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sábado, 2 de marzo de 2013

DE LAS SACRAMENTALES

CAPITULO V 
DE LOS SACRAMENTOS
TITULO VI. 
DE LAS SACRAMENTALES  
Capítulo Unico. 

601. Llámanse sacramentales las cosas que tienen alguna semejanza con los Sacramentos; pues son ciertas cosas ó acciones, instituidas ó empleadas por la Iglesia, para que produzcan ciertos efectos, sobre todo en el orden espiritual. Tales son: 1) Los ritos y ceremonias que usa la Iglesia en la administración de los Sacramentos, ó al destinar algunas cosas ó personas a cierto culto ó ministerio, como la consagración de Templos, altares, cálices, vírgenes, ó reyes, la bendición de abades, la prima tonsura etcétera. 2) Las bendiciones y exorcismos, independientemente de la administración de los Sacramentos. 3) Las cosas consagradas ó benditas a que está aneja alguna virtud saludable, como son el agua lustral, los Agnus Dei, las palmas y velas benditas etcétera. 4) Ciertas prácticas piadosas, como son el Padre Nuestro, el Confíteor, la limosna, el lavatorio el jueves Santo etc. 

602. Las Sacramentales no tienen, por cierto, la virtud de santificar, que existe en los Sacramentos instituidos por Cristo Nuestro Señor; no obstante, si nos servimos de ellas con devoción, en virtud de las preces con que la Iglesia ha consagrado esas cosas, como enseña Santo Tomás, alcanzamos el perdón de los pecados veniales; y merced a las oraciones, obtenemos gracias actuales, y repelemos a los enemigos del alma. También, por medio de ellas, suele la benignidad de Dios conceder muchos beneficios corporales. 

603. En la colación de las Sacramentales, se observarán escrupulosamente las prescripciones de la S. Congregación de Ritos (Cfr. Mach, Tesoro del Sacerdote ed. 12, n. 463 seq. ubi de Benedictionibus). En la duda de si es lícita alguna costumbre que se refiera a las Sacramentales, se recurrirá a la Santa Sede, exponiéndole bien todas las circunstancias. 

604. Cuiden especialmente los predicadores y curas de explicar a los fieles la naturaleza, significado y efectos de las Sacramentales, sobre todo de las que son más comunes, y el recto uso de las mismas, haciendo a un lado toda superstición y temeraria confianza. Los curas de almas se prestarán con facilidad a aliviar las necesidades de sus feligreses, con estos remedios espirituales.

ACTAS Y DECRETOS DEL CONCILIO PLENARIO DE LA AMERICA LATINA 1898

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