Por Dr. Homero Johas
Einstein era ateo; Darwin era agnóstico; Freud no admitía la verdad absoluta, necesaria.
Pero la "nueva iglesia católica" sigue el "sistema arbitrario" de Einstein; la "evolución de la verdad" de Darwin; lo oculto del inconsciente de Freud.
La "iglesia nueva" tiene en común con estos ateos y agnósticos el que rechazan la verdad única, objetiva, universal, necesaria, y admite la multitud de "verdades" subjetivas, individuales y libres, falsas.
Excluyen de la faz de la tierra al único Dios verdadero, común a todos, universal.
Los evolucionistas quieren la evolución de la verdad en error, y del error en verdad, conforme al libre arbitrio de los hombres.
No distinguen entre el verdadero y los falsos dioses; entre Dios y los ídolos, entre la religión verdadera y las religiones falsas.
En lugar de obrar según la verdad, quieren el derecho de obrar "siguiendo el error".
Niegan la verdad única, absoluta, necesaria, universal, común a todos.
Quiere que cada uno tenga "su propia verdad", "su fe", "sus propias normas", su religión propia, su propio "dios", su "derecho propio", ordenándose cada uno a las sentencias de su "propio espíritu", "juicio propio" y su propia voluntad".
Esto es: sin un Dios único, sin la verdad única, sin un medio único de salvación, sin someterse a la autoridad del único Dios verdadero; sin subordinación al magisterio universal de la única religión verdadera, y a las leyes universales del único Dios verdadero.
Por lo tanto, esta es una "religión cristiana falsa" (Pio XI, enciclica Mortalium animos); sin Dios, sin verdad y sin una fe verdadera; sin los mandamientos verdaderos; sin los deberes y derechos verdaderos.
Se quitó la Monarquía del único Dios verdadero, y se implantó la democracia de los hombres falsos.
Se quitó el "Magisterio de la verdad" y se implantó el "magisterio del error", de la "operación del error" de Satan, de los que "consienten con la iniquidad" (2 Tes. II, 1-11); de la unión de los fieles con los infieles (2 Cor. VI, 14-18); del imperio del "juicio propio" libre (Tit., III, 10-11), humano.
Quién no crea la fe verdadera del único Dios verdadero, de la única Religión verdadera: "ya está condenado" (Juan III, 18). Es la palabra de Nuestro Señor Jesucristo. "Fuera de la única religión verdadera, nadie se salva". Es verdad de fe, universal, de la religión verdadera.
El fin de la "iglesia nueva" es el fuego eterno, "Sal de en medio de ella, pueblo mío, para que no participes de sus delitos y no recibas sus penas" (Apocalipsis XVIII, 4).
Quien defienda esta iglesia falsa, es falso, es seguidor del anti-Cristo, de Lucifer, de Satán, de los ateos, de los sin Dios, de los sin verdad.
Por lo tanto, debemos señalar como papas falsos, traidores de la fe, desde el sr. Angelo Roncalli, hasta el sr. Jorge Bergoglio, ligados a las sectas masonicas, sin la unidad de fe, hipocritas que se dicen "católicos", mintiendo y engañando a millones de personas.
COETUS FIDELIUM N° 10
Marzo del 2014
Traducción:
R.P. Manuel Martinez Hernández F.S.V.F.
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