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martes, 4 de mayo de 2010

Edificando la Iglesia sin Pedro














¿Que queda de nuestra Iglesia? ¿Qué hemos hecho de nuestra Iglesia?
Tal parece que ruinas, pues, no esta el cimiento solido que es Pedro; lo peor de todo, parece que los encargados de su custodia, no quiere repararla.
Analicemos un artículo de Mons. Urbina, titulado EL DRAMA DE LA HETERODOXIA ENTRE LOS TRADICIONALISTAS.
El Padre Joaquín Sáenz y Arriaga (muy reconocido en el tradicionalismo mejicano, sobre todo en el sedevacantismo), escribió en su libro DONDE ESTA EL PAPA, AHÍ ESTÁ LA IGLESIA: "Un rebaño que no tiene Pastor, va a la ruina y a la muerte... Pedro, pues, ... es un cargo, un oficio, un ministerio DEL CUAL LA IGLESIA NUNCA DEBE CARECER".
Mons. José F. Urbina comentando este pasaje dice: "Como es obvio que las palabras de las doctrinas que se enseñan parece que no se entienden o se retuercen a voluntad su significado, veamos en el Diccionario qué significan: "NUNCA" es: "En ningún tiempo. Ninguna vez". Esto quiere decir que el Papa no puede faltar en ningún tiempo, ninguna vez. Ni en la situación actual de extremísima gravedad. "CARECER" es: "tener falta de alguna cosa". Es decir, que el Papa no puede faltar en la Iglesia, nunca, en ningún tiempo, ninguna vez. ¿Se entiende esto?".
El Catecismo de Perseverancia del abate J. Gaume, en el tomo III, pág. 297 escribe: "La verdadera Iglesia debe ser una; una en su Fe, una en sus leyes, una en su esperanza, una en su jefe". Y en la página 300: "... los obispos, todos, se encuentran sometidos al Sumo Pontífice, jefe supremo de la Iglesia, al cual, revestido con una primacía de honor, se muestra más elevado que todos, a fin de que todos vean en él, EL CENTRO DE LA UNIDAD, al que se reunen todos los radios".
San Cipriano dice que Cristo fundó la Iglesia SOBRE UNO y ese uno es Pedro que es la unidad del fundamento y que el fundamento es prenda de la unidad del edificio.
La crisis producida por esta sede vacante, ha provocado que los obispos y superiores religiosos estén tratando de construir una Iglesia sin cabeza, sin caridad, pues la mayoría de ellos es excluyentes (Obispos y superiores que no quieren tener comunicación con otros) están formando una Iglesia a su modo y gusto y no al gusto de Dios; están formando un ejercito sin general, o sea una Iglesia sin Papa. ¡Pero que necedad! Sin gobierno todo se va a la ruina.
¿Cuál es el fundamento en el cual edifican ellos "su Iglesia", que no puede ser ya la católica, al desechar a la roca instituida por Nuestro Señor Jesucristo como cimiento solido?
Sigamos con las apreciaciones de Mons. Urbina: La Iglesia de Cristo que predica la verdad, no puede decirse verdadera si no tiene unidad.
Pues, ¿de que sirve tener los Sacramentos, tener la Misa, tener seminarios "bien conformados" si Pedro está ausente y además no se quiere elegirlo?
San Francisco de Sales escribía: "La Iglesia no puede estar reunida en un Concilio... tiene siempre la necesidad de un confirmador infalible al cual nos podamos dirigir" (Los doctores de la Iglesia, R. Sineux, pág. 394)
Es un error gravísimo contra la Fe, contra la infalibilidad y contra la "constitución" de la Iglesia, que no puede cambiar, contra la unidad y contra Dios, pretender elevar a los obispos a la suprema autoridad que solo le corresponde a Pedro. Y lo que están haciendo todos los obispos tradicionalistas es ubicarse en el máximo puesto de la comunidad que dirige, simplemente porque no quieren la unidad ni quieren elegir al Papa. Por eso el CATECISMO ROMANO escribe que "San Optato de Milevi dice: "No te puede excusar la ignorancia, porque tu también sabes que en Roma tiene sentada su cátedra episcopal sobre la cual él se sentó como cabeza de todos los Apóstoles, para que todos tuvieran en él sólo, la unidad de cátedra, y así, SEA CISMÁTICO Y PREVARICADOR QUIEN CONTRA ESTA SUPREMA Y ÚNICA CÁTEDRA PRETENDIERA LEVANTAR OTRA".
Si los obispos no obedecen a Pedro y el término de toda autoridad son ellos mismos, entonces es evidente que han levantado otra cátedra distinta a la cátedra de Pedro.
Los tradicionalistas obedecen a a los Papas (Pío XII y anteriores), solo de dientes para afuera. Están cometiendo el gravísimo pecado de tentar a Dios porque si reconocen que la división y sobre todo la sede vacante son los principales motivos de la gravedad de esta espantosa crisis, no mueven un solo dedo para solucionarla y antes que eso, se dedican a condenar y machetear a todo mundo a diestra y siniestra. La estricta obligación de todos ellos es buscar la unidad y elegir Papa, pero están esperando milagros y la intervención del cielo para que vengar a hacer lo que ellos se han negado a hacer. Santo Tomás dice (Sum. Theo. 2-2,q. 97, a. 1): "TIENTA A DIOS EL QUE PUDIENDO HACER OTRA COSA, SE EXPONE SIN MOTIVO AL PELIGRO, COMO PROBANDO SI DIOS TIENE PODER PARA LIBRARLE" Y también dice: (2-2, q. 53, a. 4): "... el no esforzarse por hacer lo que está de su parte, esperándolo todo en el auxilio divino, ES TENTAR A DIOS".

R.P. Manuel Martinez Hernández

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