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viernes, 24 de septiembre de 2010

El gran monarca

Uno de los temas más apasionantes, de la historia futura, es la aparición del Gran Monarca, cuyos títulos múltiples en la profecía, son consoladores. El Gran Celta, le llama Nostradamus. Muchas profecías le llaman el Gran Guerrero. el Guerrero del Norte, el Caudillo del Tajo, el Gran Rey, el Príncipe Deodato.
No sólo interesa el personaje y su linaje real, sino sus obras y su Imperio Sacro-Romano. La cuestión de la aparición de este Gran Personaje, es un hecho con muchos precedentes proféticos. Veamos algunos.
ES UN REY OSCURO NO POR LINAJE SINO POR NACIMIENTO.
La Profecía de Sor Rosa Asdante, dominica de Colomba, nos describe su alcurnia vagamente:
"La Revolución debe extenderse a toda Europa, donde ya no habrá calma, HASTA QUE LA FLOR BLANCA, haya subido de nuevo al trono de Francia".
La famosa Elena Walfraff de Colonia, que murió en santidad en 1801, nos lo describe:
"Un Príncipe, que habrá quedado inapercibido hasta entonces y cuya casa habrá sufrido mucho por la desgracia de los tiempos, traerá esta Paz a la tierra".
Su característica es la de UN REY ASCETA Y PENITENTE.
Nos lo describe la profecía de Mariana Galtier:
"Un príncipe solamente conocido por Dios y que hace penitencia en el desierto, llegará como por milagro. Será de la sangre de la Antigua Raza. Se llamará LUIS CARLOS. No reinará más que un año y cederá la corona a un Príncipe, que no tendrá descendientes".
La línea de ascendencia de este Príncipe, está intrincadamente velada. El Padre Nectou profeta jesuíta, nos da una pista en el linaje. Se trataba de la muerte de Luis XVI y del Delfín, que la historia y los acontecimientos, dieron por muertos, extinguiendo por lo tanto, la línea directa de la sucesión monárquica francesa. La Madre Geoffroy, escribió comunicando al P. Nectou, la muerte de Luis XVI y la del Delfín. El padre que conocía por don profético, cómo se iban a desarrollar los sucesos futuros, contestó:
"Hija mía, me habéis puesto en gran embarazo; habéis enredado mi hilo en el punto donde estaba más enredado: EL NIÑO NO DEBIA PERECER".
Y ésta parece la confirmación de muchos otros videntes, quienes aseguran que Luis XVII, o el Delfín, no murió en la Torre del Temple. De aquí conclusionan muchos autores, la línea descendiente para el Gran Monarca.
La Venerable religiosa Trapense muerta en 1828, nos da la pista, y el Santo y Seña del Príncipe:
"Vi la capital de París, incendiada saqueada, asolada. A esta vista, me espanté de manera que creí que íbamos todos a perecer, pero la voz me dijo: No temas que tengo miras de misericordia sobre Francia. Voy a darle un Rey, según mi Corazón. Hará entrar todo en orden y en el deber devolverá todos los bienes usurpados de cualquier género que sean, lo que será muy fácil, por haber perecido en el gran combate, la mayor parte de los que poseían, y los supervivientes, horrorizados por el castigo de los demás, reconocerán el daño de Dios en estos sucesos y admirarán su Omnipotencia. Muchos se convertirán.
En aquel momento, vi un joven que me pareció tener unos 33 años.
"Era de una belleza encantadora y de una presencia que anunciaba una cosa grande y majestuosa. Al mismo tiempo me dijo la voz: "Ve ahí, al que yo guardo de todos los peligros, para la felicidad de Francia". Entendí que tenía los dos nombres de LUIS CARLOS: se salvó de la Torre de Temple, y de ahí partió a Sicilia, donde fué instruido por los Jesuítas. En 1801, entró ,en Francia siendo arrestado y puesto en prisión; y se escapó de ahí, porque Dios lo proteje y conserva para nuestra dicha. No volverá a Francia sino después del Gran Combate y será conducido por el Emperador de Rusia, a la cabeza de un lucido ejército.
He visto otro ejército de realistas Franceses que iban delante del primero para recibir al Gran Monarca y al reunirse ambos ejércitos en los aires, oí los gritos de "Viva la Religión! "¡Viva el Rey!" y luego unas arias tan maravillosas que creí que eran Conciertos Celestiales.
Formará una estrecha alianza con el Emperador de Rusia, que se hará católico y los dos emplearán su poder para bien de la Religión.
El tiempo de estos trastornos será de tres meses y el de la Gran Crisis, en que triunfarán los buenos, momentáneamente. Y todas las injusticias de cualquier naturaleza que fuesen, se repararán, lo que será muy fácil por haber perecido en el combate la mayor parte de los malos. La religión, florecerá inmediatamente, de un modo admirable. He visto sobre el particular cosas tan preciosas, que me faltan expresiones para explicarlas".
La Profecía de San Remigio, parece que se refiere a que el Gran Monarca ha de ser de extirpe francesa:
"Nuestros principales doctores convienen en anunciarnos que hacia el fin de los tiempos, uno de los descendientes de los reyes de Francia, reinará en todo el Antiguo Imperio Romano, Y QUE SERA EL MAS GRANDE DE TODOS LOS REYES DE FRANCIA Y EL ULTIMO DE SU RAZA".
La profecía del Padre Calixto, nos recuerda una rama que podía ser francesa:
"Una flor de Lys, sale radiante de una nube.
Gloria a Dios. La fe renace, un hombre, instrumento de Dios ha vuelto a encender esta lumbrera. Felices los qus hayan sobrevivido. Gloria a Dios".
El beato Bartolomé Holzháuser, nos pinta su obra:
"Y aquel poderoso monarca que debe venir de parte de Dios, reducirá la República a la nada, y subyugará a todos sus enemigos.
Lleno de celo por la Iglesia de Cristo, unirá sus esfuerzos a los del futuro pontífice, para la conversión de los infieles y herejes.
En el tiempo de este triunfo de la fe católica y ortodoxa, florecerán gran número de Santos y de doctores; los pueblos amarán la justicia y la equidad, y la paz reinará en la tierra por espacio de muchos años, hasta la venida del Hijo de Perdición. Es necesario ¡Oh! servidor de Dios, que se cumpla lo que yo os digo, no por que yo lo digo, sino porque Dios así lo ha decretado, lo ha resuelto y ordenado absolutamente".
La famosa Profecía de San Cesáreo, nos describe al Gran Monarca en una alianza formidable, con el Gran Pontífice :
"Entonces, brillará el rayo de la Misericordia Divina, pues la Suprema Justicia, ha herido a todos los malos: llega EL NOBLE DESTERRADO el dado por Dios, sube al trono de sus antepasados de donde lo había arrojado la malicia de los hombres depravados. Recobra la corona de Lys refloreciente y por su valor invencible, destruye a todos los hijos de Bruto, cuya memoria perecerá para siempre. Después de haber colocado su Sede en la ciudad pontifical; el Rey de Blois, volverá a poner la tiara real en la cabeza del pontífice Santo, amargado por el acíbar de la tribulación, quien obligará al clero a vivir conforme a la disciplina de los tiempos apostólicos. Unidos los dos, de corazón y de espíritu, harán triunfar la Reforma del Mundo, iOh Dulcísima Paz! Vuestros frutos crecerán hasta el fin de los Siglos".
La religiosa de Belley que ya hemos mencionado, también lo augura:
"El Gran Monarca sube al trono de sus padres. Se coloca el Trono hacia el Mediodía. A su voz, todos se apaciguan. Levántense de nuevo, los altares, renace la religión, destruidos y confundidos los malos, se reparan las injusticias. El gran Monarca, lo ha salvado todo con su mano reparadora.
Es corta su gloria, no hace más que pasar, nació en la desgracia. En el año de 19.. le sucede el Hijo del Destierro. Entonces, se le dará la paz a Francia; más el fin de los tiempos no estará lejano".
El mismo Padre Souffrand, dejó escrito de su puño y letra, un vislumbre profético:
"Se armarán las potencias extranjeras y avanzarán contra Francia viniendo los Rusos a abrevar sus caballos al Rhin, pero no lo pasarán. Los Generales franceses, depondrán sus armas, tan luego como se les muestre el Gran Monarca. Este es, de la rama primogénita de los BORBONES y no hará más que tomar la Corona para colocarla en la caza de su heredero directo".
La Profecía del Monje de la Abadía de Saint-Germán de París, que murió en olor de santidad, el primero de julio de 1420 nos lo describe también.
PROFECIA DE JERONIMO BOTINO.
Después de transcurridos cuatro siglos y más, la tierra será desolada y la Iglesia estará en lágrimas. El Pastor será herido y disperso el rebaño.
Pero el rocío descenderá del Cielo. Los Altares de Belcebú serán destruidos y los operadores de la iniquidad, espantados, perecerán. Un hijo de Sangre de Reyes, perteneciente a la extirpe de Artois, gobernará a Francia, con prudencia y honor, y el Espíritu del Señor estará con él".
San Francisco de Sales, recogiendo el espíritu tradicional o profetizado en la oración fúnebre del Príncipe Manuel de Lorena, dijo:
"Muchos son los que creen ¡Oh Francia!, que será uno de vuestros reyes, el que dará el último golpe y arruinará la secta de ese gran impostor que es Mahoma".
Parece que María Terraux, vió en una visión profética la bandera de este Gran Monarca. Ella dice:
"Encontrándome en un cuarto, se me apareció UNA BANDERA BLANCA CON SEIS FLORES DE LYS".
De todas las profecías expuestas, concluimos e intentamos vislumbrar que el Gran Monarca será de la extirpe Francesa y de la rama de los Borbones.
El Delfín de las Profecías, Luis XVII, parece que se anuncia, como el tronco de donde vendrá el vástago, que en el tiempo será el Gran Monarca. No concluímos del todo, que el Gran Monarca, sea completamente francés. Por sus peripecias y por sus destierros, podría ser muy bien de otra nacionalidad.
Al considerar la casa real Francesa, los historiadores conceptúan también franceses, a los Reyes de Portugal o de España. Esto, nos pone en claro, el conflicto del Gran Monarca en relación con la familia real francesa.
Del trono de Francia, salieron doce Reyes de Navarra, siete reyes de España y varios de Aragón. Siguen siendo Franceses por la ascendencia real borbónica, pero españoles por su cetro y por su poderío. De la grandeza y del poderío de este Famoso Monarca, se vislumbra el resurgimiento, DEL IMPERIO ROMANO. No será Imperio Romano, en el sentido de las grandes legiones y de los Grandes Césares. Ni será imperio romano, porque romanos han de ser sus centuriones y gobernantes.
Romano, se le llamará porque desde Roma, por algún tiempo, gobernará el Gran Duque. Porque Roma, dará la forma de este Imperio espiritual.
Imperio de las virtudes, más que imperio de las armas. Centro de convergencia del pensar y del sentir. Habrá una espada y una fe. Esa espada será junto al Solio, la del Gran Celta, y esa fé será la comunión de todos los pueblos, bajo la fe de Roma, como cátedra y como doctrina.
Por eso, este imperio recordará aquel Sacro Imperio Carolingio, pero será más extenso, más pacífico y más real.
Ahora entenderemos el por qué los Santos Padres y muchos Santos, dijeron que a la caída del Imperio Romano, vendrá el Fin del Mundo. Todos estos conscientes o inspirados, hablaban de este Imperio Espiritual Romano. Y así Vienen todas las profecías:
Cuando se acabe el Imperio Romano con la muerte del Gran Monarca, vendrá el Anticristo, después el final de los tiempos. Bajo este epígrafe de Romano, hay que considerar aquel título en las divisas de los Papas de San Malaquias. Se trata del último Papa. La profecía habla de PEDRO ROMANO y parece, que al designar al último papa, se le nombra precisamente, con un adjetivo que todos los Papas, casi han tenido: ROMANO, sera porque sera el ultimo vástago autoritario de aquel Imperio Espiritual. Quiere decir entroncado y bautizado en aquel Pentecostes primaveral de la Iglesia que a la hora de la llegada del Anticristo, ya habrá desaparecido, casi por completo.

Ricardo Rasines Uriarte
1960... Y EL FIN DEL MUNDO
1959

3 comentarios:

Unknown dijo...

Nostradamus dice que este gran rey se llamará Enrique y apunta que su reconquista empezará desde España, por tanto habrá que deducir que será español.

Anónimo dijo...

De España saldrá el nuevo rey de I ...

Anónimo dijo...
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