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viernes, 30 de noviembre de 2012

LA PROFECIA DEL PAPA SAN PIO X.

              "EL TIEMPO DE LA SEMENTERA 
DE LA PALABRA EVANGELICA
 ENTRE LOS GENTILES, 
SE HA TERMINADO"
 Mons. José F. Urbina A.
Mayo 2012

     En el año de 1884, se publicó por primera vez un libro de Mons. George F. Dillon, Doctor en Teología y Misionero Apostólico en Sidney, intitulado LA GUERRA DEL ANTICRISTO CON LA IGLESIA Y LA CIVILIZACION CRISTIANA, y en 1977, vio la luz la primera edición castellana publicada en Argentina de la que transcribimos lo siguiente: "He dicho que los gobernantes de Francia eran todos iluminati. Es decir, francmasones del tipo más recalcitrante, cuyo objetivo era la destrucción de todas las religiones existentes y de todas las formas de gobierno secular con el objetivo de fundar una república socialista atea, que se extendiera a través del mundo y abrazara a toda la humanidad. La Francmasonería da la bienvenida, como hemos visto, a los mahometanos, a los indues, a los chinos y a los budistas, lo mismo que a los cristianos y a los judíos. Sus designios son conquistarlos a todos, como un medio de ponerlos a todos en el mismo nivel del ateismo... "
     No hay que perder de vista, sin embargo, que el movimiento masónico es enteramente judaico. Son los que quieren dominar al mundo enteramente para hacer de los hombres sus esclavos, de donde surgió la idea equivocadísima de que el Anticristo sería el lider de ese próximo gobierno mundial.
     A esta iniciativa masónica de reunir a todas las religiones en un solo cuerpo, el Concilio Vaticano II lo llama "Ecumenismo" y se mueve exactamente en la misma dirección que la planeada hace muchos años por la Masonería. La última manifestación de esto fue cuando Benedicto XVI se reunió en Asís, con 300 líderes de distintas religiones, incluso ateos, y los llevó al Vaticano para que en la Sala Clementina del Palacio Apostólico pronunciaran los discursos que sus diversas espiritualidades les dictaran sin que hayan provocado ninguna alarma entre el pueblo y jerarquía católica. Es que por un lado, el pueblo ya está demasiado depravado para darse cuenta de lo que está pasando, o ya está demasiado indiferente; y por el otro, toda la jerarquía ha sino capturada por los que San Pío X llamaba "los modernistas" de los cuales decía que la Iglesia no había tenido nunca enemigos peores: "Son seguramente enemigos de la Iglesia, y no se aparta de lo verdadero quien dijere que esta no los ha tenido peores. Porque, en efecto, ellos traman la ruina de la Iglesia, no desde fuera, SINO DESDE DENTRO" (Encíclica PASCENDI DOMINICI GREGIS, Núm. 2).
     Cuando San Pío X se refiere a la depravación espiritual de los modernistas dice que esto parece "quitar toda esperanza de remedio", ¿no está anunciando algo oscuro, sórdido, maligno para la Iglesia que ya prefigura la imágen del Anticristo?. La santa Madre había sido muy clara en La Salette.
     El Apocalipsis dice que los tibiecitos huelen a vomitada. ¡Pero estos son peores!. No se han entibiado sino que son esos árboles de frutos pestilentes cuya raiz se alimenta en cavernas que huelen a porquería y a demonio. Son los aliados de esos hombres inicuos que quieren dominar al mundo, pero que forman un mismo chicloso y espantoso cuerpo anticrístico que rebusca con furia lo que queda de cristianismo para prostituirlo pero revestidos de la gloria y el esplendor de la Iglesia que han matado, pero que aún ahora les sirve de careta. "Se presentan como restauradores de la Iglesia", dice San Pío X. El error de estos hombres, reúne a todas las herejías que han existido en la historia. Es la herejía del Anticristo que las reúne a todas. La herejía del fin del mundo cuyos huevecillos ya se habían puesto dentro de la Iglesia y comenzaban a brotar. En La Salette se había avisado. Se había advertido desde 1846, pero no comenzaba la infiltración. Estaba ya muy avanzada. Era la batalla final que la Iglesia y el orden cristiano perderían, lo mismo que sucedió cuando los enemigos cantaron su triunfo al poner en una tumba al Hijo de Dios. La historia se repite, pero esta vez es definitivo.
     En el número 44 de la Encíclica, San Pío X nos dice cómo los enemigos de la Iglesia se han infiltrado: "¿Qué no maquinan a trueque de aumentar el número de sus secuaces?. En los seminarios y en las universidades andan a la caza de las cátedras que convierten poco a poco en cátedras de pestilencia. Aunque sea veladamente, inculcan sus doctrinas predicándolas en los pülpitos de las iglesias; con mayor claridad las publican en sus reuniones y las introducen y realizan en las instituciones sociales". Llora el papa la pérdida de innumerables jóvenes pervertidos por estos mentecatos que se han adueñado incluso del episcopado y de todos los puesto de dirección de la Iglesia.
     A estas alturas, en la que el mismo Trono de San Pedro ha sido capturado, podemos descubrir aunque sea superficialmente su modo de operar, con los siguientes datos que han de comprender todos aquellos que no se estén chupando el dedo:
     1ro. En el libro de Mons. Dillon, cuya primera edición española argentina se intitula EL GRAN ORIENTE DE LA MASONERIA SIN MASCARA, se reproducen varias cartas entre altos jefes de la secta, capturadas por la policía italiana y entregadas a la Iglesia cuando todavía tenía el poder civil que perdería por la revolución del masón José Garibaldi que con el pretexto de la "unidad" de Italia arranca a la Iglesia los Estados Pontificios. De la carta de Piccolo Tigre a Nubius, -ellos usaban seudónimos al ingresar a la secta como lo hacen las sectas de inspiración masónica-, se dan los lineamientos que debe seguir la secta para adueñarse del mundo y para destruir a la Iglesia, su gran enemiga. Voy a copiar un párrafo de esta carta que será de utilidad para nuestro propósito: "Nunca cesemos, entonces, de corromper. Tertuliano tenía razón al decir que la sangre de los mártires, es la semilla del Cristianismo. No hagamos mártires, entonces, sino que popularicemos el vicio entre las multitudes. Hagamos que lo absorban por sus cinco sentidos; que lo beban; que se saturen de él; que la tierra sembrada por Arequino siempre está dispuesta a recibir enseñanzas pecaminosas. Haced corazones viciosos y no tendréis más católicos... Yo no deseo, ni lo deseáis vos tampoco, mi amigo Nubius, dedicar mi vida a las conspiraciones y así ser arrastrado a los viejos hábitos. Corrupción en masa es lo que nosotros nos hemos propuesto: la corrupción del pueblo por el clero, y la corrupción del clero por nosotros; la corrupción que un día nos capacitará para poner a la Iglesia en una tumba. He oído recientemente a uno de nuestros amigos reirse filosóficamente de nuestros proyectos y decirnos: para destruir al catolicismo es necesario comenzar por suprimir a las mujeres. Estas palabras son ciertas en un sentido; pero, desde que nosotros no podemos suprimir a la mujer, corrompámosla con la Iglesia, corruptio optimi pessima".
     No es ignorado por nadie que haya leído estas lineas, que la corrupción de la sociedad es integral. Ha llegado a unos abismos increíbles. Ha tocado áreas impensadas. Todo está desviado por lo menos. Todo está deformado o depravado. Pocos podrán más o menos valorar el tamaño y la profundidad de lo que tenemos hoy y el dramático alejamiento de la cultura cristiana que hoy incluso se combate desde la Sede romana como si el Fundador de la Iglesia avalara la existencia de todas las religiones y todas las culturas. ¿En la Patria celestial hay muchas religiones, hay muchos pensamientos, hay muchas culturas?. La atomización de los hombres hoy se pugna desde aquel faro de luz y de unidad que fue la Iglesia Romana, hoy en manos del Anticristo que se disfraza de ángel luminoso y de todos sus agentes que huelen a vomitada, que se ayudan unos a otros para ascender y así capturar todos los puestos de mando de la Iglesia. Y el pueblo no lo nota, pues ha sido depravado. Si yo soy un apestoso y se sienta junto a mí otro apestoso, no lo he de notar.
     No he de hacer un análisis que no se necesita ante la evidencia, pero debo establecer una innegable liga entre las aspiraciones masónicas y de quienes por ellas fueron inspirados, con las aspiraciones de los modernistas, que se vuelven una sola cosa que ya a estas alturas, y con el beneplácito de jefes y pueblo, continúan por caminos expeditos la animalización de los hombres.

     2do. Los herejes modernistas-progresistas, le llaman a la destrucción del culto y la cultura cristiana que lo incluye, "INCULTURACION", que es un término poco conocido por el pueblo ignorante, pero no por esto menos actuante, al que tienen como uno de los logros más brillantes del Concilio Vaticano II. Es un término que impone el abandono de aquella uniformidad, cuando se trata de la Liturgia, con que ésta se desarrollaba, para dar cabida a las prácticas y costumbres de todos los pueblos. Por eso, por ejemplo, fueron introducidos en la "misa", o asamblea, o eucaristía que celebró Juan Pablo II en la Basílica de Guadalupe, el rito de aquellas mujeres indígenas que se acercaron a él para hacerle una "limpia" con hierbas especiales con las que le sobaron y le golpetearon todo el cuerpo; y los humos del copal dirigido a los cuatro puntas cardinales para que así fueran expulsados de él y del ambiente los malos espíritus. Esta es una ceremonia que se ha repetido en diversas ocasiones ante la presencia de un pueblo estupidizado e ignorante.
     La "inculturación" destruye completamente la parejura con que la Iglesia le daba culto a Dios. El Profeta Malaquías (I, 11) predice un solo Sacrificio, no dos ni tres ni cuatro, sino UNO, y por eso, la Iglesia de Dios cuidaba con esmero que aquel Sacrificio profetizado, no solamente fuera el mismo donde se celebrara, en esencia, sino que también lo fuera en apariencia: el mismo idioma, las mismas actitudes o rúbricas, el mismo altar. Hasta el tiempo de Pío XII se comenzaba una Misa cada tres minutos en todo el mundo. Maravilloso cumplimiento de la profecía porque nunca, en ningún momento se dejaban de celebrar varias misas al mismo tiempo. Pero la cepa maligna anticrística ha invertido la verdad al proclamar "la unidad en la diversidad", lo cual es una gran y herética estupidez, que no tiene ni lógica.
     El Latín adoptado como el idioma de la Iglesia de Dios, era una verdadera reversión de Babel. La Iglesia de Cristo hablaba en un solo idioma. Este idioma nace en el Calvario, cuando el centurión pronuncia en Latín: "Verdaderamente éste era Hijo de Dios" (Mat. XXVII ,54).
     El Latín, entonces, comienza en el mismo Calvario con la confesión del centurión de la divinidad de Cristo. Como si brotara de las llagas abiertas del Crucificado, que muerto completaba así la Redención. A partir de eso, la Iglesia inspirada por el Espíritu Santo, comienza a construir el rito, a estructurar el rito del Sacrificio Perpetuo basada en graves e inspiradas razones. Se hace cosa fuera de razón, querer regresar a los orígenes como quieren los modernistas, cuando el edificio no está completado y le faltan pisos y acabados. Se conservó, sin embargo, las fórmulas sacramentales recibídas del mismo Cristo: fueron respetadas celosamente para evitar una infidelidad, o lo que es más grave, una invalidación. El Señor había determinado las formas sacramentales del Bautismo y de la Eucaristía, las de los demás Sacramentos las determinaron los Apóstoles y por ser de derecho apostólico, son también intocables porque se entiende que e1 mismo Señor las preceptuó y ellos las transmitieron a la Iglesia, que así se conservaron hasta que en el año de 1969, metió Paulo VI sus manos sucias para cambiarlas con trucos, trampas y engaños con los que están de acuerdo los de su pandilla denunciados por el Papa San Pío X como "los peores enemigos" de la Iglesia, que traman su ruina "desde dentro". Para los modernistas, los Sacramentos son solamente símbolos y signos -así lo dice San Pío X en la PASCENDI-, por lo cual no tuvieron empacho en alterar sus fórmulas dogmáticas operativas. Esos símbolos y signos, dicen, sólo son para incrementar la fe del pueblo.
     Una de las cosas que en el nuevo comistrajo que es la nueva "misa" significa indudablemente el espíritu y la intención de los "liturgistas" que la estructuraron, es la posición del "ministro" frente al pueblo que cambia radicalmente y contraviene la profecía el Profeta Malaquías. Y lo hace de dos maneras, por lo menos: Malaquías anuncia un solo sacrificio, no dos, ni tres, ni cuatro. Como decía Pedro Gruyo: para que una cosa sea lo mismo, necesita ser lo mismo. ¿Quien no entiende esto?, por ese motivo, la Iglesia había procurado una parejura asombrosa en el rito: el mismo idioma, las mismas actitudes o rúbricas, el mismo altar, aunque fuera variado el sacerdote que la oficia. Esto ha sido despedazado, comenzando tan sólo con la diversidad de idiomas. Y después, todo lo demás. ¿Por qué no ofrecerle a Dios lo mejor y lo perfecto?, ¿por qué ofrecerle lo popular, lo populachero, lo democrático, disparejo, lo cojo?. Pero también dice Malaquías que anuncia un Sacrificio "desde donde sale el sol hasta el ocaso". La Iglesia había cuidado con esmero que las iglesias se construyeran de tal forma que el Sacrificio se ofreciera viendo al Oriente. ¿Por qué?. Esto para los modernistas ya no tiene importancia, pero además, como todas las iglesias estaban orientadas al oriente, al invertir la posición de los ministros, comenzaron a mirar al ocaso. ¿A quién le ofrecen ahora el supuesto sacrificio?, ¿no es esta la Iglesia del ocaso y señal de que el Sacrificio a terminado?. ¿No es esta la "iglesia" del fin del mundo?.
     Además, el culto católico es monárquico y sacerdotal y el culto protestante es democrático y popular. El sacerdote católico no preside nada en la Misa. Decir que es un presidente de la asamblea, es desvirtuar y degradar terriblemente la función sacerdotal. El sacerdote PRECEDE al pueblo durante la Misa. No preside. Con sólo este dato, tenemos suficiente para saber en qué se ha convertido la nueva misa, o asamblea, o Cena del Señor o Eucaristía. ¿No es un producto transgénico envenenado?. Todas las religiones tenían un sacerdocio en razón del sacrificio, muchas veces sangriento. Entonces, el sacerdote es un sacrificador. Esa es su razón de ser. El decir que la nueva misa es una conmemoración de la Cena del Señor, o Misa, es un estúpido engaño que sólo se tragan los tontos y los ignorantes. Los documentos oficiales sobre la nueva misa, llaman al sacerdote "presidente de la asamblea". El preside una asamblea. Nadamás. Y no es otra cosa que eso solamente. Intencionalmente han diluido los dos conceptos: el de Cena y el de Sacrificio, "que también es", dicen. Hay que notar especialmente, que no he tocado ni lejanamente el aspecto dogmático de la nueva misa. Esta vez, como en otras ocasiones, sólo estoy reflexionando sobre los aspectos inherentes a la horrible invalidación del Sacrificio tratada por ilustres teólogos y papas, por la sagrada Escritura y por el Magisterio de la Iglesia. Dogmáticamente, la nueva misa no puede pasar ni el más leve exámen.
     Incluso la nueva misa o asamblea que quieren celebrar los modernistas, no tiene nada que ver con la Cena del Señor. Veamos por qué, esto que puede resultar asombroso para muchos. Cristo celebró la Cena la noche anterior a ser entregado. En esa Cena, vio el Calvario. Sus ojos estaban dirigidos al Calvario, porque era su repetición incruenta, pues se trataba de la primera anamnesis del Sacrificio aun no acontecido -prueba de la eternidad de la Misa-. El preceptuó: "haced esto en conmemoración de mí". Por lo tanto, si las misas quieren hacerse igual que Cristo en la Cena, deben celebrarse viendo al Calvario. Demasiado sabemos que esas misas o asambleas actuales conmemoran la Cena como lo hacen los protestantes. De esa ambigüedad herética se valen los modernistas para adaptarse al gusto de quienes preguntan y salir así bien librados. Esta opacidad no es católica, sino producto de una mente dialéctica y desviada muy lejos de las expresiones claras y contundentes acostumbradas por el Magisterio. Una doctrina que significa dos cosas al mismo tiempo y que puede responder al mismo tiempo dos cuestionamientos, es una doctrina diabólica que destruye la invariabi1idad de la Doctrina.
     Además, cuando Cristo dijo: "Haced esto" significa que eso mismo ¿puede ser cambiado a voluntad?: es que yo creí, es que yo pensé, es que yo consideré. Estos son los argumentos de un desobediente idiota. Los usan frecuentemente. Son los argumentos de esos hombres desobedientes y soberbios que pensando que hacen la obra de Dios, pueden destruir comunidades. ¿La Iglesia es una reunión de idiotas?, no lo ha sido ni cuando predicaba y defendía la verdad, ni ahora que enseña y defiende el error. Ellos conocen perfectamente el significado de las palabras. Conocen las intenciones que se guardan detrás de las palabras. Entonces, cuando Cristo viendo al Calvario dice a Sus Apóstoles que Su Sangre será derramada POR MUCHOS, y no por todos, como dicen San Marcos (XIV, 24) y San Mateo (XXVI, 28), ¿no significa que Su Sangre ha de ser derramada por muchos y no por todos?, ¿no están vociferando los modernistas que celebran "la Cena del Señor"?, ¿qué tiene que ver la palabra "muchos" con "todos"?, ¿no han notado la diferencia?, ¿son tan idiotas?. Pues ahora, implantando su famoso "ecumenismo" mezclado con "liberación femenina", dicen que la Sangre será derramada por todos los hombres, y todas las mujeres. ¿Qué les pasa?!.
     ¿Por qué el Señor en la fórmula -o forma- de la Consagración del vino dijo por muchos y no por todos?, porque se estaba refiriendo al fruto de la Redención, porque aunque ésta había sido por todos los hombres, sólo se aplicaría a muchos. Porque si esos frutos fueran aplicados por todos, no habría almas condenadas. El Infierno estaría vacío. Porque ante tal aplicación, no podría haber condenación. Este es el misterio de la libertad humana que Dios misericordioso respeta. Los frutos de la Redención muchos también los rechazarán, y así muchos los aprovecharán. Esa es la explicación de la palabra evangélica "muchos" que encontramos en el texto de San Mateo y de San Marcos. Y esa es la doctrina enseñada y defendida por la Iglesia recibida por los Apóstoles quienes la recibieron de Cristo. ¿Es tan difícil entender esto?, ¿tü crees que los modernistas no lo entienden?, pues así como les ha sido fácil alterar la fórmula preceptuada por Dios para realizar el Sacramento eucarístico, han alterado de sus pistolas las fórmulas de otros Sacramentos. Las fórmulas manifiestan una intención. La intención de Dios que dá a los Sacramentos el poder de realizarse. ¿Por qué?, porque así quiso. Punto. La Iglesia no tiene el poder de variar esto. El poder de la Iglesia es para administrar y para conservar. Nadamás. Porque si a la Iglesia le hubiesen dado este poder, un día podría preceptuar que se puede bautizar indistintamente con agua o con aceite. Y se podría utilizar como materia de la Eucaristía pan de trigo o de centeno, como se atrevió autorizar Juan Pablo II. O bautizar en nombre de la Virgen María.
     El resultado de estos cambios caprichosos es la invalidación de los Sacramentos, pero curiosamente siempre saldrá al paso un modernista que defienda sus tonterías. Invalidación que además han adornado con un rito que lleva al pueblo a la pérdida de la Fe y a rendirle culto al Demonio. Pues es claro que el "dios del Universo" o "dios del mundo" -lo dice Santo Tomás de Aquino- al que hacen el ofrecimiento de esta nueva "misa" es Satanás.
     La Liturgia ha sido un perfecto caballo de troya para demoler a gusto y completamente. El pueblo ignorante y estúpido se sigue envenenando con las raciones de porquería que les arrojan a la cara., y todavía hay quienes pagando el fruto de su ignorancia e indiferencia, creen "comulgar" con los trocitos de pan que les reparten o estar en la presencia de Cristo en una iglesia no solamente vacía, sino dedicada al Diablo.
     Pero la destrucción no ha de parar aquí. El plan -lo dijo el santo Pontífice Pío X-, es destruirlo todo- Es demoler toda la casa y con potentes rastrillos desentrañar los cimientos para aplanar el terreno para sembrar otra cosa. Pero para esto, los enemigos de la Cruz no tienen prisa. Lo van haciendo poco a poco hundiendo a la Iglesia en lapsos que al pueblo le puede parecer que están en lo que es eterno e invariable.
     En este sentido, conviene ahora ver cómo el guisote litúrgico se hunde más en el "ecumenismo" y en la "inculturación"

     3ro. El día 25 de abril de este 2012, la Agencia NOTIMEX transmitió una nota del Vaticano mediante la cual se anuncian "variaciones en el rito de la misa". Algunos periódicos interpretando la noticia, titulaban la nota: "Misal con sello mexicano".
     Los obispos mexicanos han preparado una nueva versión de lo que llaman "Misal Romano", en el que han introducido algunas variaciones, que una vez aprobadas por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, será utilizado en México.
     Ellos dicen que han pedido la aprobación de la Congregación Romana. ¿Lo crees?. Si esas reformas acercan más a la "inculturación" que pugnan, ¿habra mucho que añadir o quitar?. Este es un firme paso más a la misa tanguera, a la misa con mariachi, a la misa totonaca, a la misa chichimeca, a la misa rarámuri, o a la pielroja o a la gallinero. La misa o asamblea o cena, despedazada para darle gusto a los hombres de todas las culturas. Estos herejes modernistas, quieren además incluir en cada caso "las riquezas de los modismos". Con la prostitución de la cultura, los hombres adoptan formas de expresarse que llegan a lo vulgar y la grosería, especialmente los jóvenes que beben la porquería de la cultura satánica y del Rock. Entonces la Iglesia renuncia a su misión de culturizar y elevar el espíritu del pueblo, y esperando y de acuerdo con los enemigos del Cristianismo, que han de degradar groseramente, entonces se degrada para ponerse de acuerdo con la mente del pueblo degradado. ¿Qué es ésto, por Dios, que estamos viendo con ojos asustados?, ¿hasta donde se ha de hundir en el lodo el rito que fue un día el santo Sacrificio, que ha caído en manos de estos hombres satánicos?.

lunes, 26 de noviembre de 2012

RESUMEN DE LA CONDENACION DE LA IGLESIA A LA MASONERIA

Revista Claves
Diciembre de 1992
 (Publicado en "Trento", No. 132, Dic. 1981)
CAPITULO II 

     Contiene: Términos del Derecho Canónico vigente. Constitución "In Eminenti" de S.S. Clemente XII. Constitución "Providas" de Benedicto XIV. Letras Apostólicas "Ecclesiam a Jesu Christo" de S.S. Pío VII. Constitución "Quo graviora" de León XIII. Encíclica "Traditi" de Pío VIII. Encíclica "Mirari Vos", de Gregorio XVI. Encíclica "Qui Pluribus" y otras, de S.S. Pío IX. Encíclica "Humanum Genus" de León XIII.

-I-

TERMINOS DEL DERECHO CANONICO VIGENTE
     La condenación de la iglesia está actualmente en los siguientes términos del Canon 2335 del Código de Derecho Canónico:
"LOS QUE DAN SU NOMBRE A LA SECTA MASONICA, O A OTRAS ASOCIACIONES DEL MISMO GENERO QUE CONSPIRAN CONTRA LA IGLESIA O A LAS LEGITIMAS POTESTADES CIVILES, CONTRAEN POR EL MISMO HECHO EXCOMUNION SIMPLEMENTE RESERVADA A LA SEDE APOSTOLICA". El Canon siguiente condena con mayores penas a los clérigos que cometan ese delito.
Nota de Trento: Se trata del Código vigente al tiempo que escribió el cardenal Caro, que es el mismo que rige hasta hoy para la verdadera Iglesia Católica. El Canon siguiente al que se refiere el cardenal Caro, lo reproducimos aquí:
     Canon 2336.- "A los clérigos que han cometido el delito de que se trata en los cánones 2334 y 2335, debe castigárseles, además de las penas establecidas en los citados cánones, con la de suspensión o privación del mismo beneficio, oficio, dignidad, pensión o cargo que puedan tener en la Iglesia. Y a los religiosos, con la privación del oficio y su voz activa y pasiva y con otras penas a tenor de sus constituciones. Inciso 2.- Los clérigos y religiosos que den su nombre a la secta masónica o a otras asociaciones semejantes, deben además ser denunciados a la Sagrada Congregación del Santo Oficio".

 Continuando nuestra explicitación sobre estos puntos, reproducimos las notas explicativas que aparecen al calce de la página donde se presenta el Canon 2335, para aclarar las "Figuras de delito" más explícitamente. Dice:
     Figura de delito: (Canon 2335). Son sociedades que maquinan contra la iglesia o contra las potestades civiles legítimas, aquellas que tienen por fin propio desarrollar una actividad subversiva, valiéndose para ello de medios ilícitos, cuales son, entre otras, las asociaciones anarquistas, nihilistas y comunistas.
     Según una Instrucción del Santo Oficio del 10 de Mayo de 1884, son asociaciones prohibidas todas las que exigen de sus afiliados juramento de guardar secreto absoluto y de obedecer ciegamente en todo a jefes y corifeos que permanecen en el misterio; pero esto no quiere decir que todas ellas caigan sólo por eso, bajo la penalidad que se establece en este canon. Para que se incurra en la excomunión se requiere:
     a.- Que se haya dado el nombre a la sociedad, inscribiéndose como afiliado en los registros de la misma, y, b.- Que el fin propio, total o parcial, de la sociedad, sea maquinar contra la Iglesia o las potestades civiles legítimas en la forma dicha, importando poco que esto lo haga pública o ocultamente, que exija secreto a los afiliados o no lo exija".
     Con la presentación del canon 2336 y la nota adicional creemos que está más completa la cita del cardenal Caro. N. de T.


-II-

CONSTITUCION "IN EMINENTE' DE S.S. CLEMENTE XII
   Clemente XII (año 1738) hablando de la Masonería en su Constitución "In Eminenti" dice: "Tal es la naturaleza del crimen que se traiciona a sí mismo, y que los propios esfuerzos que se hacen para ocultar lo hacen notar mejor. Así las sociedades dichas han despertado tan fuertes sospechas en el espíritu de los fieles, que afiliarse a ellas es, a los ojos de las personas sensatas y honradas, mancharse con el signo de una completa perversión. Y en efecto, si esos hombres no hiciesen el mal, ¿tendrían tan grande horror a la luz? Esta reprobación universal ha llegado a ser tan manifiesta que en muchos países el mismo poder secular, ya desde algún tiempo, ha proscrito y prohibido dichas sociedades como contrarias a la seguridad de los reinos".

 -III- 

CONSTITUCION "PROVIDAS" DE BENEDICTO XI
     El Papa Benedicto XIV en 1751, en su Constitución "Providas" renueva la condenación: "Entre las causas muy graves que han inducido a nuestro predecesor Clemente XII, a prohibir y a condenar las dichas sociedades, que han sido expresadas en la Constitución más arriba mencionada, la primera:
     Que en esta clase de sociedades se reúne hombres de toda religión y de toda secta, lo que puede evidentemente traer los más graves daños a la pureza de la religión católica. La segunda es el secreto riguroso e impenetrable con que se oculta todo lo que se hace en estas asambleas, de modo que se les puede aplicar bien la palabra de Cecilio Natal referida por Minucio Félix: "Las cosas buenas aman siempre la publicidad, los crímenes se cubren con el secreto".
     La tercera es el juramento que hacen los miembros de estas sociedades de guardar inviolablemente este secreto, como si pudiese serles permitido alegar una promesa o un juramento cualquiera para rehusar declarar, cuando sean interrogados por la autoridad legítima, lo que se hace en esos conventículos contra el orden establecido, sea religioso o político. La cuarta es que estas sociedades no son menos contrarias a las leyes civiles que a las leyes canónicas. La quinta es que ya en muchos países han sido proscritas por las leyes de los príncipes seculares. La última, en fin, es que estas sociedades están en mala reputación ante las persona prudentes y probas, y que afiliarse en ellas es, a sus ojos, mancharse con la tacha de perversidad"
.
    Movido por esas mismas razones, el Papa recomienda a los Obispos y superiores eclesiásticos, como a los príncipes seculares, cumplir el deber que tienen de preocupar extinguir dichas sociedades. 


-IV-

LAS LETRAS APOSTOLICAS  
"ECLESIAM A JESU CHRISTO" DE S.S. PIO VII. 
     Pío VII, condenó a la Masonería en general y la secta de los CARBONARIOS de un modo especial, en sus Letras Apostólicas mencionadas el 13 de septiembre de 1821. Señala el carácter hipócrita de los Carbonarios, que hacen afectación de respeto por Jesucristo, su religión y su Iglesia, y tratan de propagar el racionalismo o la indiferencia religiosa, parodiando la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, y haciendo irrisión de los demás misterios cristianos, y favorecen toda licencia y empresa sediciosa, permitiendo matar al que haga cualquier revelación. Por lo cual, dice el Papa que no hay que extrañar que se hayan cometido ya tan grandes atentados en Italia.

-V-

CONSTITUCION "QUO GRAVIORA" de S.S. LEON XIII.
    León XIII, condena aún con mayor solemnidad que sus predecesores a la Masonería, en la mencionada Constitución del 13 de marzo de 1825, señalando especialmente la secta de los Universitarios. Atribuye a las sectas de la Revolución francesa, con todas las perturbaciones y sediciones que se renovaban sin cesar y las calamidades que sufría la Iglesia. "No hay que creer, dice, que si atribuimos a las sociedades secretas todos estos males y otros aún que pasamos en silencio, es falsamente y por calumnia. Las obras que los miembros de estas sectas se han atrevido a escribir sobre la religión y sobre la sociedad civil, y en las cuales tratan con desprecio a la autoridad, "blasfemando de la majestad", presentan a Jesucristo como un escándalo o locura, y aún niegan la existencia de Dios y sostienen que el alma muere con el cuerpo. Los códigos y los estatus en los cuales se explican sus prácticas y sus proyectos prueban evidentemente lo que hemos dicho, a saber, que estas sectas son las fuentes de donde parten tantos esfuerzos para trastornar los poderes legítimos, y destruir enteramente la Iglesia.
     En fin, es cierto e incontestable que todas estas diferentes sociedades aún llevando distintos nombres, están aliadas entre sí por el lazo criminal de sus proyectos infames"
.


-VI-

ENCICLICA "TRADITI" DE S.S. PIO VIII
     Pío VIII escribe a los Patriarcas, Primados y Obispos de todo el mundo, señalándoles el deber de fijarse en "estas asociaciones secretas de hombres facciosos, enemigos declarados de Dios y de los príncipes, que emplean todo su esfuerzo en desolar la Iglesia, en trastornar los estados, en perturbar todo el universo, y que rompiendo el freno de la verdadera fe, abren el camino a todos los crímenes. Empeñándose en ocultar bajo la religión de un juramento tenebroso la iniquidad de sus reuniones y los designios que forjan en ellas, han hecho sospechar desde el principio estos espantosos atentados que hemos visto salir en estos tiempos desgraciados del fondo del abismo y que han estallado con gran daño de la religión y de los imperios".

 -VII-

ENCICLICA "MIRARI VOS", S.S. GREGORIO XVI.
     Gregorio XVI en la primera Encíclica que dirige al mundo entero, señala a la Masonería como "la principal causa de todas las calamidades de la tierra y de los reinos" y "como el sumidero que impuso todas las sectas anteriores".

-VIII-

ENCICLICA "QUI PLURIBUS" 
Y OTRAS ALOCUCIONES DE S.S. PIO IX.
     Pío IX, el calumniado de masón por la Masonería, durante su pontificado, condenó y proscribió la secta más de veinte veces. "Entre las numerosas maquinaciones y los diversos medios de que los enemigos del nombre cristiano se han valido para atacar la Iglesia y con los cuales han tratado, aunque en vano, de destruirla, es menester contar sin duda alguna, Venerables Hermanos, esa secta perversa, llamada "Masónica" vulgarmente, que, oculta al principio en antros tenebrosos, ha acabado por salir a la luz para ruina de la religión y de la sociedad civil.
     Ciertamente, ni nuestros padres ni nosotros jamás habríamos tenido que deplorar tantos movimientos sediciosos y revolucionarios, tantas guerras que pusieron fuego a la Europa entera ni tantos males que han afligido y afligen aún a la Iglesia. Si los príncipes hubieran hecho caso de las exhortaciones de los Papas anteriores, que les inculcaban el deber de reprimir la secta peligrosa...
     ¿Qué significan esos conventículos tan secretos y ese juramento tan riguroso que se exige de los iniciados de no descubrir nada de todo lo que concierne a esas sociedades? ¿Por qué esas penas espantosas a las cuales se comprometen los miembros en el caso de que vinieran a faltar a sus promesas? Ciertamente, no puede dejar de ser impía y criminal una sociedad que huye de este modo de la luz del día; porque "el que hace el mal, según la palabra de los libros santos, aborrece la luz".
     Después de su Encíclica y de este último párrafo de su Alocución del 24 de septiembre de 1865, confirma el Papa enseguida las condenaciones hechas por sus predecesores a las sociedades secretas y en particular a la Masonería.


-IX-

CONDENACION DE S.S. SAN PIO X
     El 29 de abril de 1876, declaró Pío X que "esas condenaciones y prohibiciones de la Masonería se extienden a las logias del Brasil y a las de cualquier lugar de la tierra, para destruir el engaño de los masones del Brasil que pretendían que esas condenaciones eran sólo para las logias de Europa, y no para las de América, que se ocupaban, según ellos, sólo del progreso de la civilización y de la beneficencia".

-X-

ENCICLICA "HUMANUM GENUS" DE LEON XIII
     El 20 de abril de 1884 salió a la luz la Encíclica "Humanum Genus", el documento más interesante y completo que la Iglesia haya publicado contra la Masonería, de manos del inmortal León XIII.
     Es un documento que debiera divulgarse en todas partes, pues nada ha perdido de su importancia y actualidad; antes al contrario, cada día resplandece con más brillo la sabiduría del que lo dictó. Veamos un resumen.
     1° INTRODUCCION A LA ENCICLICA.- Comienza el Papa recordando que, después del pecado, el género humano quedó dividido en dos ciudades, la de Dios y la de Satanás; una que trabaja por restablecer el reinado de Dios, mediante la obediencia a sus leyes y el reconocimiento de Jesucristo y de su Iglesia, y la otra que trabaja para el reino de Satanás, con la desobediencia y la guerra a Dios, a Jesucristo y a su Iglesia.
     2° REINADO DE SATANAS.- En esta guerra, dice el Papa, la Masonería es un auxiliar poderoso del reinado de Satanás. Entra después a probarlo. Manifestando que está bien clara la naturaleza e intento de la Masonería, "POR INDICIOS MANIFESTADOS, POR PROCESOS INSTRUIDOS, POR LA APLICACION DE SUS LEYES, RITOS Y ANALES, ALLEGANDOSE A ESTO MUCHAS VECES LAS DECLARACIONES MISMAS DE LOS QUE HAN SIDO COMPLICES". Los Papas no han hablado, pues, a ciegas, de la Masonería ni la han calumniado.

   3° DISIMULO DE LOS PLANES.- Expone el modo de disimular los planes que tienen los miembros de la Masonería. "Buscan hábilmente subterfugios, tomando la máscara de literatos y sabios que se reúnen para fines científicos, hablan continuamente de su empeño por la civilización de su amor por la ínfima plebe, de que su único deseo es mejorar la condición de los pueblos y comunicar a cuantos más puedan las ventajas de la vida civil".
   4° MONSTRUOSIDAD QUE CONDENA LA RAZON.- Hablando de los juramentos y castigos a que se obligan y de la muerte que han sufrido algunos como castigo de la Masonería, dice el Papa: "Esto de fingir y querer esconderse, de sujetar a los hombres como esclavos con fortísimo lazo y sin causa bastante conocida, de valerse para toda maldad de hombres sujetos al capricho de otros, de armar a los asesinos procurándoles la impunidad de sus crímenes, es una monstruosidad que la misma naturaleza rechaza, y, por lo tanto, la razón misma y la misma verdad evidentemente, demuestran que la sociedad de que hablamos pugna con la justicia y probidad naturales".
     5° SUS FRUTOS DAÑOSOS.- Enseguida manifiesta el Papa que los frutos de la Masonería son dañosos y acerbísimos: Para sustituir el naturalismo al cristianismo en la civilización, se ha perseguido con odio implacable a la Iglesia, al clero, a la enseñanza cristiana, y sobre todo al Papado. "Aunque faltaran otros testimonios, -dice el Papa-, consta suficientemente lo dicho por el testimonio el de los sectarios mismos, muchos de los cuales, tanto en diversas ocasiones como últimamente, han declarado ser propio de los masones el intento de vejar cuanto puedan a los católicos, con enemistad implacable, sin descansar hasta ver deshechas todas las instituciones religiosas establecidas por los Papas.
     Con el sólo hecho de admitir hombres de toda religión, -
continúa diciendo el Papa, se establece el indiferentismo práctico. "De hecho la secta concede a los suyos libertad absoluta para defender que Dios existe o que Dios no existe". Con lo cual se ve que niegan hasta las verdades más fundamentales conocidas por la razón natural, como la existencia de Dios, la espiritualidad e inmortalidad del alma.
     Como consecuencia de esto viene el empeño por la educación laica, libre, independiente, y por propagar los incentivos a la corrupción de costumbres. Esto puede confirmar una cosa más increíble de decirse que de hacerse; porque apenas hay tan rendidos servidores de esos hombres sagaces y astutos, como los que tienen el ánimo enervado y quebrantado por la tiranía de las pasiones. Así hubo en la secta masónica quien dijo públicamente y propuso que ha de procurarse con persuación y maña que la multitud se sacie en la innumerable forma de licencia de vicios, en la seguridad de que así la tendrán a su arbitrio para atreverse a todo"
.
     Hace ver el Papa la doctrina NATURALISTA sobre la familia, el matrimonio, civil, sin Dios; la licencia, igualdad y soberanía absoluta del pueblo; el ateísmo del Estado, cosa que se deriva del mismo Naturalismo, y que es común a los masones con los comunistas y socialistas, "a cuyos designios, -dice el Papa- no podrá decirse ajena la secta de los masones, como que favorece en gran manera sus intentos y conviene con ellos los principales "dogmas".
     ¡Ojalá, dice León XIII, todos juzgaran el árbol por sus frutos!

(Nota de Trento: ciertamente, nosotros en nuestra patria mexicana estamos hoy viviendo esos amargos frutos sembrados por la Masonería y el Comunismo a través de los Estados liberales masónicos y procomunistas que hemos tenido desde hace tiempo, suficientes para lograr que pese a que la mayoría de los mexicanos, se declaran católicos, triunfe el ateísmo de Estado, no el laicismo, sino el naturalismo el marxismo en la enseñanza escolar universitaria, la destrucción de la institución familiar y la corrupción moral propiciada por el mismo Estado apoderado de medios de difusión que sirven como jamás pudieron soñar los enemigos de la Fe Católica, para formar nuevas generaciones de ateos, de gente sin moral y sin convicción alguna más que la que le motivan los mismos que la han llevado a la ruina en todos sentidos. La misma iglesia postconciliar es hija y fruto de la Masonería, de sus planes ya no secretos, sino públicos. Los obispos mexicanos de la nueva iglesia, alaban oficialmente "la libertad, igualdad y fraternidad", lema masónico que han hecho suyo y qué es lo que "defienden" contra los católicos que aún aman la verdadera fe y el sentido cristiano de la vida. Amargos frutos ha dado entre otros muchos países, en nuestra patria la Masonería. De tal manera lo han destruido todo, que como en los primeros tiempos, pero ahora no por ser los primeros, sino por ser los tiempos de la ruina tras un espantoso cataclismo que arrasó templos, escuelas y conventos, primero a través de leyes inicuas de los que niegan a los otros la LIBERTAD de que hacen tanta gala, y después por medio de la corrupción de la doctrina y de la moral, por esto mismo, repetimos, los católicos tenemos que reunimos de nuevo en catacumbas en pleno siglo XX. Y difícil, si no imposible, sólo por la Gracia de Dios se puede lograr librar a la infancia y juventud de la marea del error y de la corrupción moral que ha surgido únicamente como frutos de las doctrinas masónicas y marxistas. Nadie que no pretenda engañarse a sí mismo o engañar, puede negar el origen de todos los males que nos rodean y empapan. ¿Qué decía León XIII que había que hacer, y lo decía cuando parecía tener aún remedio para las mayorías el amago del satánico enemigo? Veamos...)

    6° REMEDIOS CONTRA LOS MALES.- Indicando los remedios contra los males ya causados y los peligros de mayores males por parte de la Masonería, el Papa señala los siguientes medios:
I.- Renueva las proposiciones y prohibiciones de sus antecesores. (O sea las excomuniones, sanciones, prohibiciones, etc.)
II.- Recomienda a los Obispos que procuren quitar la máscara a la Masonería. (Nota de Trento: así pues, el sentir de los verdaderos Pontífices católicos, no encierra ninguna benevolencia hacia la secta. Disentir de tantos Papas que actuaron en defensa de la Fe Católica y de la misma sociedad cristiana, como lo harán los postconciliares con su pretendida supresión de la excomunión a la Masonería, será hacer más evidente su contradicción con la doctrina de la Iglesia verdadera).
     Recomienda, pues, León XIII a los Obispos que procuren quitar la máscara a la Masonería, de modo que los masones sean conocidos como lo que son, y que "nadie por ningún título dé su nombre a la secta masónica... Que a ninguno engañe aquella honestidad fingida".
    "Puede, -prosigue-, en efecto, parecer a algunos que nada piden los masones abiertamente contrario a la Religión y a las buenas costumbres; pero como toda la razón de ser y la causa de la secta estriba en el vicio y en la maldad, claro es que no es lícito unirse a ellos ni ayudarles en modo alguno".
III.- La instrucción religiosa de todos, el fomento de la Ven. Orden Tercera de San Francisco y de la Sociedad de San Vicente de Paúl.
(Nota de Trento: Acerca de la mencionada Orden y la Sociedad de San Vicente, no serían recomendación para nuestro tiempo, ya que ambas congregaciones religiosas están en manos de los postconciliares. Pero la espiritualidad de San Francisco y sobre todo la caridad de San Vicente de Paúl, cualquier católico la puede hacer suya, colaborando así e invitando a otros a permanecer en la verdadera Fe y en las obras de misericordia y de justicia ante todo).
IV.- El desvelo por la educación cristiana de la juventud. Este es el medio que propone como muy importante en las manos de los enemigos, sobre todo a través de la escuela. Añade el Papa que "desde temprano se inspire a los niños y jóvenes el horror que merecen las sociedades prohibidas por la Iglesia".
(Nota de Trento: Y ahora tenemos que incluir como sociedad prohibida a la iglesia postconciliar, amiga de los masones, y que hace todo lo que la Santa Iglesia verdadera prohibe. Por lo mismo ella misma, la postconciliar, resulta lógicamente prohibida.)
V.- El quinto medio propuesto es "La unión de los buenos en la oración y en la ACCION, para conseguir el auxilio divino, sin el cual serían infructuosos los demás medios".

     Hasta aquí las citas de los pontífices contenidas en la obra del Cardenal Caro.
     A estas citas siguen las:
  DISPOSICIONES ECLESIASTICAS ACERCA DE LA CONDUCTA QUE DEBE OBSERVARSE CON LOS MASONES.
     Cita el Cardenal Caro dichas normas con estas palabras:
     "Terminaré este capítulo haciendo mía las palabras del Ilmo. Señor Obispo de Guayana, en Venezuela, en su Pastoral del 26 de agosto de 1907, en la cual resume las reglas de conducta que la Iglesia ha proscrito observar para los masones. Estas son:
     "Habrá podido caber hasta ahora la buena fe en muchos de los que asociaban a la secta masónica: no es nuestro objeto negar esto y antes bien, estamos inclinados a creer que así es; pero esa buena fe, o mejor dicho, esa ignorancia, no tiene lugar desde hoy, toda vez que la misma Masonería se ha descubierto por sí misma y ante sí misma, y ha declarado la guerra manifiesta contra la Religión y la Iglesia Católica. Hoy, pues, no hay sino dos caminos: O PERTENECER A LA MASONERIA Y QUEDAR, COMO ES LOGICO, SEPARADO DEL SENO DE LA IGLESIA, nuestra amorosa Madre, O APARTARSE DE LA MASONERIA y correr a las filas de los verdaderos católicos, que son los hijos sumisos de la Iglesia, cuyas determinaciones y disposiciones deben ser obedecidas por todo cristiano que desee salvarse.
     Para mayor claridad y para que nada haya que desear, venimos a exponer las disposiciones que la Iglesia, desde tiempo atrás, ha tomado contra la Masonería, y los que a ella pertenecen, después de haber lanzado contra ella y sus adeptos la excomunión mayor, (Latae sententiae) reservada al Papa.
     Según dichas disposiciones:
1.- Ningún masón podrá ser absuelto en el santo tribunal de la Penitencia si antes no abjura de la Masonería y se separa de ella, cumpliendo por lo demás, lo dispuesto por la Congregación del Santo Oficio el 5 de agosto de 1808.
2.- Ningún masón podrá ser admitido como padrino de bautismo ni confirmación.
3.- Los matrimonios de los masones no se podrán celebrar en la Iglesia, y el cura párroco sólo podrá presenciar tales matrimonios en la casa de los contrayentes, en su traje ordinario, sin ninguna vestidura eclesiástica, limitándose únicamente a oír su mutuo consentimiento. (Nota: Según disposiciones del Derecho Canónico, dictadas después de esta Pastoral, el sacerdote que asiste al matrimonio debe no sólo oír, sino también requerir el consentimiento de los novios, para la validez del matrimonio. Canon 1005, 3).
4.- El masón deberá prometer bajo juramento que no impedirá que sus hijos sean educados en la Religión Católica. (Se trata desde luego de matrimonios en los cuales la contrayente es católica).
5.- El masón que muera en la secta masónica, no habiendo querido apartarse de ella, no podrá tener entierro eclesiástico. (Nota: le corresponde la excomunión, por lo mismo no puede tener lo anunciado).
6.- Se prohibe hacer entierros a que asistan masones con alguna insignia masónica, sea ésta cual fuere.
7.- Ningún masón puede ser miembro de ninguna cofradía religiosa.
(Nota: sobre los católicos; debe disuadírseles, según el Canon 1065, de contraer matrimonio con masones. Agotados los medios persuasivos sin éxito, el matrimonio se realizará en la forma descrita por el Canon 1005).
 AHORA BIEN, TODAS ESTAS DISPOSICIONES PERMANECEN EN PIE, aunque seguramente será también "abolidas" por los autores del nuevo Derecho. Pero hay que insistir en que NO SE TRATA DEL DERECHO CANONICO DE LA VERDADERA IGLESIA. Pero por esto es mayor su peligrosidad, ya que desgraciadamente la inmensa mayoría de los católicos viven en el cisma postconciliar, creyendo estar en la verdadera Iglesia Católica. Pero podemos preguntar, ¿es que a estas alturas y con todo lo que públicamente se dice y se comenta sobre los visibles cambios en lo fundamental operados a través de la iglesia postconciliar, puede alguien que no viva en un absoluto aislamiento social, afirmar que no se da cuenta de tales cambios?. Unos se darán cuenta de unos, otros, de otros. Pero ciertamente es difícil que los católicos después de 18 años de novedades postconciliares puedan afirmar que no han notado ningún cambio. En todo caso, están obligados en conciencia a investigar, si algo ven que va en contra de su sentido de la fe, si algo leen o escuchan que denuncien, por parte de personas probas, un cambio en la Iglesia que conduce a la ruina de la Fe, los ritos, y la disciplina católica, por más que esta destrucción no sea universalmente aceptada. Todos y cada uno seremos juzgados respecto de esta hora terrible en que nos ha tocado vivir, y la excusa no podrá ser de ignorancia inculpable para las mayorías, nos atrevemos a decir.
     Un conformismo culpable está conduciendo a las masas católicas en un plan de colaboración pecaminosa hacia el cisma más grande de los siglos. Aún es tiempo de reflexionar sobre esta enorme responsabilidad de cada católico, particularmente de cada sacerdote, y de cada fiel, en la hora presente. Dios no negará Su gracia, como no la ha negado, a quienes por defender Su verdad y Su reino padezcan confesando a Jesucristo delante de los hombres. Pero también recordamos la sentencia evangélica que nos dice que nuestro Señor Jesucristo "desconocerá ante el Padre al que le haya negado delante de los hombres".
     Como Cristo es UNO solo, con UNA sola doctrina de la que es depositaría la Santa y verdadera Iglesia, nadie puede quedarse con "pedazos de doctrina" conservados en una secta cismática mientras acepta que sea arrasado lo fundamental. Este sería el mayor pecado. Pecado contra la Fe. Quiera Dios despertar de la inercia espiritual a todos los bautizados en la verdadera Iglesia, a fin de que reconozcan la terrible realidad de este cisma, y se dispongan a defender su Fe Católica.

DEJADLOS QUE BLASFEMEN

¡Dejadlos que blasfemen!
  no saben otro grito
 s que ese que vomitan 
los labios del precito 
que llora eternamente 
en la infernal mansión... 

¡Dejadlos que blasfemen!
También se forma un canto 
con el rugido eterno 
con el eterno llanto... 
que cantan los blasfemos 
al Cristo vengador!!

 ¡Dejadlos que blasfemen! 
sus gritos destemplados 
se pierden en el himno 
que cantan extasiados 
al Dios de las alturas 
la tierra, cielo y mar...

 ¡Dejadlos que blasfemen! 
la voz de un pobre grillo 
jamás quitó su fuego 
al disco fulgurante 
del sol primaveral!!...

¡Dejadlos que blasfemen! 
que se hagan mil pedazos, 
queriendo echar por tierra 
con sus endebles brazos
 la cruz, en que agoniza 
por los mortales, Dios.

¡Dejadlos que blasfemen! 
El mundo siempre ha visto 
partirse en mil pedazos 
al pie de Jesucristo 
las piedras... como el día 
en que Jesús murió!...

¡Dejadlos que blasfemen! 
El polvo que pisamos 
es polvo de blasfemos!... 
El aire que aspiramos 
tiene átomos de lenguas 
que hablaron contra Dios!...

¡Dejadlos que blasfemen! 
Mañana serán tierra!.. 
y su alma miserable
que a Cristo mueve guerra, 
alabará, rugiendo, 
al Cristo vengador!!

 Seguid, pobres blasfemos, 
seguid dando la nota 
más ronca del sublime 
cantar que siempre brota 
de todo el universo, 
al Trono Celestia!!... 

Seguid pobres blasfemos, 
mientras os parta el rayo 
de la Eterna Justicia.
 Seguid en el ensayo 
del himno que en las sombras 
eternas vibrará!...

Mons. Vicente M. Camacho

COMO EL FENIX

     El Fénix es un ave fabulosa que los antiguos creyeron única capaz de renacer de sus cenizas.
     Un antiguo poema titulado: "De ave phoenice", el pájaro fenicio, narra lo siguiente.
     En el Oriente hay una tierra encantadora, en eterna primavera. Allí no se conoce la enfermedad ni la vejez, la muerte ni la guerra, el hambre ni el dolor, el miedo ni la inclemencia del tiempo.
     Junto a la fuente, que se encuentra en medio del bosque, vive el Fénix, pájaro maravilloso de colores encantadores.
     Todas las mañanas, al despuntar el alba, el Fénix se sumerge doce veces en el agua, después vuela a la cumbre del árbol más alto y allí espera que lo acaricie el primer rayo del sol. Luego canta el sagrado himno de glorificación con modulaciones más suaves que las del ruiseñor. Al mismo tiempo sacude tres veces las alas como para saludar al astro rey de quien él es su ministro.
     Pasados mil años el Fénix deja su reino de felicidad y se transfiere a nuestro mundo, donde reina el dolor y la muerte, para renovarse en él.
     Vaga por la Fenicia hasta que encuentra un lugar árido y selvático. Aquí construye un nido con las yerbas más aromáticas que recoge de la selva. Después se acomoda en él, pues deberá ser su tumba, y exhala el último suspiro.
     Los rayos del sol queman aquel cuerpo exánime y lo reducen a polvo. Este da origen a una larva blanquecina y de ella sale el nuevo Fénix.
     El pajarillo implume, se nutre de rocío hasta que puede levantar el vuelo. Regresa a su patria, pero antes recoge el nido que contuvo sus despojos, lo lleva a Egipto y en el templo que los egipcios le han dedicado, en holocausto se lo ofrece al Sol.
     A su pasaje los egipcios en masa acuden para admirarlo y esculpirlo en mármol, porque es la única vez que a los mortales les es posible ver al Fénix original y maravilloso. Los demás pájaros en bandadas, jubilosos lo siguen hasta el alto empíreo, donde el Fénix se separa de ellos para volver a su paraíso.

     ¡Bienaventurado el Fénix, que ha tenido el don de renovarse por sí solo! Para él la muerte es alegría, porque es el comienzo de una nueva vida.
     Pero no es la felicidad del Fénix la que quiero describirte, sino su simbolismo: la inmortalidad y el voto de castidad. Sobre el primero no insisto porque tú sabes por la fe católica que:
     "Fuimos creados para conocer, amar, servir a Dios en esta vida y después verlo y gozar de El en la otra, o sea en el cielo". 
Y que:
     Al fin del mundo nuestro cuerpo --después de la humillación del sepulcro— por virtud de Dios, resucitará y se unirá de nuevo al alma para participar, en la vida eterna, del premio o del castigo que ésta haya merecido.
     Paso, pues, al segundo simbolismo: el voto de castidad. Dime ¿no has conocido a jovencitas que en lo mejor de su vida han renunciado al derecho de formarse un hogar, de gozar de sus riquezas y de su relativa libertad? Acércate a una de estas heroínas. Esté ella a la cabecera de un enfermo, rodeada de niños traviesos, o al frente de una máquina de escribir y pregúntale:
     — ¿Qué motivo hubo para que abrazaras libremente este género de vida que parece muerte?
     Tendrás distintas respuestas, pero todas sintetizan de una manera maravillosa la recta intención que esas afortunadas almas tienen de alcanzar este fin por el cual fuimos creados; y al mismo tiempo satisfacer la sed ardiente que las atormenta por la expansión del reino de Cristo Redentor.
     El claustro para la religiosa fiel es un paraíso terrenal, semejante a la región encantadora que da vida al Fénix. Pero con una gran diferencia: la morada del Fénix no conoce el dolor ni las penas.
     En cambio para la religiosa la vida de comunidad no está exenta de la cruz, ella lo sabe y no por esto se arredra ante la perspectiva de tener que ascender hasta el calvario. Su Redentor la invita con el ejemplo y ella generalmente, acepta sufrir con El.
     ¿De dónde saca fuerza para llegar a este heroísmo?
     De la Eucaristía y del Santo Evangelio.
     Por tanto la vida religiosa, que para los mundanos es una prisión insoportable, para la amante fiel de Cristo es un paraíso en la tierra, antecámara del cielo.
     Así se explican las ascensiones espirituales de una Santa Magdalena de Pazzis, de una Santa Teresa del Niño Jesús, de sor Elizabeth de la Trinidad y de tantas otras religiosas que han brillado en el firmamento de la Iglesia.
     Ellas como el Fénix, embriagadas por el sol del divino amor, entonan su melodioso canto de: "Gloria a Dios en los cielos y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad".
     Por eso ellas se inmolan continuamente hasta llegar a la inmolación suprema: la muerte, a la que no temen porque ella les abre las puertas de la eternidad en Dios, para unirse a la legión de vírgenes de las que habla san Juan Evangelista.
     Vi —dice el vidente de Patmos— al Cordero, que estaba sobre el monte Sión, y con gran multitud de personas que llevaban el nombre de su Padre escrito en sus frentes, y oí una voz, como ruido de grandes aguas, y la voz que oí era de citaristas que tocaban us cítaras y cantaban un cántico nuevo delante del trono; y nadie podía aprender el ntico sino esas personas, porque son vírgenes.  
Ellas siguen al Cordero adonde quiera que vaya.
     Mi joven amiga ¿serás contada entre este privilegiado séquito que seguirá al Cordero adonde quiera que vaya? Es un estado privilegiado al que Dios llama sólo a pocos, porque son pocos los que acuden con alegría para ofrendarse a Dios en aras de la abnegación y del sacrificio.
     Pero no temas si llegas a descubrir en ti esa especial vocación, es un honor el que te hace Cristo, el mejor esposo, al que vale la pena entregarse sin ninguna reserva. El premio será El mismo. ¿Podrás concebir un premio mejor?

La Hora de la Oración

     Piensa en la oración, ama la oración, siempre reza con frecuencia; es un deber, es una dulzura y es una fuerza.
     La hora del despertar es una hora triunfal para el joven. Parece que vuelve a entrar en la vida como un soberano en su capital, al ruido de todas las fanfarrias de la esperanza.
     Hijo mío, es la hora de rezar. Reza a esta, hora llena de entusiasmo, al Dios que te da un nuevo día, y, como los pájaros saludan al sol, tú saluda a tu Criador; es justo que el primer aliento de tu corazón sea para El.
     Que tu oración la anticipes así desde la mañana; que desde la mañana tu alma busque a Dios para ofrecerle las primicias del día. Consagrarle tus primeros pensaniientos, los primeros movimientos de tu corazón; que tus afecciones se eleven hacia El, como el rocío sobre la tierra cuando los primeros rayos del sol vienen a reanimarla.
     Dios tiene todo en su mano, la vida de tu cuerpo y la de tu alma; pídele que te conserve el uno y la otra en medio de los diversos peligros que se ciernen sobre ti.
     En el curso de este día, —los días son tan largos cuando se es joven— la tentación tal vez venga a llamar a las puertas de tu corazón. ¡Si viene, reza!
     En esa edad ardiente que es la tuya, la reflexión y la sabiduría humanas nada pueden; no tienes más que una arma y un refugio: la oración; si no oras, caerás; si oras, Dios te tendrá de la mano y te salvará del demonio, del mundo y de ti mismo.
     Ora, en fin, antes de entregarte al reposo de la noche. Ora, porque con sus insomnios y sus sueños, la noche también tiene sus peligros. La noche es el tiempo de los fantasmas perturbadores y de las visiones excitantes, el tiempo en que el enemigo se arroja con más furia sobre el alma desarmada.
     Y después, el sueño, imagen de la muerte, es como una muerte pasajera, y nadie te asegura que del sueño de tu cama no pasarás al sueño más profundo de la tumba.
     Y si en la noche despiertas, reza también; reza en las tinieblas como rezarías en la claridad del día.
     Dios te ve y te oye en las sombras como en plena luz. Ese dulce murmullo de una alma en la noche, es aún más dulce a su oído que todas las voces que lo adoran y están calladas.
     Ora cada vez que se te presente una necesidad, en los peligros del cuerpo y en los peligros del alma; cuando la desdicha o la tristeza te visiten; cuando el duelo entre en tu corazón, cuando el pecado te haya destruido. Dios te acompaña siempre, como una madre invisible cuya mano está siempre tendida para preservar a su hijo del peligro...
     Así, desde el principio hasta el fin, todas tus horas serán bendencidas, todos tus días serán santos y tu vida entera estará llena de Dios...

domingo, 25 de noviembre de 2012

Carta de una ermitaña de Buenos Aires



Hace algunos días recibimos el siguiente correo.

Buenos Aires, 20 de noviembre de 2012

S.E.R.

Mons. Juan José SQUETINO

S                   /                       D     

De mi mayor consideración:



     Habiendo tomado conocimiento de la muy justa carta enviada por S.E.R. a todos los obispos que reconocen la vacancia de la Sede Apostólica, quiero expresarle por este medio mi agradecimiento y humilde apoyo a tan noble iniciativa.

     Soy una pobre ermitaña argentina, a la que el Señor despertó a la realidad tremenda que vivimos en la Iglesia, justo antes de su Parusía. Vengo a ser, casi, la obrera “de la última media hora”: hace exactamente tres años que se me concedió la gracia (durísima) de conocer en profundidad el real significado del Vaticano II y la acción de los “Papas” conciliares hasta el actual, que considero el más peligroso…

     Me he criado en la Fe junto a quienes yo consideraba como sacerdotes serios; muchos de ellos habían conocido al P. Meinvielle y se decían discípulos del P. Castellani. Pero he aquí que, luego de bastantes años y por una luz especial del Señor, he llegado a darme cuenta de que me habían envuelto en las brumas de las tesis del Cassiciacum y de Meinvielle, como si fueran dogma de fe, e impedían el acceso a otra perspectiva tachándolas de herejía, cisma y todo lo que S.E.R. ya conoce muy bien.

     Inmenso alivio recibí al darme cuenta de que las mencionadas tesis no eran más que eso: TESIS, elaboradas ante la falta de reacción de quienes tenían autoridad para ello durante el ruinoso Concilio y el post-concilio. Pero, al ponerme a estudiar los textos de las encíclicas anteriores (guiada por un libro del Pbro. Dr. Luigi Villa, recientemente fallecido), vine a descubrir que esas tesis no tenían, en realidad, razón de ser, dado que la Iglesia ya había previsto, enseñado y legislado lo necesario para aplicar en casos de usurpación de oficios eclesiásticos, incluida la Sede petrina. No hay más que seguir fielmente lo enseñado y mandado por los Papas anteriores (en realidad, por el Evangelio y las cartas de los Apóstoles…) para resolver este aparente galimatías, porque no lo es: está todo enseñado previamente.

     Continuar insistiendo con malabarismos mentales cuando hay Magisterio y normativa clara de la Iglesia, es una necedad.

     Por supuesto que se puede comprender la falta de reacción de quienes tenían autoridad en ese momento del Concilio y después: de sólo leer lo ocurrido, yo no salgo de mi asombro; cuánto más deben haber experimentado quienes vivieron los hechos… Un verdadero shock.

     Desde hace un tiempo se levantan voces pidiendo una reacción como es debido, sea del campo conciliar, reclamando definiciones solemnes con anatemas correspondientes para terminar con los errores, o del campo de quienes reconocen la usurpación, para que

 se reúnan, depongan sus celos personales, unifiquen sus posturas bajo el signo de lo ya declarado y decretado por la Iglesia, formen un frente común, procuren que sea públicamente divulgado por todo el mundo, de modo que todos los católicos aprisionados dentro del pulpo conciliar se enteren de la situación de sede vacante(o usurpada, como dicen otros), y se pueda al fin, reunir esas condiciones necesarias para la elección, que hoy en día no se dan…”

en el decir de un allegado, de mucho más profundo conocimiento que yo de la situación.

     Por ello le ruego que no deje llamar a las conciencias de sus hermanos obispos, e incluso creo yo que es necesario tomar contacto con quienes son aún obispos y sacerdotes válidos en el campo conciliar: en todos Ustedes existe el poder de orden, tienen el deber delante de Dios de intentar dar una solución a este desastre, que ya no puede mantenerse en el tiempo. No es lícito quedarse cruzados de brazos con el verdadero descaro, de parte de muchos, de “esperar una intervención directa del Señor” que solucionará la situación. Es esto una terrible falta de respeto hacia el Señor o cosa peor, porque OMITEN obrar según la OBLIGACIÓN QUE TIENEN para con el Señor y para con las almas…

     Cuántos cristianos están en grandísimo peligro porque NO TIENEN LA FE VERDADERA, al no habérseles dicho la verdad de lo ocurrido y pensar que no son tan graves las consecuencias del CVII, porque los sacerdotes conocidos (si es que son válidos) hacen alguna pequeña intervención quirúrgica en esos textos y en las obras y dichos de estos Papas conciliares de manera de hacerles decir lo que no dicen, para que “coincida” con la enseñanza anterior y dejar a los pobres fieles con la tranquilidad de que todo sigue más o menos igual…

     Terminarán todos en el infierno, los curas primero, por cómplices…

     En fin, no se desanime y siga adelante.

     Yo vivo en plena Capital Federal: si puedo servirle en algo, cuente conmigo. Aunque el Señor viniera dentro de cinco minutos, no podemos dejar de hacer lo que es nuestra obligación.

     Sírvase, de paso, indicarme si hay en Buenos Aires alguno de sus sacerdotes que celebre la santa Misa: yo no tengo cerca más que un pobre sacerdote de 80 años miembro de una congregación religiosa progresista que, aunque resiste a los desvaríos de su congregación, celebra la misa del Novus Ordo como si fuera una maravilla y no es capaz de ver que el problema viene de Roma…como tantos otros…

Encomendándome a su oración en la santa Misa, lo saluda en el Señor

"Una ermitaña"