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miércoles, 5 de septiembre de 2012

EL TIEMPO DE LA SEMENTERA DE LA PALABRA EVANGELICA ENTRE LOS GENTILES, SE HA TERMINADO

 "EL TIEMPO DE LA SEMENTERA 
DE LA PALABRA EVANGELICA 
ENTRE LOS GENTILES, 
SE HA TERMINADO"
Por Mons. José F. Urbina Aznar
Mayo 2012

     Creo que hubiese estado incompleto lo que he dicho en mis dos anteriores folletos "EL ANTICRISTO" y "LA APOSTASlA", si no me abocara a tratar los temas que sólo fueron insinuados o mencionados someramente, que imponen, sin embargo, mayor explicación.
     El Cardenal Villot, probablemente el más ilustre comentarista de principios del siglo XX, comentando la profecía del retorno de Israel a la Tierra Prometida, como una señal de la inminencia del Juicio Final, dice: "San Pablo anuncia su futura conversión -del pueblo judío-, la cual fue considerada por toda la tradición como una de las más características señales del fin del mundo. Pero...¿podría ser posible que el pueblo judío, en cuanto tal pueblo, se convierta en su totalidad, pues está desparramado por todo el mundo?... ¿Es que existe en nuestros días, un suceso significativo, que indique la proximidad del cumplimiento de la profecía de San Pablo?. Pienso en las señales que anuncian el restablecimiento del Estado de Israel. Pues seguro que una conversión en masa del pueblo judío no sería posible, mientras estuviera esparcido por entre todas las naciones. Si ellos, al final, deben convertirse a Cristo, aglutinados en un pueblo entonces deben hallarse reunidos en un Estado como tal pueblo".
El Cardenal Villot, ya veía que el cumplimiento de la profecía se acercaba, pero, él, no podía penetrar el misterio del cumplimiento de la profecía antes de ese cumplimiento. Nadie puede hacerlo. A veces ni a pocos días nadie puede verlo. Y no es raro que durante ese mismo cumplimiento, tampoco se haya visto, sino hasta pasado un tiempo .
     Veía "señales", sin embargo. Conocía el Movimiento Sionista fundado por Theodor Herzl en 1895 y la Declaración Balfour de 1917 en la que se declara que el Gobierno de su Majestad era favorable al restablecimiento en Palestina de una Nación judía para lo cual emplearían todas sus fuerzas.
     Si el Cardenal y los analistas de aquel tiempo tenían razón, en ver aquellos indicios como los principios del cumplimiento de la profecía, traía esto al mismo tiempo un lado tenebroso y sombrío, sórdido y terrible. La sementera o siembra de la palabra evangélica entre las naciones, había llegado a su fin; se comenzaba a delinear la figura del Anticristo en el horizonte; el destierro del Sacrificio perpetuo; la Apostasía y todos los acontecimientos que les son inherentes ante los ojos de una humanidad ciega, sin rumbo, indiferente, viajadora y gozadora -hedonista-, adoradora del dios dinero, profundamente corrompida en su moral y religión, y esforzadamente corruptora de su entorno.
     El retorno de Israel a la Tierra Prometida, está anunciado desde Moisés para los últimos tiempos. Moisés no podía saber al decir tal cosa que los judíos estarían fuera de su tierra casi 2000 años y que regresarían como una señal del fin de la historia humana. Y una vez en su tierra, su capital sería Jesusalén .
     Sin embargo, ese retorno de los judíos a la Tierra Prometida y a su capital Jerusalén, para nosotros, hombres que han visto el comienzo del siglo XXI, nos trae una relación de acontecimientos místicos e históricos de innegable influencia: 
     1. En 1948, una unidad política de todas las tribus descendientes de Jacob, proclaman el Estado constituido. 
    2. En 1958, el Trono de Pedro es capturado por la primera cabeza anticrística. 
    3. En 1963, en el Vaticano, la Tiara, símbolo de la autoridad del Vicario de Cristo, es ofrecida a Satanás. 
  4. En 1965, termina el Concilio Vaticano II, que introduce la herejía que las reúne a todas, condenada por San Pío X. 
   5. En 1967, Jerusalén, después de la guerra de los seis días, vuelve a ser la capital de Israel. 
   6. En 1969 es desterrado de los altares del mundo el Sacrificio perpetuo. 
     7. En 2011 es concretada la Apostasía.

LAS PROFECIAS DEL RETORNO DE ISRAEL A LA TIERRA PROMETIDA, SEÑAL DE LA PROXIMA PARUSIA.
 
     EN EL DEUTERONOMIO, leemos (Cap. IV, v. 29, 30 y 31): "Desde allí buscarás a Yahvéh tu Dios; y le encontrarás si le buscas con todo tu corazón y toda tu alma. Cuando estés angustiado y te alcancen todas estas palabras, al fin de los tiempos, te volverás a Yahvéh tu Dios y escucharás su voz; porque Yahvéh tu Dios es tu Dios misericordioso: no te abandonará ni te destruirá, y no se olvidará de la alianz con juramento concluyó con tus padres".
     En el Cap. XXX, v. 1, leemos: "Cuando te sucedan todas estas cosas, la bendición y la maldición que te he propuesto, si las meditas en tu corazón en medio de las naciones donde Yahvéh te haya arrojado, si vuelves a Yahvéh tu Dios, si escuchas su voz en todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y toda tu alma, entonces Yahvéh tu Dios cambiará tu suerte, tendrá piedad de ti, y te reunirá de nuevo de en medio de todos los pueblos donde Yahvéh tu Dios te haya dispersado. Aunque tus desterrados estuvieren en el extremo de los cielos, de allí mismo te recogerá Yahvéh tu Dios y vendrá a buscarte; te llevará otra vez a la tierra poseída por tus padres para que también tú la poseas".
     ISAIAS Cap. XLIII, v. 5 y sigs. "Desde el Oriente haré volver tu raza, y desde poniente te reuniré. Diré al Norte: "Dámelos"; y al Sur: "No los retengas". Traeré a mis hijos de lejos, y a mis hijas de los confines de la Tierra; y a todos los que se llamen por mi nombre, a los que para mi gloria creé, plasmé e hice".
   JEREMIAS, Cap. XXXI, v. 4 "Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel", v. 7 "Ha salvado Yahvéh a su pueblo, mirad que yo los traigo del país del Norte, y los recojo de los confines de la Tierra" v. 9 "Con lloro partieron y con consuelos los devuelvo" v. 10 "El que dispersó a Israel le reunirá y le guardará cual un pastor su hato" v. 17 "volverán los hijos a su territorio".
   EZEQUIEL, Cap. XI, v. 16 "Sí, yo los he alejado entre las naciones, los he dispersado y alejado por los países... Yo os recogeré de en medio de los pueblos, os congregaré de los países en los que habéis sido dispersados, y os daré la tierra de Israel... yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que caminen según mis preceptos".
     AMOS, Cap. IX, v. 9 y sigs. "Sólo que no exterminaré del todo a la casa de Jacob -oráculo de Yahvéh-. Pues he aquí que yo doy orden, y zarandearé a la casa de Israel entre todas las naciones, como se zarandea en la criba sin que ni una piedrecita caiga a tierra. A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, esos que dicen: ¡No llegará, no nos alcanzará la desgracia!. El día aquel yo levantaré la cabaña de David ruinosa, repararé sus brechas y restauraré sus ruinas; la reconstruiré como en los días de antaño, para que hereden lo que queda de Edom y de todas las naciones sobre las que se ha invocado mi nombre... Entonces haré volver a los deportados de mi pueblo Israel; reconstruirán las ciudades devastadas, y habitarán en ellas... Yo los plantaré en el suelo y no serán arrancados nunca más del suelo que yo les di".
     MIQUEAS, Cap. II, v. 12 "Voy a reunir a Jacob todo entero, voy a recoger al Resto de Israel , los agruparé como ovejas en el aprisco, como rebaño en medio del pastizal".
     El Profeta ZACARIAS, anuncia no solamente el regreso de Israel al final de los tiempos a la Tierra Prometida teniendo a Jerusalén por capital, sino su conversión a Cristo. En el Cap. VIII, v. 7 y 8 dice: "Así dice Yahvéh Sebaot: He aquí que yo salvo a mi pueblo del país del oriente y del país donde se pone el sol; los voy a traer para que moren en medio de Jerusalén. Y serán mi pueblo y yo seré su Dios con fidelidad y con justicia". Y en el Cap. XII, v. 10 anuncia: "Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración. Y mirarán a aquel a quien traspasaron; harán lamentación por él como lamentación por el hijo único y le llorarán amargamente como se llora amargamente a un primogénito. Aquel día habrá gran lamentación en Jerusalén".

EN LOS EVANGELIOS, EN LAS EPISTOLAS 
Y EN EL APOCALIPSIS SE ANUNCIA 
LA CONVERSION DE ISRAEL

     En el Evangelio de San Lucas, Cap. XXI, v. 20 y sigs., nuestro Señor Jesucristo dice: "Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed, entonces, que se acerca su desolación. Entonces, los que están en Judea, huyan a los montes, y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son días de castigo, y se cumplirá todo cuanto está escrito. ¡Ay de las que estén encintas y criando en aquellos días!. Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre esta tierra, y Cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles".
     En la EPISTOLA A LOS ROMANOS San Pablo les dice (XI, 25): "Pues no quiero que ignoréis, hermanos, este misterio: el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel, durará hasta que entre la totalidad de los gentiles".
     San Pablo cuando habla de la "totalidad" de los gentiles, de ninguna manera se refiere a una cantidad numéricamente hablando, sino a la totalidad de los elegidos, porque por propia voluntad, serán muchos los condenados.
     Igualmente, en el APOCALIPSIS, se anuncia no solamente el regreso de Israel, sino su conversión a Cristo en los últimos días del mundo. Cap. I, v., 7: "Mirad que viene acompañado de nubes; todo ojo le verá, hasta los que le traspasaron, y por él harán duelo todas las razas de la Tierra. Sí. Amén".

LAS CLARAS SEÑALES DEL REGRESO DE ISRAEL, SEÑAL INEQUIVOCA DE QUE LA SEMENTERA DE LA PALABRA HA TERMINADO.

     San Pablo en su Epístola a los Romanos es muy claro cuando les dice que por la incredulidad de los judíos fueron castigados y desgajados de su propio olivo, y así, los gentiles, olivos silvestres, fueron injertados en su lugar. Pero amenaza. San Pablo claramente amenaza a los pueblos gentiles que hayan despreciado esta gracia. El lo llama un "misterio" de la Providencia de Dios. Porque si Dios no perdonó la incredulidad judía, tampoco lo hará con la apostasía de los gentiles que es más grave. En la mencionada Epístola dice: "Que si algunas ramas fueron desgajadas, mientras tú -olivo silvestre- fuiste injertado en su lugar, hecho partícipe con ellas de la raíz y de la savia del olivo, no te engrías contra las ramas. Y si te engríes, sábete que no eres tú quien sostiene la raíz, sino la raíz quien te sostiene. Pero dirás: Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado. ¡Muy bien!. Por su incredulidad fueron desgajadas, mientras tú, por la fe te mantienes. ¡No te engrías!; más bien teme. Que si Dios no perdonó a las ramas naturales, no sea que tampoco a ti te perdone. Así, pues, considera la bondad y la severidad de Dios: severidad con los que cayeron, bondad contigo, si es que te mantienes en la bondad; que si no, también tu serás desgajado. En cuanto a ellos, si no se obstinan en la incredulidad, serán injertados; que poderoso es Dios para injertarlos de nuevo"
     Es evidente, porque lo tenemos ante les ojos, que el pueblo judío ha regresado a la Tierra Prometida y su capital es Jerusalén. Pero por el otro lado, son patentes tambien todas las señales de la apostasía de los pueblos gentiles. Por eso no es aventurado decir, que la mies ya está madura para la siega del día del Juicio de las naciones.

¿DIOS QUIERE QUE EXISTAN 
LAS OTRAS RELIGIONES?.

     Es un invento diabólico de la pandilla vaticana decir que si en el mundo existen otras religiones, es porque Dios quiere que existan, y que todas ellas, son también caminos diversos para la salvación. Eso dijeron primero, pero luego se han negado a evangelizarlas. Desde las doctrinas predicadas por el Concilio Vaticano II sobre el Ecumenismo y la Libertad Religiosa, las conversiones y la evangelización, cayeron en picada, y muy al contrario, la Iglesia comenzo a perder terreno aceleradamente. El Vaticano actual, predica la unidad entre las religiones, la fraternidad, la paz, y esto no tiene otro nombre que APOSTASIA y traición a todo lo que Jesucristo preceptuó. Dios mismo se encarnó. La segunda Persona de la santísima Trinidad se hizo hombre, vivió en el mundo, entre los hombres, y participó de nuestras miserias, menos del pecado. Fundó su Iglesia para perpetuar Su misión salvadora a fin de que todos los hombres entraran al mismo redil. Si las otras religiones del mundo no se convirtieron, no fue más que por la traición de los hombres. Si las naciones ya convertidas apostataron, no fue más que por la traición de los hombres. El Evangelio fue predicado en todo el mundo, pero muchas naciones rechazaron la Fe lo mismo que una inmensa mayoría de indiviuos que arrastraron al mundo a la apostasía. Muchas naciones e individuos una vez recibida la Fe y practicada, la abandonaron. Pasó el tiempo de la gracia, el tiempo de la sementera. Terminó el tiempo de los gentiles por lo cual la mies ya esta madura para el Juicio, así como los judíos no fueron perdonados por su incredulidad, tampoco los gentiles dejarán de ser castigados con máximo rigor. Porque "el que no creyere, se condenará" (Mc. XVI, 16).

 "SI CON EL ARBOL VERDE HAN HECHO ESTO...".

     Hace algunos años, escribí que me parecía muy inapropiado interpretar las palabras que Cristo N. S. dirige a las mujeres de Jerusalén como una amenaza a los judíos, cuando cargando la Cruz en la que sería crucificado, ellas lloraban al verlo pasar.
     En el Evangelio de San Lucas, Cap. XXIII, v. 27, leemos: "Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas, dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mi; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!. Y se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros!, y a las colinas: ¡Cubridnos!. Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?".
     Dije en aquella ocasión lo que ahora sostengo: Que Cristo Nuestro Dios estaba viendo en aquellas mujeres una representación de todas las mujeres especialmente de las de los últimos tiempos en los que se crean "dichosas" las estériles voluntarias, las que no engendraron, las que no amamantaron, las que abortaron. Esta es una terrible amenaza del Hijo de Dios contra una humanidad estéril.
     Las palabras de Cristo N. S., remiten indiscutiblemente a tiempos escatológicos. ¿Por qué incerta en Su discurso: ¿"Y se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros!, y a las colinas: ¡cubridnos!"?. Es la misma expresión que San Juan en el Apocalipsis utiliza en el capítulo sexto (v. 12 y sigs.) al abrirse el sexto sello y producise un gran terremoto "y el sol (¿la Iglesia?) se oscurece y se pone negro (???) como un paño de crim, y la luna toda como en sangre, y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra (¿los grandes de la Iglesia caen al lodo y pierden la Fe?), como la higuera suelta sus higos aún verdes al ser sacudida por un viento fuerte; el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, y todos los montes y las islas fueron removidos de sus asientos; (¿la Doctrina guardó silencio; las fuentes de la gracia se secaron; el tiempo de la sementera de la Palabra terminó por la Apostasía de los hombres?); los reyes de la Tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres, se ocultaron en las cuevas y en las peñas de los montes. Y dicen a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros y ocultadnos de la vista del que está sentado en el trono y de la cólera del cordero. Porque ha llegado el gran día de la cólera, y ¿quién podrá sostenerse?".
Cuando el Señor, pronuncia la última profecía camino del matadero, momento dramático y grave, anuncia la esterilidad de las mujeres. Su tono no es condenatorio. Sólo predice. Pero intercala un texto que nos transporta al fin de la historia humana. Una de las características del fin de los tiempos es indiscutible la esterilidad de las mujeres "liberadas", pero uno se pregunta con toda razón, ¿si esa esterilidad que El compara con un palo seco, no es solamente la procurada esterilidad física que anuncia, sino la esterilidad espiritual de una humanidad incapaz por su apostasía de producir almas vivas, que conocen a Dios, que le rinden culto y que produce almas para la Patria celestial?.
     Su amenaza es clara. Si los hombres lo han despedazado, como esas mujeres están viendo, siendo el árbol verde, lleno de vida y de savia, capaz de dar la vida, ¿qué hará El con el árbol seco, con el palo seco y estéril en el momento del Juicio?.
     ¿No son los hombres extremadamente estúpidos como dice San Pablo en su segunda Epístola de Corintios (10, 12) al quererse rebelar contra Dios, desechar Sus leyes e imponer lo que les dá la regalada gana?.

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