Dr. Homero Johas
La
"nueva iglesia," del
"nuevo tiempo”, de la
Masonería, del Vaticano II, conservó las apariencias de la Iglesia Católica
para engañar; los términos: papas, obispos, sacerdotes, sacramentos, misas,
verdad, fe, revelación... sus definiciones fueron cambiadas. Cambió la obra divina por la obra
humana, libre y arbitraria. Por lo que sus papas, obispos y sacerdotes no son verdaderos.
Sus misas y Sacramentos son nulos y falsos. No tienen los poderes divinos del Orden
y de jurisdicción (Salvo algunas excepciones en el poder de Orden). No tienen:
"el poder divino dado por Dios al
hombre y ejercido por el hombre" (Bonifacio VIII; D.S. 874).
Esto se ve claramente en la "Nota Previa Explicativa” firmada por el
Cardenal Pericles Felici, Secretario general del Concilio y colocada junto con la
"Constitución dogmática” "Lumen
Gentium” sobre la Iglesia.
Declara
el Cardenal que: "por autoridad
superior comunicaba a los padres conciliares el sentido y la sentencia con la cual
la doctrina expuesta en esa Constitución debía ser explicada y entendida".
Leamos lo que ahí escribió:
1- El término colegio no es entendido en
sentido estrictamente jurídico, de un grupo de iguales, que pide su poder a
su presidente; tiene el sentido de un grupo estable, cuya estructura y autoridad
deben ser deducidas de la revelación.
2- Por eso, en el número 12, es dicho
de modo explícito que el Señor los constituyó; a modo de colegio o de grupo
estable.
3- Por tal razón, con frecuencia, sobre
el colegio de los obispos son usados también los términos orden o cuerpo.
4- El paralelismo entre Pedro y los
otros apóstoles de un lado y entre el Sumo Pontífice y los obispos de otro
lado, no implica transmisión del poder extraordinario de los apóstoles a sus
sucesores; ni, como es patente, igualdad entre la cabeza y los miembros del
colegio; sino apenas una proporcionalidad entre la primera relación (entre
Pedro y los Apóstoles) y la otra relación (entre el papa y los obispos).
5-
En el número 22, decidió la Comisión escribir: no es razón idéntica; sino
razón paritaria (non eadem, sed pari
ratione).
El análisis
de esa Nota Previa, junto con la de la Constitución dogmática, revela la naturaleza
totalmente no católica de su "nueva
iglesia": mudó la obra divina, de Cristo, a una obra humana, sin
Dios. Mudó el poder divino a "poder
meramente humano” (D.H.3.7). La Iglesia de Cristo pasó de monarquía de Derecho divino,
con Cabeza única divina de Cristo, a la Democracia de cabeza humana, de forma
colegiada.
El
papa, de ministro visible de Dios, se tornó, en vicario del pueblo, "cabeza del colegio” de "representantes de las iglesias”
(23).
Un análisis de la (Nota Previa)
confirma eso.
1o) Son colocados dos colegios
sin "identidad" en la
unidad de fe universal divina y en la libertad arbitraria pluralista humana. Con
subordinación al único Dios verdadero y otro con subordinación al arbitrio, juicio, voluntad propios y fe propia, individual y libre. Uno viene de la
constitución divina de Cristo; otro viene del arbitrio humano de hombres
contra Dios, en consenso "entre
si". En vez de vicario visible de Cristo, el Sucesor de Pedro fue cambiado
a "presidente" del
colegio humano de una "iglesia
ecuménica", "más universal”
que la limitada por la verdad divina, por la fe sobrenatural, vínculo
societario y colegial de la unidad de fe y de régimen. El pluralismo libre de la
"nueva Iglesia" repele al
"unus Dominus" y la "una fides' (Ef. 4, 5). Repele la Revelación exterior sobrenatural, divina y
coloca cada uno su revelación interior,
personal, "verdadera para
si". Y la estabilidad en la verdadera fe universal, perpetua,
necesaria, no es la estabilidad en el libre arbitrio, individual, de cada
uno para si. El poder de un "presidente"
democrático, humano; no es el poder único de un monarca divino, con autoridad encima
de los hombres. Obedecer a Dios no es obedecer cada uno a su juicio propio libre:
2o) El Señor que constituyó el
colegio de los Apóstoles "al modo
de colegio y de grupo estable", es el único Dios verdadero y debe ser obedecido por su Vicario visible; que no es un vicario del pueblo,
"ministro de la Iglesia”, de "representantes de las Iglesias". El poder que viene
de Dios, no viene "del pueblo",
del hombre. La "subordinación jerárquica",
al poder divino no es mera "comunión
jerárquica”, como miembro de
un colegio humano. Ahí no se confiesa el primado de jurisdicción de Pedro, recibido
de modo directo e inmediato de Dios (D.S. 3054).
3o) El colegio de los obispos
es también llamado "orden de los obispos",
o "cuerpo de los obispos",
porque unido bajo la unidad de fe y de régimen, bajo una cabeza monárquica, por
la Constitución divina de la Iglesia. No unido por el libre arbitrio y consenso
de los hombres "entre si",
bajo un régimen democrático, humano. Son dos colegios "diversos y adversos",
unidos por la fe divina o por el juicio propio humano; por el poder divino o por
el arbitrio humano; uniendo fieles a fieles; o infieles a infieles; unidos en la
verdad o en el error; en el bien o en el mal. Se simula una "igualdad” entre la ordenación del Dios verdadero y una falsa ordenación
humana, libre, arbitraria, anticristiana.
4o) El "paralelismo" entre el colegio
de los Apóstoles y el de los falsos obispos de la "nueva iglesia", simulando "igualdad"
entre ambos, niega el poder de jurisdicción ordinaria de Pedro sobre todos los obispos
y el poder de Orden venido de Cristo y de los Apóstoles por Sucesión apostólica
ininterrumpida. Confirma la destrucción del Sacerdote católico; que los obispos
de la “nueva iglesia" no
son obispos, ni sacerdotes, ni papas. Confirma que las Misas y Sacramentos de
ellos son nulos "salvo excepciones
de Órdenes precedentes”.
Confirma la retirada de la máscara del Dragón y de la Gran Prostituta. La
jurisdicción que viene de Dios, no permanece en los herejes que están
condenados por Dios. Sin Sucesión apostólica la "nueva iglesia" no solo es cismática, es herética y
apóstata; "falsa religión Cristiana”,
"opuesta a la Religión divinamente
revelada” (Pio XI). Son dos iglesias "adversarias” entre si: la verdadera es buena y la falsa es mala. No existe "proporcionalidad" verdadera entre la verdad y el
error; el bien y el mal, entre la fe y la herejía. Semejanzas accidentales
conservadas no retiran las diferencias de esencias y naturaleza. Los errores son
privaciones de la verdad y bien debidos. No
existe "proporcionalidad”
entre obispos verdaderos y falsos; ni "paralelismo”
en cosas accidentales arbitrarias para ocultar la distancia infinita entre
fiel e infiel; entre verdadero y falso.
5o) Cuando el Cardenal escribió
que las dos iglesias no son idénticas, "non
eadem", confesó que su "nueva
iglesia” es falsa y mala, opuesta a la única verdadera. Tal confesión
destruyó por completo a su "nueva
iglesia”. Excluye a su nueva
religión de los límites de la única verdadera. Confiesa que es una imitación y
disimulación, opuesta a la Iglesia de Cristo.
Mas,
a pesar de eso, el Agnosticismo de la "nueva
iglesia" quiere una igualdad con la Iglesia Católica: "pari ratione”. Ahí se niega la verdad universal necesaria
y se quiere una "paridad"
entre la verdad y los errores.
6o)
La "Nota Previa” escrita
por "autoridad superior” destruye
la autoridad superior del Concilio; quiere este "Superior” una jerarquía agnóstica, fundada en el arbitrio
democrático de los agnósticos y ateos, paganos y heréticos. Ella se destruye a
si misma, a su Concilio y a sus papas. Tal Concilio no pasa de falsa opinión
individual y libre, de ateos, masones, paganos, herejes, enemigos de la Iglesia.
No tiene la menor autoridad en el campo de la verdad y del bien universal del
único Dios verdadero. Él vale "para
si"; para sus agnósticos "entre
si", para el ámbito del arbitrio de ellos.
CONCLUSIÓN
Si el colegio de los obispos no recibe
el poder de su Cabeza visible, que la recibió de modo inmediato y visible de Dios;
no tiene el poder divino, pues ese poder divino no fue dado a los hombres por otro
camino (D.S. 3054-3055). El colegio de los obispos no juzga la Revelación divina
exterior de modo independiente de la autoridad divina dada por Cristo a Pedro:
cada uno con su juicio propio, libre, para si. No existe "estabilidad” entre juicio libres
y contradictorios, excluyéndose unos a otros. El orden se opone al desorden; un
cuerpo no tiene unidad si sus formas esenciales son excluyentes entre si. No
existe "paralelismo” entre
verdadero y falso; ni proporcionalidad entre la verdadera fe y la herejía.
Donde no existe "identidad', no existe "igualdad”. No existe "igualdad” entre
dos sentencias opuestas por contradicción. La mudanza de la verdad divina,
universal, necesaria, a lo humano, individual y libre. La Iglesia Católica y la
falsa "nueva iglesia” son
excluyentes entre si. "Están
contra Cristo los que no están con Cristo” (Lc. 11,23), repitió
Gregorio XVI (Mirari vos).
Traducción:
R.P.
Manuel Martínez Hernández.
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