Ave Maria!
Quiero dejar en claro cuál
es nuestra posición teológica con respecto al bautismo de deseo, (tema que parece
“de moda” en el mundo tradicionalista), para que no haya ninguna duda sobre lo que
pensamos y adherimos (escribo en plural pues es la postura de todos los
miembros de la Fundación y no solo mía), “cuentas claras, amistades (o
enemistades) largas”.
Según tengo entendido,
se escribió en un foro anticatólico que yo, Mons. Juan José Squetino S. acepto
sólo el bautismo de deseo en caso de los catecúmenos que mueren antes de recibirlo,
es decir los que tienen un deseo explícito de recibirlo y niego toda otra
posibilidad por la cual se pueda salvar un alma sin el bautismo de agua; y que
los demás sacerdotes de la Fundación piensan distinto. Falso.
La persona que lo
escribió tuvo mala fe. Dijo una verdad a
medias, ya explicaré por qué. Esa persona adhiere a la posición de los laicos
hermanos Dimond, postura que no aceptamos, y que pretendía recibir los
sacramentos de la confesión y eucaristía en nuestras capillas (utilizando el
inconsecuente y absurdo “prospecto” que publican con los pasos a seguir para
recibir sacramentos en lugares según ellos “heréticos”), por lo cual vino a
hablar conmigo. Todos los que conocen a estos laicos americanos saben lo que
predican con respecto a la ineficacia del bautismo de deseo, por lo que no me
interesa explicar lo que ellos piensan sino lo que nosotros sostenemos.
Lo que sigue es tomado
de la Sacrae Theologiae Summa, B.A.C. de los Padres Jesuitas de la Universidad
de Salamanca, doctrina que hacemos también nuestra. (Hacemos caso omiso de los
que están en contra de San Ignacio de Loyola y su Orden).
He aquí la doctrina:
“BAPTISMUS AQUAE SUPPLERI POTEST VOTO BAPTISMI VEL ETIAM MARTYRIO”
“EL BAUTISMO DE AGUA PUEDE SER SUPLIDO POR EL BAUTISMO DE DESEO (o en voto)
Y TAMBIEN POR EL MARTIRIO”
VALOR DOGMÁTICO:
LA PRIMERA PARTE ES SENTENCIA “PRÓXIMA A LA FE” Y LA SEGUNDA ES SENTENCIA
“TEOLÓGICAMENTE CIERTA”. ALGUNOS AUTORES LLAMAN A LA PRIMERA AFIRMACIÓN TAMBIÉN
SENTENCIA “TEOLÓGICAMENTE CIERTA” POR LO CUAL SU CONTRARIA ES CONSIDERADA
“TEMERARIA”, SEGÚN LA DOCTRINA SUFICIENTEMENTE CLARA DEL CONCILIO DE TRENTO. (Dz
796)
Nexos:
Si el bautismo de agua es necesario con necesidad de medio para la
salvación, entonces no faltan otros medios para obtenerla, pero no
independientemente del sacramento del bautismo. Estas otras formas de obtener
la justificación son el bautismo de deseo y el martirio. Por lo tanto se dice
que el bautismo de agua es necesario “in re vel in voto”, “recibirlo o
desearlo”. Tres formas de bautismo se distinguen pues, fluminis (agua),
flaminis (deseo), sanguinis (martirio).
Nociones:
Voto, o deseo del bautismo puede ser explícito o implícito.
EXPLICITO será el caso, por ejemplo, de los catecúmenos que deseando
sincera y vehementemente recibir las
aguas bautismales, mueren antes de ser
bautizados de hecho. (Esto es la primera parte de lo que hablé con esa persona
y lo sigo sosteniendo).
IMPLICITO, se tiene cuando se incluye en un acto de caridad con deseo
general de hacer lo que Dios manda para salvarse. Así, los adultos capaces de
hacer este voto o tener este deseo pueden suplir el bautismo de agua y reciben
la gracia con la remisión de los pecados. No reciben el carácter y por lo
tanto, siempre queda la obligación de
recibir el bautismo de agua. Esto es solo para los adultos y no se aplica a los
niños que mueren sin el bautismo.
El deseo debe ir junto necesariamente con el acto de caridad, pues este es
el medio necesario para la justificación sin el sacramento es decir “ex opere
operantis”.
EL VERDADERO Y PERFECTO ACTO DE CARIDAD SUPONE LA VOLUNTAD DE PONER LOS
MEDIOS NECESARIOS PARA LA SALVACIÓN, ASÍ INCLUYE EL VOTO EXPLÍCITO O IMPLÍCITO
DE RECIBIR EL BAUTISMO, Y NO JUSTIFICA INDEPENDIENTEMENTE DE ESTE VOTO O DESEO;
ASÍ NO SON DOS CAMINOS DISTINTOS (BAUTISMO Y CARIDAD), SINO UNO SOLO: BAUTISMO
DE HECHO O SU DESEO.
(Denzinger 796) CONCILIO DE TRENTO,
sesión VI (13 de enero de 1547)
Decreto sobre la justificación
Capítulo 4 Se insinúa
la descripción de la justificación del impío y su modo en el estado de gracia:
(viene del Cap.3)…Por las cuales palabras se insinúa la descripción de la
justificación del impío, de suerte que sea el paso de aquel estado en que el
hombre nace hijo del primer Adán, al estado de gracia y de “adopción de hijos
de Dios” (Rom.8,15) por el segundo Adán, Jesucristo Salvador nuestro; paso,
ciertamente, que después de la promulgación del Evangelio, NO PUEDE DARSE SIN
EL LAVATORIO DE LA REGENERACIÓN (Can. 5 sobre el baut.) O SU DESEO, conforme está escrito: “Si uno no
hubiere renacido del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de
Dios”. (Jn. III,5).
Hasta aquí, textos de la Sacra Suma Tológica de los salmanticenses
suficientes para exponer nuestra posición.
También le dije a esa
persona TODA esta doctrina anterior,
pero por lo visto no la captó o no quiso captarla.
Sí estoy convencido
que la forma de predicar el bautismo de deseo actualmente no es católica, pues
no es verdad que TODOS se salvan por el simple hecho de haber vivido como
buenos paganos (el caso de modernistas, sectas cristianas, etc. que tengan un
bautismo que se considere válido es otro asunto), tampoco es verdad que “fuera de la Iglesia hay salvación”. Es un
dogma de fe que “fuera de la Iglesia no hay salvación” y que las almas que
están en el cielo, después de la promulgación del Evangelio, son todas
católicas, ¿cómo?: por el bautismo de agua, por el bautismo de deseo o por el
bautismo de sangre. Pero, también es verdad que la cuestión del bautismo de
deseo, con deseo implícito queda en el fuero de la conciencia, solo entre el
alma y Dios, lugar donde yo no puedo ni me toca meterme; solo Dios sabe quienes
no bautizados hicieron durante sus vidas o antes de morir un acto de caridad
perfecto con la voluntad de poner los medios necesarios para salvarse. A mí eso
no me toca juzgar.
Pero que quede claro,
estén o no estén de acuerdo algunos, ésta es nuestra posición acerca del
bautismo de deseo y es un tema que no pongo en discusión ni en polémica. Y
también que la persona que habló conmigo y comentó en internet, dice una verdad
a medias; se quedó solo en la primera parte del bautismo con deseo explícito,
le faltó decir lo que hablamos sobre el deseo implícito y el valor dogmático de las afirmaciones. Y
todos los miembros de la Fundación pensamos exactamente igual al respecto.
Todo este desorden es porque
no quieren tener un Papa, entonces se sigue subvirtiendo la constitución divina
de la Iglesia. Ahora, los laicos, la parte de la Iglesia dicente (que aprende)
son los que dogmatizan y pontifican y excomulgan, sin unirse de ninguna manera
a la Iglesia docente (que enseña), ni someter sus escritos a revisión, sin
autorización de ningún obispo, como en el caso de los laicos hermanos Dimond que
escriben tesis y opiniones teológicas
basándose en la libre interpretación de la Tradición como Lutero lo hizo con la
libre interpretación de la Biblia. Ciegos que guían a otros ciegos.
No es con ánimo de
ofender a nadie, al contrario, lo digo con espíritu de caridad para que vean su
error, y las consecuencias funestas que se siguen en las almas.
Pero también es
asombroso ver la indiferencia del clero que queda, dan miedo, no sé quienes
están peor, si los obispos y sacerdotes a muchos de los cuales tampoco les
importa enseñar (sin juzgar sus intenciones), que conforman a la gente con
algunas Misas y confesiones, (aunque también hay sacerdotes devotos, que de verdad se entregan,
pero que no les importa mucho el problema de la Iglesia y son apáticos y
escépticos ante todo tipo de solución divino-humana), o los laicos que no les
queda otra ante la apatía del clero que reaccionar por cuenta propia y así, SIN
LA GRACIA DE ESTADO, desvarían.
Por eso, insto a las
almas que tengan intención eficaz de trabajar por la unidad de la Iglesia en la
elección de un Papa, que fuercen a sus sacerdotes y obispos a que se pongan a
buscar una solución viable, sobre todo a comunicarse con otros obispos y
sacerdotes que piensen igual, pues cada vez se alejan más del camino de
salvación inventando una “Iglesia” perennemente
acéfala, una nueva iglesia invisible, irreconocible a los ojos de los que de
buena voluntad la buscan, como decía S.S.Pio XII.
Y para los Obispos
sedevacantistas, que ya llegaron a la constatación de que la Sede de Pedro está
vacante, les voy a pedir en cada escrito que reflexionen sobre su
responsabilidad personal en este estado de cosas, y que recuerden que un día
darán cuenta al Señor de su negligencia.
Y que recuerden también
que los obispos sedevacantistas, tienen el poder de orden y ejercen la
jurisdicción extraordinaria de una manera provisional, hasta que la Sede de San
Pedro sea ocupada por un Papa verdadero. Y DE NINGUNA MANERA LES ES LÍCITO
PERPETUARSE INDEFINIDAMENTE AL AMPARO DE LA NECESIDAD, A TRAVÉS DE LA VIRTUD DE
LA EPIQUEYA, SIN PONER LOS MEDIOS ADECUADOS PARA ACABAR CON LA VACANCIA DE LA
SEDE APOSTOLICA. Por la suprema ley de la Iglesia, “salus animarum”, por la salvación de las almas.
“DEBE EXISTIR en la Verdadera Iglesia perfecta unidad de régimen, o sea:
debe haber al frente de esa sociedad perfecta una autoridad suprema y visible
(el Papa), de institución divina, a la cual obedezcan todos los miembros que la
forman. NO BASTA una especie de política de amistad o buena vecindad entre un
montón de jefaturas eclesiásticas, desconectadas jurídicamente, es decir:
independientes entre sí, SIN OTRA CABEZA SUPREMA QUE UN CRISTO INVISIBLE Y
CELESTIAL CUYAS PALABRAS Y MANDATOS INTERPRETA CADA UNO A SU GUSTO.” (Breviario
apologético. R.P. Fernando Lipúzcoa, Edit. “Libre” 1954)
“Marana
tha! ¡Ven, Señor Jesús!” (Apocalipsis
de Sn. Juan)
Mons.
Juan José Squetino S.
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