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lunes, 21 de junio de 2010

¿No habrá Iglesia en la Tierra?


Extracto del escrito
LA IGLESIA MILITANTE, PATRIA DEL CRISTIANO,
YA NO PUEDE SER ENCONTRADA CON FACILIDAD
EN LA SUPERFICIE DE LA TIERRA
de Mons. José F. Urbina A.

Hay que considerar algunas cosas que dice San Agustín (Ciudad de Dios XX, Caps. VIII, XI, XIII), en sus palabras verdaderamente proféticas, pero que obedecen mas bien a un profundo conocimiento de las Sagradas Escrituras:
.- "No habrá Iglesia en la tierra, o no la hallará en ella en cuanto le hubieren soltado, o acabará con ella persiguiéndola". San Gregorio Magno dice en su obra LOS MORALES, que el Anticristo reinará en la tierra "por los pecados de los hombres". No solamente por el pecado de los hombres reinará el Anticristo, sino que el reinado de este vicario de Satanás, traerá también "la Apostasía" predicha por San Pablo en su segunda carta a los fieles de Tesalónica, y traerá la abominable desolación predicha por Cristo el cual envía al texto del profeta Daniel. Daniel dice: El Sacrificio perpetuo será eliminado por un tiempo. Entonces, el reinado anticrístico traerá igualmente la eliminación de la Misa Católica de todos los siglos. Todo esto ha de suceder por el pecado de los hombres. La verdadera Iglesia abandonará la superficie de la Tierra y se esconderá en unas nuevas catacumbas. Quedará a la vista de las naciones una Iglesia falsa, una "extraña Iglesia" -como la llama Catalina Emmerich- que usurpará con el aplauso del mundo, especialmente de los enemigos de Cristo, todos los espacios que a la verdadera Iglesia pertenecen. Dice también:
.- que no se trata de un ejército que ha de venir de un determinado punto contra los ejércitos de Dios y contra la "ciudad amada", sino que, como el contagio de la herejía han de contraerlo por todas partes en donde la Iglesia estuviere, los verdaderos católicos se verán "apretados", "arrinconados" y "encerrados" en lo que el Padre Leonardo Castellani llama "islotes de la Fe" pero siempre amenazados por la traición y el espionaje. Entonces, los verdaderos católicos se tendrán que esconder para seguir practicando el culto católico de los Padres porque el poder anticrístico aliado al poder del Estado anticatólico estarán siempre en el aire como espada de Damocles.
.- También dice San Agustín, que en aquellos tiempos significados por la humareda que invade el santuario, "nadie se convertirá al pueblo cristiano". Porque los católicos que queden fuera de la verdadera Iglesia, militando en la Iglesia apóstata, llamada por el Apocalípsis "gran ramera" -título que antonomásticamente le correponderá a la sede del Anticristo-, Estaran ciegos para discernir cuál es la verdad y cuál es la mentira, arrastrados por el inmenso mar de gentes que siguen el error, o arrastrados por las propias conveniencias, o arrastrados por la propia ignorancia en las cosas de su religión o simplemente arrastrados por sus propios pecados. Esto no significa, sin embargo, que el Señor no quiera llamar a Su verdadero rebaño a algunas almas, seguramente excepciones, que ciertamente serán muy pocas. La Iglesia de Cristo, no ignoraba la llegada de estos tiempos aterradores y desgarradores. San Gregorio, ya lo anunciaba en LOS MORALES: "La Iglesia siente gravemente en las entrañas el dolor de la última persecución" (Lib. XX, Cap. XL, 77) Que la iguala así a su Fundador Jesucristo, quien, siendo Dios, todos los días de Su vida mortal en la Tierra, tuvo presente Su martirio en la Cruz, y que la hacen un verdadero camino del dolor aceptado voluntariamente por la redención de los hombres.

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