Por R.P. Joaquín Saenz Arriaga
Páginas (46-60)
¿CON LOS OPRIMIDOS O CON LOS OPRESORES?
"El Congréso Eucarístico Internacional de Bogotá es un acontecimiento religioso de tipo multitudinario. Está promovido por la Iglesia Católica. Tiene una figura central: el Papa.
"Ante todo, un pueblo de mayoría religiosa tiene derecho a manifestar externamente su fe. Pero no se puede narcotizar, explotando esa misma fe. Porque sería una pirueta de circo, pretender que las masas continúen oprimidas, neutrales, conformes, ante un falso orden social, donde una minoría oligárquica explota a una inmensa mayoría.
"El pueblo, con excepción de sectores muy reducidos, no tiene aun conciencia social. Es fatalista, conformista y fetichista.
"Fatalista porque piensa que el falso orden social es inmodificable, siendo que quienes lo usufructúan lo tienen todo: dinero, poder, mando
"Fetichista, porque ve en los poderosos, en los oligarcas, en los de la alta clase explotadora, unos fetiches o semidioses, a los cuales debe rendir tributo y sumisión.
"Si el congreso no promueve en la masa una conciencia de cambio, si
"El amor cristiano no consiste en que los explotadores sigan explotando, sino en que los explotados se rebelen contra quienes explotan al hombre.
"Es absurdo hablar de 'vínculo de amor' (este era el lema del Congreso) mientras un sistema y unas castas prepotentes produzcan miseria, pordioseros, niñez abandonada, prostitutas, violencia, analfabetismo y pueblos con hambre.
"La Iglesia está en un dilema: o se difine a favor de los oprimidos, que son la mayoría, o sigue vinculada —en vínculo de amor— a las estructuras oligárquicas. O es la Iglesia de Cristo auténtica, o es la Iglesia institucional inauténtica.
"La gran prensa la que está al servicio de los explotadores — informa de obispos que vienen a hospedarse, no entre los humildes, que viven en barriada de miseria, sino en casa de los oligarcas y los ricos, en sectores residenciales, donde imperan la soberbia y el lujo. Por este aspecto nada se ve en esto de 'Iglesia de los pobres'.
"Esa misma Iglesia, el mayor poder espiritual de América Latina, no hará nada con definiciones verbalistas, ni con llamamientos teóricos a la justicia. O se pronuncia con hechos contra las estructuras actuales o continúa aliada a esas estructuras. Lo cierto es que no se puede engañar más a los hambrientos y a los pobres, en congresos eucarísticos de farsa y mentira, tomando a Cristo como pretexto de un triunfalismo, que sirva para disimular el maridaje nefando con opresores y plutócratas. Porque no se trata de mantener contentos a los poderosos, sino que los pobres no continuén oprimidos. Y esto no les puede gustar a los poderosos.
"La figura central del Congreso es el Papa Viene al Continente Latinoamericano, parte del Tercer Mundo Viene al Congreso. No asistirá a la reunión del CELAM (Conferencia del Episcopado Latinoamericano). Se demorará en Bogotá cuarenta y ocho horas.
"De inmediato surge una doble observación: nuestra América merece mejor trato; es anhelo de muchos ver al Papa con los jerarcas en Medellín, trabajando con ellos, ahora cuando se va a tocar por primera vez a fondo la problemática de un continente.
"La rapidez de la visita deja la impresión de un viaje de turismo, de algo a que se atiende por simple compromiso, por puro protocolo.
"Sabe muy bien Paulo VI que América está en situación revolucionaria. Que en algunas naciones existen ya guerrillas de hecho o en vía de formación. Estas surgieron de las circunstancias y no por simples caprichos personales.
"Si condenara explícitamente la revolución, olvidaría cosas como éstas:
"A) Que las clases dominantes han impuesto la violencia a los oprimidos.
"B) Que, cuando se da tal circunstancia, la violencia pasa a ser derecho de los explotados.
"C) Que estamos bajo el dominio del imperialismo y éste es esencialmente belicista y brutal. Lo ha demostrado en Vietnam y Santo Domingo.
"Lo cierto para el pueblo es esto: O se conforma con ser aplastado o se rebela, con una sola meta: tomarse el poder. Ni bendiciones, ni maldiciones podrán detenerlo.
Bien sabía el Sr. Germán Guzmán Campos que el proyectado Congreso Eucaristico Internacional no pretendía que el pueblo, continuace como dice él, fatalista, conformista y fetichista; bien sabía que ese acontecimiento religioso no era una traición a la causa de los pobres. Sabía de sobra que las corrientes progresistas, que impetuosamente habían invadido a los eclesiásticos latinoamericanos -digo a una gran parte de ellos, especialmente entre los elementos jóvenes y los jesuítas— habían ya orientado el programa y el espíritu del próximo Congreso hacia la provocación inmediata y audaz, del cambio de estructuras sociales, económicas y políticas; y que la metamorfosis proyectada no excluía el campo religioso.
Pero él y su partido querían presionar al Papa, para que convertiese el Congreso Eucarístico en una justificación de las guerrillas, en un "acicate", que indujese a los pueblos latinoamericanos a rebelarse contra la injusticia. En otras palabras, "FRENTE UNIDO", el partido comunista y los progresistas, sus aliados, querían que al principio el Congreso fuese el principio de una revolución continental de carácter comunista; la implícita
y corazón de los pueblos que, en el mundo entero, combaten el imperialismo.
"Comprendiendo el alcance de las tareas concretas que la situación actual plantea al pueblo colombiano, han decidido construir equipos de trabajo conducentes a la gradual integración de un Frente de Liberación Nacional, que llevan las luchas fundamentales a la cabeza y una retaguardia auxiliar, en los sectores de masas, apto para asegurar la participación de nuestro pueblo en la violenta batalla contra las formas de dominación imperialista, colonial y neocolonial.
"Conscientes del carácter de larga duración que la lucha libertadora reviste en nuestro país, han decidido colaborar en la planificación del gigantesco empeño que requiere la movilización y organización de las clases populares para la toma del poder, mediante un perseverante trabajo de formación de conciencia, educación, investigación científica, participante en la vida y las luchas del pueblo, y un combate ideológico contra las desviaciones revisionistas y las formas que alimentan el ilusionismo reformista.
"Consecuentemente con la exigencia de la hora, que ordena pasar de las palabras a los actos; del pensamiento a la acción; convertir las ideas en fuerza material y el arma de la crítica en "crítica por las armas", se han comprometido a realizar la conjunción de esfuerzos, por pequeños, anónimos y modestos que sean, orientándolos a convertir la lucha libertadora emprendida, en lucha de todo el pueblo colombiano.
"El enunciado de los motivos determinantes y las tareas concretas inmediatas que se han impuesto, quedan consignados así en el Acta de Compromiso siguiente:
"NOSOTROS, revolucionarios colombianos, conscientes de nuestra responsabilidad ante el pueblo y la revolución colombiana y teniendo presente que:
1.—Nuestro país, no obstante haber conquistado hace siglo y medio por el esfuerzo de las masas populares y de los ejércitos libertadores la independencia del coloniaje español, yace en condiciones de atraso y dependencia, sojuzgado por el imperialismo norteamericano, cuya rapaz explotación saquea la economía, deforma la cultura y domina el poder público.
2.—Las clases dominantes están constituidas por una minoría oligárquica, inepta y voraz, aliada y agente del imperialismo, la cual se sustenta en un falso orden social, del que brotan miseria, violencia, desempleo, desnutrición, alcoholismo, prostitución, vicios, ausencia de posibilidades de cultura, salud y techo para las mayorías populares.
3.- El falso orden social oligárquico es una valla para el florecimiento de las riquezas materiales y espirituales de la nación y para la realización de los destinos históricos del pueblo colombiano.
4.- Colombia sólo puede superar la actual crisis general en que se debate, hace más de 20 años, a través de un cambio profundo y radical de las estructuras sociales, económicas y políticas, mediante la toma revolucionaria del poder por las clases populares.
6.- La revolución en Colombia no es incumbencia de un solo grupo, partido político o clase social, sino de todo el pueblo, entendiendo por tal, el conjunto de clases y grupos sociales víctimas de la opresión de un sistema basado en relaciones de producción agrícola semifeudales y de falso desarrollo capitalista por la via del neocolonialismo.
7.- La tarea de la revolución será el producto de la conjunción de esfuerzos de todos los sectores que tengan fe en el poder del pueblo y
8.- Ante la estrategia global y continental del imperialismo, la lucha revolucionaria del pueblo colombiano no puede estar desligada de la de los demás pueblos latinoamericanos, ni de la que actualmente adelantan quienes en el Asia, Africa y Europa pugnan por liberar al hombre de las estructuras alienantes y adulteradas, cuya expresión más degenerada y corrupta es el imperialismo norteamericano.
9.- Reconociendo la necesidad de utilizar todos los medios de lucha, legales y abiertos, mientras sea posible, se llega a la evidencia de que la acción del imperialismo y de la oligarquía dominante cierra cada día más las vías pacíficas de lucha popular y determinan el derecho a responder a la violencia reaccionaria con la fuerza armada revolucionaria.
10.— El problema más importante que tiene que resolver la revolución colombiana, no radica en la fortaleza de las clases dominantes, sino en la dispersión e inconexidad de las fuerzas llamadas a derrocarlas. En consecuencia, es tarea fundamental propiciar la unidad tanto de los sectores revolucionarios como de las vanguardias, sobre la base de una lucha contra el reformismo, el revisionismo y el oportunismo, que despeje la vía hacia la identidad de propósitos estratégicos y hacia la acción táctica unitaria.
1° Promover el pensamiento y la acción de los revolucionarios auténticos hacia la unidad de meta.
2° Fortalecer y desarrollar la solidaridad de las masas populares con las vanguardias que en Colombia, Latinoamérica, Norteamérica, Asia y Africa combaten por la liberación nacional.
3° Apoyar y defender a los perseguidos políticos, prestar eficaz asistencia a sus familias y garantizar la seguridad de quienes asumen tareas revolucionarias.
4° Movilizar al pueblo, mediante la educación y esclarecimiento que transformen su conciencia, hacia la necesidad de un cambio, dandole certeza en la posibilidad de realizarlo aplicando formas superiores a la lucha politica.
6° Coordinar el trabajo de los grupos revoluciónanos existentes y organizar los sectores marginales.
7° Luchar por la eficacia de las acciones revolucionarias y contribuir a la integración de una auténtica vanguardia revolucionaria.
8° Divulgar el pensamiento, la acción y el ejemplo de Camilo y del "Ché" y hacer de ellos un paradigma de conducta revolucionaria.
9° Constituir equipos de trabajo que, a escala nacional, regional y zonal, lleven a la práctica los anteriores postulados.
Esas nuevas estructuras son el socialismo, que prepara el advenimiento del comunismo, la toma revolucionaria del poder por las clases populares. Es necesario eliminar la oligarquía imperante; es urgente hacer una equitativa distribución de las riquezas, que establezca la igualdad social, después de suprimir todos los privilegios. Por eso esta revolución no es incumbencia de un solo grupo, partido político o clase social, sino de todo el pueblo, entendiendo por tal el conjunto de clases y grupos sociales víctimas de la opresión. Este es el nuevo evangelio del amor y de la fraternidad cristiana. Por eso la lucha tiene una amplitud mundial, no es de Colombia, no es de México; es de toda la América Latina, es de Asia, de Africa y de Europa; y el enemigo común es el imperialismo americano. El problema es internacional. Todos los sectores que tengan fe en el poder del pueblo, sin distinción de razas, de países, de religiones; todos los que quieran realmente la liberación nacional y trabajen efectivamente por alcanzarla deben tomar parte en la conjunción de esfuerzos para hacer este mundo mejor, con los postulados del marxismo leninismo, que, despojados de su ateísmo, expresan en el fondo el mensaje cristiano.
Con miras a convertir en realidad este programa redentor, se acaba de inaugurar en Bogotá la Fundación Latinoamericana CAMILO TORRES RESTREPO, que funcionará en la casa donde viviera el Padre Camilo en unión de su madre Isabel Restrepo de Torres.
La fundación será el centro científico y cultural (?) del camilismo a su nivel nacional e internacional. Su principal función será la organización y el desarrollo intelectual de todos los trabajos sobre la obra del "inmortal sacerdote guerrillero", quien con su vida de científico social y su acción de revolucionario auténtico dió ejemplo a millones de cristianos, que hoy siguen sus enseñanzas en todo el mundo.
Dirigentes obreros, estudiantiles, campesinos, escritores y sacerdotes figuran como fundadores de la institución, que viene a llenar un vacío en el proceso en marcha de la revolución de los pueblos latinoamericanos, oprimidos por el hambre, el analfabetismo, las enfermedades y todos los males causados por la clase explotadora internacional, a la cual se irá desenmascarando, a medida que la ciencia revolucionaria avance.
"En primer lugar, una de las primeras condiciones es lograr que las clases populares tengan una conciencia común". (Conferencia en el Sindicato de Bavaria, julio de l965).
La orientación de Camilo es muy clara: las clases populares deben tomarse el poder. La primera condición que se requiere es que tengan una conciencia común; es decir, de que son una clase y de que deben tener una fuerte conciencia de clase.
1.—¿Qué es el poder? ¿Qué significa "tomarse el poder"? ¿Por qué son las clases populares las que deben tomarse el poder? ¿Para qué deben tomárselo?
2.—Camilo habla de que las clases populares deben tener una conciencia común. ¿Qué se entiende por conciencia común? ¿Sobre cuáles objetivos deben tener las clases populares una conciencia común? ¿Están convencidas las clases populares de que deben tomarse el poder? Si no hay conciencia clara sobre este punto ¿a qué se debe? ¿Cuáles son los obstáculos para que las clases populares no tengan una conciencia común? ¿Qué medios se podrían emplear para que las clases populares tengan una conciencia común? ¿Qué sentido se le da a estas palabras: conciencia, concienciación?
3.—¿Cuál es el camino para que las clases populares tomen el poder? Conviene tener presente estos datos: a) la oligarquía se escuda en la fuerza para mantenerse en el poder, b) Oligarquía y masas trabajadoras son antagónicas, c) La oligarquía tiene montada una dictadura clasista. La disfraza de "legalidad" y la defiende con las armas, d) Se debe cambiar la farsa burguesa oligárquica por una democracia socialista, e) El imperialismo norteamericano respalda con dinero y con ayuda militar a las democracias burguesas oligárquicas. Cuando conviene a sus intereses, coloca en el gobierno a un "gorila", f) El asunto se plantea así: o dictadura del privilegio o liberación nacional; o poder militar manejado por el Pentágono yanqui o poder del pueblo. Cualquier otro planteamiento es reccionario y reformista, g) La burguesía apelará a la violencia para impedir que el pueblo llegue al poder. Entonces, surge esta alternativa: O régimen dictatorial burgués pro-imperialista o gobierno revolucionario de las masas mediante el triunfo de la violencia.
"Además de los ingentes gastos del tesoro público para el sostenimiento de los aparatos represivos y judiciales, encontramos en éstos a los portadores de la persecución, el presidio, la tortura y la muerte. Gracias a éstos el gobierno policíaco mantiene las cárceles de Bogotá, Bucaramanga, Armenia, Ibagué, Popayán y Chaparral, así como las colonias penales de Acacias, Araracuara y Gorgona, colmadas de presos políticos revolucionarios, muchos de los cuales tienen penas que sobrepasan los 30 años y otros a quienes no se les ha tomado indagatoria.
"Las constantes arbitrariedades del gobierno muestran a las claras su carácter antidemocrático, que riñe con los postulados de los derechos humanos y la Constitución Nacional.
"Para nadie es un secreto lo depravante del sistema carcelario colombiano, así como tampoco se desconoce la aplicación de la tortura moral y física a los detenidos políticos, que muchas veces se extiende a sus familiares.
"Los presos políticos no constituyen una excepción de la lucha revolucionaria y patriótica. Toda gesta emancipadora produce la soberbia y crueldad de quienes en el poder se empeñan en detener la liberación y el progreso de los pueblos.
"Los presos, perseguidos políticos, se convierten, en razón de su participación en el proceso revolucionario, en símbolos de la resistencia y del coraje humano; en exponentes vivientes de una lucha que no puede detenerse con las humillaciones, la cárcel y la muerte.
"Por eso quienes aún poseen la 'libertad', quienes somos candidatos a la detención o al consejo de guerra, estamos obligados a poner de manifiesto la grandiosa significación, de los presos políticos. Su defensa, así como la solidaridad constante para con ellos y sus familias, constituye una tarea de todo nuestro pueblo y una obligación moral y material de todo verdadero revolucionario.
"Además, la defensa de los presos políticos es también una forma de quitar la careta a una dictadura que se precia de democrática; de acentuar su destrucción y de impulsar a más luchadores populares hacía la toma del poder para el pueblo.
"Para que nuestros compañeros detenidos encuentren respuestas positivas a su sacrificio, es indispensable rodearlos del aprecio y los estímulos a que se han hecho acredores; continuando la lucha contra la oligárquia y el imperialismo norteamericano rendimos el mejor reconocimiento a quienes en las mazmorras del régimen pagan su amor a la patria y a la causa popular".
Estos documentos, que, como ya indiqué, profusamente circularon en Bogotá durante los días del Congreso Eucarístico Internacional, nos están diciendo la ideología, la decisión y el programa aguerrido de la subversión comunista, que se difunde por toda América Latina. El mismo lenguaje, la misma ideología, la misma táctica que han usado en México y en otros países latinoamericanos. Para el cambio audaz e imperioso de las estructuras se necesita que las clases populares tomen el poder. Para tomar el poder hace falta hacer la revolución y la revolución violenta, porque la oligarquía (como ellos llaman a las actuales clases dirigentes y a las legítimas autoridades que representan y defienden el orden y la ley) se escuda en la fuerza para mantenerse en el poder. Luego hay que combatir esa 'dictadura clasista' con las armas. Sólo por la violencia será posible el asalto del poder. Y ¿qué vendrá después? Otra autoridad, otra ley, otra dictadura que mantenga las nuevas estructuras. Sin la imposición de la fuerza
Hay una falsa premisa en toda esta argumentación. No es verdad que toda legítima autoridad sea una dictadura. No es verdad que la represión, que la legítima autoridad usa para combatir la subversión sea un abuso del poder. La legítima autoridad y la subversión inevitablemente son entre sí antagónicas. Mientras la legítima autoridad impera, bajo la ley y la conciencia, la subversión tiene que usar la violencia para dominarla y destruirla; pero una vez que la brutalidad y la violencia se han impuesto, una vez que se han adueñado del poder, establecen su nueva ley —que no es ley, porque no es racional ni está ordenada al bien común— para conservar por la fuerza y las vejaciones su inconsistente poder, que a nadie favorece, sino a los que encarnan en sí las nuevas estructuras. El comunismo es violencia en sus conquistas y es violencia tambien en la conservación de esas conquistas. La disyuntiva es, pues, la siguiente: o gobierno de orden que reprima con la energia que sea necesaria la subversión y sus violencias; o dictadura comunista que por la más espantosa violencia nos esclavice a todos. O se combate la enfermedad con el antibiótico o la enfermedad nos domina para matarnos.
En esta lucha inevitable y necesaria, es evidente que la autoridad, según los imperativos de la ley, tiene que reprimir el libertinaje y la anarquía, que, con el pretexto de emancipación, provoca la subversión comunista, privando de su personal libertad y encarcelando a los que con violencia y verdaderos actos criminales quieren apoderarse del poder y proclamar así el triunfo del comunismo, el establecimiento de la dictadura del proletariado. Esos son los que hoy se llaman 'presos políticos': individuos que han incurrido en verdaderos delitos, que en manera alguna pueden estar patrocinados por los postulados de los derechos humanos. Como atinadamente declaró en su informe el Presidente de la República Mexicana, Lic. Gustavo Díaz Ordaz, una cosa es ser 'preso político' y otra muy distinta es ser 'un político preso'. El tener tales o cuales ideas políticas, el militar en tal o cual partido político, siempre que este partido no sea, en sus programas y en sus actos, subversivo y criminal, no es un delito; a nadie se encarcela por esta causa. Pero, el cometer actos delictuosos, vejaciones a los legítimos intereses y derechos de la sociedad o de los individuos, aunque sea bajo la bandera de la redención de las clases humildes, eso no es hacer política, sino cometer delitos, sancionados por la ley y que la autoridad tiene el deber de reprimir y castigar, para protección de la sociedad que gobierna.
Realmente, el espíritu democrático ha llevado a los gobiernos de muchos países a admitir el funcionamiento legal de los partidos comunistas y a mantener relaciones diplomáticas con Estados abiertamente comunistas, sin ver que esa generosidad significa, tarde o temprano, gravísimos disturbios, luchas intestinas o sangrientos conflictos, que ponen en peligro la paz social. El comunismo intrínsecamente es la violencia, es la subversión, es la anarquía. Por los caminos legales, el comunismo nunca triunfa, ni logra mantenerse.
Admito, claro esta, que estos presos se convierten en símbolo de la resistencia, que son exponentes vivientes de la subversión y que tienen una gran importancia de propaganda y proselitismo para difundir la acción destructiva del comunismo. La mística del comunismo es incendiaria y contagiosa, y los actos más violentos, más destructores y más delictuosos son, para los miembros del partido, actos heroicos y entregas decididas. Por eso los 'presos políticos' o, mejor dicho, 'los políticos presos', que han sido declarados criminales, según las leyes, por los tribunales de justicia, son considerados héroes y víctimas y mártires por los secuaces de la subversión.
El fin no justifica los medios. Aunque el fin del comunismo y de la subversión fueran buenos, no por eso podemos aceptar ni aplaudir los medios tortuosos y criminales, que usa para el triunfo de su causa. Si fueran lógicos, tendrían los subversivos que comprender también los medios drásticos que las autoridades legítimas usan para reprimir la subversión. Para los comunistas el triunfo de su causa es no solamente bueno, sino óptimo; para la autoridad legítima, la defensa de la sociedad y de la ley es no solamente un bien, sino un deber ineludible.
En todos los países civilizados, la defensa de los presos en los tribunales es no solamente legítima, sino necesaria, siempre y cuando no se adulteren los hechos, ni se contraríen las normas legales, que garantizan la paz y el bienestar social. Para el comunismo todo gobierno legítimo es una tiranía, una dictadura intolerable, por eso justifica todos los medios que destruyan la seguridad del gobierno y que propaguen las violencias y los atentados que usan los comunistas para el triunfo de su causa.
"Llegan ustedes a Bogotá en los días en que la comunidad cristiana universal es convocada para celebrar el XXXIX Congreso Eucarístico Internacional. Este acontecimiento congrega a una multitud inmensa: Es el mundo católico que se reúne, en estrecha unidad con el Papa Paulo VI, para celebrar la EUCARISTIA, que es 'VICULO DE AMOR'; para consolidar fuertemente y testimoniar en forma inequívoca la fe de toda la Iglesia en la triple virtud santificadora de la EUCARISTIA: Memorial de la Pasión Redentora, Presencia Sacramental de Cristo, Promesa de su venida final. Reciban ustedes nuestra cordial bienvenida en el abrazo cristiano de la paz, la expresión de la caridad, que el Espíritu hace circular entre los hermanos, la amistosa hospitalidad de esta ciudad de Bogotá, signo de la sinceridad con que amamos los colombianos".
Esta bienvenida tiene, a no dudarlo, un marcado sabor postconciliar. "Asamblea", "multitud", "vínculo de amor", "abrazo cristiano de la paz", "caridad que el Espíritu hace circular entre los hermanos": todas estas son expresiones muy usuales en el lenguaje postconciliar y progresista. Llama también la atención que tampoco el Administrador Apostólico menciona el Sacrificio Eucarístico. Es el humanismo integral, que parece anteponer al hombre al mismo Dios.
También el Dr. Virgilio Barco Vargas, alcalde mayor de Bogotá, D. E., dirigió un saludo a los visitantes: "Bogotá se siente honrada con la presencia de ustedes, ilustres visitantes, que han querido enaltecer la celebración del Congreso Eucarístico Internacional, compartiendo su fe y su fervor religioso con el de nuestro pueblo.
"Esta singular oportunidad nos hará testigos de un hecho extraordinario y convertirá nuestra ciudad en el centro de convergencia de acontecimientos trascendentales, que habrán de incorporarse definitivamente en la historia de la Iglesia Católica. El deseo de la ciudadanía bogotana y el mío propio, es el de que quede grabado en el espíritu de ustedes con caracteres imperecederos el más amable y grato recuerdo.
"Bogotá se siente orgullosa de recibirlos y los invita, cordial y afectuosamente, a disfrutar en ella de la seguridad y confianza que inspira el propio hogar".
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