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jueves, 26 de abril de 2012

PLEGARIA.


Corazón de Jesús, volcán hirviente 
De abrazador e inextinguible fuego! 
¡divino manantial cuya corriente 
Da vida al mundo en abundante riego. ..

Como el ciervo sediento va a la fuente. 
Para apagar su sed. a Ti me llego 
Transido de dolor. Oye elemente 
Las tristes quejas de mi humilde ruego:

Perdóname, peque, mi pecho implora 
piedad y compasión. Por siempre olvida 
Los crímenes pasados de mi vida... 
Mas ¡ay! si quieres castigarme ahora. 
¡Enciérrame en la cárcel de tu herida 
Y quémame en tu llama abrasadora!!

Mons. Vicente M. Camacho

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