De San Vicente Ferrer O.P.
Primera estación: lunes.
Cómo Jesús se despidió de su Madre.—Del dolor que sufrió Jesús por la suerte de Judas.—Elección del lugar de la cena.— Comen el cordero pascual.—Lava los pies a los apóstoles.— Institución del sacramento del altar.—Jesús hace testamento.— Entra en el huerto y escoge compañía.—Y dice a los tres: Mi alma está triste.—Oración de Jesús, agonía y sudor de sangre.
Esta estación la ofreceréis con el voto de obediencia.— Miserere mei; Jesús, Hijo de David; Ave María; Mujer, he ahí a tu Hijo.
Cómo Jesús se despidió de su Madre.—Del dolor que sufrió Jesús por la suerte de Judas.—Elección del lugar de la cena.— Comen el cordero pascual.—Lava los pies a los apóstoles.— Institución del sacramento del altar.—Jesús hace testamento.— Entra en el huerto y escoge compañía.—Y dice a los tres: Mi alma está triste.—Oración de Jesús, agonía y sudor de sangre.
Esta estación la ofreceréis con el voto de obediencia.— Miserere mei; Jesús, Hijo de David; Ave María; Mujer, he ahí a tu Hijo.
Segunda estación: martes.
El beso de Judas.—Abandonado de los apóstoles.—Fué preso y bebió el agua del torrente.—Fué llevado a Anás y abofeteado.—Presentado a Caifás.—Negación de San Pedro y mirada de Jesús.—Puesto en la cárcel.
Esta estación la ofreceréis con el voto de clausura.—Miserere: Ave María; Mujer, he ahí a tu Hijo.
El beso de Judas.—Abandonado de los apóstoles.—Fué preso y bebió el agua del torrente.—Fué llevado a Anás y abofeteado.—Presentado a Caifás.—Negación de San Pedro y mirada de Jesús.—Puesto en la cárcel.
Esta estación la ofreceréis con el voto de clausura.—Miserere: Ave María; Mujer, he ahí a tu Hijo.
Tercera estación: miércoles.
Fué sacado a la hora de prima.—Presentado a Pilatos.— Llevado a Herodes.—Devuelto a Pilatos.—Flagelación cruel.— Lo harían ir desnudo.—Coronación de espinas.—Lo sentaron en una silla y decían: Ave, rey de los judíos.
Esta estación la ofreceréis con el voto de castidad.—Miserere; Jesús, Hijo de David: Ave María: Mujer, he ahí a tu Hijo.
Fué sacado a la hora de prima.—Presentado a Pilatos.— Llevado a Herodes.—Devuelto a Pilatos.—Flagelación cruel.— Lo harían ir desnudo.—Coronación de espinas.—Lo sentaron en una silla y decían: Ave, rey de los judíos.
Esta estación la ofreceréis con el voto de castidad.—Miserere; Jesús, Hijo de David: Ave María: Mujer, he ahí a tu Hijo.
Cuarta estación: jueves.
Cómo fué sacado fuera, vestido de púrpura, y dijo Pilatos: He aquí a vuestro rey.—Sentencia contra Jesús.—Despojado y vestido de sus vestiduras.—Cómo llevó la cruz.—Hijas de Jerusalén.—La Virgen María se encuentra con la cruz.—Cae Jesús y deja la cruz.
Esta estación la ofreceréis con el voto de pobreza.—Miserere; Jesús; Ave María; Mujer...
Cómo fué sacado fuera, vestido de púrpura, y dijo Pilatos: He aquí a vuestro rey.—Sentencia contra Jesús.—Despojado y vestido de sus vestiduras.—Cómo llevó la cruz.—Hijas de Jerusalén.—La Virgen María se encuentra con la cruz.—Cae Jesús y deja la cruz.
Esta estación la ofreceréis con el voto de pobreza.—Miserere; Jesús; Ave María; Mujer...
Quinta estación.- viernes.
Jesús, despojado y desnudo.—Le clavan la mano derecha.— Aquí rogaréis por los que están en gracia.—Le clavan la mano izquierda: rogad por los que están en pecado mortal.—Lo estiran cruelmente.—Le clavan los pies.—Aquí rogaréis por los infieles.—Alzan la cruz.—Su sangre preciosa.
Ofreceréis esta estación por todos vuestros pecados, suplicando os los perdone en virtud de su sagrada pasión.—Miserere; Ave María: Jesús, Hijo de David; Mujer, he ahí a tu Hijo.
Jesús, despojado y desnudo.—Le clavan la mano derecha.— Aquí rogaréis por los que están en gracia.—Le clavan la mano izquierda: rogad por los que están en pecado mortal.—Lo estiran cruelmente.—Le clavan los pies.—Aquí rogaréis por los infieles.—Alzan la cruz.—Su sangre preciosa.
Ofreceréis esta estación por todos vuestros pecados, suplicando os los perdone en virtud de su sagrada pasión.—Miserere; Ave María: Jesús, Hijo de David; Mujer, he ahí a tu Hijo.
Sexta estación: sábado.
Las ofensas que le hicieron estando en la cruz.—Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.—El dolor de Jesús: Ely, Ely, lamina sabactani?—La compasión de la Madre: Mujer, he ahí a tu Hijo.—El ladrón: Hoy estarás conmigo en el paraíso.—La sed: el brebaje.—Consummatum est.—El llanto de Jesús en la cruz.—Padre, en tus manos...—Muere Jesús.—El temblor de tierra y otras señales.—El alma santa de Jesús desciende al limbo del infierno.
La ofreceréis con todas las gracias y dones que de Dios habéis recibido, suplicándole que os los multiplique y que os confirme en su amor, a fin de que podáis rendirle buena cuenta.— Miserere; Jesús; Ave María; Mujer, he ahí a tu Hijo.
Las ofensas que le hicieron estando en la cruz.—Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.—El dolor de Jesús: Ely, Ely, lamina sabactani?—La compasión de la Madre: Mujer, he ahí a tu Hijo.—El ladrón: Hoy estarás conmigo en el paraíso.—La sed: el brebaje.—Consummatum est.—El llanto de Jesús en la cruz.—Padre, en tus manos...—Muere Jesús.—El temblor de tierra y otras señales.—El alma santa de Jesús desciende al limbo del infierno.
La ofreceréis con todas las gracias y dones que de Dios habéis recibido, suplicándole que os los multiplique y que os confirme en su amor, a fin de que podáis rendirle buena cuenta.— Miserere; Jesús; Ave María; Mujer, he ahí a tu Hijo.
Séptima estación: domingo.
Abren el costado de Jesús.—El descendimiento de la cruz.— Su Madre lo toma en sus brazos.—El llanto y dolor de la Madre y de los demás.—Ungido y envuelto.—Sepultura y sello del sepulcro.—La soledad de la Madre.—El sábado llegan los apóstoles.
La ofreceréis como las demás.
Abren el costado de Jesús.—El descendimiento de la cruz.— Su Madre lo toma en sus brazos.—El llanto y dolor de la Madre y de los demás.—Ungido y envuelto.—Sepultura y sello del sepulcro.—La soledad de la Madre.—El sábado llegan los apóstoles.
La ofreceréis como las demás.
* * *
Aquí terminan todas las estaciones. Ofreceréis todos los hechos anteriores en memoria de la pasión gloriosa de Jesús, como si en todos los susodichos misterios, hubieseis estado presentes y le hubieseis seguido en todos ellos, pidiendo las gracias que deseéis con mucha humildad y confianza, diciendo el Miserere; Jesús; Ave María; Mujer, he ahí...
La resurrección.—Las apariciones.—La ascensión.—El Espíritu Santo.—De entre estos hechos tomaréis uno para cada hora. Y entonces podréis alargar o acortar según la disposición o gracia que Dios os hará, contemplando y viendo los hechos de Jesús, pensando que estáis presentes, suplicando y pidiendo las gracias que deseéis y que le hubierais pedido de haberos encontrado presentes cuando sufrió la pasión.
Y si bien os parece, podéis distribuir de tal modo vuestras consideraciones que por la mañana hasta el mediodía todo lo que hagáis o digáis, tened en cuenta que lo hacéis a los pies de Jesucristo en el momento en que sufre la pasión. Y desde mediodía hasta la noche, pensaréis en los hechos de la vida de Jesús. Os aseguro que encontraréis mucho consuelo en ello; aunque no hayáis proferido sino una breve oración y súplica, quedaréis siempre consolados. Pues en los bienes que hagáis, tendréis siempre más afecto pensando que los hacéis a los pies de Jesús. Y os distanciaréis más del pecado, acordándoos del lugar en que estáis. Y os sobrevendrán otras muchas utilidades, que no quiero enumerar. Dejo, como antes dije, que la práctica os lo haga ver claramente.
Aquí debéis rogar a Nuestro Señor Jesucristo por mí.
Y si bien os parece, podéis distribuir de tal modo vuestras consideraciones que por la mañana hasta el mediodía todo lo que hagáis o digáis, tened en cuenta que lo hacéis a los pies de Jesucristo en el momento en que sufre la pasión. Y desde mediodía hasta la noche, pensaréis en los hechos de la vida de Jesús. Os aseguro que encontraréis mucho consuelo en ello; aunque no hayáis proferido sino una breve oración y súplica, quedaréis siempre consolados. Pues en los bienes que hagáis, tendréis siempre más afecto pensando que los hacéis a los pies de Jesús. Y os distanciaréis más del pecado, acordándoos del lugar en que estáis. Y os sobrevendrán otras muchas utilidades, que no quiero enumerar. Dejo, como antes dije, que la práctica os lo haga ver claramente.
Aquí debéis rogar a Nuestro Señor Jesucristo por mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario