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miércoles, 2 de octubre de 2013

LA CONFESIÓN DE LA FALSEDAD DE LA “NUEVA IGLESIA”


Dr. Homero Johas
     La "nueva iglesia," del "nuevo tiempo”, de la Masonería, del Vaticano II, conservó las apariencias de la Iglesia Católica para engañar; los términos: papas, obispos, sacerdotes, sacramentos, misas, verdad, fe, revelación... sus definiciones fueron cambiadas. Cambió la obra divina por la obra humana, libre y arbitraria. Por lo que sus papas, obispos y sacerdotes no son verdaderos. Sus misas y Sacramentos son nulos y falsos. No tienen los poderes divinos del Orden y de jurisdicción (Salvo algunas excepciones en el poder de Orden). No tienen: "el poder divino dado por Dios al hombre y ejercido por el hombre" (Bonifacio VIII; D.S. 874). 
     Esto se ve claramente en la "Nota Previa Explicativa” firmada por el Cardenal Pericles Felici, Secretario general del Concilio y colocada junto con la "Constitución dogmática” "Lumen Gentium” sobre la Iglesia. 
     Declara el Cardenal que: "por autoridad superior comunicaba a los padres conciliares el sentido y la sentencia con la cual la doctrina expuesta en esa Constitución debía ser explicada y entendida". 
     Leamos lo que ahí escribió: 
     1- El término colegio no es entendido en sentido estrictamente jurí­dico, de un grupo de iguales, que pide su poder a su presidente; tiene el sentido de un grupo estable, cuya estructura y autoridad deben ser deducidas de la revelación. 
     2- Por eso, en el número 12, es dicho de modo explícito que el Señor los constituyó; a modo de colegio o de grupo estable. 
     3- Por tal razón, con frecuencia, sobre el colegio de los obispos son usados también los términos orden o cuerpo. 
     4- El paralelismo entre Pedro y los otros apóstoles de un lado y entre el Sumo Pontífice y los obispos de otro lado, no implica transmisión del poder extraordinario de los apóstoles a sus sucesores; ni, como es patente, igualdad entre la cabeza y los miembros del colegio; sino apenas una proporcionalidad entre la primera relación (entre Pedro y los Apóstoles) y la otra relación (entre el papa y los obispos). 
     5- En el número 22, decidió la Comisión escribir: no es razón idéntica; sino razón paritaria (non eadem, sed pari ratione). 

     El análisis de esa Nota Previa, junto con la de la Constitución dogmática, revela la naturaleza totalmente no católica de su "nueva iglesia": mudó la obra divina, de Cristo, a una obra humana, sin Dios. Mudó el poder divino a "poder meramente humano” (D.H.3.7). La Iglesia de Cristo pasó de monarquía de Derecho divino, con Cabeza única divina de Cristo, a la Democracia de cabeza humana, de forma colegiada. 
     El papa, de ministro visible de Dios, se tornó, en vicario del pueblo, "cabeza del colegio” de "representantes de las iglesias” (23). 
     Un análisis de la (Nota Previa) confirma eso.
     1o) Son colocados dos colegios sin "identidad" en la unidad de fe universal divina y en la libertad arbitraria pluralista humana. Con subordinación al único Dios verdadero y otro con subordinación al arbitrio, juicio, voluntad propios y fe propia, individual y libre. Uno viene de la constitución divina de Cristo; otro viene del arbitrio huma­no de hombres contra Dios, en consenso "entre si". En vez de vicario visible de Cristo, el Sucesor de Pedro fue cambiado a "presidente" del colegio humano de una "iglesia ecuménica", "más universal” que la limitada por la verdad divina, por la fe sobrenatural, vínculo societario y colegial de la unidad de fe y de régimen. El pluralismo libre de la "nueva Iglesia" repele al "unus Dominus" y la "una fides' (Ef. 4, 5). Repele la Revelación exterior sobrenatural, divina y coloca cada uno  su revelación interior, personal, "verdadera para si". Y la estabilidad en la verdadera fe universal, perpetua, necesaria, no es la estabilidad en el libre arbitrio, individual, de cada uno para si. El poder de un "presidente" de­mocrático, humano; no es el poder único de un monarca divino, con autoridad encima de los hombres. Obedecer a Dios no es obedecer cada uno a su juicio propio libre:

     2o) El Señor que constituyó el colegio de los Apóstoles "al modo de colegio y de grupo estable", es el único Dios verdadero y debe ser obedecido por su Vicario visible; que no es un vicario del pueblo, "ministro de la Iglesia”, de "representantes de las Iglesias". El poder que viene de Dios, no viene "del pueblo", del hombre. La "subordinación jerárquica", al poder divino no es mera "comunión jerárquica”, como miembro de un colegio humano. Ahí no se confiesa el primado de jurisdicción de Pedro, recibido de modo directo e inmediato de Dios (D.S. 3054).

     3o) El colegio de los obispos es también llamado "orden de los obis­pos", o "cuerpo de los obispos", porque unido bajo la unidad de fe y de régimen, bajo una cabeza monárquica, por la Constitución divina de la Iglesia. No unido por el libre arbitrio y consenso de los hombres "entre si", bajo un régimen democrático, humano. Son dos colegios "diversos y ad­versos", unidos por la fe divina o por el juicio propio humano; por el poder divino o por el arbitrio humano; uniendo fieles a fieles; o infieles a infieles; unidos en la verdad o en el error; en el bien o en el mal. Se simula una "igualdad” entre la ordenación del Dios verdadero y una falsa ordenación humana, libre, arbitraria, anticristiana.

     4o) El "paralelismo" entre el colegio de los Apóstoles y el de los falsos obispos de la "nueva iglesia", simulando "igualdad" entre ambos, niega el poder de jurisdicción ordinaria de Pedro sobre todos los obispos y el poder de Orden venido de Cristo y de los Apóstoles por Sucesión apostólica ininterrumpida. Confirma la destrucción del Sacerdote católico; que los obispos de la “nueva iglesia" no son obispos, ni sacerdotes, ni papas. Confirma que las Misas y Sacramentos de ellos son nulos "salvo excepciones de Órdenes precedentes”. Confirma la retirada de la máscara del Dragón y de la Gran Prostituta. La jurisdicción que viene de Dios, no permanece en los herejes que están condenados por Dios. Sin Sucesión apostólica la "nueva iglesia" no solo es cismática, es herética y apóstata; "falsa religión Cristiana”, "opuesta a la Religión divinamente revelada” (Pio XI). Son dos iglesias "adversarias” entre si: la verdadera es buena y la falsa es mala. No existe "proporcionalidad" verdadera entre la verdad y el error; el bien y el mal, entre la fe y la herejía. Semejanzas accidentales conservadas no retiran las diferencias de esencias y naturaleza. Los errores son privaciones de la verdad y bien debidos. No existe "proporcionalidad” entre obispos verdaderos y falsos; ni "paralelismo” en cosas accidentales arbitrarias para ocultar la distancia infinita entre fiel e infiel; entre verdadero y falso.

     5o) Cuando el Cardenal escribió que las dos iglesias no son idénticas, "non eadem", confesó que su "nueva iglesia” es falsa y mala, opuesta a la única verdadera. Tal confesión destruyó por completo a su "nueva iglesia”. Excluye a su nueva religión de los límites de la única verdadera. Confiesa que es una imitación y disimulación, opuesta a la Iglesia de Cristo.

     Mas, a pesar de eso, el Agnosticismo de la "nueva iglesia" quiere una igualdad con la Iglesia Católica: "pari ratione”. Ahí se niega la verdad universal necesaria y se quiere una "paridad" entre la verdad y los errores.

     6o) La "Nota Previa” escrita por "autoridad superior” destruye la autoridad superior del Concilio; quiere este "Superior” una jerarquía agnóstica, fundada en el arbitrio democrático de los agnósticos y ateos, paganos y heréticos. Ella se destruye a si misma, a su Concilio y a sus papas. Tal Concilio no pasa de falsa opinión individual y libre, de ateos, masones, paganos, herejes, enemigos de la Iglesia. No tiene la menor autoridad en el campo de la verdad y del bien universal del único Dios verdadero. Él vale "para si"; para sus agnósticos "entre si", para el ámbito del arbitrio de ellos.


CONCLUSIÓN

     Si el colegio de los obispos no recibe el poder de su Cabeza visible, que la recibió de modo inmediato y visible de Dios; no tiene el poder divino, pues ese poder divino no fue dado a los hombres por otro camino (D.S. 3054-3055). El colegio de los obispos no juzga la Revelación divina exterior de modo independiente de la autoridad divina dada por Cristo a Pedro: cada uno con su juicio propio, libre, para si. No exis­te "estabilidad” entre juicio libres y contradictorios, excluyéndose unos a otros. El orden se opone al desorden; un cuerpo no tiene unidad si sus formas esenciales son excluyentes entre si. No existe "paralelismo” entre verdadero y falso; ni proporcionalidad entre la verdadera fe y la herejía. Donde no existe "identidad', no existe "igualdad”. No existe "igualdad” entre dos sentencias opuestas por contradicción. La mudanza de la verdad divina, universal, necesaria, a lo humano, individual y libre. La Iglesia Católica y la falsa "nueva iglesia” son excluyentes entre si. "Están contra Cristo los que no están con Cristo” (Lc. 11,23), repitió Gregorio XVI (Mirari vos).
Traducción:
R.P. Manuel Martínez Hernández.

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