MI PECADO
Mi pecado esta siempre delante de mi.
"Quiero recordar mis maldades pasadas, no porque las ame, !oh Dios mio!, sino para amarte a Ti. Lo hago con el deseo de encenderme en tu amor, recorriendo uno a uno mis pésimos caminos con profunda amargura de mi corazón, para que Tu, dulzura no engañosa, dulzura feliz y segura, endulces mi amargura" (San Agustín).
Así quiero hacerlo yo también, Señor.
Mi pecado esta siempre delante de mi.
¡Pecado y mio!.
¡Que unión de palabras tan amarga, pero tan real!
Pecado: Rebelión insensata y audaz contra mi creador.
Mio: porque soy el rebelde e insensato.
Yo, obra de las manos divinas, he levantado mis manos contra mi Creador, contra mi Padre. Así es la verdad, verdad triste y amarga.
El pecado es mi obra.
¡Y son tantos mis pecados..., y cometidos de tantas maneras!
Pensamientos ilícitos, que quedaron, manchandola, en el fondo de mi alma...,
Deseos pecaminosos, que serian mi vergüenza si llegaran a ser conocidos...
Palabras que mancharon mis labios...
Obras que profanaron el santuario de mi DIOS...
Omisiones culpables...
¿Cuando o donde fui inocente?
Pecados ocultos y pecados manifiestos...
Pecados que aun están aun vivos en mi memoria..., y pecados cuya memoria va borrando tal vez el tiempo destructor...
Pecados con que escandalice a mi prójimo y que claman justicia contra mi.
Verdaderamente me veo obligado a exclamar:
"Mis pecados se han multiplicado mas que los cabellos de mi cabeza".
¿No encuentro acaso mi vida toda manchada, desde el momento en que lucio en mi la luz de la razón hasta el día de hoy?
Mis pecados van pasando, uno a uno, delante de mi como horrorosa pesadilla, y cada uno de ellos me dice, sin que yo pueda desmentirlos:
Opera tua sumus: obra tuya somos.
Mi pecado.
Ahí esta, testigo al que no puedo desmentir; ahí esta, acusador y terrible: Contra me est semper! !Siempre delante de mi!
Pero, ¿acaso no he llorado ya?... ?No esta ya perdonado?...
Así lo espero.
... Pero si tantos han sido condenados por menos pecados que los mios, yo, ?por que no lo he sido?
¡Oh misericordia infinita!
¿Como corresponderé, Señor, a tu bondad
Alberto Moreno S.I.
ENTRE EL Y YO
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