SEGUNDA SESIÓN SOLEMNE.
El Domingo 4 de Junio de 1899, a las nueve y media de la mañana, se reunieron en el Aula Conciliar los Rmos Padres, con los Consultores, notarios y demás, bajo la presidencia de honor del Eminentísino y Rmo Señor Cardenal D. Serafín Cretoni, nombrado al efecto por Su Santidad el Papa León XIII. Celebró la Misa de Espíritu Santo el Sr. Arzobispo de Bogotá. Después de la Misa, el Sr. Arzobispo de Linares, nuevo Presidente, se acercó al altar, revestido de capa pluvial encarnada; los demás Obispos portaban capas pluviales blancas: todos ciñeron la mitra. Cantados los salmos y las preces prescritas en el Ceremonial, y habiéndose pronunciado el Extra omnes, el Promotor instó para que se publicaran los decretos aprobados en las precedentes congregaciones generales, y habiéndose pasado lista, respondiendo cada Obispo Adsum al pronunciarse su nombre, se leyeron desde el púlpito, por varios Obispos sucesivamente (para evitar la excesiva fatiga a un solo lector) los decretos preparados y aprobados en las sesiones anteriores, a saber: el decreto de consagración del Concilio al S. Corazón de Jesús y a la Virgen Inmaculada, y los decretos del titulo primero de Fide et Ecclesia Catholica. Los decretos del titulo II, ya preparados, se dejaron para la próxima Sesión solemne. Verificada la votación, quedaron solemnemente aprobados por unanimidad todos los decretos que se habían leido. Los Promotores hicieron instancia para que se levantara el acta. Se señaló el próximo jueves para la tercera Sesión solemne. Por último, cumplidas todas las formalidades, el Emo Sr. Cardenal Presidente de honor dió desde el trono la bendición solemne.
El lunes 5 de Junio de 1899, a las nueve de la mañana, se reunieron en el Aula Conciliar los Rmos Padres, con los Consultores y notarios, bajo la presidencia, por delegación Apostólica para este día, del Sr. Arzobispo de Linares. El Sr. Arzobispo de Santiago de Chile, dió cuenta de la comisión de Obispos, que fue ayer a llevar al Sumo Pontífice la Carta del Concilio, y leyó la nota en que manifestaron a Su Santidad, que el primer cuidado de este Concilio ha sido declarar al Supremo Pastor de la Iglesia la adhesión y obediencia de todos y cada uno de los Padres a la Cátedra de Pedro; por lo cual todos los miembros del augusto Senado pedían la Bendición Apostólica para la marcha ordenada de los trabajos Conciliares. El Sumo Pontífice manifestó Su alta satisfacción, por estos sentimientos de adhesión, que ya de antemano le eran conocidos, y sobre todo por la perfecta unión y concordia de todos los Padres; y las grandes esperanzas que, para bien de la Iglesia en toda la América Latina, cifraba en este Concilio. Dijeron al mismo Sumo Pontífice, que todos sentían infinito que el Rmo P. Llevaneras, que iba a ser próximamente elevado al Cardenalato, tuviera por esto que retirarse, y le pedían, por tanto, que no los privara de su presencia en el Concilio. El Sumo Pontífice contestó que de un modo ú otro los complacerla. En seguida se trató de las comisiones particulares, para visitar a los Padres enfermos, para los negocios del Colegio Pio-Latino-Americano etc. Por ultimo, se pusieron a discusión los capítulos 30, 40, 50 y 6o del título II, De Fidei impedimentis et periculis, que, una vez aceptadas ciertas modificaciones, quedaron aprobados.
SÉPTIMA CONGREGACIÓN GENERAL.
El martes 6 de Junio de 1899, a las nueve de la mañana, se reunieron en el Aula Conciliar los Rmos Padres, con los Consultores y notarios, bajo la presidencia del Sr. Arzobispo de Linares, Delegado Apostólico para este día. Se discutió el capítulo 70 del título II, y en prolongado debate se trató de los peligros y daños de la secta Masónica. Para que los remedios produzcan resultados más eficaces, resolvieron los Padres que, con toda claridad, se asienten las normas prescritas por la Santa Sede, de modo que puedan evitarse tanto la negligencia como el celo excesivo.
OCTAVA CONGREGACIÓN GENERAL.
El miércoles 7 de Junio de 1899, a las nueve de la mañana, se reunieron en el Aula Conciliar los Rmos Padres, con los Consultores y notarios, bajo la presidencia, por delegación Apostólica, del Sr. Arzobispo de Linares. Resolvieron los Padres, que los artículos del capitulo VII, fueran, por decirlo así, el compendio de las instrucciones y declaraciones de la S. Sede acerca de la secta Masónica, y admitieron el articulo adicional con la cita de los decretos de la misma S. Sede, en virtud de los cuales se podrá fácilmente evitar, así la debilidad como el celo excesivo, y será eficaz y seguro el modo de proceder contra las asechanzas de los Masones. Determinaron igualmente los Padres, que se haga expresa mención de los documentos de la S. Sede, que condenan el error de los que pretenden que la índole de la secta Masónica es en América mejor o más suave que en Europa. Quedó en seguida aprobado todo et capítulo 70 con las adiciones aceptadas. Se trató luego de los capítulos 20, y 30 del título III De Personis Ecclesiasticis, que con algunas adiciones, modificaciones y citas de decretos recientísimos, quedaron aprobados.
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