tú eras la enseña de su victoria!
A Ti, Virgen Indita, hoy te ofrecemos.
En prueba de lo mucho que te queremos.
Este examen humilde...! Sol de la ciencia,
Con tus rayos alúmbranos la inteligencia!
Mons. Vicente M. Camacho
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