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domingo, 9 de septiembre de 2012

OTRA PERSPECTIVA DEL ECUMENISMO CONCILIAR

Revista Claves
de la Funadación San Vicente Ferrer
Octubre de 1992
 
Transcribimos a continuación una carta publicada en el Jewish Chronicle, de Londres, el 23-11-64. La carta está firmada por un rabino de Middelessex (Inglaterra), el rabino S. Warshaw; y dice:
"Debo señalar mi asombro ante la publicación de la última semana en ese mismo diario, que nos informa de un obispo de la Iglesia católica (Jamaica) que habló desde el púlpito de la Sinagoga Shaare Shalom, de Kingston".
"Por muy bien intencionado que sea el motivo de la Sinagoga de Kingston al promover relaciones entre católicos y judíos, ¿puede acaso el promotor suponer que habrán de tener éxito tales innovaciones, que aparte de constituir una violación a la ley judía, resultan al mismo tiempo un absurdo en buena lógica? Pues por más elocuencia que pongan los defensores judíos o gentiles en sostener que los Judíos y Cristianos adoran realmente al mismo Dios, tal afirmación es absolutamente falsa y equívoca".
"La verdad es que nosotros (los judíos) sostenemos que ambas deidades son enteramente irreconciliables y ninguna clase de recurso de un pensamiento casuístico puede conseguir una identidad entre ambas. La doctrina trinitaria del Cristianismo es diametralmente opuesta a la gloriosa y perfecta unidad del Dios de Israel, que es un atributo indispensable de la fe judía. El rechazo del Antiguo Testamento, por parte de la Iglesia Católica, en favor de una "nueva" religión y de un salvador contradice las verdaderas bases del credo judío, que declara en los 13 Principios de la Fe, de Maimónides, que nuestra Torah no podrá ser cambiada, ni habrá de aparecer otra Torah o enseñanza, de parte del Creador, bendito sea su nombre".
"Por este motivo debo proclamar con fuerza que tales experimentos religiosos, opuestos a la verdadera convivencia, en el marco de una fraternización artificial son intentos deshonestos y perjudiciales para obtener una forzada identidad de objetivos espirituales sin fundamento en la realidad".

 Este hebreo afirma sin duda la consecuencia de su judaismo, pero ninguno de los ecumenistas conciliares -empezando por Wojtyla- es consecuente con su catolicismo cuando afirman que "adoramos el mismo Dios": por el simple hecho de que no son católicos, sino judaizantes. Igual que la nueva religión que espera el nuevo Adviento de la Iglesia.
La misma que proclama el tercer milenio y la civilización del Amor. "No es el cristianismo el que ha debido creer en el Judaismo, sino el Judaismo en el Cristianismo" (San Ignacio de Antioquía, Carta ad Magnesios, cap. 10). Estos pueden ser llamados, sin duda, como San Juan Damasceno le llama a Nestorio: de mente judaica. No hay perspectiva ecuménica con los judíos, sino mesianismo y profetismo que contradice la Fe.

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