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domingo, 19 de junio de 2011

FENOMENOS CORPORALES. VII. PRODIGIOS BIOLÓGICOS DIVERSOS

No podemos más que señalar, sin detenernos, otros prodigios biológicos más raros o que han sido objeto de estudios demasiado rudimentales para permitir conclusiones instructivas.

Invisibilidad.
La facultad de tornarse invisible ha sido atribuida a muchos Santos, como San José de Steinfeld, el bienaventurado Nevelo de Faenza, Santa Bona de Pisa, San Luciano, San Francisco de Paula. Se refiere que Violante, esposa del rey Juan de Aragón, quiso ver por curiosidad el interior de la celda de San Vicente Ferrer, y como el Santo se rehusó a prestarse a este deseo, ella hizo forzar un día la puerta. Entonces ella vio todo lo que había en el cuarto, pero no al Santo mismo, e igual cosa ocurrió a los que la acompañaban. Ella preguntó entonces a los Hermanos dónde estaba Vicente; ellos contestaron que estaba allí ante ella y que estaban sorprendidos de que no lo viera. Luego, dirigiéndose a él, le dijeron: "¿Por qué, padre, no aparecéis ante la reina, que os visita, y por qué no le habláis?" Y él contestó: "Yo nunca he permitido a mujer alguna que entrara en mi celda, ni a la misma reina, y Dios, para castigarla de haber entrado por la fuerza, tendrá sus ojos cerrados todo el tiempo que ella permanezca aquí, para impedir que me vea". La reina salió en seguida. Vicente la siguió; ella le pidió perdón de lo ocurrido y se alejó. (Gorres).

Paso a través de los cuerpos solidos.
Este prodigio tiene su ejemplo en el Evangelio, después de la Resurrección de Nuestro Señor:
"Hacia el atardecer del mismo día, que era el primero después del sábado, las puertas del lugar donde se reunían los discípulos, estaban cerradas, por temor a los judíos; Jesús vino, y de pie, entre ellos, les dijo: La paz sea con vosotros.
"Y cuando les hubo hablado así, les mostró sus manos y su costado...
"Y ocho días después, mientras los discípulos estaban todavía en el mismo lugar y Tomás con ellos, Jesús vino, estando cerradas las puertas; y de pie entre ellos, dijo: La paz sea con vosotros.
"Él dijo en seguida a Tomás: Pon tu dedo aquí y mira mis manos; acerca tu mano y ponía en mi costado; y no seas más incrédulo, sino creyente." (Juan, XX, 19-27.)
La vida de los Santos relata prodigios análogos. Santo Domingo fue trasladado con un Hermano que le acompañaba, al interior de una iglesia, delante de la cual se había puesto a orar, estando cerradas las puertas. El bienaventurado Mauricio, de la Orden de los Frailes Predicadores, Clara de Agolantibus, etc., son citados también por haber pasado a través de puertas y paredes.

Compenetraciones mediumnicas.
Muchos experimentadores han pretendido haberlas obtenido, sobre todo en forma de transporte de objetos que penetran en una habitación cerrada. Carlos Richet expresa sus reservas al respecto "por cuanto, dice, en la ciencia metapsíquica el transporte y el aporte de objetos son muy excepcionales, tanto que nunca pudieron ser comprobados". Y a raíz de la protesta de algún médium: "Por lo tanto, no puedo resolverme a considerar como demostrada la realidad de los aportes o el paso de la materia a través de la materia. Pero es muy posible que mi opinión se modifique por nuevas experiencias".

"Bilocaciones".
La presencia aparente de una misma persona en dos lugares diferentes, en el mismo instante, es un hecho raro, pero que al parecer ha sido bien demostrado. San José de Cupertino, hallándose en Roma, fue visto lejos de allí, por numerosas personas, asistiendo a Octavio Piccino. Fue visto en Cupertino por su madre moribunda, mientras él se hallaba en Asís. Se citan hechos semejantes acerca de San Pedro de Alcántara, San Antonio de Padua, San Francisco Javier, visto a la vez sobre un barco y en la chalupa a la deriva, de María de Agreda, etc. San Alfonso de Ligorio, hallándose en la ciudad de Nocera dei Pagani, en la Italia meridional, fue visto cerca del lecho de muerte de Clemente XIV, asistiendo a este papa durante su agonía.

Bilocaciones metapsíquicas.
Los diversos casos citados como dice Carlos Richet, parecen reducirse a fenómenos telepáticos o bien puramente subjetivos.

APRECIACIÓN DE LOS HECHOS
Todos estos hechos requirirían ser estudiados de cerca, comparados, distinguidos uno de otro, etc. Las interpretaciones unívocas, como ya lo hemos visto en los demás fenómenos biológicos, son generalmente falsas: el mundo natural y el mundo sobrenatural nos presentan una riqueza de mecanismos, fuente inagotable de descubrimientos para la ciencia y de grandiosas y armoniosas advertencias para la filosofía.
Advirtamos, a título de ejemplo, que en la invisibilidad, ciertos hechos parecen estar a favor de una invisibilidad real, otros no son una verdadera invisibilidad, sino una ceguera subjetiva y selectiva que afecta a ciertas personas.
Acerca de la compenetración, el Padre Sempé escribe: "El espíritu no conoce la maciza vulgaridad de la materia que impide a dos cuerpos coexistir en el mismo espacio. El alma glorificada tornará al cuerpo más sutil que la luz: para ese cuerpo, como para el cuerpo de Cristo, no habrá ya masa impenetrable" (Messager du Coeur de Jésus, noviembre de 1933).
Y el cardenal Lépicier por su parte dice: "Sería un error creer que los cuerpos glorificados gozan del privilegio de la compenetración, porque en este caso se trata, como hemos dicho ya, de una operación que corresponde únicamente a Dios".
Por otra parte, vemos que el Dr. Richet no admite en nombre de las leyes físicas una imposibilidad absoluta de este fenómeno. En realidad, Gorres, fundado en los fenómenos electrolíticos y de ionización, entrevé bases naturales posibles para esos fenómenos; lo mismo, lo que sabemos acerca de las membranas semipermeables, infranqueables para determinados cuerpos y permeables para otros, y finalmente ciertas teorías de la física moderna, no colocan a la compenetración fuera de nuestras concepciones fisiológicas. La impermeabilidad es sólo una cualidad relativa: una variación de tensión superficial, de temperatura, etc., basta para permitir una compenetración que pareció imposible anteriormente. El milagro tendría en este caso que hacer actuar o exaltar ciertos procesos naturales.
Finalmente, por lo que se refiere a las bilocaciones, el cardenal Lépicier escribe: "Esos casos de bilocaciones, como lo enseña la teología católica, no suponen la presencia del mismo cuerpo existiendo localmente en dos lugares diferentes, sino que se imagina más bien que ese cuerpo existe en un sitio con la plenitud de sus cualidades materiales y en otro con esas sus cualidades reducidas. Porque es imposible, y Dios mismo no pude hacer que un cuerpo único ocupe localmente dos lugares distintos... La bilocación en el caso de los Santos, consiste en el hecho que, mientras ocupan localmente un espacio determinado, un ángel es enviado por Dios para tomar su forma y cumplir en su lugar las operaciones que ellos mismos cumplirían".
Pero esta explicación nos da más que una satisfacción a medias en el caso de San Alfonso de Ligorio que asiste al papa Clemente XIV. En efecto, el Santo permaneció todo el tiempo de su presunta ausencia en un estado de letargo. Si el ángel hubiera actuado independientemente de él, esto no hubiera debido afectar su manera de ser. Por otra parte, cuando San Alfonso volvió en sí, ¡declaró él mismo que volvía de asistir al Papa en sus últimos momentos! Seguramente, la bilocación verdadera puede muy bien no haber existido nunca y ser imposible; pero parece difícil poder excluir la participación del sujeto en las acciones que su "sosia" realiza en su nombre. En todo caso, únicamente el análisis de numerosos hechos podría ilustrar acerca de la parte fisiológica (telepática u otra), la parte angélica y la parte divina de estos prodigios.
El campo de las investigaciones es por lo tanto enormemente abierto, en los tres órdenes de hechos considerados.
Doctor Henri Bon
MEDICINA CATÓLICA

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